Ejercicio y tarea: Lección 34 y 35 La Mansedumbre y la Docilidad
En relación a La mansedumbre
1. ¿Qué es la virtud de la mansedumbre? ¿Por qué esta virtud no es opcional?
La virtud de la mansedumbre, es Hija de la templanza, la mansedumbre nos modera los arrebatos de cólera, de furia o de ira, que se levantarán sólo en los momentos necesarios y en la medida debida. Nos permite canalizar nuestras pasiones e impulsos, no para reprimirlos, sino para sacarles provecho, ayudándonos a vencer la indignación y el enojo, (justo e injusto), y a soportar las molestias y contrariedades con serenidad, otorgándonos suavidad en el trato.
La mansedumbre no es una opción, sino que está mandado en el evangelio. Es el control sobre sí mismo, es el cómo reaccionamos ante lo que nos violenta o nos irrita. Manso es el que logra interiormente la paz, el que no se irrita gratuitamente, el que se domina, que no se altera en forma desmedida ni se descontrola aunque le sobren motivos para hacerlo.
Manso es el que logra interiormente la paz, el que no se irrita gratuitamente, el que se domina, que no se altera en forma desmedida ni se descontrola aunque le sobren motivos para hacerlo.
La mansedumbre es la virtud de los pacíficos, que son valientes sin violencia, que son fuertes sin ser duros.
2. Es una virtud que está adornada de bondad, paciencia y comprensión ¿Por qué se dice que es la virtud de los fuertes?
Es la virtud de los fuertes que saben dominarse en aras de un bien mayor, los que saben soportar con paciencia las contrariedades y tienen dominio de sí por sobre las pasiones desordenadas y los impulsos violentos. Es una virtud muy importante que lima las asperezas cotidianas y contribuye enormemente a la armonía y a la paz familiar. Tiene mucho de paciencia y de fortaleza interior. El manso, al contrario, se domina, medita y frena sus reacciones hasta que el autocontrol se hace hábito y por lo tanto virtud.
3. ¿Cuáles son los frutos de la vivencia de esta virtud?
En un espíritu manso, apacible, tranquilo, calmo, sosegado, sin turbación moral, fruto de un dominio interior, de una vida espiritual florecerá la serenidad. Esta serenidad que debiéramos irradiar en nuestro trato con el prójimo, es fruto del dominio y mortificación interior, de ser conscientes de sabernos en manos de Dios y no de un destino ciego y caprichoso.
4. ¿Cuál es la diferencia entre la tolerancia y la mansedumbre?
La tolerancia es un problema intelectual. Surge de un planteo intelectual y moral. Es por el mandato de amar al prójimo que toleramos sus defectos, como el prójimo está llamado a tolerar los nuestros. La mansedumbre por el contrario, hace que domine mi propio temperamento hasta un punto en que no se note lo que me altera y lo que no. La mansedumbre controla nuestras pasiones para encauzarlas oportunamente y bien.
5. ¿Cuáles son los vicios contrarios a esta virtud?
A la mansedumbre y a la serenidad se oponen la ira o iracundia, el espíritu indomable, el griterío, la blasfemia, la injuria y la riña.
6. ¿Cuáles son los momentos en que te es más difícil y más sencillo vivir esta virtud?
Cuando se habla mal de mí misma sin justificación. Cuando no oro lo suficiente para ser mansa, cuando me alejo de meditar la pasión del Señor, cuando pierdo la conciencia de lo que debo ser y de lo que debo hacer.
7. ¿Algún comentario o sugerencia?
La mansedumbre es una virtud para forjar santos y por tanto si cumplimos lo que Jesús mismo nos dice: ser santos como vuestro Padre celestial es santo, toca practicar esta virtud.
En relación a La Docilidad
1. ¿Qué significa ser dócil?
La docilidad es la virtud que nos lleva a hacer: “lo que se nos manda o aconseja tranquilamente sin violentarnos, ni oponerle resistencia, y la que hace fácil que se nos enseñe. Es la predisposición para aceptar las indicaciones que recibimos para encaminarnos hacia el bien.” La docilidad es hija de la prudencia y de la humildad
2. ¿Cuáles son las características de una persona dócil?
Sabe ser humilde, pedir y escuchar un consejo, sabe actuar de acuerdo al consejo dado sabiamente, sabe conocer y aceptar la cultura de las personas y de los tiempos.
3. ¿Por qué siendo una virtud abierta al aprendizaje cuesta tanto vivirla?
Porque los valores se han trastocado, es más fácil ser violento, dar campo al libertinaje, porque el dominio personal parece ya no existe. La falta de sentido común, lleva a la falta de docilidad.
4. ¿Qué sucedería si hoy se practicase esta virtud (en la familia, en la escuela, en el trabajo, en los grupos sociales)?
Sería una vida llena de armonía, de sabiduría, de inteligencia familiar y grupal, de valoración del vida y cualidades del otro, de vivencia de la caridad a nivel de evangelio, habría menos dolor y sufrimiento. Se daría campo al crecimiento en la virtud y por tanto un paso aquilatado en vida de santidad, no de uno sino de toda la familia como los Beatos Martín Martan y Doña Celia Guerin, padres de Santa Teresita del Niño Jesús.
5. La rebeldía es la actitud contraria a esta virtud ¿Cuáles son las consecuencias de este vicio en la familia, en las escuelas, en el trabajo, en los grupos sociales? ¿Cuál es la influencia en tu vida personal?
Trae desorden, impaciencia, falta de sentido común, hay enceguecimiento de los sentidos y del espíritu, se impide el crecimiento en ciencia, en virtud, en fraternidad, se cortan las relaciones de grupo, se da campo al individualismo que lleva al autoritarismo, a vivir encerrado en sí mismo y a detener el campo decrecimiento en todo nivel de la vid personal y de grupo.
La influencia en mi vida personal de la rebeldía es poca, de verdad que ya entiendo que re rebelarme sin sentido no tiene razón y trae caos.
6. ¿Algún comentario o sugerencia?
Ojalá la docilidad para el bien formara parte de la convivencia en el hoy, sería un valor desde el consejo, la experiencia de los que van más adelante en virtud, en sabiduría y en sana competencia.