por pattypj » Mar Mar 15, 2011 10:02 pm
Ejercicio y tarea (para publicar en los foros del curso)
En relación a La Amistad
1. ¿Qué es la virtud de la amistad?
La amistad es la virtud que nos lleva a tener una relación de afecto sólida, profunda, desinteresada y recíproca con otra persona. Somos seres incompletos y necesitados de afecto. Necesitamos recibir y dar afecto a nuestros semejantes para realizarnos como personas. 2. ¿Cuáles son las razones por las que la familia es esencial en esta virtud?
Las razones por las que la familia es esencial en esta virtud es porque desde el hogar se siembra la virtud y se cultiva, es ahí donde nace la virtud de la amistad. La verdadera amistad suele y puede darse entre padres e hijos, entre hermanos y familiares y entre amigos que hemos ido haciendo y seleccionando a través de nuestras vidas.3. ¿Por qué no forma parte del ideal de la amistad el estar de acuerdo en todo?
No forma parte del ideal de la amistad el estar de acuerdo en todo. Podemos disentir con respeto, tolerancia y flexibilidad, siempre y cuando haya supuestos básicos que nos unen. De ahí el papel preponderante que juega el diálogo franco y sincero en la construcción de lazos afectivos. La amistad necesita comunicación, compartir ideas, sentimientos, angustias, tristezas y alegrías. Necesita expresarse y saber escuchar, pero para esto hay que tener no sólo el alma en paz y sosegada sino interesarse por el prójimo a quien hemos seleccionado y elegido como amigo.4. ¿con qué tipo de amistad sueles encontrarte con más frecuencia? ¿qué tipo de amistad ofreces tú? ¿Por qué?
La amistad con la que me suelo encontrar es con la amistad de utilidad que se basa en nuestra propia utilidad, nuestro provecho o interés.
La amistad que ofrezco es la amistad de virtud, que es la más perfecta. Es la que está basada en el aprecio y el afecto de dos personas que se ayudan, se aconsejan, se escuchan se apuntala y se desean el bien mutuo. 5. ¿Cuáles son las otras virtudes que acompañan a la amistad? ¿y cuáles son los vicios contrarios a esta virtud?
Vivir una buena amistad implica, además, el desarrollo de varias virtudes: la generosidad, la disponibilidad, el desinterés, la prudencia, la discreción, la lealtad.
Lo contrario y la antítesis de la amistad son las malas compañías tan dañinas en la vida de las personas, pero mucho más en la juventud y adolescencia, cuando los jóvenes ya tienen cierta independencia de los padres y comienzan a llevar su propia vida.6. ¿Algún comentario o sugerencia?
La virtud de la amistad es muy importante para todos ya que nos ayuda a ser mejores seres humanos logrando unir lazos fuertes con nuestros semejantes siempre y cuando tengamos amistades verdaderas basadas en valores y principios.
En relación a La Hospitalidad
1. ¿Qué es la virtud de la hospitalidad?
La hospitalidad es la virtud que “nos induce a dar techo y alimento a las personas que lo necesiten”.
Es tratar a los demás con respeto y dignidad, con importancia de invitado de honor en nuestro hogar, sea quien sea. Es abrirle las puertas a alguno de una parte de nuestro mundo. Es abrirle las puertas a alguno de una parte de nuestro mundo.
2. ¿Cuáles son las razones humanas y sobrenaturales de esta virtud?
En la antigüedad clásica, ya la hospitalidad brindada al extranjero que pedía asilo y amparo era considerada como muestra de civilización, como una virtud y un deber. Durante milenios los pueblos prestaron este servicio. Se ejercitaba con los peregrinos, menesterosos y desvalidos, recibiéndoles y prestándoles la debida asistencia a sus necesidades. Entre otras cosas, debido a las distancias y los escasos medios de transporte con los que se contaban, el negar a un viajero la hospitalidad, (dar de comer, beber y albergar para pernoctar), podía muy fácilmente matar al viajero de hambre y/o de frío antes de que encontrara otro lugar donde pudieran ayudarle. De ahí que era importante para el otro esa mano que se tendía y que había que tender. La Odisea de Homero dice: “Los dioses recorren las ciudades en forma de mortales, observando quiénes son los que tratan con violencia y los que reciben con bondad a los forasteros”. También los romanos consideraban la hospitalidad como una alta virtud. Aún para los estoicos, el hombre era un ciudadano del mundo, por lo cual nunca un extranjero; de ahí que fuese inhumano no concederle hospitalidad.3. ¿De que manera la Iglesia a lo largo de la historia ofrecido hospitalidad, ha abierto su propia casa, su propio mundo al prójimo?
El Nuevo Testamento aporta una profundización teológica al concepto de hospitalidad. La vida de Jesús fue una constante petición de alojamiento. Desde horas antes de su nacimiento en Belén, pasando por otros muchos momentos en que le vemos solicitar acogida en casa como la de Zaqueo o la de Lázaro. Su mensaje también es un canto a la hospitalidad. A partir de ahí, la hospitalidad será la obra de misericordia que los buenos cristianos estarán obligados a practicar con sus semejantes más menesterosos. Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, que son las tres necesidades básicas de un forastero: la de alimentarse, la de hidratarse o beber y la del descanso o pernoctar. En la Edad Media comienzan las grandes peregrinaciones en Europa identificadas mayormente con el camino de Santiago de Compostela. Toda la asistencialidad la enseña especialmente la Iglesia. Obispos, abades, condes, duques o reyes y hasta la gente común, acudían a Compostela desde lugares lejanos. Eran peregrinos que viajaban con comitiva y a caballo, con recursos y protección propia.
A mediados del siglo XI, finalizados los siglos de guerra y de las invasiones, comienzan las personas a moverse para enriquecerse viajando y comunicándose en una multitud de actividades. Comienza una gran corriente migratoria y se establece la ruta que, con ligeras variantes, se mantendrá hasta nuestros días. Los sectores de más interés se hicieron cargo de atender el camino. Fueron los monjes, especialmente los cluniacenses, los benedictinos, la nobleza y los obispos, quienes tomaron poco a poco a su cargo esta tarea. Pero serán los monjes, especialmente los benedictinos, quienes marcarán un antes y un después en el desarrollo hospitalario del camino. Los reyes a su vez, promovieron la fundación y dotación de hospitalidad, ya sea usando el patrimonio real u obispos como Pedro Pelayo que lo hicieron en España en la ciudad de León.
San Benito, en el siglo VI, la gran figura monástica de la Edad Media, había dicho una y otra vez que la hospitalidad tenía que ser la primera virtud de los monjes. Esto queda definido en sus reglas: “A todos los huéspedes que se presenten en el monasterio ha de acogérseles como al mismo Cristo en persona, porque Él lo dirá un día: “Era peregrino y me hospedasteis”. El comentario de la Regla especifica: “Que a los peregrinos se les saldrá a recibir con una muestra de sincera caridad saludándoles con una humildad profunda. Una vez acogida, se leerá ante ellos la ley divina y luego se les obsequiará con todos los signos de la más humana hospitalidad”.
A finales del siglo XI había una red asistencial en todas las etapas del camino construida por la Iglesia, quien se hizo cargo de todos aquellos pequeños que reclamaban atención, (como los pobres, los huérfanos, las viudas, los ancianos y heridos que habían dejado las guerras), creando orfanatos, asilos, hospederías monacales y hospitales que servían de cobijo a los caminantes, especialmente en aquellos parajes más extraños y difíciles.
Los siglos XII y XIII significaron el apogeo de las peregrinaciones, de ahí que contaran con el apoyo de los religiosos y de los poderosos fundando hospitales. Hospitales que aún siguen siendo los fundacionales y que estaban en su mayoría bajo el control de monasterios benedictinos, más o menos directamente vinculados a Cluny. Más tarde se incorporan los laicos acaudalados, convirtiendo a las parroquias en centros de asistencia. La gente rica dejaba en sus testamentos bienes para la asistencia. Todos los centros hospitalarios contaban con un lugar a cubierto para dormir y un fogón para calentarse y cocinar. Monasterios, iglesias, capillas, hospitales y cofradías, con sus reliquias de santos e imágenes, eran el paso obligado en donde los peregrinos recibían asistencia material y espiritual. La beneficencia estaba sacralizada. De hecho, desde el momento en que se atravesaba la puerta de un hospital, los peregrinos participaban de los oficios religiosos. Antes y después de comer se rezaba por el alma de los bienhechores y reanudaban la marcha después de haber escuchado misa. San Francisco, siglo XIII, “en la Regla manda a los frailes que practiquen la hospitalidad: “cualquiera que a ellos viniere, amigo o enemigo, ladrón o salteador, con benignidad sea recibido”.
4. ¿Cuáles son las actitudes opuestas? ¿Cuál es la influencia de esta en tu vida personal?
Lo contrario de la hospitalidad es la falta de hospitalidad que es la antítesis de La hospitalidad. El no abrir jamás nuestras casas para nada ni para nadie. En no organizar jamás ningún acontecimiento familiar poniendo miles de excusas para no hacerlo, ni un plato en la mesa para recibir a un amigo o conocido que está de paso en la ciudad. En los casos extremos este comportamiento se extiende hasta con los familiares y con los hijos casados que ya se han ido del hogar. La falta de hospitalidad nos hace incapaces de brindar algo de lo nuestro, de nuestra intimidad, de nuestro tiempo para que el otro se sienta bien recibido.
Lo que ha influido en mi vida personal es no abrir mi espacio a la gente que no me inspira confianza aunque después lo corrijo en el momento que me demuestra su fidelidad.
5. ¿Algún comentario o sugerencia?
Esta virtud es una de las mas importantes, ya que nos da la pauta para apoyar a nuestros semejantes cuando nos necesiten. Se debe fomentar en los niños y jóvenes para lograr su finalidad.