por pattypj » Lun Abr 04, 2011 6:54 pm
1. ¿Qué es la virtud de la afabilidad?
La afabilidad es la virtud que nos impulsa “a poner en nuestras palabras y acciones exteriores cuanto pueda contribuir a hacer amable y placentero el trato con nuestros semejantes”.
Es una virtud social por excelencia y una de las más exquisitas muestra de un espíritu cristiano, que ayuda mucho a la agradable y sana convivencia en todos los ámbitos, haciendo agradable, suave, ameno, fácil y dulce el trato y la conversación.2. ¿Cuáles son las consecuencias de practicar esta virtud?
La afabilidad ordena las relaciones de los hombres con sus semejantes, tanto en los hechos como en las palabras, contribuyendo a hacer la vida más agradable a quienes vemos todos los días. Una persona afable sonreirá y generará un trato fácil, cálido, cordial, indulgente con las faltas del prójimo, paciente, afectuoso y amable, especialmente en las conversaciones, tratando de agradar, ya que a veces las respuestas cortantes, ásperas y los silencios prolongados producen un ambiente cortante y distante, que no ayuda a proseguir el diálogo para ninguna de las dos partes.
La conversación afable no es hablar frivolidades para quedar bien, (que es espíritu mundano y no es virtuoso), sino hablar de lo verdadero con buenas maneras, con naturalidad, con calidez, con sencillez, que no es lo mismo. Se debe tratar de hacer comprender la verdad y corregir siempre con dulzura y afabilidad para predisponer al otro a ser corregido y a aceptarlo.3. ¿Qué es la dulzura?
La dulzura es una de las llamadas “pequeñas” virtudes que contribuyen a que nuestro trato y convivencia sea amable, afable y delicado hacia los demás, virtud que también debemos aplicárnosla a nosotros mismos. Esta pequeña virtud en la convivencia diaria se agiganta porque el trato se suaviza armoniosamente. Hay en nosotros un poder de irritación y de reacción que nos permite luchar contra los obstáculos reaccionando contra los males presentes. Esta pasión en sí misma no es mala, pero rápidamente se desordena si nos enojamos por cosas de poca importancia o que no valen la pena. Nace entonces en nuestra alma un pequeño deseo de venganza.4. ¿Cuáles son los vicios contrarios a esta virtud? ¿Por qué?
Los defectos que se oponen a la dulzura son la impaciencia y el mal humor, la excesiva severidad, la adulacion o lisonja y el espiritu de contradiccion.
La impaciencia y el malhumor lo demostraremos cuando contrarían nuestro juicio u opinión y entonces mostraremos nuestra pequeña cólera. Puede ser un simple gusto, un programa, una elección en la televisión, pero enseguida mostramos nuestro descontento con gestos, miradas agrias o enojadas, movimientos de hombros despectivos o levantando la voz. Aquí la dulzura debiera intervenir para paralizar el apetito irascible e impedir que salga afuera.
Un alma no disciplinada no puede tener paz. Según los temperamentos es más o menos difícil, pero esos movimientos tumultuosos del alma deben ser dominados por largos y pacientes esfuerzos. Hemos de comportarnos de manera tal que las personas amen nuestra conversacion y estar en nuestra compania por el ambiente agradable que generamos. Aristóteles ya decía que “nadie puede aguantar un solo día de trato con un triste o con una persona desagradable”.
La excesiva severidad se demostrará en los gestos destemplados, en los juicios severos y cortantes, en el tono de voz terminante, en la falta de flexibilidad para contemplar los temas de interés de los demás, en no tener en cuenta los gustos, los problemas, las debilidades, las preocupaciones y los intereses del prójimo.
Pero el exceso de elogios es la adulacion o lisonja, que generalmente pretende conseguir ventajas basándose en lisonjas excesivas y desordenadas, y en cuya raíz siempre hay hipocresía, interés y doblez. El adulador generalmente se desborda y miente porque no busca la verdad sino la conveniencia.
El espiritu de contradicion estará siempre en actitud de contradecir al prójimo, con motivo o sin él, generando discusiones inútiles e interminables, lo que genera mucho malestar en todas las reuniones e impide la sana convivencia y la armonía. El espíritu de contradicción corta todos y cada uno de los inicios de diálogo y de las conversaciones, genera mal clima, rompe la armonía entre las personas, las lleva a discutir por horas interminables sin llegar a ninguna conclusión.
Habitualmente destruye todas las posibilidades de hablar temas serios, interesantes o simplemente familiares, porque no se busca la verdad en cada tema sino el simple enfrentamiento inmaduro, caprichoso, la dialéctica o ser el centro de atención. Hay gente que hace de esto un deporte intelectual en todas las reuniones, pero no dimensionan ni toman conciencia de que rompen y frustran interminables encuentros entre familiares y amigos, muchas veces irrepetibles.
5. ¿Algún comentario o sugerencia?
Esta virtud es importante sobre todo en nuestra formación desde la infancia para formarnos y ser mejores seres humanos para convivir con nuestros semejantes de una forma cordial y honesta.
En relación a La generosidad
1. ¿Qué es la virtud de la generosidad?
La generosidad es la virtud que nos impulsa a actuar “en favor de otras personas desinteresadamente y con alegria, teniendo en cuenta la utilidad y la necesidad de la aportacion para esas personas, aunque cueste un esfuerzo”.
Dicho en otras palabras, la virtud de la generosidad nos hace tener en cuenta más la necesidad del otro que nuestra conveniencia, sabiendo la importancia que nuestra ayuda tiene para esa persona, aunque nos signifique un esfuerzo o una privación.2. ¿De que manera podemos demostrar que somos generosos?
La generosidad es la disposición de dar lo que se puede, (según las necesidades del prójimo), aún sobrepasando la medida de lo justo. La justicia exige dar a cada uno lo suyo pero la generosidad va mas alla y pone el acento en dar mas de lo que la justicia reclama. Es la necesidad del otro, (espiritual o material), la que no los demanda. Esta carencia que sufre el prójimo se mete con nosotros mismos, y podemos responder con esfuerzo o sin él, con afecto, con violencia hacia nuestra voluntad, haciendo todo un trabajo para ser generosos, o con naturalidad.
Se trata de una entrega, de una decision libre de entregar lo que uno tiene, ya sea tiempo, inteligencia, conocimientos, conexiones, dinero, o hasta la misteriosa y valiosisima receta de cocina, para que nuestra vecina también pueda lucirse cuando invita a comer. Se busca el bien de una persona necesitada en un determinado momento. Pero para ser generosos deberemos ante todo valorar lo que tenemos, porque si no le damos valor a lo que tenemos, no habrá mérito en ofrecerlo.
La generosidad no es una virtud opcional de la cual podremos prescindir. Si no lo somos, seremos egoístas. En esto, no hay un terreno neutral. Es el alimento del alma y, si le queremos dar a nuestra alma el oxígeno que necesita para respirar, tendremos que practicarla. Pero para que sea virtud cristiana debe ser ofrecido por una razón divina. El hombre de Dios cree que lo más bajo debe ser utilizado para lo más elevado, es decir, el dinero debe ser utilizado en primer lugar para ayudar a espandi la Verdad divina, para evangelizar, para que las almas puedan ser libres y para procurar su salvación, para consolar al afligido, para curar al enfermo para dar de comer al hambriento y de beber al sediento.
En el fondo, sin un sentido trascendente de la vida, y sin estar convencidos que tenemos el deber moral de ayudar y amar al prójimo como a nostro mismos, es difícil que adquiramos esta virtud de sacrificarnos en aras del bien ajeno. De ahí que sea más importante “darse” que “dar”, (si bien ambas son necesarias), ya que todos tenemos oportunidad de darnos al prójimo y no todos tendremos oportunidad de dar cosas materiales porque a veces no las tendremos.
Lo que más necesita el prójimo generalmente es nuestro tiempo, nuestra atención, el ser escuchado, (y no el escucharnos a nosotros hablar de nuestras cosas a borbotones). Si queremos escuchar a alguien y nos divierte, nos interesa o nos conviene hacer sociales no será virtud. Pero si no querelo escuchar porque tenemos otras prioridades y postergamos nuestros intereses para hacerlo, recién ahí entraremos en el terreno de la virtud de la generosidad con nuestro tiempo.
Hacer algo por las personas puede significar muchas cosas distintas y no necesariamente generosidad, preocupación por el prójimo o desinterés. Podemos tener a veces actitudes generosas sin por ello ser generosos, ya que para que sea virtud hace falta que sea habitual y natural en nosotros en praticarla en todos los órdenes. La virtud necesita rectitud de motivos para que lo sea.3. ¿Qué elemento esencial necesitan nuestros actos de generosidad para que sean virtuosos?
Seremos generosos de corazon cuando:
Estemos dispuestos a hacerles la vida fácil y agradable a los demás, especialmente en las familias, limando conflictos y enfrentamientos estériles y haciéndonos cargo de nuestras propias responsabilidades para evitarles problemas y sufrimientos.
Cuando sacrifiquemos nuestros propios gustos, nuestros programas, nuestras mezquindades, nuestros intereses para darles satisfacción a otros, (siempre y cuando sea bueno lo que quieren). Ayudas como cortarles el pasto, podarles la enredadera, arreglarles un enchufe, arreglarles la biblioteca, llevarles una carta al correo, ir a pagarles una cuenta, ayudarles en la mudanza o colaborar en firmar un testamento si no hay herederos para que el cónyuge pueda morirse en paz.
Cuando tratemos bien a alguien que no nos guste, para evitar tensiones y malestares familiares que causan mucho dolor en el corazón.
Cuando escuchemos a una persona que nos aburre a morir pero que sabemos tiene necesidad de ser escuchada.
Cuando nos privemos de comprarnos algo que nos gusta para comprarle al prójimo lo que necesita y no se lo hagamos sentir.
Cuando sacrifiquemos algún programa que nos encanta para acompañar a alguien que se queda solo, como puede ser nuestra abuela. Visitar a una abuela es antes que nada un deber moral que está mandado en el cuarto mandamiento. Puede además ser un placer porque la queremos. Pero sería generosidad dejar de lado el programa que teniamos organizado (como ir al cine o al partido) porque sabemos que esta sola y nuestra visita le cambiara la tarde.
Cuando tratemos de quedarnos en casa y hacer vida de familia, (aunque esto nos implique no pasarnos todo el día perdiendo el tiempo en la calle con nuestros amigos), especialmente si nos damos cuenta que en nuestra casa hay alguna tristeza que consolar o un vacío espiritual para rellenar con nuestra presencia. Tal vez un padre o una madre que acaba de enviudar, o una hermana a quien le dejo el novio por otra después de cinco anos de noviazgo.4. ¿Cuáles son las actitudes opuestas? ¿Cuál es la influencia de esta en tu vida personal?
Lo opuesto a la generosidad en el orden espiritual es el pecado de egoísmo. Ese amor desordenado que tenemos por nosotros mismos que nos lleva a pensar sólo en nosotros.
Otro exceso será no permitir que nadie nos ayude, ya que todos tenemos necesidad de ayudar y darle la oportunidad a otros también de poder ser generosos con nosotros.
Lo opuesto a la generosidad en el uso de los bienes es el pecado de avaricia, ese afán desordenado de poseer y adquirir bienes tan sólo para atesorarlos y no para compartirlos y dar trabajo, estabilidad y bienestar a muchos.
Pero la prodigalidad, que aparenta ser virtud, no lo es, (por exceso) porque somos administradores de los bienes que Dios ha permitido que tengamos y debemos hacer un uso responsable de ellos. El manirroto, que dilapida los bienes sin control es lo contrario a la virtud. Abandonar la buena administración de nuestros bienes seria además falta de gratitud a quienes nos los han dado, falta de responsabilidad social en descuidar bienes que bien administrados podría generar trabajo a los demás y falta de justicia hacia quienes deberían heredarlos después de nosotros.
De ahí que no sea generosidad renunciar, desperdiciar lo propio, abandonar o entregar lo que legítimamente nos pertenece. Que nos saquen lo nuestro, lo que nos pertenece legítimamente (ya sea espiritual, cultural, nuestra propia identidad nacional o bienes materiales como hacen muchos gobiernos liberales, masones, socialistas y comunistas), es un atentado a la justicia y a la propiedad privada a las cuales somos muy sensibile desde pequeños, porque son derechos naturales básicos de las personas.
La influencia en mi vida personal ha sido porque en algunos momentos de mi vida he sido egoísta, avara y he descuidado momentos importantes de generosidad por pensar en mí, olvidando que esta virtud es importante y esencial a lo largo de mi vida.
5. ¿Algún comentario o sugerencia?
Esta virtud es importante porque nos enseña que cada uno de nosotros somos importantes para con los demás. Ser generoso nos obliga a vivir con amor hacia los demás luchando para ser mejores cada día.