por karinadelcastillo » Vie Dic 03, 2010 4:16 pm
¿Por qué el Papa se mete a indicar cuestiones de moral conyugal en lugar de limitarse a enseñarnos las verdades tocantes a nuestra fe y esperanza sobrenaturales?
El Magisterio de la Iglesia, siguiendo la doctrina bíblica, y toda la tradición ética y teológica de Occidente enseña la existencia de actos que son, en cualquier circunstancia y al margen del fin con que sean realizados, siempre y en sí mismos malos; son intrínsecamente malos, o malos por su objeto moral 202 .
Porque el sentido último del Magisterio de la Iglesia es transmitir la verdad de Cristo, que implica también la verdad moral212 . Los motivos por los que es necesario que el Magisterio se extienda al ámbito de la ética racional son numerosos; señalemos algunos:
a) Porque al proponer las verdades morales racionales el Magisterio no hace otra cosa que desempeñar su misión de salvación; y no podría sanar y salvar al hombre si no lo hiciera así.
b) Por las consecuencias de la Encarnación. Existe una conexión intrínseca entre el fin sobrenatural (salvación) al que el Magisterio debe encaminarnos y el ámbito humano de la vida cristiana, es decir, los actos concretos que son los medios por los cuales nos ordenamos al fin sobrenatural. La Iglesia no cumpliría su misión si enseñando “la fe que debe creerse y aplicarse en la práctica de la vida”
c) Por la profunda armonía existente entre la razón y la fe. Los que niegan al Magisterio autoridad para hablar y ordenar autoritativamente en cuestiones de moral natural (conyugal en nuestro caso) sostienen el viejo prejuicio que supone la recíproca exclusión entre la fe y la razón
d) Finalmente, porque si bien en la Revelación se encuentran normas morales concretas, sin embargo, puede legítimamente presumirse que en ella Dios no nos ha enseñado explícitamente todas las normas morales determinadas racionalmente cognoscibles, ya que Dios no se sustituye a la causalidad de las personas creadas. Corresponde, pues, a quien Dios mismo da autoridad para hacerlo (es decir al Magisterio), dar las normas puntuales según la necesidad de los tiempos.