por Mairim » Mié Ene 12, 2011 1:56 pm
Orientaciones operativas en la pastoral vocacional:
a) Para toda la Congregación:
Me parece que esto es no sólo, practicamente hablando una cuestión de supervivencia se trata de poder extender la experiencia personal del encuentro con Dios... poder contagiar con la propia experiencia kerigmática, a otros. Todas tienen que preocuparse de la animación vocacional.
La experiencia de Dios recibida como un don y vivida en nuestro propio carisma, capaz de llenar la vida entera, tiene que ser comunicada con fuerza a los demás. Esta preocupación debe comenzar con el ejercicio continuo de saber apreciar lo positivo de nuestros hermanos y hermanas, de nuestras obras apostólicas, de nuestra historia congregacional, de nuestras comunidades.Esto me parece algo vital... es tan fácil dejarse contagiar por el pesimismo... por una visión pragmática de lo que se vive dia con día... dejando de lado la visión de fe que nos lleva a ver más allá de lasdebilidades humanas... Las propias y las de los que nos rodean... no sólo los miembros de la comunidad sino también nuestros destinatarios... Me agrada la expresión que en el tema mencionan sobre "Tener una memoria agradecida y estar bien informados de la vida de nuestra congregación para poder constatar que Dios continúa sirviéndose de mi congregación para la vida de la Iglesia y para la salvación de todos los hombres y mujeres".
El Optimismo y la valoración positiva de todo lo nuestro así deseo de vivir y de hacer mejor ya no son parte de una especie de clase de autoayuda o superación sino elementos indicadores de salud y vitalidad del instituto.
A cada religioso de la Provincia se le puede entregar un tríptico con un título parecido a éste: Tu tarea ante las vocaciones o ¿Qué hacer cuando alguien te diga que está pensando en la vocación?
b) Para el Superior Provincial o el equipo de gobierno.
Lo que la Provincia está llamada a vivir y a asumir como tarea en la Pastoral vocacional compete muy directamente al equipo de gobierno. El superior provincial es, en cierto modo, el principal animador vocacional. Los logros en este campo dependerán en gran medida del grado de esfuerzo, de entusiasmo y de prioridad real que él y su equipo de gobierno concedan al sector de la pastoral juvenil y vocacional. El tendrá que asignar personas a esta tarea y las tendrá que apoyar.No olvidemos que la visibilidad y transparencia de nuestra vida como religiosos para que resulte atractiva para muchas jóvenes, exige no sólo “hacer pastoral” sino renovar profundamente nuestro modo de orar, de vivir en común y de trabajar. La renovación espiritual del cuerpo de la provincia también compete al gobierno.
Junto al Provincial tienen que colaborar todos los formadores de las distintas etapas. Ellos pueden animar e inspirar a las fuerzas jóvenes de sus comunidades, más cercanas en cuanto sensibilidad, lenguaje y como modelos de identificación para los jóvenes de hoy.
c) Delegado de vocaciones a tiempo completo
Es necesario que la fase de acompañamiento vocacional sea asumida por personas concretas, que ejercen este ministerio, que es un verdadero y propio inicio de formación.
En resumen, el delegado vocacional y su equipo tienen una triple función: animar a todas las comunidades con información sobre la pastoral vocacional y con retiros; animar al resto de pastoralistas y orientarlas en esta tarea, y acompañar directamente a los candidatos.
d) Proyecto apostólico y de pastoral juvenil
El proyecto apostólico debería ser concebido a partir de nuestra identidad que se expresa en una imagen adecuada de personas que han elegido a Dios y a Jesucristo de modo pleno y definitivo, que se han unido a El y que por El proponen servicios específicos, amantes de la Iglesia y disponibles para ir donde la obediencia los envíe para atender la mayor necesidad del Reino de Dios.
Es vital tener un proyecto renovado, con objetivos y medios realistas que puedan ser evaluados . Pero antes de apuntar líneas nuevas de Pastoral es preciso activar líneas espirituales de renovación:
• Cuidar que nuestra imagen transparente la experiencia de Dios, el gozo de servirle y de vivir unidos como hermanos, la atención benévola y desinteresada a las personas, más allá del hecho de mostrar que somos personas muy ocupadas, organizadas y eficaces.
• En la pastoral juvenil resaltar el objetivo de suscitar el encuentro con Jesucristo. Para ello, el camino de los ejercicios espirituales, retiros… es un medio muy idóneo ya que forman al trabajador para el Reino, presentan de un modo específico la persona de Jesús y tienen como punto central la elección.
• Coordinar bien la Pastoral juvenil y la vocacional. Tejer los procesos pastorales y personales para que haya continuidad, progresión y crecimiento. Muchos de nuestros jóvenes se quedan por el camino después de muchas experiencias puntuales que suenan más a fuegos artificiales que a etapas de un proceso ligado de crecimiento en la fe.
• Reconquistar espacios de contacto con l@s jóvenes, con l@ adolescentes y l@s niños/as. ¿Tenemos plataformas de contacto con niños/as y jóvenes? Si no podemos abarcar todo el proceso, ¿dónde poner la prioridad, en las niños de doce años que viven una fase ideal para la identificación religiosa o en los universitarios/as que acaban la carrera y que se plantean el sentido que quieren dar a sus vidas? Hay que saber plantar la semilla, tener paciencia, ayudar a madurar, antes que recoger los frutos.
• Todos los pastoralistas, laicos y religiosos, deben habituarse a practicar una evaluación objetiva de los métodos, del proyecto y de los frutos de la propia actividad, tanto en el conjunto como en cada etapa, para poder elegir aquello que da más fruto y para no continuar con iniciativas que, aunque buenas en sí, no son oportunas o son dispersadoras de energías.
• Conceder prioridad en la formación de los grupos al acompañamiento personal.
• Cuidar el crecimiento armónico y completo de los jóvenes, uniendo servicio y reflexión, oración y acción.
• Elaborar un proyecto de pastoral vocacional que recoja los pasos que seguiremos en la animación vocacional, el acompañamiento y el discernimiento. El primer aspecto va dirigido a comunidades, obras, grupos y jóvenes; el segundo y tercero se centra en los candidatos que han manifestado de alguna manera, su deseo de seguir más de cerca al Señor.
• Integrar en el proyecto de pastoral juvenil y vocacional el objetivo y los medios de conocer nuestros fundadores, la historia y espiritualidad de nuestra congregación, y las personas, comunidades y obras actuales.
e) Cuidar todas las posibles fuentes de vocaciones
Es verdad que proporciona mayor esperanza y es signo más claro de autenticidad que las vocaciones procedan de nuestras propias fuentes pastorales y de nuestras obras; sin embargo, la experiencia nos muestra que muchas vocaciones actuales provienen de “otros lugares”, a veces orientados por otros religiosos y religiosas. No parece inútil “ampliar la mirada” a otros perfiles posibles de candidatos y estar abiertos a ellos, así como cuidar los lazos positivos con otros institutos religiosos, parroquias, movimientos y asociaciones.
f) La familia
Si es necesario atender siempre el contexto, el marco vital y las relaciones familiares del joven, tenemos que procurar con mucha seriedad la relación con los padres de los jóvenes con los que tratamos, como parte integrante de nuestro proyecto pastoral. La pastoral familiar reclama ser llevada a cabo no de manera episódica, sino con dedicación y con método. Trabajar con los padres de los alumnos/as de nuestros colegios, de nuestras parroquias o de los grupos juveniles producirá frutos vocacionales en el futuro. Algunos religiosos tienen una oración mensual por las vocaciones con los padres y colaboradores de sus obras; otros incluyen a algunos de esos padres más cercanos a nosotros en el mismo equipo de pastoral vocacional.
g) Materiales vocacionales
Aquí la amplitud puede ser grande. Se trata de elaborar según nuestra espiritualidad y carisma, unos materiales que ayuden a conocernos y que guíen en los procesos de discernimiento vocacional. La variedad puede ir desde materiales del tipo de comics infantiles sobre personas significativas de la congregación, para ninos/as, pasando por ediciones de formato más juvenil, hasta biografías pequeñas y sencillas para jóvenes. Materiales audiovisuales, en particular, los DVD, videos, materiales informáticos, para usar en grupos, sobre la historia y misión actual de la congregación o sobre temas específicos como la vocación.
La elaboración anual de posters, trípticos, calendarios, etc. con un tema común de fondo, se hace en algunas congregaciones con la intención de dedicar una Semana especial para dar a conocer el propio carisma. Todos los miembros de la congregación y las obras apostólicas, adaptan esta semana a la realidad de su misión, adoptando medios litúrgicos, culturales, de ambientación con carteles, peregrinaciones a lugares especiales de la congregación, actividades de relación y conocimiento entre los jóvenes de diversas obras, visitándolas, etc. Algunos profesores colaboran con su creatividad produciendo materiales en relación con la propia asignatura, sobre el fundador y la congregación, con el fin de ser usados en el aula.
Esto pide unos presupuestos económicos dado que contamos con expertos y empresas técnicas en la elaboración de estos medios.
Los materiales también tienen que abarcar la creación de fichas de discernimiento vocacional que sean fáciles para ayudar a un pastoralista en el acompañamiento vocacional de una joven. Igualmente deberíamos incluir y facilitar una bibliografía selecta de libros o folletos sobre la oración, la persona de Jesús, el fundador y la historia de la congregación, la vocación religiosa, etc. El objetivo es facilitar a las pastoralistas su trabajo para que aconsejen un libro u otro según la persona a la que acompañan.
Como decía al inicio de este apartado, la variedad de materiales es grande. No podemos recogerlos todos aquí. Aunque los materiales son necesarios, no son lo más importante; antes está el mensajero que los lleva, la calidad de su vida religiosa, el amor y fidelidad total al Señor de su vida y el deseo de servir a su Iglesia con todo el corazón.
TEOLOGÍA DE LA VOCACIÓN
A) Dios Padre es el origen de nuestra vocación
1. Primero, por amor nos llama a la vida creándonos a su imagen y semejanza:
a) Con la vida pone en nosotros el DNA del amor. El amor es la vocación innata y general de todo hombre.
b) En el bautismo nos llama a participar de su vida divina.
2. Después, encarga a su Hijo Jesús llamarnos para llevar ese amor divino por todas partes mediante una vocación específica, ya sea en el matrimonio ya sea en la vida consagrada.
B) Jesús, el formador, llama al seguimiento
1. Si Dios quiere hacernos hijos, Jesús es el más adecuado para invitarnos a seguirle, a ser como Él. Es quien puede hablarnos un lenguaje que entendamos.
2. Jesús se ha hecho hombre para llamar al hombre. Es el enviado de Dios para llamar al hombre. Por eso no existe ni un solo párrafo del evangelio, o un encuentro con Jesús, o un diálogo que no tenga una proyección vocacional; que no exprese la llamada de Jesús. Siempre Jesús nos colocará frente a la pregunta estratégica:
• ¿Qué hago con mi vida?
• ¿Cuál es mi camino?
3. Jesús llama al amor, porque nos llama a vivir su misma relación con el Padre: “Nadie tiene amor mayor que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13)
4. Hay un aspecto unificador de la llamada: -La Misión-: “Como el Padre me ha enviado también os envío yo” (Jn 20,21)
5. El entramado de cada vocación, o mejor aún su madurez, consiste en seguir a Jesús en el mundo, para hacer, como Él, de la vida un don.
6. El envío-misión es el mandato de la tarde de la Pascua: “Como el Padre me ha enviado también os envío yo” (Jn 20,21)
7. Jesús es el Maestro que puede plasmar en nosotros sus mismos sentimientos.
8. Responder a su llamada es dejarse formar por Él en los rasgos de su propia opción.
9. Emplea una pedagogía experiencial: “Jesús designó a doce para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar” (Mc 3,14).
10. Para vivir esta dimensión hay que dejarse llevar por la Palabra, en la escucha y el diálogo con Dios. La oración, la interiorización de sentimientos, dejarse formar por Dios y desear comunicar al mundo la vida del Padre.
C) La Eucaristía es el alimento y el motivo de entrega para la misión
1. En la comunidad que celebra el misterio pascual cada cristiano toma parte y entra en el estilo de Jesús.
2. La Eucaristía es el origen de toda vocación porque en ella somos llamados a hacernos como Cristo Resucitado ofrecido y entregado.
3. Se pasa del encuentro con Cristo en el signo del pan, al encuentro con Cristo en el signo de cada hombre.
4. La fidelidad a la propia vocación se alimenta en las fuentes de la Eucaristía y se mide en la Eucaristía de la vida.
D) El Espíritu Santo, Consolador y amigo; guía y memoria en la caminada vocacional, nos llama a dar testimonio.
1. “El es el Consolador”, el Espíritu de bondad que el Padre enviará en el nombre del Hijo, don del Señor resucitado”.
2. “Os lo enseñará todo y os traerá memoria de todo lo que os he dicho” (Jn 14,26)
3. “Os guiará hacia la verdad completa” (Jn 16,13).
El E.S. animador y acompañante
en la caminada vocacional llama al testimonio
1. De este modo, el Espíritu llega a ser el animador de toda vocación, el que acompaña en el camino para llegar a la meta:
a) Guía en el discernimiento.
b) Nos prepara en el testimonio
2. “El dará testimonio de mí y vosotros también daréis testimonio” (Jn 15,26-27).
El E.S. es fuerza para superar todo
1. Llamados a vivir desde el Espíritu que nos habita. Con Él superamos:
a) El pragmatismo
b) La superficialidad
c) La falta de fe
d) La desesperanza
e) El egoísmo como desamor
2. Nos abre camino para la escucha profunda como principal actividad de la acción pastoral.
Las vocaciones al servicio de la vocación de la Iglesia
1. Por la pluralidad de los dones y los ministerios:
a) El Espíritu Santo descubre la originalidad de la llamada.
b) Con una imborrable tendencia a la UNIDAD.
c) En el Espíritu Santo las vocaciones son muchas y es una sola en unidad de amor y testimonio.
2. Hace posible la pluralidad de vocaciones en la unidad de la estructura eclesial
3. Aquí es donde coinciden la realización de la persona y de la Comunidad.
El “sí” al Espíritu en la Confirmación
1. El Sacramento de la Confirmación es el momento que expresa más claramente:
a) El don del Espíritu
b) El encuentro con Él
2. Pero, a la vez, quien se confirma responde “AMÉN”:
a) Ante la propia conciencia
b) Ante la Comunidad
3. Hay en ese “AMÉN” un compromiso a vivir
a) El evangelio de Jesús
b) El mandamiento del amor
c) Renovando la fidelidad vocacional a la propia identidad de Hijo de Dios
E) DESDE LA TRINIDAD A LA IGLESIA
La historia de cada hombre es parte de otra gran historia
1. Vivimos en la Iglesia y en el mundo para la Iglesia y para el mundo
2. La Iglesia es comunidad, pero también comunión de vocaciones
3. Cada vocación es SIGNO, MISTERIO Y MISIÓN
4. La Iglesia es también Madre de Vocaciones.
5. El ministerio ordenado tiene la intrasferible tarea de promover las vocaciones y garantiza:
+ la presencia sacramental de Cristo
+ la dependencia directa de la Iglesia de Cristo.
6. Los religiosos son signo y señalación de los bienes del cielo y hacen visible el amor esponsal de Cristo por la Iglesia.
F) MARÍA
1. Es imagen de elección divina.
2. Modelo de correspondencia libre y amorosa.
3. Abierta a las sorpresas de Dios.
4. Sin escatimar el sacrificio
5. Presente y activa en la vida de la Iglesia
Conclusión
La auténtica oración vocacional será eficaz cuando hace que haya coherencia de vida en el que ora, y se inserta con los demás en la comunidad creyente, mediante el anuncio explícito, el testimonio y el servicio a Dios y a los hermanos.
“¿Por qué teméis?”
Vivamos desde la certeza de que Dios no abandona a su Iglesia
“Como me ha enviado el Padre,
así tambien yo os envío a vosotros”
Participación en el Foro
1. Explica brevemente las orientaciones operativas en la pastoral vocacional
2. Menciona los 7 puntos de la Teología de la vocación
3. ¿Qué puesto tienen el Espíritu Santo, Cristo y la Virgen en la pastoral vocacional?[/size][/color]