por jogranados » Mar Oct 05, 2010 8:34 pm
1. ¿Qué significa hablar de las vocaciones y qué debe procurar alcanzar?
Significa hablar acerca del llamado que tenemos todos los bautizados en la Iglesia de Cristo. Este llamado es, básica y universalmente, a la santidad, es decir, a la felicidad plena. Ahora bien, la santidad puede se alcanzada mediante unas vocaciones particulares: sacerdocio, vida consagrada y matrimonio. Conocer a qué estamos llamados es de suma importancia, ya que nos permite saber para qué nos pensó Dios desde la eternidad, cuál es nuestra misión, para qué fuimos creados. Dios nos dota de todo lo necesario para cumplir con dicha misión, con dicha vocación. Es importante saberlo porque de ello depende mi realización personal en esta vida y, por tanto, mi felicidad. Ya que en esa plena realización del ser humano radica la verdadera felicidad.
2. ¿De quién es tarea la promoción vocacional? ¿Sólo da unos pocos?
En primer lugar, es tarea de todo bautizado preguntarse para qué Dios lo creó, para qué fue hecho. Es claro que por el Bautismo hemos sido llamados a ser discípulos y misioneros de Cristo, esto es, a seguirlo y a anunciarlo. Sin embargo, el bautizado, como miembro de la Iglesia, necesita de una guía, de personas que lo animen y lo acompañen en este discernimiento. Que lo ayuden a comprender cómo Dios le está hablando a su corazón. La tarea de promoción vocacional, creo yo, debe comenzar en los hogares, como Iglesia doméstica que son. Los padres deberían estar atentos a las inclinaciones de sus hijos, apoyarlos y guiarlos en el discernimiento. Los maestros, especialmente en colegios católicos, deberían también promocionar la importancia que tiene el elegir una vocación, saber si Dios nos está llamando a un servicio exclusivo, a santificarnos por medio de la vida consagrada o la vida de matrimonio. La Iglesia, los grupos de oración, comunidades religiosas, etc. Con su testimonio, principalmente; pero también con actividades que promuevan al menos la inquietud de preguntarse por la vocación particular y resaltar la importancia que esto tiene en nuestras vidas.
3. ¿Por qué es importante buscar vocaciones? ¿Qué pasaría a la Iglesia y a la congregaciones si no se buscan vocaciones?
En primer lugar, es importante por lo dicho anteriormente: en conocer y saber cuál es mi vocación y seguirla está mi felicidad. Solo allí puedo realizarme plenamente. Si la Iglesia no promoviera ni buscara nuevas vocaciones, no habría obreros para tanta míes; el mensaje de Jesucristo, la Buena Nueva, probablemente se perdería, no llegaría a todos los rincones de la tierra, como deberá ser. Además, no se nos da una luz para esconderla debajo de la cama, sino para ponerla en lo alto, para que ilumine todo alrededor. Esa es la vocación: ser luz. Vivimos una crisis vocacional, esto es evidente. Y es algo que debe preocuparnos seriamente a todos los que formamos parte de esta Iglesia y de esta hermosísima religión: la religión católica.