por luz en el camino » Mié Oct 06, 2010 11:12 pm
1. ¿Qué significa hablar de las vocaciones y qué debe procurar alcanzar?
Creo que hablar de vocaciones es hablar del gran amor que Dios mismo nos tiene como sus hijos, es hablar de esa presencia constante, de ese llamado y de esa fidelidad de su parte. La vocación es lo más profundo que tiene el hombre pues es el llamado más íntimo que está dentro de él.
En la lectura que leímos decía que es hablar de “la realidad más profunda de la persona”, eso significa que, corroborando con la lectura, va más allá de un gusto, de un interés o hasta de un mismo deseo que te haga sentir bien, esto va más allá.
La vocación es un llamado al amor, como lo menciona la teología de la vocación. Es una forma particular en la que cada persona muestra el rostro de Jesús, es una opción, una misión y un signo. Es una opción de vida que, si es experimentada en plenitud, lleva a engendrar más vida y esto hace de la vocación un gran misterio de amor, pues nuestro Señor nos permite participar con Él de este gran misterio. Se debe procurar alcanzar la felicidad y la plenitud del llamado, alcanzar el seguimiento de Jesús de forma más radical. Es alcanzar ese proyecto que Dios propone a todos los llamados, es alcanzar a dar respuesta a “sus más profundas aspiraciones”: se debe procurar alcanzar que, a través de ella, el ser humano pueda donarse, relacionarse con los otros, transformar su ambiente y reflejar el amor de Dios, según el plan que Él ha trazado para cada uno.
2. ¿De quién es tarea la promoción vocacional? ¿Sólo da unos pocos?
No, la tarea de la promoción vocacional es de todos, inclusive aquí es pensar en que no solo es tarea de los consagrados o de los sacerdotes, a pesar de ser ellos un gran apoyo para esta tarea. La promoción vocacional es de todos, ha de ser una tarea que ha de preocuparnos a todos, pues mientras más seres humanos felices en su vocación tengamos, nuestra sociedad y nuestra Iglesia estará llena de cristianos realizados que podrán donarse por completo por amor a Dios, en cualquiera de sus vocaciones específicas.
Su Santidad Benedicto XVI dice que todos hemos de ser sembradores de vocaciones, ser portadores de esa buena noticia del llamado, de buscar por medio de la esperanza y de la Palabra de Dios, el poder allanar los caminos para que el Señor llegue a los jóvenes, para que puedan descubrir o redescubrir la bondad de Dios en el llamado profundo de sus almas. La idea es que esta promoción vocacional es una tarea de todos los que somos parte de la Iglesia, debe ser nuestra tarea principal, nuestro objetivo y más pensando que la mayor parte de nosotros pertenecemos a una Iglesia particular (parroquia, capilla, templo) y es el campo favorable para promocionar la vocación, en todas las actividades, no solo particularmente en un “retiro vocacional”, sino en todo ha de estar este “aire vocacional” pues es donde los jóvenes se desarrollan y se mueven, donde participan, donde trabajan y muchas veces “casi viven” por sus apostolados, ¿qué mejor ambiente para promocionar la vocación?.
3. ¿Por qué es importante buscar vocaciones? ¿Qué pasaría a la Iglesia y a las congregaciones si no se buscan vocaciones?
Inicio con una frase del seminario de mi ciudad: sin sacerdotes no tenemos Eucaristía…..sin matrimonios nos quedamos sin familias que caminen con las gracias necesarias para llegar a la santidad…No es importante, es IMPRESCINDIBLE el buscar vocaciones, el convertirnos en pescadores de hombres, en esos que van más allá a hablar de Dios y de su gran amor…La santidad la tenemos al alcance pero mediante los “medios” que el Señor nos pone y es precisamente el responder a la vocación lo que nos permite hacer uso de estos medios. Si como Iglesia no buscamos vocaciones, si como comunidades no buscamos vocaciones nos volveríamos un desierto donde la vida espera por entrar pero donde el clima no lo permite, donde ansían la vegetación pero no hay quien riegue ni siembre…¡qué peligro y qué panorama tan obscuro!
Es por esto que su Santidad Benedicto XVI dice que la búsqueda de la vocación es una búsqueda de esperanza, de luz, de fuerza, de plenitud y de vida, estamos llamados a, como dijo su Santidad Juan Pablo II, a motivar el origen de una cultura vocacional a través de la formación de conciencias y el hacer sensibles a los demás ante los valores espirituales.
Adjunto lo que me gustó del mensaje del Papa Juan Pablo II, en su oración….
“Virgen María, joven hija de Israel, ayuda con tu amor maternal a los jóvenes a quienes el Padre dirige su Palabra; sostén a los que ya están consagrados. Que repitan, como tú, el sí de una entrega gozosa e irrevocable”. Amén.
Dios los bendiga