Los principios básicos que sustentan la mística vocacional son los siguientes:
1.- LA ORACION Y LA VIDA SACRAMENTAL: La oración debe ser constante, de súplica y agradecimiento. Se debe pedir en todo momento y lugar por el incremento de las vocaciones, recordando las palabras de nuestro Señor: “pedid y se os dará, tocad y se os abrirá”.
2.- EL SACRIFICIO PERSONAL POR LAS VOCACIONES
Es llevar a cabo todo esfuerzo en pos de las vocaciones. Dios retribuye todo sacrificio hecho por las vocaciones. Es muy importante tener en cuenta que el enemigo de las almas no escatimará esfuerzos en boicotear cualquier vocación.
3.- COLOCAR LA BÚSQUEDA DE BUENAS Y ABUNDANTES VOCACIONES EN UN LUGAR PREFERENCIAL DENTRO DEL GOBIERNO DE LA CONGREGACIÓN
¿Por qué? Existen muchas razones; tan sólo mencionaremos algunas.
a) Sin vocaciones, sin buenas vocaciones el futuro de la congregación es incierto.
b) El mundo actual se presenta en su mayoría reacio a la vocación religiosa.
c) El catolicismo necesita para su mantenimiento y expansión de las vocaciones.
d) La atención vocacional requiere mucho tiempo ayuda y calidad de personas.
e) Las principales decisiones de la congregación serán iluminadas y en otro momento determinadas por el factor vocacional. No es un elemento más a tomar en cuenta; es un elemento DETERMINANTE.
Nota: La mística vocacional se vive en primer término en el gobierno general, de ahí se debe transmitir al resto de la congregación.
5.- BUSCARLAS, SALIR AL ENCUENTRO Y AYUDAR EN EL DISCERNIMIENTO VOCACIONAL, A EJEMPLO DE CRISTO CON LOS DISCIPULOS DE EMAÚS
Cristo salió al encuentro de los discípulos de Emaús como así también al encuentro de María Magdalena. Es verdad que hay jóvenes con vocación y están totalmente desatendidos. Considero que más de un sacerdote debiera hacer este curso para aprender que las vocaciones se cultivan y no se dejan a la deriva, ya que no vivimos en un mundo que los aliente a dar toda su vida a Cristo. Se los ayuda a los jóvenes en tantos campos, y en este, que es primordial, se lo deja solo para que decida.
Debemos dar pautas a los jóvenes para ayudarlos a discernir la Voluntad de Dios en su vida.
Si bien es cierto que la oración es fundamental no podemos descartar las acciones concretas para su búsqueda.
6.- RESPETO A LA DECISIÓN PERSONAL
La libertad es un regalo de Dios y nosotros no somos quiénes para robárselo a ningún joven. Por eso cuando se trabaja con las vocaciones se ha de respetar la decisión de la joven y el paso de Dios en el alma. No somos nosotros los que damos la vocación, viene de Dios y es un misterio; a unos los llama a la primera hora, a otros a tercera….El amor o es libre o no es amor.
7.- EL ACOMPAÑAR A LAS VOCACIONES
Nunca dejarlas solas, necesitan de un guía, de un amigo que les ayude a vencer los problemas de la propia vocación, de la familia, los embates del diablo del mundo, etc.
Acompañar a una vocación es siempre ayudarla a discernir la voluntad de Dios, es acercarla a la vida sacramental principalmente a la Eucaristía y a la confesión, es disipar dudas alimentadas por el diablo, es enseñarla a orar, es ser su directora espiritual.
El joven no quiere una vida religiosa relajada sino exigente y comprometida.
8.- EJEMPLO DE ALEGRÍA, ENTREGA Y DONACIÓN TOTAL
Mostrar con nuestra vida/ testimonio real que vale la pena “venderlo todo para comprar esa perla preciosa”. Es vivir con coherencia aquello que predicamos con nuestros labios.
9.- TRABAJO VOCACIONAL ORDENADO Y PROGRAMADO Y CON OBJETIVOS CLAROS Y DE LA REVISIÓN CONSTANTE
Diseñar, programar acciones concretas, siguiendo un plan para alcanzar la meta. Hay que huir de las improvisaciones, del desorden, etc.
10.- ALIMENTARSE DEL TRIUNFO NO DEL FRACASO
Este último apartado de la mística es de suma importancia dada la dificultad del trabajo vocacional. El mundo, la sociedad, las jóvenes no ven con buenos ojos la vocación religiosa, y esto también en menor o mayor grado entre los católicos. Trabajamos con Cristo y para ÉL. Por lo tanto nunca debe haber lugar para el desánimo.