por Esmeralda Dominguez » Lun Mar 14, 2011 1:21 pm
¿Cuales son las penas que le sobrevienen a Adán y a Eva a consecuencia del pecado original?
Se puede decir y de acuerdo a Santo Tomás de Aquino que se engloban en cuatro:
1) La razón, en la cual reside la prudencia; ha sido despojada de su orden a lo verdadero, está la herida de la ignorancia.
2) La voluntad, en la cual reside la justicia; ha sido destituida de su orden al bien, está la herida de la malicia.
3) La pasión o apetito irascible, en la cual reside la fortaleza; ha sido despojada de su orden a lo arduo, está la herida de la debilidad.
4) La pasión o apetito concupiscible, en la cual reside la templanza; está destituida de su orden a lo deleitable, moderado por la razón, está la herida de la concupiscencia.
Se puede dar una breve explicación:
El debilitamiento de la inteligencia para conocer el bien, implica cierta debilidad mental en la consideración de los bienes espirituales, esto con lleva a que el ser humano, debido a la herida de la ignorancia, conoce menos a Dios, se conoce menos a sí mismo. Nuestra inteligencia, nuestra razón, no solamente está herida por el pecado original con la ignorancia de Dios y de los demás, sino que también tomamos el bien por mal.
En el libro de la Sabiduría resume así los objetos del error y la ignorancia: no conocen: a) los secretos de Dios, b) ni esperan recompensa para la virtud, c) ni valoran el premio de una vida intachable. Esto nos conlleva a olvidanos del Creador y preferimos los bienes creados al Creador, que es el Bien supremo y nuestro Fin último.
Otra consecuencia del pecado original es que los apetitos instintivos y los apetitos del alma no obedecen a la razón, de haber desobedecido a Dios hace que ahora una parte de mi propio ser no me obedezca a mí; esto implica que por haber desobedecido a Dios, ahora le desobedecen sus propios impulsos instintivos o anímicos: gula, lujuria, avaricia, vanidad, soberbia, ira, miedo y tristeza por la frustración de los deseos (Pecados capitales), a las pasiones les corresponden por su desorden estos vicios.
Esta pena o herida consiste pues en el desorden de las pasiones que no obedecen a la razón, por lo tanto, siendo un ser racional obramos como irracionales, es decir el hombre puede llegar a comportarse como animal.
la intemperancia, o sea la falta de moderación en el uso de los bienes y la debilidad ante el mal, que tiene dos formas: por un lado la impaciencia o falta de tolerancia ante el mal y el sufrimiento y por otro lados la cobardía, la huida ante el peligro que uno podría vencer.