por marina » Mar Mar 29, 2011 8:18 pm
En el matrimonio los ministros son los esposos mismos. El sacerdote que asiste al matrimonio no asiste como ministro del Sacramento, asiste como testigo de la Iglesia.
los esposos. Se confieren el Sacramento del Matrimonio el uno al otro, recíprocamente.
no sería posible el “Sí” de los dos si cada uno no hiciera posible el “Sí” del otro.
La materia, la realidad sensible, son los esposos mismos en cuerpo y alma. Ellos son ministros y a la vez materia del Sacramento.
es un Sacramento que como el Bautismo se celebra una sola vez porque se da para siempre. Y hay que vivirlo siempre. Todos los días tengo que vivir de acuerdo a mi Bautismo como hijo. Y todos los días deben vivir los esposos su matrimonio como hijos de Dios y hermanos.
Cristo actúa en el uno para el otro. Y por eso el matrimonio sacramental no es solamente algo santo, sino que es algo sagrado, Porque es un acontecimiento divino. Es participación en la intimidad del Amor Divino, en la realidad divina y por lo tanto, si se vive bien, en Gracia, es divinizador. Por el ministerio del esposo, diviniza a la esposa y por el ministerio de la esposa está llamado a divinizar al esposo.
Dios Los va instruyendo interiormente para poder ser ministros recíprocamente el uno del otro.
Los esposos que viven en gracia son movidos por los dones del Espíritu Santo para vivir su matrimonio santamente como por un instinto divino no razonado. pero si lo hacemos conscientemente y con fervor hay más fruto; es decir, hay más percepción de los frutos.
La Gracia es invisible, es imperceptible, pero sus efectos se experimentan, se van viendo a lo largo de la vida. El uno para el otro son ministros de la acción de Cristo. Es maravilloso lo que hace Cristo en el esposo a través de la esposa cuando ella es santa; y lo que hace en la esposa a través de su esposo cuando él es santo. Por eso el esposo debe empeñarse en que su esposa sea santa y la esposa debe empeñarse en que el esposo sea santo. Así cada uno recibe la acción de Cristo a través del otro. ¡Cuando los dos se empeñan en la mutua santificación los efectos de la gracia son maravillosos!
una amor que es como flecha encendida, desprendida del Fuego de Dios. Es Gracia. El Cielo está regalado para los esposos.
El matrimonio es una realidad santa y sagrada y si no se la comprende y no se lo vive religiosamente, nunca se llega a comprender lo que es en verdad.
cuando se recibe el Sacramento por motivos que no son religiosos, en realidad se comete un sacrilegio porque se está tomando lo sagrado como un medio para otra cosa, que no es su fin propio. Se está tomando algo que Cristo instituyó con un fin haciéndolo servir a otro fin; se está cometiendo una usurpación, un “abuso del poder”, una desviación de la intención divina. Y eso es sacrilegio.
“La Sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26- 27) y se cierra con la visión de las "bodas del Cordero" (Ap 19,7.9). De un extremo a otro la Escritura habla del matrimonio y de su "misterio", de su institución y del sentido que Dios le dio, de su origen y de su fin,
si viven realmente su Bautismo están siendo engendrados día por día por el Padre, están siendo divinizados. Naturalmente, esto no sucede mágicamente. Sucede si los cónyuges hacen lo que al Padre le agrada y evitan lo que al Padre le desagrada, si viven como hijos realmente, teniendo en cuenta la Voluntad del Padre como guía de su vida. Si viven así, entonces están siendo dirigidos por el Padre y engendrados por el Padre-, en el Sacramento del Matrimonio. Entonces, se administran, el uno al otro, un amor que no es puramente natural y humano, laico y desacralizado, sino que es inseparable del Amor de Dios.
Amándose el uno al otro con amor esponsal de hijos de Dios, se administran el uno al otro un amor que viene de Dios y los lleva a Dios. Un amor que Dios obra por generación en el corazón de ambos. Dios no se interpone entre los esposos sino que es la fuente y la meta de su amor esponsal. Y por eso ambos se casan no mirándose el uno al otro sino mirando ambos en la dirección de Dios y es ese mirar de cada uno hacia Dios el que los une entre sí. Si se miraran el uno al otro, al poco tiempo en vez de amor surgiría el cansancio, el aburrimiento o el odio. Lo que los mantiene precisamente en la dirección de la fidelidad es ese casarse y vivir los dos de cara al Padre. Y eso los mantiene unidos. Su vínculo con el Padre refuerza el vínculo entre ellos.
al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano.
le es dada por Dios como una "auxilio", representando así a Dios que es nuestro "auxilio" (cf Sal 121,2).
Porque es fuerte el amor como la muerte o más que la muerte, es implacable la pasión como el Sheol 5 es centella de fuego, llamarada divina -es decir, una llama de fuego que es Fuego Divino-,
¡Cuanto más sublime y grande es una realidad, peor es su corrupción!
destinada por creación a reflejar el amor divino. De ahí que Dios aborrezca el adulterio. Se dice que una cosa está adulterada cuando está corrompida, pero por una intención corruptora. Adulterar un producto es con intención. Y así adulterar el matrimonio es corromper intencionalmente algo que es sagrado y divino. El adulterio está en la esfera del sacrilegio y por eso le desagrada a Dios, porque va directamente contra el amor. Y el amor es lo más parecido a Dios entre sus creaturas. Es su epifanía más acabada y perfecta. Por eso la infidelidad, por decirlo de alguna manera: “le duele” a Dios, lo hiere. Y, al hombre, lo aparta del querer divino y por lo tanto lo separa del Padre; lo deforma como hijo, más: deja de ser hijo. Por eso Jesús insiste en esa gravedad del adulterio.
se cambia en relaciones de dominio y de concupiscencia (cf Gn 3,16b);
con la sanación de estas heridas por el Sacramento del Matrimonio: donde abundó el pecado sobreabundó la Gracia.
El Sacramento del Matrimonio es una victoria de Dios sobre el pecado.
Es un sacramento de sanación, en el que Dios da la gracia necesaria para sanar las consecuencias del pecado original: “Tras la caída, el [sacramento del] matrimonio ayuda a vencer el repliegue sobre sí mismo, el egoísmo, la búsqueda del propio placer, y a abrirse al otro, a la ayuda mutua, al don de sí” 10 .
los esposos podrán "comprender" (cf Mt 19,11) el sentido original del matrimonio y vivirlo con la ayuda de Cristo. Esta gracia del Matrimonio cristiano es un fruto de la Cruz de Cristo,
Participación en el foro:
1.- ¿Quienes son los ministros en el Sacramento del Matrimonio? los esposos
2.- ¿Cual es la materia en el Sacramento del Matrimonio? los esposos
3.- ¿Cual es la forma en el Sacramento del Matrimonio?
Forma del Sacramento del Matrimonio: Es el "SI" de los esposos
4.- ¿Cómo obra este Sacramento en la sanación del amor?
Porque es un acontecimiento divino. Es participación en la intimidad del Amor Divino, en la realidad divina y por lo tanto, si se vive bien, en Gracia, es divinizador. Por el ministerio del esposo, diviniza a la esposa y por el ministerio de la esposa está llamado a divinizar al esposo.
Los esposos que viven en gracia son movidos por los dones del Espíritu Santo para vivir su matrimonio santamente
Sucede si los cónyuges hacen lo que al Padre le agrada y evitan lo que al Padre le desagrada, la Voluntad del Padre como guía de su vida. Si viven así, entonces están siendo dirigidos por el Padre y engendrados por el Padre-, en el Sacramento del Matrimonio. Entonces, se administran, el uno al otro, un amor que no es puramente natural y humano,
Dios no se interpone entre los esposos sino que es la fuente y la meta de su amor esponsal. Y por eso ambos se casan no mirándose el uno al otro sino mirando ambos en la dirección de Dios y es ese mirar de cada uno hacia Dios el que los une entre sí. Si se miraran el uno al otro, al poco tiempo en vez de amor surgiría el cansancio, el aburrimiento o el odio. Lo que los mantiene precisamente en la dirección de la fidelidad es ese casarse y vivir los dos de cara al Padre. Y eso los mantiene unidos. Su vínculo con el Padre refuerza el vínculo entre ellos.
con la sanación de estas heridas por el Sacramento del Matrimonio: donde abundó el pecado sobreabundó la Gracia.
El Sacramento del Matrimonio es una victoria de Dios sobre el pecado.
Es un sacramento de sanación, en el que Dios da la gracia necesaria para sanar las consecuencias del pecado original: “Tras la caída, el [sacramento del] matrimonio ayuda a vencer el repliegue sobre sí mismo, el egoísmo, la búsqueda del propio placer, y a abrirse al otro, a la ayuda mutua, al don de sí” 10 .
los esposos podrán "comprender" (cf Mt 19,11) el sentido original del matrimonio y vivirlo con la ayuda de Cristo. Esta gracia del Matrimonio cristiano es un fruto de la Cruz de Cristo,
18-gana
23-27 quiere
¡Santa alegría!
El que llegue primero es un feto(Los espermatozoides)
Glorioso Patriarca San José, ruega por nosotros, cuida de la Iglesia con la amorosa solicitud con que cuidaste de Jesús