Wolfried escribió:Ayuda con unos pensamiento inquietante que no se de donde vienen
(hablo del mal del demonio no del hombre)
pensamiento que el mal debe ser perdonado o purificado o salvado convirtiendolo al bien como blanquiar con la purificacion a a un demonio hasta serlo desaparecer , renaciendolo despues como nuevo angel
no me deja en paz , mucho pensamiento que me asusta porque se sabe que el mal de los demonios debe tener su merecido en el castigo eterno, solo el hombre puede ser salvo , yo no entiendo porque esos pensamiento vienen a mi
Estimado en Cristo Wolfried:
El mal puede ser perdonado y subsanado si el ser que lo comete permite que eso suceda.
Cuando el ser que comete el mal se obstina
definitivamente en su posición (como ocurre con los ángeles rebeldes y con las personas humanas que se condenan) entonces son las mismas creaturas que han optado por el mal las que impiden que les sea concedido aquello que requieren para adquirir nuevamente la perfección que han perdido (porque el mal es siempre una imperfección, algo que falta, una carencia), y el que se obstina en el mal, lo que hace es precisamente NO QUERER aquello que le falta, por tanto no hay posibilidad de dárselo.
El castigo de Dios, entonces, NO ES un castigo vengativo al estilo de la pobre justicia humana, un castigo del que nadie se puede librar "porque merece sufrir" o cosa parecida. No, por supuesto que no. El Castigo de Dios es un castigo MISERICORDIOSO. Dios limita a su creatura en el Infierno para evitar que dicha creatura, obstinada en el mal como está, se haga mayor daño a si misma y/o a otras creaturas. Por consiguiente, si "blanquear" a un demonio "haciéndole desaparecer" para que "renaciera como ángel" fuese una opción para "redimirlo", por supuesto que Dios no impediría que eso sucediera. Pero la realidad es que si la creatura llegara al punto de desaparecer, entonces sería ANIQUILADA y lo que "resurgiera" después NO sería esa misma creatura, sino otra; particularmente si fuese justamente una creatura que eligiese cosas distintas a lo que la creatura original habría elegido.
Por cierto, por eso mismo es que existe el Purgatorio: porque nosotros mismos no somos redimidos "desapareciendo" y "resurgiendo". Lo que muere es nuestro cuerpo mortal, la materia, pero NO el espíritu. Y nuestro espíritu NO "se hace bueno" de una manera "mágica", sino somos nosotros mismos los que tenemos que aprender a ELEGIR consistentemente el bien, y eso solo lo hacemos cuando aprendemos a amar con perfección. Por eso, los que lleguemos a morir habiendo hecho una elección fundamental en favor del Bien, pero sin haber aprendido completamente a amar, necesitamos aprender a renunciar a nuestro egoismo y eso es lo que hacemos en el Purgatorio; donde NO somos aniquilados y resurgimos; sino, por el contrario, donde lo BUENO que existe en nosotros se COMPLEMENTA Y PERFECCIONA, adquiriendo aquello que nos falta para lograr ser COMPLETAMENTE BUENOS.
Si los ángeles caidos y los condenados quisieran ser perfeccionados también, podrían serlo y entonces NO serían condenados. Pero, como hemos dicho, el problema es justamente que NO QUIEREN ser perfeccionados y, precisamente por eso, Dios, que les dió la libertad para elegir, no los obliga a perfeccionarse ni a actuar bien, pero SI les contiene para que no causen más daño con y desde el mal que han elegido.
Humanamente a veces nos cuesta trabajo entender esto porque nuestra experiencia cotidiana es la de que a veces elegimos el mal y luego podemos arrepentirnos. Entonces nos parece que, por muy obstinada que esté una creatura en el mal, SIEMPRE quedaría la opción de que cambiara de parecer.
Pero eso ocurre porque nuestro conocimiento es muy imperfecto: por eso a veces vemos las cosas desde un cierto punto de vista y tomamos una decisión a partir de esas condiciones particulares, pero luego, más calmados, o con mayor información, logramos apreciar de manera distinta las cosas y nuestra decisión puede cambiar.
En el caso de los ángeles, lo que ocurre es que su conocimiento es mucho más completo y perfecto que el nuestro, por eso sus "puntos de vista" NO cambian con respecto al tiempo; sino sus decisiones, una vez tomadas, implican TODA la información que es relevante para ellos y que puede llegar a afectar esa decisión; de modo que NUNCA habrá más información, madurez, tranquilidad, etc. que pueda afectar el resultado de la decisión tomada. Por eso la rebeldía de los ángeles caídos es DEFINITIVA.
Por otro lado, aunque los seres humanos podemos cambiar y arrepentirnos, llega el momento en que nuestras decisiones también se hacen definitivas. Cuando ya cualquier nueva situación en la que nos encontremos o información que nos llegue NO cambia nuestra decisión, porque YA hemos tomado en cuenta, aunque haya sido poco a poco, TODA la información que potencialmente podía afectar nuestra decisión.
Por supuesto que es muy posible que ni nosotros mismos sepamos cuándo una decisión es realmente la definitiva que tomaremos y cuándo no. Pero Dios SI LO SABE. Y por eso Dios puede determinar la condenación eterna de una persona que ha tomado una decisión DEFINITIVA en favor de su propio egoismo y en contra del amor. Por el contrario, si Dios sabe que la decisión NO ERA DEFINITIVA, eso es justamente lo que determina que la persona vaya al Purgatorio, donde el perfeccionamiento y arrepentimiento completo del que Dios sabe que la persona es aún capaz, puede tener lugar... aunque pueda llevar mucho tiempo y sufrimiento.
Todo esto te lo explico porque tal vez parte de la razón de ser de esos pensamientos sea una inquietud sincera sobre el alcance de la Misericordia de Dios, alcance que, de lo anterior, espero que te puedas dar cuenta de que es ABSOLUTO. Porque TODO lo que Dios hace, incluyendo la condenación de los que la han merecido, está PROFUNDAMENTE enraizado en SU MISERICORDIA, es ESA la Verdadera Justicia, y NO ese sentido erroneo de "justicia" vengativa al estilo de la que solemos tener los humanos.
Que Dios te bendiga en la alegría de la Resurrección del Señor.