DONDE FUERON A PARAR LOS REGALOS DE LOS REYES MAGOS

[jf21]

Estimados/as amigos/as:

me pregunto -y alguna vez me han preguntado- qué fue de los regalos de los Reyes Magos.

Alguna vez escuché que los dieron a los pobres.

¿Sabéis si la Tradición de la Iglesia o el Magisterio ha resuelto esta duda?

Un cordial saludo...¡y feliz Navidad para todos/as!

Gracias por vuestra labor.

[jf21]

Mucho me temo que este Foro ha perdido la rapidez en las respuestas de antaño.
Espero -al menos- que haya moderadores.
El poco o mucho trabajo que hagan en los Foros, está compensado con el Historial que tienen, ya que sigue siendo fuente de información para mí en muchísimos otros lugares de esta página.

En cuanto a la pregunta, la hize en Facebook a un teólogo.
Parece ser que no hay respuestas fidedignas...y que todo fue un poco simbólico.

Muchos ánimos para los moderadores que aún sigan en esta página web...y un cordial saludo.

[eduarod]

Estimado en Cristo jf21:

Si, sigue habiendo moderadores; si, sigue habiendo participación (que, aunque algo disminuida respecto a otras épocas, tampoco es poca); y, aunque tal vez hayamos perdido un poco en cuestión de rapidez de respuestas, ciertamente creo que hemos ganado, y bastante, en calidad de las mismas.

Respecto a la pregunta del tema, la verdad es que al menos un servidor nunca ha visto el asunto tratado en ningún lugar serio. Ciertamente el asunto NO está tratado en la Escritura, y ni al saber y entender de un servidor -que no es poco-, tampoco en el Magisterio (que es lo que, en todo caso, interesaría a este sub-foro).
En realidad, con trabajos se discute cuántos eran, exactamente quiénes eran, de dónde venían, etc. estas personas (los magos de oriente); y, respecto a los propios regalos, cuya naturaleza es de las pocas cosas seguras al respecto, porque SI es algo tratado por la Escritura de manera específica y directa -señal de la importancia de ese aspecto-, de lo que se discute y reflexiona en todo caso NO ES sobre qué le ocurrió a esos regalos, sino cuál era el significado de esos regalos concretos; en esto SI existen tradiciones que son recogidas por el Magisterio en su significado más profundo:

Como los Magos, también nosotros estamos llamados a adorar, en el pequeño Jesús, a Dios Creador y Señor del universo y a ofrecer con ellos espiritualmente los dones, como signo de reconocimiento de su realeza (el oro), de su divinidad (el incienso) y de su humanidad, que se inmolará en el Calvario (la mirra).
JUAN PABLO II
ÁNGELUS
Lunes 6 de enero de 1992
Solemnidad de la Epifanía

Asi pues, si en otro tiempo hubo respuestas más rápidas a preguntas de esta naturaleza, quizá fue porque eran respuestas poco fundamentadas que obedecían más a una piadosa imaginación del propio autor de la respuesta o quizá de algún otro autor anterior que ponía más atención en esos aspectos secundarios que en lo fundamental. Por ejemplo, como esa respuesta de que "lo dieron a los pobres", evidentemente más basada en lo que alguien pensó que "debían haber hecho personas tan santas como ellos", que en un fundamento real. Y, para que no seamos prontos en dar oidos a ese tipo de opiniones piadosas, recordemos cómo la propia Escritura nos enseña cómo Jesús rebatió a Judas su comentario respecto a porqué no se daba a los pobres el precio de la venta del perfume con el que María enjuagó sus pies:

Jesús le respondió: «Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura.
A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre».
San Juan 12, 7-8

Asi pues, no siempre "darlo a los pobres" es lo más apropiado.
Lejos entonces de estas opiniones piadosas sobre aspectos secundarios, lo que se busca ahora en los foros, sobre todo en este sub-foro, es centrarse en lo fundamental, en lo verdaderamente importante y sólidamente fundado en la Enseñanza de la Iglesia. Por eso, si nadie tiene una respuesta seria -porque de hecho el asunto no la tiene-, pues no es sino lógico que el tema permanezca sin respuesta.

Pero bueno, ya que estamos respondiendo, aprovechemos el tema para una reflexión de lo que es realmente importante; y para ello creo pertinente aportar este fragmento de una homilía del Santo Padre (ahora Papa Emérito) Benedicto XVI:

Llevaron oro, incienso y mirra. Esos dones, ciertamente, no responden a necesidades primarias o cotidianas. En ese momento la Sagrada Familia habría tenido mucha más necesidad de algo distinto del incienso y la mirra, y tampoco el oro podía serle inmediatamente útil. Pero estos dones tienen un significado profundo: son un acto de justicia. De hecho, según la mentalidad vigente en aquel tiempo en Oriente, representan el reconocimiento de una persona como Dios y Rey: es decir, son un acto de sumisión. Quieren decir que desde aquel momento los donadores pertenecen al soberano y reconocen su autoridad. La consecuencia que deriva de ello es inmediata. Los Magos ya no pueden proseguir por su camino, ya no pueden volver a Herodes, ya no pueden ser aliados de aquel soberano poderoso y cruel. Han sido llevados para siempre al camino del Niño, al camino que les hará desentenderse de los grandes y los poderosos de este mundo y los llevará a Aquel que nos espera entre los pobres, al camino del amor, el único que puede transformar el mundo.

Así pues, no sólo los Magos se pusieron en camino, sino que desde aquel acto comenzó algo nuevo, se trazó una nueva senda, bajó al mundo una nueva luz, que no se ha apagado. La visión del profeta se ha realizado: esa luz ya no puede ser ignorada en el mundo: los hombres se moverán hacia aquel Niño y serán iluminados por la alegría que sólo él sabe dar. La luz de Belén sigue resplandeciendo en todo el mundo. San Agustín recuerda a cuantos la acogen: "También nosotros, reconociendo en Cristo a nuestro rey y sacerdote muerto por nosotros, lo honramos como si le hubiéramos ofrecido oro, incienso y mirra; sólo nos falta dar testimonio de él tomando un camino distinto del que hemos seguido para venir" (Sermo 202. In Epiphania Domini, 3, 4).
SANTA MISA EN LA SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
Basílica Vaticana
Martes 6 de enero de 2010

Vemos, pues, que lo importante NO ES "qué pasó con los regalos", sino lo importante es: ¿qué va a pasar con nosotros? ¿seguiremos ese camino distinto dando el testimonio del Niño que nos ha sido Dado? ¿o volveremos por el mismo camino por el que veníamos, sujetos como estábamos a los poderes e intereses de este mundo?

Saludos y bendiciones en la alegría del Nacimiento y la Epifanía del Redentor.

[jf21]

Ha merecido la pena esperar, totalmente: Eduardo.

Efectivamente, la importancia del tema puede estribar en cómo lo llevaremos a la práctica nosotros en nuestra vida actual.

No obstante, me asaltó la curiosidad...igual que a veces me preguntan los niños de Confirmación sobre múltiples aspectos evangélicos; y sé que aquí es un buen sitio para preguntarlos. Hacia aquí derivo a catecúmenos y catequistas.

Un abrazo fraterno, sr.Eduardo.

Enhorabuena por su cultura y generosidad en compartirla.

Siga vd con su útil labor.