Si Dios destina a algunas personas a sufrir?

[chi]

Saludos. Hace poco estoy leyendo sobre las apariciones de La Virgen de Fatima y Lourdes y varios santos y me doy cuenta que parece que Dios ha destinado algunas personas sufrir mas de lo normal.

Les hago le pregunta porque creo que Dios me habia destinado sufrir mas que otra cosa. Soy pecador por supuesto pero tambien soy catolico desde chiquito y Dios me has liberado de muchas cosas malas. No obstante, desde muy joven nunca he estado feliz realmente y por ende me pregunto si estoy destinado para el sufrimiento. Lo que mas me consuela en este mundo es hablar de Jesucristo y criar a mis tres hijas. Paso mucho tiempo soñando llegar al cielo porque estoy cansado del mundo y sus mentiras pero como soldado sigo en la lucha por el amor que Jesucristo me ha demostrado. Les aprecio sus opiniones. Bendiciones.

[eduarod]

Estimado en Cristo chi:

No es propiamente que Dios destine a algunas personas a sufrir, sino que a algunas personas, que Dios mismo hace capaces para ello, les encomienda la misión de, a ejemplo de Cristo, tomar sobre si el sufrimiento de los demás y librar así de ese sufrimiento a sus hermanos en mayor grado de lo que ocurre con otras personas.
Recordemos que el sufrimiento de suyo ES MALO y Dios NO QUIERE que se incremente el mal (y, por ello, tampoco el sufrimiento) en el mundo. Por tanto Él NO "envía" sufrimientos a la gente NI QUIERE que la gente sufra.
Por el contrario, es precisamente por ello: para LIBRAR a los más débiles del dolor y del sufrimiento, que Dios SI DA a algunos la fuerza para llevar a cabo esa misión de ser capaces de quitar esos sufrimientos de los otros cargándolos ellos mismos en nombre de Él.
Eso hizo Cristo por TODOS, porque NINGUNO podría haber llevado sobre si el sufrimiento que su propio pecado ha causado y merece, y por eso Cristo llevo PARA TODOS la parte del sufrimiento que a cada uno de nosotros le tocaba y que cada uno de nosotros NO podía cargar.
Dejó, sin embargo, una pequeña parte para que nosotros mismos podamos imitar ese Amor suyo cargando parte del sufrimiento de nuestros hermanos; y así hacernos semejantes a Él. Esto nos lo enseña San Pablo en un texto con el que el Beato Juan Pablo II comienza su Carta Apostólica Salvifici Doloris:

1. « Suplo en mi carne —dice el apóstol Pablo, indicando el valor salvífico del sufrimiento— lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia ».(1)

Estas palabras parecen encontrarse al final del largo camino por el que discurre el sufrimiento presente en la historia del hombre e iluminado por la palabra de Dios. Ellas tienen el valor casi de un descubrimiento definitivo que va acompañado de alegría; por ello el Apóstol escribe: « Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros ».(2) La alegría deriva del descubrimiento del sentido del sufrimiento; tal descubrimiento, aunque participa en él de modo personalísimo Pablo de Tarso que escribe estas palabras, es a la vez válido para los demás. El Apóstol comunica el propio descubrimiento y goza por todos aquellos a quienes puede ayudar —como le ayudó a él mismo— a penetrar en el sentido salvífico del sufrimiento.

Ahora bien, por favor nota eso que he subrayado: el sufrimiento, cuando es verdaderamente cristiano, NO impide la VERDADERA felicidad, sino poder contribuir con Cristo a disminuir el dolor y salvar a los hermanos es, para el cristiano, fuente de profunda alegría, aún en medio del dolor.
No es, por supuesto, una alegría festiva y facilona como la alegría superficial y en buena medida fingida que produce el ruido del mundo con sus fiestas y emociones intensas. El dolor es real y no desaparece por si mismo, sino el cristiano lo toma sobre sí y lo entrega a Cristo para que sea Él Quien, finalmente al soportarlo en toda su mangnitud y consecuencias, lo haga verdaderamente desaparecer, llenando con Su Amor todas las deficiencias que el mal había producido. Pero, así como la Pasión de Cristo fue muy real y llena de dolor; así también ese proceso por el que el cristiano toma el dolor de otros y se lo entrega a Cristo, no deja de ser dificil y doloroso para aquel a quien Cristo llama a contribuir con Él en esa obra de Amor. Y, sin embargo, como lo que impera en todo esto es el Amor, el cristiano que así participa de la Obra Salvífica de Cristo, experimenta también en lo profundo de su ser los efectos profundos de paz y alegría que ese Amor de Dios en el que YA vive es capaz de producir.
Esto último lo digo por ese comentario que haces de que no has "estado feliz realmente". Habría que preguntarse entonces:
1. Si lo tuyo no es más bien una mera insatisfacción producto de no haber podido tener, experimentar o lograr algo (o muchas cosas) que hubieras querido.
2. O si en verdad has sido llamado a soportar el sufrimiento de una manera realmente extraordinaria, pero al no comprender el sentido salvífico que puede darse al sufrimiento, estás sufriendo de manera excesiva y estéril.
Te dejo el enlace a la Salvifici Doloris con la que podrás profundizar mucho más en estos temas:
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_letters/documents/hf_jp-ii_apl_11021984_salvifici-doloris_sp.html

Que Dios te bendiga en la alegría del Nacimiento del Niño de Belén, Quien vino a quitarnos a todos el peso de nuestros dolores y sufrimientos.

[chi]

Amigo, muchas gracias. Estoy de acuerdo con su explicacion y es lo que entendia asi que realmente es un privilegio sufrir. Tambien, estoy pensando que puede ser que no me habia aplicado de una forma adecuada en cuanto a realizar obras para Dios para sentirme mas satisfecho. Bendiciones.