Saludos en Cristo mdlamd:
mdlamd escribió:Hola saludos a todos y de antemano muchas gracias por cualquier respuesta que me puedan dar.
mi pregunta es sencilla como catolicos creemos en la salvacion de todos (tal vez ya desde ahi estoy mal),
Subrayando ese aspecto del texto de la Declaración Dominus Iesus que el hermano Ivan nos hizo el favor de compartir, pues si, desafortunadamente desde ahí estás mal. Porque los católicos NO creemos en "la salvación de todos", sino en la
POSIBILIDAD de la Salvación para todos.
A todos de un modo u otro Dios nos ha abierto las puertas de la Salvación, pero la Salvación, para ser realmente tal, POR FUERZA requiere ser LIBREMENTE elegida. Esto es porque ser Salvado implica vivir en el amor, pero simplemente
NO SE PUEDE amar a la fuerza, el amor NECESARIAMENTE implica que el que ama QUIERA hacerlo. Y eso involucra una elección libre y personal de cada quien.
Por consiguiente, la Salvación que Dios GRATUITAMENTE nos OFRECE,
DEBE ser
libremente aceptada y elegida por cada uno de aquellos que lleguen a ser efectivamente salvados. Y eso implica elegir ESA Salvación que Cristo nos DA, y NO la "salvación" que cada quien quisiera poder tener acomodada a su gusto y preferencia. Asi pues, la Salvación de Cristo es una Salvación en la que la persona ACEPTA ÍNTEGRAMENTE AMAR (a Dios y al prójimo), y NO PUEDE SER ENTONCES una "salvación" que uno se fabrique en la que uno simplemente no sufra, sino tenga "carta abierta" para seguir comportándose de manera egoista abusando de todo y de todos para beneficio propio y personal, recibiendo de todas formas toda clase de beneficios y placeres. Esto último
SIMPLEMENTE NO EXISTE. Y, por consiguiente, NADIE puede optar por ello.
Asi pues, la verdadera elección es a favor de esa Salvación en el Amor que Cristo nos ofrece, o un rechazo de ella en favor de seguir viviendo según los dictados del propio egoismo.
Los que LIBREMENTE ELIGEN esa segunda opción (seguir viviendo según sus pasiones y los dictados de su egoismo) son los que usualmente conocemos como "los condenados", y esto es porque, en su Infinita Misericordia, Dios ha dispuesto que sean confinados para evitar que con sus abusos y egoismo se sigan perjudicando a sí mismos y a otros más.
De ahí que vemos que la condenación y el Infierno, lejos de ser constituir una especie de acto vengativo de Dios, son en realidad producto de Su Amor y Misericordia y, por consecuencia, esos argumentos que se dan por ahí de que "la Misericordia de Dios no podría condenar a nadie", carecen totalmente de fundamento, pues es la misma Misericordia de Dios la que dispuso estos medios para limitar que la actitud abusiva de los condenados les perjudique más a ellos mismos y a otros.
Ahora bien, precisando esto:
... o almenos yo quiero pensar que si alguien no catolico se porto bien en su vida con el projimo y segun su creencia fue fiel con Dios al morir obtendra misericordia,
Es importante no quedarnos meramente con lo que nos gustaría pensar, porque la realidad se especializa en no acomodarse a lo que a nosotros nos gustaría que pasara, sino a ser lo que es y estrellársenos en la cara cuando nos empeñamos en negarla.
Ahora bien, en realidad no estás tan errado en estas ideas, porque de lo poco que concemos de esos mecanismos misteriosos de Dios para llegar a aquellos que no pertenecen formalmente a la Iglesia, lo que si podemos afirmar es eso que Dios dice a los que se salvan:
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;
desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver".
Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?".
Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
San Mateo 25, 34-40
Asi, NO es un mero "premio al buen comportamiento" lo que une a los no-católicos a la Iglesia y les permite de este modo acceder a la Salvación. Sino es el hecho de que Cristo quiso que su imagen estuviera en cada uno de nosotros, de modo que, todo el bien hecho al hermano, implica ese deseo de unirse a Cristo en el Amor. Por eso es que, cuando la persona, a pesar de ignorar sin culpa el Misterio de Cristo en este mundo, llega a conocerlo a Él en plenitud, llega también a su plenitud ese deseo de unirse a Él que se manifestó en su vida en esa actitud de amar y ayudar a los demás que eran imagen de Cristo. Y entonces no es sino natural que, el que sin saberlo quiso (y en ello mismo eligió, participando así del Misterio de la Iglesia, que es el Cuerpo Místico de Cristo) unirse a Cristo en el amor a sus hermanos, cuando ya lo sabe, simplemente se una plenamente a Él, pasando entonces a pariticipar de la Plenitud de Su Salvación.
Tenemos entonces que si, que a pesar de no ser católico se puede uno salvar; pero vuelve a notar por favor que NO ocurre esto por el simple "buen comportamiento" o por los méritos de otra religión, ya que incluso en ciertos casos, como lo dice la Declaración Dominus Iesus, más podrían llegar ser obstáculo que camino de salvación, como ocurría en las religiones prehispánicas que exigían sacrificar al hermano; sino esa Salvación ocurre porque en todo el bien hecho por amor al hermano YA se manifiesta ese deseo de vivir unidos a Cristo en Su Amor, deseo que llega a su plenitud y se realiza cuando la persona llega a conocer plenamente a Cristo al terminar su vida terrena.
Esto último naturalmente nos lleva a responder esta pregunta:
... si eso es asi ¿que diferencia hace ser o no ser catolico?
Si la persona REALMENTE desea vivir unida a Cristo, y si pertenecer REALMENTE (y no solo nominalmente) a la Iglesia le hace vivir UNIDA a Él. Pues es lógico que si la persona YA puede desde este mundo realizar en una mayor medida la plentitud de esa Unión entonces lo haga; sería ridículo e ilógico que la persona buscara entonces separarse del Señor Jesús que YA conoce y que es a lo que se QUIERE Unir.
Es claro que los medios y la vida de la Iglesia le ayudarán a la persona a REALIZAR de manera mucho más segura, y con mucho menos obstáculos esa Unión en el Amor con Cristo que es lo que tal persona desea. Y que, por cierto, es lo que el no-católico que quiere vivir unido al Amor de Cristo haría si hubiese tenido la oportunidad de conocer a Cristo.
De ahí que es ocioso ese argumento indiferentista que piensa que, si finalmente un no-católico puede salvarse, entonces da lo mismo estar en la Iglesia que no estar. Eso viene a ser tan tonto como pensar que porque aquellos que quieren llegar a una fiesta pero no saben cómo llegar, pueden ser guiados para finalmente si llegar a esa fiesta a la que quieren llegar, entonces da lo mismo que los que YA están en la fiesta se queden ahí o estén en otro lado.
No, si alguno YA estando en la fiesta no le ve sentido a estar ahí o le parece que es lo mismo estar ahí que estar buscando cómo llegar, entonces lo que esta persona está manifestando realmente es que NO le interesa estar en esa fiesta, y está manifestando un deseo de NO ESTAR ahí. Es decir, su situación es exactamente la contraria a la de los que, queriendo estar, no pueden estar y se les ayudará a llegar. Pues su situación es que estando, no quiere estar y entonces nadie le impedirá salir.
Para decirlo como más claridad: quien no le ve sentido a vivir unido al Amor de Cristo YA desde este mundo en Su Iglesia, entonces lo que está manifestando es que NO QUIERE vivir unido a ese Amor, sino PREFERIRÍA vivir conforme a los dictados de su egoismo. Y, de acuerdo a la lógica que ya hemos expuesto, esa persona NO PUEDE participar de la Salvación de Cristo en el Amor, pues no es lo que realmente quiere, por lo que desafortunadamente tendrá que ser confinada con los demás egoistas que tan solo quieren abusar, para evitar que cause esos daños que su actitud egoista y abusiva le impulsa a causar. Claramente nos Enseña la Escritura:
No son los que me dicen: «Señor, Señor», los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?».
Entonces yo les manifestaré: «Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal».
San Mateo 7, 21-23
Existe además otro aspecto que en realidad está incluido dentro del anterior, pero que vale la pena explicitar.
Como teólogo, Joseph Ratzinger en su momento desarrolló bastante un estudio alrededor de la lógica de la Salvación, en la que la relación de "los pocos y los muchos" juega un papel importantísimo. El caso extremo y más importante de esta relación de "los pocos y los muchos" es el de "El Uno y los todos", que es Cristo mismo, el Siervo Fiel, frente a TODOS los demás. Como bien lo explicitó Caifás, no por sí mismo, sino por la Gracia del Espíritu que le fue dada en virtud de su ministerio:
Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote ese año, les dijo: «Ustedes no comprenden nada.
¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?».
No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación, y no solamente por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos.
San Juan 11, 49-52
De modo que, todo el que aspira REALMENTE a vivir unido al Amor de Cristo, aspira, por eso mismo, a PARTICIPAR de esa misión Salvífica del Señor que tiene su fundamento y se realiza en el Amor. Y que, por cierto, implica una entrega en favor de los demás que esencialmente se contrapone a la acción del egoista que tan solo pertenece nominalmente a la Iglesia porque cree que por ese simple medio puede asegurar su salvación. Pero, por el contrario, los que SI participan en la Iglesia de ese Amor del Señor, entonces justamente se UNEN a Él en la plenitud que solo la pertenencia formal a la Iglesia permite y asi participan con Cristo de esa lógica de los pocos que se convierten en Ofrenda agradable al Padre en favor de la Salvación de esos otros muchos que ignoran qué es lo que le agrada al Padre y, por lo mismo, no lo pueden realizar.
Para ponerlo en términos muy prácticos: en este mundo moderno en que muchos piensan que vicios terribles como el divorcio que destruye a la familia, o el aborto que destruye al inocente, no solo no son malos, sino son "derechos" que deben ser buscados y garantizados; la Iglesia se contrapone a esa cultura de la muerte e ilumina al mundo entero como un gran faro con la Luz del Evangelio que transmite una cultura a favor de la Vida y del bien de la persona. Y asi, muchos no-católicos llegan a conocer que no todo el mundo está de acuerdo en que esos vicios son buenos gracias al testimonio de la Iglesia. Y si bien por no poder conocer la plenitud de la Verdad Católica no logran convertirse y adherirse a ella, sin embargo, en sus creencias y acciones personales y particulares, si llegan a apreciar la verdad que hay en el valor de la vida humana o de la integridad de la familia, y, en consecuencia se adhieren a lo poco que conocen de la Verdad Católica practicando eso en sus vidas. Si no hubiese habido esa Luz de la Iglesia, esas personas probablemente no habrían conocido eso y habrían seguido ciegamente las tendencias de la cultura de la muerte y del egoismo del mundo. Pero, en cambio, gracias a la Iglesia y al testimonio de sus hijos fieles, esa persona llega a conocer eso que es realmente bueno y a querer unirse a ello, que es en donde se expresa su aceptación y deseo de unirse a lo poco que conoce de Cristo, y que es la primicia sobre la cual se puede construir la plenitud de su Salvación cuando finalmente acepte unirse plenamente a Cristo al conocerlo en Verdad. Es así como, en términos prácticos y no solamente en las consideraciones teológicas formales, nos damos cuenta cómo la Iglesia es verdaderamente el Instrumento de Salvación incluso para aquellos que no están unidos formalmente a Ella.
Estar pues en la Iglesia, estar en la fiesta en vez de meramente querer llegar a ella, es un gran Bien, un Bien que nos ha sido gratuitamente dado por la Gracia de Dios, pues pertencer a esos pocos que se entregan para bien de los muchos es un Llamado y una Elección que Dios ha hecho en favor nuestro para que, estando más Unidos a Él desde el principio, le ayudemos a lograr que otros muchos puedan Unirse a Él también, y así nuestra propia Unión a Él sea más grande y más plena. El valor de esto y porqué es una Gracia por la que debemos estar profundamente agradecidos, tan solo puede entenderse desde la lógica del Amor. Pero los que vivimos en esa lógica del Amor lo entendemos y lo debemos apreciar y agradecer, cumpliendo fielmente con esa Misión que nos ha sido dada y encomendada.
Que Dios te bendiga en la alegría de la Resurrección del Señor.