Pablo:
A mi la Catena Aurea se me hace clara en la exegesis pero bueno te pongo las siguientes notas:
De la Biblia por Martin Nieto:
Mat 11:25-30 (Cap. 25 a 30) Este pasaje, similar a otros de Juan, y que pertenece al fondo más primitivo de la tradición sinóptica, expresa la conciencia que Jesús tenía de su filiación divina. El "estas cosas" del v. 25 son los misterios del reino (13,11). Jesús libera de la multitud de prescripciones farisaicas, que hacía dura y pesada la ley. La ley de Cristo trae exigencias radicales, pero se simplifican en el amor, y la gracia de Cristo hace su cumplimiento consolador.
De la Nacar Colunga:
El v.27 es de una importancia muy grande. Se pueden distinguir en él tres ideas:
a) “Todo me ha sido entregado por mi Padre.”
b) “Y nadie conoce al Hijo sino el Padre.” “Y nadie conoce al Padre sino el Hijo.”
c) “Y aquel a quien el Hijo quisiere revelárselo.”
a) Primeramente, Jesucristo dice que el Padre “le dio todas las cosas” (πάντα μοι παρεδόθη). Conceptualmente tiene su entronque con Jn: “El Padre ama al Hijo y ha puesto en sus manos todas las cosas” (πάντα δέδωχεν) (Jn 3:35). El Padre le dio todas las cosas (πάντα εδωχεν) (Jn 13:3). Los pasajes de Jn hablan no de la naturaleza divina, sino del poder incomparable que el Padre confiere a Cristo por razón de su unión hipostática. También se pensó por algún autor si este “todas las cosas” no se referirá sólo a su función mesiánica 29. Pero todo depende del valor que se dé a la otra parte del versículo b).
b) La segunda afirmación de Cristo es que “nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo.” ¿Qué valor tiene esta afirmación tan exclusiva y excepcional?
La afirmación es correlativa. Pero en el texto se refiere al conocimiento. Filológicamente, el verbo que usa (επιγινώσχει) había de traducirse, por su estructura, por un sobreconocimiento. Pero en la koiné se prefieren los verbos compuestos, sin que ello incluya, de suyo, un matiz especial. Lc en el mismo pasaje usa el verbo simple (ΐνώσχε)·
En esta enseñanza de Cristo, ¿se pretende sólo enseñar el hecho de su mesianidad? ¿O enseñar o sugerir fuertemente además su filiación divina? Las razones que llevan a esto son las siguientes:
1) Extraña el énfasis que se pone en este conocimiento que existe entre el Padre y el Hijo. Era tema demasiado evidente en la Escritura el conocimiento que Dios tiene de todas las cosas. Se lo caracteriza como un atributo suyo propio, llamándole el “Conocedor de los corazones” (Act 1:24). Por eso este conocimiento del que aquí se trata debe de ser algo profundísimo, ya que invoca el atributo divino de la sabiduría como el único que puede comprender este mutuo “conocimiento” de quién sea el Padre y el Hijo.
2) Este conocimiento es trascendente. Es algo reservado al Padre y al Hijo. Por eso, si los hombres lo saben, es debido a una “revelación del Hijo” (v.27). Y esta revelación es la obra de Cristo.
3) Esta “revelación” es ciertamente que El es el Mesías, el Hijo de Dios; pero no sólo en lo que tiene de hecho ser el Mesías, sino que ha de ser en cuanto va descubriendo su verdadera naturaleza divina con palabras y obras.
c) La última parte del versículo enseña que, si este conocimiento es absolutamente trascendental a los seres humanos, el Hijo encarnado es el que puede revelarlo (v.27c; Jn 1:18).