jf21 escribió: 1.- ¿Qué quiere decir que se rasgó el templo?: ¿se partió por la mitad y se desgajó?
Se rasgó
el velo del templo. ¿Qué era ese velo? Se trataba de una enorme cortina que separaba lo más sagrado del templo de Dios, el Santo de los santos, del resto de estancias. Allí se veneraba la presencia de Dios. Sólo entraba en aquel recinto el Sumo Sacerdote el día de la expiación, para ofrecer el sacrificio por los pecados del pueblo. Los velos delante del Santo de los santos eran de 40 codos [18,2 mts] de largo y 20 [9 mts] de ancho, elaborados con 72 cuadros que fueron cosidos juntos; estos velos eran tan pesados que, según se decía, se necesitaban 300 sacerdotes para manipular cada uno de ellos. Por ser un velo que colgaba, no pudo haber sido rasgado de arriba a abajo por un terremoto. Al rasgar el velo de arriba abajo, Dios le dio al mundo un testimonio con, al menos, 5 consecuencias:
1-El rasgado del velo testificó que el sacrificio total por el pecado había sido ofrecido. La muerte de Cristo tuvo que ver con el pecado del hombre y la intención de Dios de redimirle. Durante siglos, el velo fue símbolo de la deuda que el hombre tenía con Dios. Cuando Jesús murió, la deuda fue saldada. Cristo se sacrificó a Sí mismo. No fue la indefensa víctima de hombres crueles; más bien, se entregó libremente como nuestro sacrificio en la cruz.
2-El rasgado del velo declaró además que el sumo sacerdocio humano de la ley de Moisés había sido abolido para siempre. Cada año,en el gran día de la Expiación, el sumo sacerdote de Israel entraba en el Santo de los santos con la sangre para sí mismo y para la nación (Levítico 16). Este hecho nos recuerda la doble función de la muerte del Señor en la cruz. En primer lugar, Jesús se ofreció a Sí mismo como el sacrificio necesario. Ocupó nuestro lugar, llevando sobre Sí nuestro pecado. Sin embargo, además de esta función, aplicaría igualmente, a lo largo del tiempo, ese sacrificio por el pecado como nuestro Sumo Sacerdote. Es el gran Sumo Sacerdote que aplicará este sacrificio perfecto a todo el que busque convertirse en hijo de Dios y a todos los hijos de Dios que viven delante de Él. Al realizar este sacrificio perfecto y aplicarlo de forma perfecta a los que vienen a Él y viven en Él, ha eliminado el puesto del sumo sacerdote terrenal.
3-El rasgado del velo proclamó que la sangre de Jesús ahora proveería acceso gratuito y continuo a los redimidos para entrar a la presencia de Dios. Destruyó la barrera entre Dios y el hombre. La Iglesia es un pueblo de sacerdotes.
4-Con la muerte de Jesús, los días de adoración en el templo llegaron a su fin. Dios permitió que el templo fuera destruido en el año 70 d. C. por manos de Tito y el ejército romano. El Santo de los santos era la sombra y tipo del salón del trono del cielo. El velo rasgado declaró que tenemos acceso a Dios (no por mérito de nuestra propia bondad, sino por mérito de la muerte de Cristo) en cualquier tiempo y lugar.
5-El hecho ocurrió hacia las 3 de la tarde. La hora es importante. A las tres de la tarde se iniciaban los sacrificios. Quiere decir que todos los sacerdotes estaban de pie delante del velo, en el altar del sacrificio. Aquí es precisamente donde Dios deseaba que estuvieran. Los que fueron más directamente responsables de la muerte de Cristo verían la rasgadura del velo. El terremoto que siguió no dañó el templo del todo. El templo y los edificios a su alrededor quedaron de pie sin daño, y así los sacerdotes pudieron ver el milagro del velo rasgado. Cualquier observador sin duda se habría dado cuenta de que el evento sucedió por la poderosa mano de Dios. Es muy posible que este milagro dejara a los sacerdotes sin otra opción que hacerse cristianos. Lucas nos cuenta la conversión de muchos sacerdotes (Hechos 6:7).
Te recomiendo una lectura completa de la carta a los hebreos; en especial del capítulo 10, de donde saco este versículo:
20 Él nos abrió ese camino nuevo y vivo a través del velo, es decir, su carne.El velo rasgado fue la señal para los que estaban en el Templo y guardaban las cosas de Dios. Acababa de empezar un nuevo tiempo, lo antiguo ya estaba acabado. El maná era cambiado por el Pan vivo que es la Eucaristía. La ley era llevada a su plenitud, la elección era en el Hijo amado que se había entregado por los hombres. El sacrificio era cambiado por el sacrificio perfecto de la cruz en la que el Sacerdote es Cristo -hombre perfecto- que ofrece la víctima perfecta -Él mismo- con un amor y una obediencia perfectos. Sacrificio agradable a Dios. La acción más trascendente y más sagrada que los hombres podía realizar en la tierra. Todo lo anterior eran figuras de lo que acababa de suceder, ese era su valor. Ahora ya no eran necesarios. Dios había abierto una alianza perfecta.
Enrique Cases, Tres años con Jesús, Ediciones internacionales universitarias