Lucas 22,31-32

Espacio para profundizar en las Sagradas Escrituras de acuerdo con el Magisterio de la Iglesia católica logrando así animar a muchos católicos a leer más frecuentemente la Biblia aclarando dudas de interpretación y conseguir un conocimiento más fructífero de la misma

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Lucas 22,31-32

Notapor Angy_29 » Jue Jul 26, 2012 10:48 am

"Simón, Simón, mira que satanás ha pedido permiso para sacudirlos a ustedes como trigo que se limpia, pero yo he rogado por tí para que tu fe no se venga abajo, y tú cuando hayas vuelto tendrás que fortalecer a tus hermanos"

Buenos días hermanos, me gustaría que me explicarán un poco más éste texto, especialmente la parte donde Jesús le dice a Simón (Pedro), que él tendrá que fortalecer a sus hermanos, ¿a qué se refiere estrictamente?.
Pregunto ésto ya que escucho mucho sobre los antipapas, y que la infalibilidad sólo aplica ex-catedra, o sea por un lado dicen que hay que obedecer al Santo Padre y por otro también dicen que él puede cometer errores.
Pero si los fieles dicen eso ¿significa que ya ni en Jesús podemos confiar cuando le dijo a San Pedro que había orado por el, para que su fe no desfalleciera?
Perdonen es que no puedo comprender bien, y espero haber expresado bien mi duda.
Saludos en Cristo.
"Oh mi Amado de tu fuente, déjame seguir bebiendo"

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Angy_29
 
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Re: Lucas 22,31-32

Notapor tito » Jue Jul 26, 2012 11:41 am

Aqui hay dos dudas.

En cuanto el texto la catena Aurea nos dice:

Beda
Para que no se gloriasen los once apóstoles, ni atribuyesen a sus propias fuerzas el haber permanecido fuertes ellos solos entre tantos judíos, al lado del Señor, les hace ver que si no son protegidos por el favor del cielo, podrán caer como los demás en toda clase de peligros. Por ello sigue: "Dice, pues, el Señor a Simón: Simón, mira que Satanás os ha pedido para cribaros como trigo", etc.; es decir, conviene que seáis tentados; y así como se limpia el trigo zarandeándolo, así ellos deberían ser estremecidos, en lo que demuestra que ninguno es tentado en su fe por el diablo si no lo permite Dios.

Teofilacto
Dijo esto a San Pedro, porque era más fuerte que los demás, y podía enorgullecerse por lo que Jesucristo le había ofrecido.

San Cirilo
También para dar a entender que los hombres nada son por sí solos (en cuanto se refiere a la naturaleza humana, y a lo frágil de nuestra inteligencia), y que no conviene desear la presidencia de los demás; por ello sigue: "Yo he rogado por ti para que no falte tu fe".

Crisóstomo., hom 83, in Matth
No dijo, pues: Yo he permitido, sino yo he rogado; habla con tanta humildad cuando se acerca su Pasión, para dar a conocer su verdadera humanidad. Porque aquel que había dicho, no suplicando, sino con imperio (Mat_16:18-19): "Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y te daré las llaves del reino de los cielos", ¿cómo podía necesitar de la oración para obligar al alma conmovida de un solo hombre? No dijo, pues: He rogado para que no me niegues, sino para que no falte tu fe.

Teófilacto
Porque aunque San Pedro había de sufrir grandes agitaciones, tenía, sin embargo, escondida la semilla de la fe; y así, aun cuando cayesen las hojas a impulsos de la tentación, sin embargo, quedaría la raíz. Te ha pedido Satanás para dañarte, como envidiado por mi predilección; pero aunque yo haya rogado por ti, tú caerás. Por ello prosigue: "Y tú, convertido alguna vez, confirma a tus hermanos", etc. Como diciendo: Después que me hayas negado, llorarás y te arrepentirás; pues entonces confirma a tus hermanos, puesto que te he constituido jefe de los apóstoles; esto es lo que te toca a ti, que conmigo eres la fortaleza y piedra de mi Iglesia. Esto debe entenderse no sólo respecto de los discípulos que estaban allí presentes, para que fuesen fortalecidos por Pedro, sino también respecto de todos los fieles que hasta el fin del mundo habrán de existir; y para que nadie desconfíe viendo que Pedro, que a pesar de ser apóstol, le negó, logró por la penitencia recobrar su antigua prerrogativa y ser el jefe de la religión en todo el mundo. Admirad la grandeza de la paciencia divina, para que el discípulo Pedro no desconfiase; antes de que cometa la culpa ya le concede el perdón, y le restablece en su dignidad de jefe del Apostolado, diciendo: "Confirma a tus hermanos".

Beda
Como diciendo: Así como yo he fortalecido tu fe (para que no desaparezca) por medio de la oración, tú también, acuérdate de confortar a tus hermanos más débiles para que no desesperen del perdón.

San Ambrosio
Evita la vanagloria, prescinde de lo que se dirá en el mundo; le manda que conforte a sus hermanos, a aquel que dijo (Mat_19:27): "Todo lo hemos dejado por seguirte".

Y en Cuanto que el Papa puede cometer errores si, por ejemplo en materias como fisica o matematicas no goza de infalibilidad, pero en su Magisterio extraordinario es infalible, pero no quiere decir que solo hemos de hacer caso cuando habla ex-catedra, tambien en su magisterio ordinario debemos de tener un asentimiento religioso.

Esto es muy esclarecedor:
El 25 de julio de 1986, en una “Carta al R. D. Charles Curran”, firmada por el card. Joseph Ratzinger, se dice muy claramente:

“En todo caso los fieles no están obligados a aceptar solo el Magisterio infalible.
Están llamados a dar el religioso obsequio de la inteligencia y de la voluntad a la doctrina que el Supremo Pontífice o el Colegio de los Obispos, ejercitando el Magisterio auténtico, enuncian en materia de fe o de moral, incluso cuando no pretenden proclamarla con un acto definitivo. Usted ha rehusado siempre hacer esto”.
¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal;
que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad;
que dan amargo por dulce, y dulce por amargo! Isaías 5,20


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tito
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Re: Lucas 22,31-32

Notapor eduarod » Vie Jul 27, 2012 1:19 am

Estimada en Cristo Angy_29:

En adición a lo ya citado por el hermano tito, el Beato Juan Pablo II realizó una catequesis muy detallada sobre este asunto:
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/audiences/1992/documents/hf_jp-ii_aud_19921202_sp.html
En concreto y respecto a tu duda sobre el sentido en que Jesús dice que San Pedro habría de confirmar en la Fé a los hermanos, el Santo Padre nos dice (aunque sugiero no quedarte solo con esto, sino leer el documento completo, lo que creo que te aclarará mucho más la cuestión):
4. Es interesante notar que el evangelista, aún aludiendo a la fragilidad humana de Pedro, que no está exento de las dificultades sino que es tentado como los demás Apóstoles, subraya que goza de una oración especial por su perseverancia en la fe: «He rogado por ti». Pedro no fue preservado de la negación, pero, después de haber experimentado su debilidad, fue confirmado en la fe, en virtud de la oración de Jesús, para que pudiera cumplir su misión de confirmar a sus hermanos. Esta misión no se puede explicar por medio de consideraciones puramente humanas. El apóstol Pedro, que se distingue por ser el único que niega ―¡tres veces!― a su Maestro, sigue siendo el elegido por Jesús para el encargo de fortalecer a sus compañeros. Los juramentos humanos de fidelidad que hace Pedro resultan inconsistentes, pero triunfa la gracia.

La experiencia de la caída sirve a Pedro para aprender que no puede poner su confianza en sus propias fuerzas y en cualquier otro factor humano, sino que ha de ponerla únicamente en Cristo. Esa experiencia nos sirve también a nosotros, pues nos impulsa a ver a la luz de la gracia la elección, la misión y el mismo poder de Pedro. Lo que Jesús le promete y le confía viene del cielo y pertenece ―debe pertenecer― al reino de los cielos.
JUAN PABLO II
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 2 de diciembre de 1992


Como vemos, lo que nos enseña el Santo Padre es que el Don de la Gracia de Dios resplandece más no por sernos dado por medio de un autómata absolutamente inerrante, sino por sernos dado de manera confiable y hasta infalible a través de un muy falible ser humano. Esto nos es dado como un ejemplo de que nosotros también podemos superar las limitaciones de nuestra debilidad si ponemos nuestra confianza en Cristo y NO en nosotros mismos. Por eso, en su misma debilidad, San Pedro y sus sucesores también nos confirman en la Fé. Porque esa debilidad es superada por la Gracia de Cristo, y eso nos llena de tranquilidad y confianza ante las limitaciones de nuestra propia debilidad. Como nos lo dice San Pablo:
Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo.
Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
II Corintios 12, 9-10


Que Dios te bendiga.
eduarod
 
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