jonas escribió:Es un texto que no entiendo, si bien me dejaron con la boca cerrada unos misioneros Mormones al debatir sobre este tema, ellos me enseñaron este texto que siempre en mis estudios he pasado por alto, ellos lo practican pero lo comparo con una forma de espiritismo, Eclesiastes 9:5, si algún hermano espiritual puede dar más luz, le doy las gracias. Dios Os bendiga.
Estimado en Cristo jonas:
Podrías comenzar por decirles que nosotros practicamos Eclesiastes 9, 5; pero TAMBIÉN Eclesiastes 9, 6:
5 Los vivos, en efecto, saben que morirán, pero los muertos no saben nada: para ellos ya no hay retribución, porque su recuerdo cayó en el olvido.
6 Se han esfumado sus amores, sus odios y sus rivalidades, y nunca más podrán compartir todo lo que se hace bajo el sol.
Eclesiastes 9, 5-6
De la lectura de Eclesiastes 9, 6 se deduce fácilmente que lo que se dice en Eclesiastés 9, 5 se refiere a lo que se hace "bajo el sol"; es decir, que se refiere a lo que ocurre
EN ESTE MUNDO.
En contexto, el capítulo 9 entero, así como una gran parte del Libro del Eclesiastes se refiere justamente a la vanidad de las cosas DE ESTE MUNDO y del poco sentido que tiene preocuparse por ellas como si fueran definitivas, que es lo que la mayor parte de los seres humanos comunmente hacemos. Nos preocupamos por garantizar nuestro vestido y nuestra comida por tan anticipado coomo podamos, auto-justificandonos pensando en que, como se trata de asuntos de primera necesidad, no es vanidad preocuparse por ello. Pero la realidad es que SI lo es.
No significa eso, por supuesto, que debamos ser unos irresponsables que esperemos cómodamente sentados a que el cielo nos dé todo lo que podamos necesitar sin nosotros mover un dedo. Porque lo más probable es que entonces el cielo no nos dé nada y quedemos como tontos.
Sino de lo que se trata es de que entendamos que lo de este mundo, en este mundo temporal se queda, y toooodo el trabajo que hayamos hecho por obtenerlo está esencialmente limitado en su posible fruto precisamente por la temporalidad de este mundo, el Evangelio nos lo dice con extrema claridad:
Después les dijo: «Cuídense de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas».
Les dijo entonces una parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo "¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha".
Después pensó: "Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, como, bebe y date buena vida".
Pero Dios le dijo: "Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?".
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios».
San Lucas 12, 15-21
La muerte define el final de TODO lo que se acumuló en este mundo de las cosas que meramente pertencen a este mundo; por tanto, en lo que a este mundo importa, los muertos son todos iguales, pues ninguno se lleva nada de las cosas de este mundo independientemente de qué tantas o qué tan pocas pudo acumular en su vida.
Y si bien, desde luego, las cosas de este mundo las necesitamos para subsistir en este mundo, de modo que, como dijimos, no se pretende justificar la pereza y la indolencia, lo que hay que hacer en realidad es trabajar NO con el objetivo y la búsqueda de la acumulación que pueda garantizar la futura subsistencia, sino CONFIADOS en que Dios nos dará siempre TODO aquello que realmente necesitemos, como lo dice la misma continuación del Evangelio de San Lucas:
Después dijo a sus discípulos: «Por eso les digo: No se inquieten por la vida, pensando qué van a comer, ni por el cuerpo, pensando con qué se van a vestir.
Porque la vida vale más que la comida, y el cuerpo más que el vestido.
Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosecha, no tienen despensa ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que los pájaros!
¿Y quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un instante al tiempo de su vida?
Si aun las cosas más pequeñas superan sus fuerzas, ¿por qué se inquietan por las otras?
Fíjense en los lirios: no hilan ni tejen; sin embargo, les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.
Si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana es echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
Tampoco tienen que preocuparse por lo que van a comer o beber; no se inquieten, porque son los paganos de este mundo los que van detrás de esas cosas. El Padre sabe que ustedes las necesitanSan Lucas 12, 22-30Pero NADA de eso significa -como erroneamente lo intepretan los mormones quedándose en Eclesiastes 9, 5 e ignorando Eclesiastes 9, 6- que entonces la muerte sea el final de todo, sino al contrario SI hay tesoros que vale la pena acumular en ESTA vida PRECISAMENTE porque tienen implicaciones y sentido en la siguiente, como continúa diciéndonos el mismo Evangelio de San Lucas:
Busquen más bien su Reino, y lo demás se les dará por añadidura.
No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino.
Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla.
Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.
San Lucas 12, 31-34
Nuestro corazón está en el Reino, y justamente por eso nos preocupamos de lo que nos ocurre después de morir, porque queremos tener un tesoro inagotable donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla.
Si ellos se quedan en Eclesisastes 9, 5, sin entender Eclesiastes 9, 6, eso solo puede ser porque su tesoro y su corazón siguen estando en este mundo, y por eso se preocupan de las cosas que se terminan con el mundo, de tal suerte que no les preocupa poner el corazón en lo que sucede con los que han dejado este mundo y prefieren entonces ignorarlo.
Que Dios te bendiga.