Interpretación profesía apocalíptica Daniel

Espacio para profundizar en las Sagradas Escrituras de acuerdo con el Magisterio de la Iglesia católica logrando así animar a muchos católicos a leer más frecuentemente la Biblia aclarando dudas de interpretación y conseguir un conocimiento más fructífero de la misma

Moderadores: tito, Catholic.net, mayra novelo, Moderadores Animadores

Interpretación profesía apocalíptica Daniel

Notapor pantocrator » Lun Oct 01, 2012 2:24 pm

Hola. Necesito un poco de ayuda con la interpretación de esta profecía de Daniel. Interpreto bien la parte del reinado del Hijo del Hombre ¿pero quiénes son los cuatro reyes? en especial el último :

Daniel 7:13-28

7:13 Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas,
y vi que venía sobre las nubes del cielo
como un Hijo de hombre;
él avanzó hacia el Anciano
y lo hicieron acercar hasta él.
7:14 Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino,
y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas.
Su dominio es un dominio eterno que no pasará,
y su reino no será destruido.
Interpretación de la visión
7:15 Yo, Daniel, quedé profundamente turbado en mi espíritu, y las visiones de mi imaginación me llenaron de espanto.
7:16 Me acerqué a uno de los que estaban de pie y le pregunté la verdad acerca de todo aquello. Él me habló y me hizo conocer la interpretación de las cosas.
7:17 "Esos cuatro animales enormes son cuatro reyes que se alzarán de la tierra;
7:18 y los Santos del Altísimo recibirán la realeza, y la poseerán para siempre, por los siglos de los siglos".
7:19 Entonces quise saber la verdad acerca del cuarto animal, que era diferente de todos los demás, extremadamente terrible, y que tenía dientes de hierro y garras de bronce: el que devoraba, trituraba y pisoteaba el resto con las patas;
7:20 y también acerca de los diez cuernos de su cabeza, y del otro cuerno que se había elevado y ante el cual habían caído tres; es decir, el cuerno que tenía ojos y una boca que hablaba con insolencia, y que parecía más grande que los otros.

7:21 Yo miraba, y este cuerno hacía la guerra a los Santos del Altísimo y prevalecía sobre ellos,
7:22 hasta que vino el Anciano, se hizo justicia a los Santos del Altísimo y llegó el momento en que los Santos entraron en posesión de la realeza.
7:23 Él habló así: "En lo que respecta al cuarto animal,
habrá sobre la tierra un cuarto reino,
diferente de todos los reinos:
él devorará toda la tierra,
la pisoteará y la triturará.
7:24 En cuanto a los diez cuernos,
de este reino surgirán diez reyes,
y otro surgirá después de ellos:
será diferente de los anteriores
y abatirá a tres reyes.
7:25 Hablará contra el Altísimo
y maltratará a los Santos del Altísimo.
Tratará de cambiar los tiempos festivos y la Ley,
y los Santos serán puestos en sus manos
por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo.
7:26 Pero luego se sentará el tribunal,
y a ese rey se le quitará el dominio,
para que sea destruido y aniquilado definitivamente.
7:27 Y la realeza, el dominio y
la grandeza de todos los reinos bajo el cielo
serán entregados al pueblo de los Santos del Altísimo.
Su reino es un reino eterno,
y todos los imperios lo servirán y le obedecerán".

7:28 Aquí termina el relato. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me llenaron de espanto y cambié de color. Y yo conservé estas cosas en mi corazón.

¿Los cuatro reyes estan relacionados con las tribulaciones? Agradezco mucho su ayuda :)
5 ὅτι Ἰωάννης μὲνἐβάπτισεν ὕδατι, ὑμεῖς δὲ ἐν πνεύματι βαπτισθήσεσθε ἁγίῳ οὐ μετὰ πολλὰςταύτας ἡμέρας.

5... pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días.

Hechos 1:5
Avatar de Usuario
pantocrator
 
Mensajes: 24
Registrado: Mar Sep 18, 2012 8:55 pm

Re: Interpretación profesía apocalíptica Daniel

Notapor tito » Lun Oct 01, 2012 8:19 pm

La datación de la visión en el año primero de Baltasar es considerada por muchos intérpretes como adición erudita de un glosista. No sabemos cuándo empezó a reinar Baltasar, hijo de Nabónides, aunque propiamente nunca llegó a la categoría plena de rey. Algunos creen que fue asociado al reino con su padre Nabónides en 550-49 a.C. Según el texto bíblico, Daniel tuvo en ese año una visión. El contenido de la visión es muy peregrino: En el mar Grande irrumpen los cuatro vientos del cielo (v.2). La expresión mar Grande designa muchas veces al Mediterráneo, pero aquí puede aludir al caos primitivo, al abismo revuelto por los cuatro vientos, símbolo de las fuerzas perturbadoras y nocivas, donde, según la mentalidad popular, habitaban los grandes monstruos, símbolo del mal.

En efecto, de ese caos tempestuoso van a surgir cuatro bestias, que simbolizarán cuatro reinos que se oponen al establecimiento del reino de los santos. La primera de las bestias era semejante a un león con alas de águila (v.4). La enumeración de éstas hay que entenderla paralelamente a la de los diferentes metales de la estatua vista por -Nabucodonosor (c.2). Esta primera bestia, pues, corresponde a la cabeza de oro de aquella visión. Aquí el león con sus alas parece ser un calco de las representaciones de los querubes alados, tan frecuentes en la estatuaria babilónica. Es el símbolo más apropiado, pues, para representar al imperio babilónico de Nabucodonosor. Debemos tener en cuenta, por otra parte, que el hagiógrafo nos presenta estos símiles de bestias como aproximaciones. Así dice: "era como león., como leopardo…" Estas frases nos llevan de lleno al género literario apocalíptico, en el que la imaginación va delante de la inteligencia, de tal forma que muchas veces se dan detalles que no tienen en realidad valor simbólico conceptual.

Como en la visión de la estatua aparecía simbolizado el reino babilónico por el metal más noble, y la parte superior del cuerpo (cabeza de oro), así también ahora va a ser simbolizado en los dos animales más nobles: el león y el águila; el primero, rey de los animales terrestres, y la segunda, reina de las aves. Hay en el libro de Daniel cierta benevolencia y admiración por los babilonios, como la hay en el libro de Ezequiel. El profeta puntualiza que a ese león alado le fueron arrancadas las alas, poniéndose en estado de erección con un corazón de hombre (v.4). La primera bestia perdió su carácter monstruoso que le daban la mezcla de león y de águila al quitársele las alas; pero también el león fue humanizado al levantarse sobre sus pies e infundírsele un corazón de hombre.

Quizá en esto haya una alusión al reconocimiento hecho por Nabucodonosor del Dios de Daniel, deponiendo así su hostilidad de fiera contra el reino de Dios (3:98-100). O bien en esa humanización hay que ver una alusión a 4:13, donde se habla de Nabucodonosor convertido en bestia y después restablecido en su categoría humana al recobrar su conciencia de hombre.

La segunda bestia era semejante a un oso (v.5). Corresponde al pecho de plata de la estatua. El animal y el metal aquí son de categoría inferior y simbolizarán el mismo reino, es decir, el medo-persa. Esta segunda bestia estaba alzada de un lado, simbolizando quizá la posición de acecho, o mejor, la supremacía persa sobre la meda, como parece insinuarse en 8:20. Este oso tiene en su boca tres costillas, posible alusión a la invasión llevada a cabo por Ciro en tres direcciones: Lidia (Asia Menor), Babilonia y Egipto. Veremos en el c.8, en la visión del carnero y el macho cabrío, que el carnero, representante de Persia, según dice el ángel Gabriel, acornea en tres direcciones: norte, sur y oeste, justamente las tres direcciones que llevaron los soldados de Ciro y Cambises. Su voracidad de conquistadores queda representada en la frase levántate a comer mucha carne (ν.6).

La tercera bestia era semejante a un leopardo y corresponde a las piernas de bronce de la visión de la estatua (c.2). Esta bestia tiene cuatro alas sobre su dorso, para indicar la celeridad de águila en sus conquistas en las cuatro direcciones del viento. Es el imperio de Alejandro Magno, el conquistador-relámpago. El profeta ha escogido al leopardo para representar la agilidad inenarrable de este coloso de la conquista. Las cuatro cabezas de esta excepcional bestia parecen ser los cuatro sucesores de Alejandro, o Diadocos, que se repartieron el imperio del inmortal macedonio. Otros prefieren ver en las cuatro cabezas los cuatro reyes de Persia suplantados por Alejandro, según 11:2. Pero creemos que en el contexto (y por lo que veremos en el capítulo siguiente) se alude más bien a los cuatro Diadocos.

La cuarta bestia, que es la obsesión del profeta, es mucho más terrible y espantosa (ν.7), y tambiιn más complicada y misteriosa. Corresponde a los pies de barro y de arcilla de la estatua de Nabucodonosor del c.2. Es tan rara esta bestia, que no encuentra el profeta con qué compararla. Por otra parte, es de una fiereza y voracidad sin límites, con grandes dientes de hierro, la cual no se contentaba con comer la presa, sino que machacaba las sobras con sus pies, solazándose en todo lo que fuera destrucción. Y su agresividad aumentaba porque tenía diez cuernos, entre los que sobresalía un nuevo cuerno pequeño especial, que, para que creciera, hubieron de ser arrancados tres cuernos de los diez anteriores. Por otra parte, ese pequeño cuerno tenía ojos como de hombre y una boca que hablaba con gran arrogancia (v.8).

La descripción es compleja y pormenorizada. Sin embargo, nos da la clave para la identificación de esta misteriosa cuarta bestia, que no es otra cosa que el imperio seléucida, opresor del pueblo de los santos, la nación judía en tiempo de los Macabeos. Sus diez cuernos son los diez predecesores de Antíoco IV Epífanes, que es el cuerno pequeño. que habla con arrogancia (v.8) ! Los tres cuernos arrancados son tres predecesores que han sido muertos por instigación de Antíoco IV Epífanes, a saber, Seleuco IV, su padre, Heliodoro, y Demetrio, hijo de Seleuco. Vemos, pues, aquí alusiones claras a hechos políticos de la época de los Macabeos. Esta impresión la veremos confirmada en la exégesis de los capítulos siguientes. Las arrogancias de Antíoco IV Epífanes aparecen declaradas en la historia de las guerras contra la nación judía en tiempo de los Macabeos y culminaron en la abominación de la desolación, a la que se alude en el c.8.

Biblia Comentada por los profesores de Salamanca.
¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal;
que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad;
que dan amargo por dulce, y dulce por amargo! Isaías 5,20


Imagen
Avatar de Usuario
tito
Moderador Animador
 
Mensajes: 1881
Registrado: Mié Jul 22, 2009 9:35 am


Volver a Sagrada Escritura - San Jerónimo

¿Quién está conectado?

Usuarios registrados: Bing [Bot]

Reportar anuncio inapropiado |
Reportar anuncio inapropiado |