Estimado en Cristo Campeador:
Campeador escribió:Gracias, eduarod, por la respuesta. Yo también lo entendía así, pero en algún lado leí que deudas implica "algo más" que una simple "ofensa". Ahora no recuerdo el argumento que daban.
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Desde que leí lo que pusiste me "olió" a pseudo-tradicionalismo (si no es como se dice "tradicionalmente" en latín, seguritito está mal)... no por ti, sino por la fuente donde pudiste leer eso.
Y si, en una búsqueda rápida no fue nada difícil llegar a textos como este:
A la vista está que el Padrenuestro se pasó a manipular con orientación, esterilizadora de la combatividad propia del católico. Esa pólvora mojada de que no podemos hablar de Cristo a nadie porque le podemos molestar. Un pacifismo bobo que roza el escándalo en la traducción del Sanctus y su extraño “Dios del universo”, sin eco en la Escrituras donde se nos señala por partida doble al “Señor y Dios de los ejércitos”. El propósito oculto en la misa nueva era debilitar la fuerza educadora de la liturgia católica forzándola hacia objetivos sectarios, paradójicamente llamados ecuménicos. Porque conformarse en no ofender induce un espíritu de rácana pasividad, de dejar hacer y, por el contrario, las deudas implican una conciencia constructiva global. Con la nueva fórmula se nos propone el falso pacifismo del “yo no ofendo y déjenme en paz”, en sustitución del sentido de deuda que nos enseña “lo-que-debemos-hacer”.
Pero las ofensas son sólo ofensas e, incluso, puede haber quien crea – muchísimos – jamás haber ofendido a nadie. Incluso es al revés, tendemos a creer que hemos sido ofendidos. Pero “las deudas” del Padrenuestro, por el contrario, señalan un campo universal de actitudes pro-activas hacia el prójimo. Porque deudas las hay de todo tipo. No se limitan al perdón de una ofensa. Aparte de las de dinero, que cuentan pero, como decía San Agustín, no son tan importantes, hay muchas otras deudas. Como las de amor, de socorro, de compañía, de fidelidad a una promesa, de lealtad frente a toda justificación de huida. Lo son las de gratitud a quien nos ayudó algún día, las de humildad para aceptar nuestra inclinación al pecado. Las huidizas de la propagación del Evangelio, las de perdón a quien nos hirió, las de amistad buscada y las de amistad acogida. Deudas infinitas en horas y en detalles. Y, entre todas, las de estado, deber tantas veces abandonado por disculpa de elevadas miras que encubren simple vagancia o cobardía. Y la más importante de todas las deudas, por la que tenemos tanto que rogar a Dios: la de luchar contra nuestro acorchamiento interior que le entierra en la rutina de una religión simplemente social, convencional, ética…
Interesante opinión... donde al autor sólo se le olvidó que el Padre Nuestro dice
PERDONA nuestras deudas/ofensas, por lo que cae en el absurdo que precisamente el cambio de palabra trata de evitar, de que la gente interprete la frase como referida a las dos primeras acepciones que nos da la RAE y NO tan solo a la última de ellas.
De hecho, en el caso de este autor, la confusión es manifiesta en el texto que he subrayado, al decir que "deudas las hay de todo tipo" y "aparte de las de dinero, que cuentan... hay muchas otras deudas".
Pero no solo se le olvidó a nuestro querido pseudo-tradicionalista autor notar esa palabra y sus implicaciones, sino se le olvidó también -y en esto se verá más manifiesto que nunca porqué un servidor llama "pseudo-tradicionalismo" a esta postura y NO "tradicionalismo" ni muchísimo menos "Tradicional"- consultar el Catecismo Mayor de San Pío X, donde claramente se enseña:
6º.- De la quinta petición
310.- ¿Qué pedimos en la quinta petición: PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES? - En la quinta petición: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, pedimos a Dios nos perdone nuestros pecados, como nosotros perdonamos a nuestros ofensores.
311.- ¿Por qué nuestros pecados se llaman deudas? - Nuestro pecados se llaman deudas porque hemos de satisfacer por ellos a la divina justicia en esta vida o en la otra.
312.- ¿Pueden esperar de Dios perdón los que no perdonan al prójimo? - Los que no perdonan al prójimo no tienen razón ninguna para esperar de Dios el perdón; tanto más que se condenan por sí mismos diciendo a Dios que les perdone como ellos perdonan a su prójimo.
Y donde en ningún lado vemos toda esa elocuente argumentación sobre "todo tipo de deudas", sino vemos únicamente referencias a pecados y ofensas que con razón deben ser perdonados.
Sino, peor aún, a nuestro pseudo-tradicionalista autor se le olvidó por completo consultar el Catecismo Romano, si, el Catecismo Tridentino donde no sólo no se enseña que el Padre Nuestro pudiera referirse a otro tipo de deudas, sino EXPRESAMENTE se enseña que NO SE REFIERE a esos otros posibles tipos de deudas:
Catecismo Romano escribió:«Nuestras deudas» [12] 1º «Deudas». — Conviene tener en cuenta qué se entiende aquí por deudas, para saber a ciencia cierta qué se debe pedir.
a) No se pide: • que Dios nos dispense del amor que le debemos, pues el pago de esta deuda es necesario para salvarnos; • ni de la obediencia, culto, veneración y demás obligaciones que tenemos para con Dios. [14]
b) Sí se pide: que nos libre Dios de los pecados; no sólo de los leves y fácilmente perdonables, sino también de los pecados graves y mortales; porque al cometerlos nos hacemos reos ante Dios y quedamos sujetos a las penas debidas, que satisfacemos o pagando o padeciendo.
Como podemos ver, el pseudo-tradicionalismo ha demostrado más que nunca en esto lo lejano que en realidad se encuentra de la Ortodoxia Católica. Y bueno, creo que ha quedado más que claro que la traducción por "ofensas" es completamente apropiada, y que con muchísima razón y clarividencia la Iglesia hizo el cambio de palabra precisamente para evitar confusiones como la de este pseudo-tradicionalista. Quien, curiosamente y como podemos ver, es en realidad la causa de que se hiciera el cambio que tan poco le gusta.
Que Dios te bendiga.