Estimado en Cristo cesar71:
No te preocupes, no podría describir como "incomodidad" lo que motivó a un servidor a escribir lo que te señalé, sino más bien, fue realmente preocupación porque no fueses a tomar un criterio o un camino equivocado. Y si creí oportuna la advertencia antes de conocer los detalles de tu situación, con más razón me parece oportuna ya que nos has hecho el favor de explicarlos. Porque en efecto, si recién has recibido del Señor la Gracia de unirte a la Santa Iglesia Católica, tu situación es mucho más entendible y hay mucho más que debes aprender y entender, pero también tienes derecho a que haya quién te lo explique y a que exista quién te ayude a tener criterios adecuados de discernimiento, de forma que puedas distinguir qué es auténtico y qué no en aquello que te puedas ir encontrando en las parroquias y comunidades con las que vayas teniendo algún contacto, o de aquello que te pudieras llegar a enterar por diferentes medios. Porque, en efecto, no todo lo que te irás encontrando aparentemente en el interior de la Iglesia es correcto.
Respecto a esto:
cesar71 escribió:...
Lo que pasa es que mi interés por Dios y la iglesia es reciente, apenas estoy empezando a conocerlos. NO PONGO PEROS A CREER EN LA EXISTENCIA DE DIOS Y DE CRISTO, pero si quiero guardar cautela con la iglesia, porque aunque sé que esta ha recibido el depósito de la FE EN DIOS Y EN CRISTO, también se que es una institución humana, que puede tener sus errores al igual que yó... claro que yó tengo muchisimos mas ¡¡y más graves!!,..je, je... Como católico neófito que piensa que ningún hombre es tan santo para nunca cometer pecado, creo que tengo derecho a ir con cautela si quiero conocer la iglesia y adentrarme en ella....
El tema que planteas en realidad no es tan sencillo como se suele creer.
De entrada la Iglesia no afirma que sus miembros no cometan pecado, sino al contrario, afirma que TODOS somos pecadores, con las únicas excepciones de Nuestro Señor Jesucristo y su Santísima Madre.
Estando asi la Iglesia compuesta por nosotros, esos pecadores, entonces, por consecuencia lógica, se cometen MUCHOS errores entre los miembros que componemos la Institución visible.
Y, sin embargo, cuando los católicos profesamos el Credo decimos y afirmamos, como profesión de nuestra Fé, que la Iglesia es Una, SANTA, Católica y Apostólica. Y si es Santa, es precisamente porque la Iglesia NO comete pecado.
¿Cómo puede ser esto?
Bien, te lo explico: teológicamente la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, esto quiere decir que la Iglesia está conformada por aquellos que están unidos a Cristo. Pero el pecado, por definición, es un acto que se OPONE al Amor de Dios, es un acto que, por ello, OFENDE a Dios. Entonces, resulta esencialmente contradictorio que una persona diga que quiere estar unida a Cristo o que está de hecho unida a Él, y que A LA VEZ, decida voluntariamente cometer un acto CONTRARIO a Él mismo. Entonces, por estas sencillas definiciones, nos damos cuenta fácilmente que, quien comete un pecado, en el mismo deseo y elección de cometerlo SE SEPARA DE CRISTO y se OPONE a Él; y que, por consiguiente, esa persona, en ese acto NO ESTÁ UNIDA A CRISTO, de tal suerte que, en ese acto, la persona se SEPARA también de la Iglesia; puesto que no puede la persona hacer algo que le separa de Cristo estando unida a Él. Eso sería tanto como decir que Cristo puede hacer algo en contra de Si mismo.
De este modo, CADA VEZ que uno de los miembros de la Iglesia comete CUALQUIER pecado, técnicamente lo hace FUERA de la Iglesia, por lo cual, si bien los efectos malignos de ese pecado si pueden DAÑAR a la Iglesia, por otra parte LA CULPA Y RESPONSABILIDAD de esa acción es necesariamente de la persona misma que la cometió Y NO de la Iglesia de la cual la persona se separó expresamente al y para cometer esa mala acción.
Y aunque explicado de esta manera sencilla pudiera llegar esto a parecer un "conveniente truco" para "artificialmente" mantener la Santidad de la Iglesia, subrayo una vez más que en realidad no es tal cosa, sino es una cuestión de lógica elemental: simplemente no puede uno estar unido a Cristo y actuar en contra de Él en el mismo acto.
Es por los motivos anteriores que con justicia se dice que la Iglesia es Santa, Y NO porque con ello se trate de afirmar que los miembros de la Iglesia son perfectos, no pueden equivocarse ni cometer pecados, o son todos necesariamente más puros o perfectos que otras personas. Al contrario, otra forma de entender a la Iglesia es como una comunidad DE PECADORES que están tan conscientes de esa realidad personal, que se saben necesitados del médico (Cristo) y por eso acuden y quieren unirse a Él: para ser curados. Decir entonces que la Iglesia es una comunidad Santa porque sus miembros son todos puros y santos, sería tan inadecuado e incorrecto como decir que un gran Hospital es una institución de salud porque todos los que están ahí son las personas más sanas del mundo. Todo lo contrario: en el Hospital están los que se saben enfermos, y el Hospital está LLENO de esos enfermos. La diferencia, en todo caso, es que estos enfermos que están en el Hospital reconocen que necesitan ayuda y han ido a buscarla. Igualmente los miembros de la Iglesia reconocen que son pecadores y que necesitan del Amor y la Redención de Cristo para ser salvados.
Ahora bien, del mismo modo que no puede decir un paciente con colesterol alto que está siguiendo el tratamiento del Hospital tan solo porque está físicamente ahí, cuando, a escondidas, se come un alimento con alto contenido de colesterol; así tampoco puede un miembro de la Iglesia decir que sus acciones son santas porque es miembro de la Iglesia visible, cuando sus acciones de hecho contradicen y le separan espiritualmente de la Iglesia.
En esto igualmente hay que tener cuidado de no caer en el error de pretender tender una línea imaginaria que separe o distinga esencialmente esa "Iglesia espiritual" de la institución humana visible en la Tierra. Porque del mismo modo que no se puede decir con exactitud que el Hospital no es en realidad el Hospital físico, sino es aquello que está ahí en donde cualquier persona sigue un tratamiento correcto para curarse; y que, en cambio, un cuarto del Hospital deja de ser parte del mismo si la persona que está adentro no sigue bien su tratamiento; sino, por el contrario, es preciso reconocer que la existencia física del Hospital es muy importante como un lugar que está particularmente condicionado y preparado para ayudar a maximizar las posibilidades de curación de los enfermos, de modo que, aunque en verdad el Hospital pueda tener influencia fuera de sus límites físicos (p.ej. mediante publicaciones que ayuden a algunos a reconocer su enfermedad a tiempo y acudir entonces a ser curados por médicos profesionales) la verdad es que el Hospital no puede ser sustituido por una entidad abstracta "de aquellos que si siguen sus tratamientos", sino el Hospital como institución física, visible y tangible tiene también una importancia muy grande, que estaría en todo caso
intrínsecamente asocidada a ese, llamémosle, "espíritu del Hospital" que trasciende sus fronteras visibles y que es la correcta actitud de todos aquellos que de verdad se quieren curar y siguen sus tratamientos. Por supuesto que la analogía tiene sus limitaciones, pero, en términos generales, es más o menos de ese mismo modo que NO se puede decir que la Iglesia, como institución visible en la Tierra, como Comunidad tangible de los creyentes que permanecen en este mundo, no tenga importancia, porque así como los enfermos acuden físicamente al Hospital para estar en contacto y aprovechar lo mejor de ese "espíritu del Hospital" que los puede curar; así también los fieles se unen a la institución visible que es la Iglesia porque es en Ella y NO en otro lado donde pueden encontrar con mayor perfección esos elementos que Cristo puso en Ella para facilitar que los fieles puedan realmente alcanzar la Unión con Él y ser así Salvados, elementos tales como los Sacramentos que con mucha razón aprecias.
Resumiendo: no se une uno a la Iglesia porque sea muy santo y quiera pertencer entonces al "club de los más santos", sino al contrario, se une uno a la Iglesia porque se reconoce pecador y necesitado de la Salvación de Cristo y, entonces uno acude a la Institución en la que Él mismo prometió estar y en la que se cuidan, conservan y administran los medios que Él mismo nos dejó para alcanzar la Unión con Él y, por consecuencia, nuestra propia Redención.
Ahora bien, aunque ya vimos que teológicamente uno se separa de la Iglesia (al menos instantáneamente) al cometer CUALQUIER pecado (hasta el más pequeño); la verdad es que eso no lo distingue uno tan fácilmente en los miembros visibles de la Iglesia. Vamos, no comienza a flashear un letrero luminoso en la frente de cada persona que comete un pecado que diga: "¡Cuidado! Acto cometido fuera de la Iglesia, favor de no achacarselo a la Iglesia sino a esta persona".
Es por eso que en la historia se han cometido muchos actos, algunos muy importantes y tristemente famosos (aunque con frecuencia pobremente entendidos y grandemente exagerados), que de cualquier manera de suyo son incompatibles con el Amor de Cristo, y que se han cometido aparentemente en nombre de la Iglesia, o bajo su cosentimiento o respaldo.
En realidad, a la luz de las explicaciones anteriores, todos estos actos han sido cometidos por los hijos de la Iglesia (y NO por ella misma por las razones ya señaladas) ABUSANDO de la autoridad que les fue dada; aunque a veces, es preciso también decirlo, actuando ellos mismos "de buena fé", es decir convencidos sinceramente de que lo que hacían era correcto, siendo históricamente comprensible que vieran las cosas de esa manera. Y esto último nos debe prevenir muchísimo, tanto de no aceptar todo lo que nos parezca que de buena fé se nos da por miembros de la Iglesia, como de tener cuidado de no llegar a incurrir nosotros mismos en estas actitudes de promover de buena fé cosas erradas a nombre de la Iglesia, simplemente por ignorar qué es lo que la Iglesia REALMENTE promueve y Enseña.
Pero bueno, aterrizando todo esto a la situación actual en la que te encuetras, vemos que, lejos de ser todo lo anterior motivo de tomar una actitud de "¿ya ves? no te preocupes, la Iglesia es Santa y puedes confiar en todo lo que encuentres en Ella"; más bien todo eso es motivo de darse cuenta de que hay que estar mucho más alerta de lo que podría parecer, porque en verdad todo el tiempo podemos encontrar aparentemente DENTRO de la Iglesia (aunque teológicamente sea FUERA de Ella) pensamientos y acciones, a veces dichos y hechos de muy buena fé, con mucha sinceridad y convicción, y que EN REALIDAD son pensamientos y actitudes OPUESTOS E INCOMPATIBLES al Amor de Cristo.
Esto que debemos tener siempre en cuenta en nuestras realciones con diferentes realidades eclesiales, sin embargo, NO se aplica al Magisterio de la Iglesia, sino al contrario, el Magisterio es ese FARO con el que Cristo ha querido ayudarnos a no quedarnos perdidos, sin poder distinguir entre las cosas auténticamente buenas y estas cosas erroneas hechas APARENTEMENTE DENTRO de la Iglesia, a veces con franca malicia, a veces incluso con intención de engañar, pero otras veces con buenas intenciones y argumentos aparentemente sólidos y bien fundados. La diferenecia que nos permite tratar el Magisterio de manera distinta, es que el Magisterio SI cuenta con dos ayudas muy especiales que hacen que podamos depositar ahí nuestra confianza. Ayudas que el Magisterio recibe de Dios NO para su propio provecho y beneficio, sino para NUESTRO BIEN, como lo veremos a continuación:
1. La asistencia ordinaria de Dios que reciben en razón de su ministerio todos los Obispos a quienes se ha dado la responsabilidad del cuidado de una iglesia local, y, muy en particular, la que recibe el Santo Padre el Papa para la Guía y el Gobierno de toda la Iglesia Universal.
Esta asistencia NO significa que estas personas si sean perfectas o que no puedan equivocarse. Ni siquiera la Asistencia ordinaria al Santo Padre garantiza que él estará completamente libre de error en su Magisterio ordinario. Y, sin embargo, con todo y ello, SI confiamos en que cuando Dios permite errores, estos NO son contrarios a la Fé (de modo que seguir al Papa NO nos puede llevar a nuestra condenación), sino que, Providencialmente, estos errores guian a la Iglesia justo en la manera en que esta necesitaba conducirse en un contexto determinado.
Para explicar esto último, a veces, apoyándome en un sueño de un gran santo, que fue Don Bosco, uso la analogía de un barco que debe dirigirse a un punto y que viene asediada por sus enemigos, entonces, el Santo Padre determina que debe irse en una dirección, cuando tal vez en realidad el destino está en otra. Más tarde el Espíritu Santo inspira al Santo Padre a darse cuenta del error, y entonces ordena que el rumbo sea corregido al punto al que realmente hay que ir. Parece que el Santo Padre se equivocó e hizo perder al barco tiempo precioso que pudo ser aprovechado por los enemigos para atacarle. Pero, quizá de manera completamente desconocida para los tripulantes y pasajeros del barco, todo ello ocurre en el contexto de que, adelante del punto original en que se encontraba el barco, existía una serie de escollos que estaban apenas sumergidos, pero que no lograban verse desde la superficie; de modo que el "error" en el que el Espíritu Santo permitió que cayera el Papa, en realidad fue el acierto que permitió que el barco no encallara en esos escollos, sino los rodeara. Y una vez rodeados, fue entonces que el Espíritu Santo permitió al Papa ver con más claridad para, ahora si, dirigir el barco de manera directa al destino.
Como puedes ver, nada de esto significa que el Papa sea infalible en sus actos personales o que no cometa pecado alguno, y ni siquiera que no exista la posibilidad de que se equivoque en algunos de sus actos dentro de la Iglesia. Simplemente que si se equivoca, aún así el error no será algo contrario a la Fé, sino es algo permitido por Dios para, por caminos misteriosos que solo Él (Dios) Conoce y solo Él Entiende, conducir a la Iglesia, a través de los hombres y de las circunstancias que nosotros vamos creando en la historia, hacia donde Él Quiere conducirla. Es Admirable el Poder de Dios que le permite sacar Bienes tan grandes aún de nuestros mismos errores, y es por ello que Él NO NECESITA que exista la Infalibilidad como cosa ordinaria, ni siquiera en los máximos líderes que Él mismo Pone al frente de la Iglesia. Precisamente porque Él Puede Dirigir a la Iglesia hacia donde Él la necesita para la Salvación de los hombres A PESAR de los propios errores que nosotros mismos cometemos.
Pero por eso es importante confiar en la Iglesia y seguirla, porque si uno se empeña en que el Papa está mal y el camino es derecho en línea recta, y convence uno a un grupo para que abandonen el barco en una lancha y vayan directos al destino, entonces lo más probable es que ese grupo acabe encallando en los escollos "invisibles" que el "error" del Papa permitió evitar, y que uno no podía conocer, pero por empeñarse uno en su propia opinión -que no dejaba de tener cierta parte de verdad- en vez de seguir a la Iglesia, acaba uno perdiéndose en ese obstáculo que simplemente no podía uno haber visto ni previsto. Mejor entonces es seguir a la Iglesia hacia donde Dios permita que Ella vaya, porque Dios tiene razones para ello, razones que muchas veces nos son ocultas a nosotros.
2. Existe, sin embargo, una Ayuda todavía más extraordinaria y especial, que muy rara vez se aplica, y que es la que el Santo Padre recibe del Espíritu Santo cuando realiza Definiciones o declaraciones Infalibles, por las que declara alguna Verdad como perteneciente al Depósito de la Fé (o sea, como contenida en la Revelación que nos fue dada por Dios mismo), o tan estrechamente conectada al Depósito de la Fé que simplemente no puede dudarse y debe "tenerse por definitiva". En esos caso la Iglesia SI cree que el Papa NO PUEDE EQUIVOCARSE. Pero ÚNICAMENTE en lo que respecta a esa Definición solemene o declaración en específico.
Este tipo de Ayuda de Dios usualmente solo se usa en la Iglesia cuando surgen dudas relevantes en una parte siginifcativa del Pueblo de Dios sobre algún asunto importante, por ejemplo, si Cristo fue hombre y Dios, o solamente Dios, o solamente hombre; o si Nuestra Señora fue concebida sin pecado original o fue librada en cambio del pecado original poco tiempo después de su concepción, etc. A veces estas cuestiones parecen "secundarias" en cuanto a que, desde un punto de vista un tanto pragmático, no parecen tener relación con nuestra vida. Pero en verdad esas cosas suelen tener implicaciones tan profundas, que indudablemnte acaban impactando seriamente nuestra vida. Por ejemplo, si se afirma que Cristo NO FUE Verdadero hombre, sino tan solo Verdadero Dios; entonces fácilmente nosotros diremos que no podemos imitarle porque Él es Dios y nosotros hombres; en cambio, si afirmamos con la Fé de la Iglesia que, además de Verdadero Dios SI FUE Verdadero hombre, con ello se nos acaba al pretexto, porque ciertamente podemos seguir e imitar a un hombre como nosotros. Cuestiones de este tipo son las que suelen dar importancia a esos temas que parecen discusiones teológicas más "académicas" que prácticas, pero que, como hemos visto, en realidad SI impactan seriamente los aspectos prácticos de nuestra vida y lo que entonces entendemos que podemos y DEBEMOS hacer para unirnos a Cristo y alcanzar de Él nuestra Salvación. Sin embargo, en estas discusiones, no siempre es fácil a los hombres, ni siquiera a los más sabios, ver todas las implicaciones y entender qué es lo que es Verdad y qué no lo es. En esos casos y para orientar a Su Pueblo de manera que todos puedan tener certeza plena de cuál es la Verdad que DEBEN creer, es que Dios ilumina al Santo Padre, o al Colegio de los Obispos en conjunto y presididos por el Santo Padre, a hacer estas Declaraciones que, a causa de esa Asistencia Especial, Y NO por el fundamento o sustento humano que pudieran tener, se consideran Infalibles, Definitivas e Irreformables, por que lo que está en juego, así lo entiende la Iglesia, es la Palabra de Dios mismo, y esa Palabra NO PUEDE cambiar ni equivocarse.
Las Definiciones Dogmáticas Infalibles son entonces, pues,
un SERVICIO que da Dios a Su Pueblo para orientarle ante el serio peligro del error, Y NO una imposición de la Jerarquía Eclesiástica, como algunos erroneamente las entienden.
Y es un Servicio que Dios nos da A PESAR de los defectos y errores que pudiera tener la persona por la que Dios nos lo concede (el Papa en turno). Demostrando entonces que es Dios, y no ese ser humano tan falible como cualquier otro, El que está Atento de librar a Su Pueblo del error.
En cuanto a esto:
... y está interesado en conocerla a través de argumentos de peso y no solamente con la actitud de creer por creer. Si me equivoco en el concepto que expreso de la fe del carbonero, lo reconozco no tengo problema, solo quiero expresar que no me gusta creer por creer, salvo la existencia de Dios , cristo, La virgen. etc.
No está mal buscar fundamentos de las cosas. Pero tampoco está mal creer porque realmente cree uno que le está creyendo a Dios y que Dios es Digno de Confianza (esa es la AUTÉNTICA Fé del carbonero).
Lo que SI está MAL son dos cosas:
1. Creer tan solo en lo que logra uno fundamentar, a pesar de que sabe que otras cosas las Reveló Dios también, porque entonces no tiene uno Fé en Dios, sino en sí mismo. Y ya vimos lo muy poco y muy mal que se puede aprender con esta actitud. No, ya también indicamos que el que verdaderamente entiende A FONDO las cosas es aquel que sabe APROVECHAR todo el camino que Dios mismo se Dignó ahorrarnos a través de Su Revelación y que, por consiguiente, cree firmemente las cosas que la Fé de la Iglesia Enseña precisamente en función de que nos han sido Dadas como un Don por Dios mismo. Y entonces, conociendo de verdad, puede encontrar con mucho mayor facilidad los verdaderos fundamentos de las cosas.
2. Tener una "fé del carbonero", pero NO auténtica, sino negligente y comodina. Es decir, NO se trata aquí de creer con firmeza porque se sabe que Dios lo Reveló se conozcan o no los fundamentos desde el punto de vista de la ciencia humana. Sino se trata meramente de creer comodinamente lo que se nos ha dicho sin preocuparse por si uno entiende o si uno realmente lo cree de verdad, sino simplemente creyendo de manera "automática" y negligente simplemente porque es más fácil aceptar lo que nos dicen que cuestionarlo o buscar otras explicaciones. Este tipo de actitud si es ERRONEA, porque en realidad NO se sustenta en NADA. Por eso es que las personas que tienen esta actitud, cuando les llega a convenir NO creer, abandonan fácilmente la Fé en favor de cualquier explicación alterna, por mala que sea, pero que no se contraponga a sus intereses personales. Si esto último, es lo que en realidad deseas evitar, haces bien.
Que Dios te bendiga.