eduarod escribió:Estimado en Cristo anunciador:
Dado que definitivamente NINGUNA revelación privada puede agregar o quitar NADA a la Revelación Pública (que es el Depósito de la Fe dado por Cristo a sus Apóstoles y confiado al cuidado de la Santa Iglesia), lo que eso nos dice NO ES que la revelación privada sea inútil (evidentemente si lo fuese Dios NO se manifestaría de ese modo), sino lo que nos dice es que TODA revelación privada es útil y tiene sentido ÚNICAMENTE como un medio para conducirnos a la Revelación Pública en la Iglesia de Cristo.
Saludos en Cristo eduarod, siendo así, esto deja mas inquietudes que respuestas, porque donde se den esas presuntas "revelaciones" que en realidad son "manifestaciones de lo revelado" y asumiendo que sean verdaderas pone de manifiesto uno o varios interrogantes, como mínimo un problema pastoral en ciertas zonas en donde no se esté viviendo a plenitud la Fe, sea porque la iglesia en ciertas zonas del mundo es mas difícil la evangelización o esté pasando por una tibieza espiritual en su feligresía,etc.
eduarod escribió:Por eso es que, en sentido estricto y objetivo TODA revelación privada es, de hecho, innecesaria (es decir, NO existe tal cosa como "el nuevo mensaje" o "el nuevo llamado" que la Iglesia entera o parte de ella debiera esperar o pueda anunciar a raíz de una revelación privada).
Pero, a la vez, no solo las revelaciones privadas, sino muchas otras cosas y circunstancias de nuestra vida de las que Dios se sirve (en ocasiones incluso revelaciones privadas no-auténticas), SI SON subjetivamente necesarias para el enriquecimiento de la Fe e incluso la salvación de una persona CONCRETA. Pero -y esto hay que entenerlo MUY BIEN- esto ocurre NO porque el contenido en si de la revelación privada sea complementario a la Revelación Pública para esa persona, sino simplemente porque esa revelación privada y/o su contenido ha funcionado como el VEHÍCULO por el que la persona se ha podido acercar a la Revelación Pública.
En mi opinión, pienso que uno de los problemas está ahí:
1. llamar "revelación privada" a lo que en realidad puede ser una "manifestación de lo revelado"
2. es innecesaria para la salvación pero puede ser necesaria para poner de manifiesto un problema (ej: pastoral).
3. no es un nuevo mensaje ni un nuevo llamado pero puede ser un llamado de advertencia tanto para aquel que lo recibe como para aquellos a la cual tiene por finalidad ese llamado y no necesariamente a toda su Iglesia.
Decir que una manifestación privada de lo revelado puede servir como vehículo para la revelación publica es tanto como reconocer que hay un serio problema ej. pastoral (por decir lo menos) en ciertas circunstancia en donde Nuestro Señor Jesucristo por pura misericordia se manifiesta de este modo en particular.
eduarod escribió:De ahí que, si CUALQUIER revelación privada, independientemente de su autenticidad objetiva (cosa que juzga la Iglesia y NUNCA los fieles), nos comienza a servir como piedra de escándalo, y en vez de ACERCARNOS a la Iglesia, ÚNICA legítima custodia del Depósito de la Fé, nos ALEJA de CUALQUIER modo de ella (por ejemplo, sembrando dudas sobre la legitimidad o alcance de una acción disciplinaria, como es el caso); entonces en ello mismo se demuestra que tal revelación privada NO estaría cumpliendo concretamente en nosotros esa función subjetiva benéfica que puede tener, sino al contrario, está trabajando en contra de nuesta adhesión a la Fe y a Cristo en Su Iglesia, y, por consiguiente simplemente hay que reconocer que, inisito, independientemente de su autenticidad objetiva, esa revelación privada NO ES para nosotros. Si a alguien le sirve es a alguien que NO CONOZCA el Depósito de la Fe o parte del mismo, y que pueda llegar a ACERCARSE por este medio.
En este contexto, generalmente podemos observar que las revelaciones privadas se presentan en lugares y/o situaciones en los que grupos importantes de personas están alejadas de la Fe y llegan acercarse a través de esa manifestación. Quizá el caso más emblemático son las Apariciones de la Virgen de Guadalupe que sin exagerar se puede decir que fueron medulares para la efectiva Evangelización de todo un continente que desconocía a Cristo.
Como dije antes, el caso de los escritos de M. Valtorta fueron mas problemas de forma que de fondo, es decir, si fueron publicados en desobediencia aunque el cardenal no sabia que fue autorizada su publicación y después se hizo publica quiere decir que, o no era el momento de ser publicadas o que solamente es para aquellos que en su momento y lugar llegaría tal mensaje para vivir su fe y que como tal no es obligatoria para toda su Iglesia. como usted dijo, la autenticidad juzga la Iglesia no sus fieles, pero, la Iglesia no deja a cargo al sentir de sus fieles si eso es un llamado o no de Cristo?, si un fiel encuentra en esos escritos ese llamado y le sirve para acercarse a Dios y su Iglesia, bienvenido sea. pero si es piedra de tropiezo para otros, en donde estaba depositada esa Fe de esos otros?, ese es el otro problema que se pone de manifiesto, nadie que tenga su fe bien cimentada puede considerar que tal o cual escrito privado sea piedra de tropiezo.
eduarod escribió:Pero, curiosa y paradójicamente, con frecuencia las revelaciones privadas, tanto las muy conocidas y aprobadas por la Iglesia, como este tipo de revelaciones que se mueven en los límites de la aprobación y/o la condenación, se vuelven "populares" entre los fieles devotos, que creen vivir mejor su Fe a causa de la devoción a alguna de estas revleaciones y que creen encontrar en ellas un objetivo o una misión "especial" para vivir su Fe (como aquellos que prácticamente parece que han hecho el centro de su Fe el "exigirle" a la Iglesia que cumpla con la Consagración de Rusia en la forma y términos en los que ellos entienden que fue solicitado por Nuestra Señora en Fátima). Y entonces estos fieles concentran toda su vida espiritual en el cumplimiento de esa supuesta "misión", aunque con frecuencia eso conlleve olvidarse en buena medida de la Caridad al prójimo, o aunque conlleve cuestionar y confrontar a la Iglesia de manera inadecuada e indigna. Es obvio entonces que para tales fieles esa aparición que ellos creen que les ayuda a crecer en la Fe o a tener una vida espiritual fructífera, en realidad se ha convertido en el peor enemigo de su propia vida espiritual.
Al respecto simplemente recordemos cómo Cristo mismo nos anunció que muchos en el Juicio Final le dirían cosas tales como "Señor ¿qué no profetizamos en tu nombre?" y que Él los rechazaría diciendo que no los conoce. Y, respecto al caso que nos ocupa, bien puede ocurrir que no los conozca porque no se acercaron a Él en la Iglesia ni en el prójimo viviendo la Caridad; sino se dedicaron a servirse a si mismos autosatisfaciendo su egoismo que se envanecía al creer que tenían la gran vida espiritual por estar siguiendo o fomentando tal o cual revelación privada.
Aunque no quería salir del punto de Valtorta, usted tocó el punto de N.S. de Fatima, del cual resumo esta simple manifestación de ella de lo revelado: "conversión, conversión, conversión"; puedo yo considerar piedra de tropiezo para toda la Iglesia católica que por misericordia de Nuestro Señor haya enviado a Nuestra Señora en la advocación de Fatima un mensaje al mundo entero recordando la conversión?. la conversión ya fue revelado por Él y la Virgen solo manifiesta lo que ya a sido revelado por Él, mas bien hay que plantearse que es lo que está pasando en el mundo como para que Nuestro Señor en ese momento de la historia haga ese "llamado de atención" a la conversión y nos esté recordando lo revelado por Él, que es función de la Iglesia. si ese es el caso entonces tiene una doble finalidad, un despertar a la Iglesia en aquellos lugares en donde exista tibieza espiritual en su feligresía.
eduarod escribió:En resumen: si has podido llegar al punto de preguntarte de qué te sirve tal o cual revelación privada, lo más seguro es que, en efecto, a ti NO TE SIRVA DE NADA.
Y eso lo puedes creer sin el temor de "no estar siguiendo a Jesús", o "no estar dando el paso crítico", o "no estar cumpliendo con la misión clave", o "no estar llevando el mensaje vital al mundo", temas favoritos todos ellos de esos que tanto gustan de presionar a los demás para que sigan las revelaciones privadas, haciendoles sentir que pudieran llegar a ser como aquellos que no siguieron a Jesús cuando Él los llamó. Pero la realidad es que, quienes presionan así, difícilmente han entendido el veradero beneficio y utilidad de las revelaciones privadas, y no suelen ser entonces muy diferentes de esos fariseos que Jesús denunció por gustar de ser vistos en las plazas o dando carretadas de limosnas en el Templo; pues en ambos casos, y contra las apariencias, lo que en el fondo busca la persona es más bien ese servir a su propia orgullo, criterio y/o vanidad, y no tanto a Jesús.
Por el contrario, si te quieres asegurar de seguir y servir a Jesús, simplemente dedicate a vivir la Caridad en Su Iglesia. El "problema" que eso tiene para muchos, es que parece demasiado "básico", "normal" o "convencional" como para envanecer su ego, su vanidad necesita "algo más" como para sentirse "creyente avanzado". Pero, si lo pensamos medio segundo, es muy evidente que seguir a Cristo viviendo Su Caridad en Su Iglesia es lo único que hay que hacer, y para ayudarnos a llegar a ello es para lo único que puede llegar a servir cualquier revelación privada.
Que Dios te bendiga.
Mas que para mi es para quien planteó el tema y los que a futuro se planteen estas mismas interrogantes; si vivo a plenitud mi Fe no es necesario leerlos, mas no puedo decir que no sirvan para nada puesto que no es esa la finalidad para lo cual fueron hechos pues una de sus finalidades puede ser para llenarnos mas de amor hacia Jesús y su Iglesia. en el caso particular de los escritos de M.Valtorta no veo otra finalidad distinta al describir detalles que no esta contemplados en los evangelios una inspiración a vivir mas el amor a aquel que dio su vida por nosotros. creo que, por misericordia de Dios nos permite que, solo a quien le sea inspirado a leerlos los lea en la caridad que nos recomienda la Iglesia para no caer en la tentación del ego.