Apreciado amigo...
No creo que nadie discuta lo que dice usted sobre el carácter valioso del lenguaje mítico dentro de los textos sagrados o sobre la fidelidad de que debe guardarse al Magisterio a la hora de interpretarlos, pero creo que extrema usted su posición...
El relato de la Creación es en muchos aspectos un texto ligado a un género literario que tiene sus propias leyes y condiciones, una metáfora, lo mismo que los nombres de Adán o de Eva... Eso no les resta valor ni niega su verdad profunda sino que nos permite reflexionar sobre cómo debemos proceder a su lectura para no caer en una visión infantil o ingenua de la Biblia. Ningún católico considera el relato sumerio del Génesis -fuente última de la narración bíblica- como algo que deba aceptarse en sus mínimos detalles, ni dejará de considerar a Adapa o a Oannes como simples figuras simbólicas... en el caso de la Biblia el repertorio o uso de situaciones o individuos de carácter simbólico es semejante porque se trata de un producto escrito por los hombres de una época que no es la nuestra. Expresan sin embargo una verdad esencial dada por la misericordia de Dios y que puede ser comprendida por todos los hombres.