Mater Dolorosa

En este foro: Dogmas y enseñanzas de la Iglesia sobre la Virgen María, así como libros, escritos, frases, reflexiones sobre su vida, apariciones y mensajes aprobados, advocaciones, devociones, oraciones, arte mariano. «La toda santa, la abogada, auxiliadora, socorro y mediadora, quien ha realizado del modo más perfecto, durante toda su vida, la obediencia en la fe (“Hágase en mí según tu palabra”), contemplándola, ya glorificada en cuerpo y alma, vemos en ella lo que la Iglesia está llamada a ser sobre la tierra y aquello que será en la patria celestial. La Madre de la Iglesia 'engendra' continuamente hijos para el Cuerpo místico del Hijo. Lo hace mediante su intercesión, implorando para nosotros la efusión inagotable del Espíritu. Seamos dóciles a su acción maternal para configurarnos con Cristo, en especial a través del santo Rosario cotidiano, su escuela mística, compendio de todo el Evangelio»

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Mater Dolorosa

Notapor Christifer Deiparae » Vie Abr 15, 2011 9:16 am

Ave María dolorosa

Christifer Deiparae escribió:¿Qué puedo decir sobre Nuestra Madre en sus Dolores que no hayan dicho ya y muchísimo mejor que yo? Mis palabras desaparecen y enmudecen al contemplarla al pie de la Cruz, traspasada por el dolor más absoluto que se pueda imaginar, como si una espada le traspasara el corazón.

Como no recordará la Madre Santísima al ver a su Hijo crucificado el momento, tiempo atrás, en que lo presentó a Dios en el Templo junto con su castísimo esposo san José. Una lágrima de aflicción recorre su rostro al resonar en su cabeza la profecía de Simeón, cuando el sacerdote le profetizó la Pasión y Muerte de su Hijo, del Inocente, siendo para ella una espada en el corazón.

Como no recordará la Madre Amantísima al ver a su Hijo perseguido el momento en que tuvieron que huir de Israel a tierras de Egipto porque Herodes quería matarlo. Una lágrima de temor brota de sus ojos al pensar como abrazó a su Hijo entre sus brazos y, guiada por su perfecto guardián san José, salieron de Belén, perseguido por aquellos que debían haberlo amado.

Como no recordará la Madre Gloriosa al ver a su Hijo abandonado la subida que hizo la Sagrada Familia a Jerusalén a celebrar la Pascua. Una lágrima de turbación acaricia su mejilla al rememorar los tres días en que su Hijo estaba en el Templo sin saberlo, buscándolo Ella y su glorioso compañero san José con dolor al tener que cumplirse así la voluntad del Padre Celestial.

Como no recordará la Madre Amable al ver a su Hijo torturado cuando lo vió en Jerusalén, tras despedirse de Él en Betania antes de la Pascua, con la cruz a cuestas, camino del Calvario. Una lágrima de amargura se derrama en su cara al revivir el encuentro con su Hijo, todo desfigurado, coronado de espinas, cargando con la cruz, siendo insultado y vejado, sin apenas encontrar quien se compadeciera de Él.

Y ahí está, la Madre de Dolores, desgarrado su Corazón al ver desgarrado el Cuerpo Santísimo de su Hijo, al pie de la Cruz. Las lágrimas de aflicción intenta limpiar su dolor tan profundo, pero no había nada que pudiera aligerarlo y adormecerlo. Y allí, en el Calvario, mientras Cristo se inmolaba como Víctima perfecta por la salvación de los hombres en el Altar de la Cruz, María Santísima ofrecía sus Dolores, sus Gozos, todo cuanto tenía, en el altar de su Inmaculado y Doloroso Corazón, uniéndose a su Hijo Redentor como Corredentora.

Contemplemos como ya su Hijo muerto es bajado de la Cruz y puesto en el amoroso y virginal regazo de la Madre siempre Virgen. Contempla con lágrimas de agonía su Rostro desfigurado, al que vio sonreir cuando lo cogía de pequeño, sus Manos destrozadas, las que tocaban su maternal cara, sus Pies desgarrados, los que se movían tiernamente al tenerlo en brazos, su Costado, muda señal de su Sagrado Corazón traspasado, Corazón al que tan unido estaba que sin duda su Corazón de Madre era en todo semejante al de su Hijo, tal que parecían tener un solo Sagrado Corazón.

Y ya, acabado el Santo Entierro de su Hijo, contemplemos a la Madre llena de gracia en su abandono, ante la piedra que sella el Sepulcro. No había consuelo para ella, pues su Corazón, su Vida, yace dentro. Lágrimas de soledad se unen a ella, contemplando el alto precio del Sacrificio de su Hijo, lágrimas que no pueden acompañarla. Como no recordará aquellos días llenos de gozo cuando lo llevaba en su seno maternal, y ahora sus días están llenos de dolor al verlo en ese seno de piedra fría.


Cuanto dolor el de Nuestra Madre, no habiendo dolor que se le asemeje. Pero era un dolor redentor. Un dolor alimentado por tres llamas, la Fe, la Esperanza y la Caridad. Pues si grande era su dolor, mayor era su Fe en todo lo que Dios le había revelado, su Esperanza en que su Hijo resucitaría glorioso, su Caridad hacia Dios por realizar la Redención de los hombres. Y si grande era su dolor, mayor fue la alegría al ver a su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, glorioso, resucitado de entre los muertos, con toda su majestad, a anunciarle su Resurrección, el Triunfo de la Vida sobre la Muerte.
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Re: Mater Dolorosa

Notapor tralalá » Sab Sep 15, 2012 10:44 am

Hoy, sábado 15 de septiembre de 2012, día dedicado a nuestra Madre de los dolores.
Pongo una reflexión que hizo Juan Pablo II:

La Profecía de Simeón Asocia a María al Destino Doloroso de su Hijo

Audiencia general de SS. Juan Pablo II
18 de diciembre de 1997.

1. Después de haber reconocido en Jesús la "luz para alumbrar a las naciones" (Lc2, 32), Simeón anuncia a María la gran prueba a la que está llamado el Mesías y le revela su participación en ese destino doloroso.

La referencia al sacrificio redentor, ausente en la Anunciación, ha impulsado
a ver en el oráculo de Simeón casi un "segundo anuncio" (Redemptoris Mater, 16), que llevará a la
Virgen a un entendimiento más profundo del misterio de su Hijo. Imagen

Simeón, que hasta ese momento se había dirigido a todos los presentes, bendiciendo en particular a José y María, ahora predice sólo a la Virgen que participará en el destino de su Hijo. inspirado por el Espíritu Santo, le anuncia: "Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones"(Lc 2, 34-35).

2. Estas palabras predicen un futuro de sufrimiento para el Mesías. En efecto, será el "signo de contradicción", destinado a encontrar una dura oposición en sus contemporáneos. Pero Simeón une al sufrimiento de Cristo la visión del alma de María atravesada por la espada, asociando de ese modo a la Madre al destino doloroso de su Hijo.

Así, el santo anciano, a la vez que pone de relieve la creciente hostilidad que va a encontrar el Mesías, subraya las repercusiones que esa hostilidad tendrá en el corazón de la Madre. Ese sufrimiento materno llegará al culmen en la pasión, cuando se unirá a su Hijo en el sacrificio redentor."¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones." (Lc 2, 34-35)

Las palabras de Simeón, pronunciadas después de una alusión a los primeros cantos del Siervo del Señor (cf. Is 42, 6; 49, 6), citados en Lc 2, 32, nos hacen pensar en la profecía del Siervo paciente (cf. Is 52, 13 - 53, 12), el cual, "molido por nuestros pecados" (Is 53, 5), se ofrece "a sí mismo en expiación" (Is 53, 10) mediante un sacrificio personal y espiritual, que supera con mucho los antiguos sacrificios rituales. Podemos advertir aquí que la profecía de Simeón permite vislumbrar en el futuro sufrimiento de María una semejanza notable con el futuro doloroso del "Siervo".

3. María y José manifiestan su admiración cuando Simeón proclama a Jesús "luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel" (Lc 2, 32). María, en cambio, ante la profecía de la espada que le atravesará el alma, no dice nada. Acoge en silencio, al igual que José, esas palabras misteriosas que hacen presagiar una prueba muy dolorosa y expresan el significado más auténtico de la presentación de Jesús en el templo.

En efecto, según el plan divino, el sacrificio ofrecido entonces de "un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley" (Lc 2, 24) era un preludio del sacrificio de Jesús, "manso y humilde de corazón" (Mt 11, 29); en él se haría la verdadera "presentación" (cf. Lc 2, 22), que asociaría a la Madre a su Hijo en la obra de la redención.

4. Después de la profecía de Simeón se produce el encuentro con la profetisa Ana que también" alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén" (Lc 2, 38). La fe y la sabiduría profética de la anciana que, "sirviendo a Dios noche y día" (Lc 2, 37), mantiene viva con ayunos y oraciones la espera del Mesías, dan a la Sagrada Familia un nuevo impulso a poner su esperanza en el Dios de Israel. En un momento tan particular, María y José seguramente consideraron el comportamiento de Ana como un signo del Señor, un mensaje de fe iluminada y de servicio perseverante.

A partir de la profecía de Simeón, María une de modo intenso y misterioso su vida a la misión dolorosa de Cristo: se convertirá en la fiel cooperadora de su Hijo para la salvación del género humano.

http://www.corazones.org/maria/ensenanz ... ofesia.htm
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Re: Mater Dolorosa

Notapor fdeleonm » Sab Sep 15, 2012 1:05 pm

María Santísima enséñame a sobrellevar los dolores como tú lo hiciste a los pies de la cruz.
"Mientras ustedes permanezcan en mí y mis palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán." Juan 15, 7
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Re: Mater Dolorosa

Notapor tralalá » Vie Mar 29, 2013 4:28 pm

Viernes santo: María al pie de la Cruz.



Himno Imagen

La Madre piadosa

Fuente: Liturgia de las horas



La Madre piadosa estaba

junto a la cruz y lloraba

mientras el Hijo pendía;

cuya alma, triste y llorosa,

traspasada y dolorosa,

fiero cuchillo tenía.



¡Oh cuán triste y cuán aflicta

se vió la Madre bendita,

de tantos tormentos llena!

Cuando triste contemplaba

y dolorosa miraba

del Hijo amado la pena.



Y, ¿cuál hombre no llorará,

si a la Madre contemplara

de Cristo, en tanto dolor?

¿Y quién no se entristeciera,

Madre piadosa, si os viera

sujeta a tanto rigor?



Por los pecados del mundo,

vió a Jesús en tan profundo

tormento la dulce Madre.

Vió morir al Hijo amado,

que rindió desamparado

el espíritu a su Padre.



¡Oh dulce fuente de amor!

hazme sentir tu dolor

para que llore contigo.

Y que, por mi Cristo amado,

mi corazón abrasado

más viva en él que conmigo.



Y, porque a amarle me anime,

en mi corazón imprime

las llagas que tuvo en sí.

Y de tu Hijo, Señora,

divide conmigo ahora

las que padeció por mí.



Hazme contigo llorar

y de veras lastimar

de sus penas mientras vivo;

porque acompañar deseo

en la cruz, donde le veo,

tu corazón compasivo.



¡Virgen de vírgenes santas!

Llore yo con ansias tantas

que el llanto tan dulce me sea;

porque su pasión y muerte

tenga en mi alma, de suerte

que siempre sus penas vea.



Haz que su cruz me enamore

y que en ella viva y more

de mi fe y amor indicio;

porque me inflame y encienda,

y contigo me defienda

en el día del juicio.



Haz que me ampare la muerte

de Cristo, cuando en tan fuerte

trance vida y alma estén;

porque, cuando quede en calma

el cuerpo, vaya mi alma

a su eterna gloria.



Amén.
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Re: Mater Dolorosa

Notapor tralalá » Vie Mar 29, 2013 8:29 pm

Si la Madre Dolorosa está de pie junto a la Cruz.
Este es el lugar de Cristo en la Cruz.

Imagen

AL CRISTO DEL CALVARIO

En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y sólo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta. Amén.

Gabriela Mistral
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