El tipo de honra que se le da a Maria

En este foro: Dogmas y enseñanzas de la Iglesia sobre la Virgen María, así como libros, escritos, frases, reflexiones sobre su vida, apariciones y mensajes aprobados, advocaciones, devociones, oraciones, arte mariano. «La toda santa, la abogada, auxiliadora, socorro y mediadora, quien ha realizado del modo más perfecto, durante toda su vida, la obediencia en la fe (“Hágase en mí según tu palabra”), contemplándola, ya glorificada en cuerpo y alma, vemos en ella lo que la Iglesia está llamada a ser sobre la tierra y aquello que será en la patria celestial. La Madre de la Iglesia 'engendra' continuamente hijos para el Cuerpo místico del Hijo. Lo hace mediante su intercesión, implorando para nosotros la efusión inagotable del Espíritu. Seamos dóciles a su acción maternal para configurarnos con Cristo, en especial a través del santo Rosario cotidiano, su escuela mística, compendio de todo el Evangelio»

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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor Balvaram » Mar Jul 19, 2011 11:07 am

Catequesis del Beato Juan Pablo II en la audiencia general de los miércoles

Miércoles 15 de octubre de 1997



El culto a la Virgen María

1. «Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer» (Ga 4, 4). El culto mariano se funda en la admirable decisión divina de vincular para siempre, como recuerda el apóstol Pablo, la identidad humana del Hijo de Dios a una mujer, María de Nazaret.

El misterio de la maternidad divina y de la cooperación de María a la obra redentora suscita en los creyentes de todos los tiempos una actitud de alabanza tanto hacia el Salvador como hacia la mujer que lo engendró en el tiempo, cooperando así a la redención.

Otro motivo de amor y gratitud a la santísima Virgen es su maternidad universal. Al elegirla como Madre de la humanidad entera, el Padre celestial quiso revelar la dimensión —por decir así— materna de su divina ternura y de su solicitud por los hombres de todas las épocas.

En el Calvario, Jesús, con las palabras: «Ahí tienes a tu hijo» y «Ahí tienes a tu madre» (Jn 19, 26-27), daba ya anticipadamente a María a todos los que recibirían la buena nueva de la salvación y ponía así las premisas de su afecto filial hacia ella. Siguiendo a san Juan, los cristianos prolongarían con el culto el amor de Cristo a su madre, acogiéndola en su propia vida.

2. Los textos evangélicos atestiguan la presencia del culto mariano ya desde los inicios de la Iglesia.

Los dos primeros capítulos del evangelio de san Lucas parecen recoger la atención particular que tenían hacia la Madre de Jesús los judeocristianos, que manifestaban su aprecio por ella y conservaban celosamente sus recuerdos.

En los relatos de la infancia, además, podemos captar las expresiones iniciales y las motivaciones del culto mariano, sintetizadas en las exclamaciones de santa Isabel: «Bendita tú entre las mujeres (...). ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» (Lc 1, 42. 45).

Huellas de una veneración ya difundida en la primera comunidad cristiana se hallan presentes en el cántico del Magníficat: «Desde ahora me felicitarán todas las generaciones» (Lc 1, 48). Al poner en labios de María esa expresión, los cristianos le reconocían una grandeza única, que sería proclamada hasta el fin del mundo.

Además, los testimonios evangélicos (cf. Lc 1, 34-35; Mt 1, 23 y Jn 1, 13), las primeras fórmulas de fe y un pasaje de san Ignacio de Antioquía (cf. Smirn. 1, 2: SC 10, 155) atestiguan la particular admiración de las primeras comunidades por la virginidad de María, íntimamente vinculada al misterio de la Encarnación.

El evangelio de san Juan, señalando la presencia de María al inicio y al final de la vida pública de su Hijo, da a entender que los primeros cristianos tenían clara conciencia del papel que desempeña María en la obra de la Redención con plena dependencia de amor de Cristo.

3. El concilio Vaticano II, al subrayar el carácter particular del culto mariano, afirma: «María, exaltada por la gracia de Dios, después de su Hijo, por encima de todos los ángeles y hombres, como la santa Madre de Dios, que participó en los misterios de Cristo, es honrada con razón por la Iglesia con un culto especial » (Lumen gentium, 66).

Luego, aludiendo a la oración mariana del siglo III «Sub tuum praesidium» —«Bajo tu amparo»— añade que esa peculiaridad aparece desde el inicio: «En efecto, desde los tiempos más antiguos, se venera a la santísima Virgen con el título de Madre de Dios, bajo cuya protección se acogen los fieles suplicantes en todos sus peligros y necesidades » (ib.).

4. Esta afirmación es confirmada por la iconografía y la doctrina de los Padres de la Iglesia, ya desde el siglo II.

En Roma, en las catacumbas de santa Priscila, se puede admirar la primera representación de la Virgen con el Niño, mientras, al mismo tiempo, san Justino y san Ireneo hablan de María como la nueva Eva que con su fe y obediencia repara la incredulidad y la desobediencia de la primera mujer. Según el Obispo de Lyon, no bastaba que Adán fuera rescatado en Cristo, sino que «era justo y necesario que Eva fuera restaurada en María» (Dem., 33). De este modo subraya la importancia de la mujer en la obra de salvación y pone un fundamento a la inseparabilidad del culto mariano del tributado a Jesús, que continuará a lo largo de los siglos cristianos.

5. El culto mariano se manifestó al principio con la invocación de María como «Theotókos», título que fue confirmado de forma autorizada, después de la crisis nestoriana, por el concilio de Éfeso, que se celebró en el año 431.

La misma reacción popular frente a la posición ambigua y titubeante de Nestorio, que llegó a negar la maternidad divina de María, y la posterior acogida gozosa de las decisiones del concilio de Éfeso testimonian el arraigo del culto a la Virgen entre los cristianos. Sin embargo, «sobre todo desde el concilio de Éfeso, el culto del pueblo de Dios hacia María ha crecido admirablemente en veneración y amor, en oración e imitación » (Lumen gentium, 66). Se expresó especialmente en las fiestas litúrgicas, entre las que, desde principios del siglo V, asumió particular relieve «el día de María Theotókos», celebrado el 15 de agosto en Jerusalén y que sucesivamente se convirtió en la fiesta de la Dormición o la Asunción.

Además, bajo el influjo del «Protoevangelio de Santiago», se instituyeron las fiestas de la Natividad, la Concepción y la Presentación, que contribuyeron notablemente a destacar algunos aspectos importantes del misterio de María.

6. Podemos decir que el culto mariano se ha desarrollado hasta nuestros días con admirable continuidad, alternando períodos florecientes con períodos críticos, los cuales, sin embargo, han tenido con frecuencia el mérito de promover aún más su renovación.

Después del concilio Vaticano II, el culto mariano parece destinado a desarrollarse en armonía con la profundización del misterio de la Iglesia y en diálogo con las culturas contemporáneas, para arraigarse cada vez más en la fe y en la vida del pueblo de Dios peregrino en la tierra.
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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor Balvaram » Mar Jul 19, 2011 11:12 am

Catequesis del Beato Juan Pablo II en la audiencia general de los miércoles

Miércoles 22 de octubre de 1997


Naturaleza del culto mariano

1. El concilio Vaticano II afirma que el culto a la santísima Virgen «tal como ha existido siempre en la Iglesia, aunque del todo singular, es esencialmente diferente del culto de adoración, que se da al Verbo encarnado, lo mismo que al Padre y al Espíritu Santo, pero lo favorece muy poderosamente» (Lumen gentium, 66).

Con estas palabras la constitución Lumen gentium reafirma las características del culto mariano. La veneración de los fieles a María, aun siendo superior al culto dirigido a los demás santos, es inferior al culto de adoración que se da a Dios, y es esencialmente diferente de éste. Con el término «adoración» se indica la forma de culto que el hombre rinde a Dios, reconociéndolo Creador y Señor del universo. El cristiano, iluminado por la revelación divina, adora al Padre «en espíritu y en verdad» (Jn 4, 23). Al igual que al Padre, adora a Cristo, Verbo encarnado, exclamando con el apóstol Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!» (Jn 20, 28). Por último, en el mismo acto de adoración incluye al Espíritu Santo, que «con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria» (DS, 150), como recuerda el símbolo niceno-constantinopolitano.

Ahora bien, los fieles, cuando invocan a María como «Madre de Dios» y contemplan en ella la más elevada dignidad concedida a una criatura, no le rinden un culto igual al de las Personas divinas. Hay una distancia infinita entre el culto mariano y el que se da a la Trinidad y al Verbo encarnado.

Por consiguiente, incluso el lenguaje con el que la comunidad cristiana se dirige a la Virgen, aunque a veces utiliza términos tomados del culto a Dios, asume un significado y un valor totalmente diferentes. Así, el amor que los creyentes sienten hacia María difiere del que deben a Dios: mientras al Señor se le ha de amar sobre todas las cosas, con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente (cf. Mt 22, 37), el sentimiento que tienen los cristianos hacia la Virgen es, en un plano espiritual, el afecto que tienen los hijos hacia su madre.

2. Entre el culto mariano y el que se rinde a Dios existe, con todo, una continuidad, pues el honor tributado a María está ordenado y lleva a adorar a la santísima Trinidad.

El Concilio recuerda que la veneración de los cristianos a la Virgen «favorece muy poderosamente» el culto que se rinde al Verbo encarnado, al Padre y al Espíritu Santo. Asimismo, añade, en una perspectiva cristológica, que «las diversas formas de piedad mariana que la Iglesia ha aprobado dentro de los límites de la doctrina sana y ortodoxa, según las circunstancias de tiempo y lugar, y según el carácter y temperamento de los fieles, no sólo honran a la Madre. Hacen también que el Hijo, Creador de todo (cf. Col 1, 15-16), en quien "quiso el Padre eterno que residiera toda la plenitud" (Col 1, 19), sea debidamente conocido, amado, glorificado, y que se cumplan sus mandamientos» (Lumen gentium, 66).


Ya desde los inicios de la Iglesia, el culto mariano está destinado a favorecer la adhesión fiel a Cristo. Venerar a la Madre de Dios significa afirmar la divinidad de Cristo, pues los padres del concilio de Éfeso, al proclamar a María Theotókos, «Madre de Dios», querían confirmar la fe en Cristo, verdadero Dios.

La misma conclusión del relato del primer milagro de Jesús, obtenido en Caná por intercesión de María, pone de manifiesto que su acción tiene como finalidad la glorificación de su Hijo. En efecto, dice el evangelista: «Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos» (Jn 2, 11).

3. El culto mariano, además, favorece, en quien lo practica según el espíritu de la Iglesia, la adoración al Padre y al Espíritu Santo. Efectivamente, al reconocer el valor de la maternidad de María, los creyentes descubren en ella una manifestación especial de la ternura de Dios Padre.

El misterio de la Virgen Madre pone de relieve la acción del Espíritu Santo, que realizó en su seno la concepción del niño y guió continuamente su vida.

Los títulos: Consuelo, Abogada, Auxiliadora, atribuidos a María por la piedad del pueblo cristiano, no oscurecen, sino que exaltan la acción del Espíritu Consolador y preparan a los creyentes a recibir sus dones.

4. Por último, el Concilio recuerda que el culto mariano es «del todo singular » y subraya su diferencia con respecto a la adoración tributada a Dios y con respecto a la veneración a los santos.

Posee una peculiaridad irrepetible, porque se refiere a una persona única por su perfección personal y por su misión.

En efecto, son excepcionales los dones que el amor divino otorgó a María, como la santidad inmaculada, la maternidad divina, la asociación a la obra redentora y, sobre todo, al sacrificio de la cruz.

El culto mariano expresa la alabanza y el reconocimiento de la Iglesia por esos dones extraordinarios. A ella, convertida en Madre de la Iglesia y Madre de la humanidad, recurre el pueblo cristiano, animado por una confianza filial, a fin de pedir su maternal intercesión y obtener los bienes necesarios para la vida terrena con vistas a la bienaventuranza eterna.
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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor Santiago del Rosario » Mar Jul 19, 2011 9:10 pm

Evangelista escribió:Estimado Santiago:

Estoy absolutamente de acuerdo con casi todo lo que expresas. Pero insisto, no es obligatorio para ningún católico la intercesión de la Virgen María ni de los Santos. Sí es altamente aconsejable, recomendable y conveniente. Y así está expresado en la Constitución Dogmática "Lumen Gentium".
Otra cosa es afirmar que es necesaria la intercesión de la Virgen o de los Santos. Eso no es doctrina católica. De hecho tal como está enunciada, es una sentencia contraria al Depositum Fidei.

En lo que no estoy de acuerdo es con lo siguiente:

Santiago del Rosario escribió:y siendo que Dios quiso darle a María la Soberanía en lo que a Misericordia respecta, ergo se deduce que todos necesitamos del auxilio de María para salvarnos.


Pregunta San Bernardo ¿porqué la Iglesia llama a la Virgen María: "Reina de Misericordia"? y responde que para que todos recordemos que María reparte los tesoros de la misericordia de Dios, a manos llenas.
Por: P. Eliécer Sálesman (Vidas de santos # 3)


Ergo, se deduce que es altamente aconsejable, recomendable y conveniente buscar el auxilio de María para salvarnos.

De todas maneras, te dejo la respuesta dada por el Dr. Frank Morera encargado de la sección "Preguntas Católicas" de la EWTN dada a una persona que tenía una confusión semejante respecto del tema (la respuesta es la esclarecedora):

http://www.ewtn.com/vexperts/showmessag ... ber=608059

En Cristo.



Ave Maria, Gratia plena!

Hermano: Dice San Alfonso María de Ligorio que si bien no tenemos necesidad absoluta de María, hay necesidad moral, en virtud de la voluntad de Dios al haberla establecido Soberana de la Misericordia. Él dice que si Cristo es la Cabeza y nosotros el Cuerpo Místico, María es el Cuello por el que TODA gracia nos llega. A este respecto dedica varios párrafos de su obra maestra "Las glorias de María". Se dice que esta necesidad no es absoluta porque Dios, por ser Dios, no la necesita... Pero es una necesidad cierta porque Él en Su Voluntad quiso depender de Ella y necesitarla. Y si la perfección radica en imitar a Cristo, no podemos (no tenemos otra salida) que depender de María. Porque te vuelvo a repetir, María es Reina de la Misericordia, y la reparte a quien Ella quiere, como auténtica Soberana. Siendo que Ella la posee, y siendo que todos necesitamos esa Misericordia, es lógico que necesitemos de María.

Dice San Luis María Grignion de Montfort que "Por medio de la Santísima Virgen vino Jesucristo al mundo, y POR MEDIO DE ELLA DEBE TAMBIÉN REINAR EN EL MUNDO". Cuando el Beato Juan Pablo II sentía ir muy lejos en su veneración a María, recuerría siempre a los escritos de este Santo, por lo que me atrevo a decir que es doctrina cierta.

Hermano, por medio de Nuestra Señora toda gracia nos llega. "Dios ESCOGIÓ a María como tesorera, administradora y distribuidora de TODAS SUS GRACIAS. Él comunica SU VIDA Y SUS DONES a los hombres, CON LA COLABORACIÓN de María. Y SEGÚN EL PODER QUE HA RECIBIDO DE DIOS, ELLA REPARTE A QUIEN QUIERE, COMO quiere, CUANDO quiere y CUANTO quiere de las Gracias del Padre, por las Virtudes del Hijo y de los Dones del Espíritu Santo." (San Luis María Grignion de Montfort)

Ya que hablamos del Depositum Fidei, me veo en la obligación por apremio de la Fe de corregirte, el depósito de la Tradición y por tanto de la Verdad Revelada no está en manos unicamente de le Ecclesia Docens, sino en manos de todo el Cuerpo Místico, en virtud del Único Bautismo, y del Único Espíritu que nos conduce.

Mi hermano: "Y quien se jacte de tener a Dios por Padre, pero no demuestre para con María la ternura y el cariño de un verdadero hijo, no será mas que un impostor cuyo padre es el Demonio." (San Luis María Grignion de Montfort).

Un hombre cuyo padre es el Demonio, ¿Podrá jamás salvarse? Lo dejo a tu criterio...

Ave Maria, Gratia plena!
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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor Santiago del Rosario » Mar Jul 19, 2011 9:25 pm

Hermano, a demás, eso de :

"La intercesion de la Virgen y la de los Santos es muy util pero ninguna de ellas es obligatoria para un catolico, todos ellos interceden ante el Trono de Dios y su intercesion es util, es como decir si tenemos la intercesion de la Virgen para que necesitamos la de la Iglesia??."

a) Está formulado con dudoso decoro.

b) Es poco estricta porque se olvida de la diferencia entre la Mediación de Justicia y la de Gracia.

c) "es como decir si tenemos la intercesion de la Virgen para que necesitamos la de la Iglesia??" Me suena a expresiones modernistas típicas; poco claras y listas a confundir al Pueblo Santo. Dejemos algo en claro, la intercesión de los Santos no es otra que la intercesión de la Iglesia, ya que todos los justos de ayer, de hoy y de siempre pertenecen a este ÚNICO cuerpo fuera del cual no hay salvación, ya peregrinen en el Mundo, purgen el el Siglo Futuro o se regocigen en la Visión Beatífica. Por lo mismo María, como Mater Ecclesiae no puede estar ajena a la Communio Sanctorum.

d) Me permito, amparado en la doctrina de los Padres y de los Santos, decir que ese señor Frank está equivocado, porque según lo escrito ut supra en el mensaje anterior, se ve como la Colaboración de María no solo es buena sino necesaria. Y esto porque del mismo modo en que la Accion Redentora del Salvador es necesaria hoy y siempre para salvarnos, es también necesaria la Acción Corredentora de la Gran Diaconisa que colaboró desde el primer instante de Su Inmaculada Concepción con el Plan Divino de la Redención del hombre. Ella quedó para siempre y desde siempre unida al Plan Divino y pensar en una sola alma que se salve sin la Colaboración de María sería, por lo tanto herético y condenable.
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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor Evangelista » Jue Jul 21, 2011 3:02 am

Estimado hermano:

Quisiera antes de realizar mis comentarios, hacer algunas aclaraciones para contextualizar:

Todos los Católicos debemos confesar con Fe Católica los siguientes Dogmas de Fe:
1.-María es verdadera Madre de Dios.
El símbolo apostólico muestra la base en el artículo “nació de María Virgen”. El Concilio de Éfeso (431), proclamó con San Cirilo, en contra de Nestorio: “Si alguno no confesare que Emmanuel es verdaderamente Dios, y que, por lo tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, Theotokos, porque parió según la carne al Logo de Dios hecho carne. s.a.”, Dz. 113.
Los diversos concilios ecuménicos que trataron este punto confirmaron esta doctrina.
Juan 2:1, Lucas 1:43, Gálatas 4:4, San Ignacio de Antioquia (Eph. 18:2), Orígenes, Eusebio de Cesárea, Atanasio, Epifanio y los Capadocios, entre otros, ya usan el término Theotokos. San Gregorio Nacianceno (Ep. 101, 4).


2.-María fue concebida sin mancha de pecado original (Inmaculada Concepción).
S.S. Pío IX proclamó el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis, que era verdad revelada por Dios, que: “la beatísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue preservada inmune de toda mancha de culpa original por singular privilegio y gracia de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, el Salvador del género humano” .Dz 1641.
Génesis 3:15, Lucas 1:28, Lucas 1:41, San Efrén (Carmina Nisib. 27), San Justino (Dial. 100), San Ireneo (Adv. haer. III 22, 4), Tertuliano (De carne Christi 17).


3.-María fue virgen antes del parto, en el parto y después del parto (Perpetua Virginidad).
El sínodo de Letrán (649), recalcó los 3 momentos de la Virginidad de María, S.S. Paulo IV declaró “Beatissimam Virginem Mariam... pertitisse semper in virginatis integritate, ante partum scilicet, in partu ,et perpetuo post partum”, Dz. 993.
Antes del Parto: Lucas 1:26, Isaías 7:14, Lucas 1:34, San Ignacio de Antioquia (Smyrn 1, 1), Orígenes (Contra Celsum 1 34 s., S.th. III 28, 1).
En el Parto: Ezequiel 44:2, Isaías 66:7, San Ambrosio (Ep. 42), otorgado en el título “siempre virgen”, (V Concilio de Constantinopla, Dz. 214).
Después del Parto: Lucas 1:34, Juan 19:26, Orígenes (In Luc.hom.7), San Ambrosio (De inst.virg. Et S Mariae virginitate perpetua), San Jerónimo (de perpetua virginititate B. Mariae adv. Helvidium), San Agustín (de haeresibus 56, 84), San Epifanio (Haer. 78, contra los antidicomarianitas). San Basilio dice: “Los que son amigos de Cristo no soportan oír que la Madre de Dios cesó alguna vez de ser virgen” (Hom. In s. Christi generationem n.5), San Juan Damasceno en De Fide orth IV. 14.
Desde el siglo IV, los santos padres como Zenón de Verona, San Agustín y San Pedro Crisólogo emplean la fórmula “Virgo concepit, virgo peperit, virgo permansit”.
La antigua teología luterana, en el Articuli Smacaldici P. I art. 4, dice de María: “ex Maria, pura, sancta semper virgine”.


4.- María fue asunta al cielo en cuerpo y alma (Asunción de María).
S.S. Pío XII proclamó el 1 de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentissimus Deus, como dogma revelado por Dios que María fue asunta en cuerpo y alma al cielo: “pronuntiamus, declaramus et definimus divinitus revelatum dogma esse: Immaculatam Deiparam semper Virginem Mariam, expleto terrestris vitae cursu, fuisse corpore et anima ad caelestem gloriam assumptam”.
Mateo 27, 52-3, Gregorio de Tours, Seudo-Modesto de Jerusalén, Germán de Constantinopla, Andrés de Creta, Juan de Damasco y Teodoro de Estudión.

Fuente: http://www.luxdomini.com/_ap/contenido1/dogmaindex.htm


Esta es la doctrina infalible y garantizadamente libre de error de la Iglesia.

Además de lo anterior, desde los primeros siglos, la Iglesia ha comprendido también el inmenso valor intercesor tanto de la Santísima Virgen, como de los Santos. Sobre todo de la Virgen María, en cuya meditación la Iglesia ha profundizado en los misterios de su relación con el Salvador, sobre su Maternidad Divina, Sobre su papel en la Redención (corredentora) y su intercesión sin paragón (Medianera de todas las Gracias), cuyas certezas tiene grados que van desde sentencias ciertas, hasta los dogmas ya referidos.

Acá dejo un excelente resumen histórico: http://www.sacerdotesyseminaristas.org/ ... php?id=288

Estimado Hermano, dejando claro que estamos enmarcados en lo anterior aunque parezca majadero, paso a comentar tu post:


Santiago del Rosario escribió:Hermano: Dice San Alfonso María de Ligorio que si bien no tenemos necesidad absoluta de María, hay necesidad moral, en virtud de la voluntad de Dios al haberla establecido Soberana de la Misericordia.


El punto de vista teológico de San Alfonso es absolutamente válido y se basa en el título de Nuestra Señora como "Soberana de Misericordia". Recordemos el significado asignado a este término:

-Pregunta San Bernardo ¿porqué la Iglesia llama a la Virgen María: "Reina de Misericordia"? y responde que para que todos recordemos que María reparte los tesoros de la misericordia de Dios, a manos llenas.
Por: P. Eliécer Sálesman (Vidas de santos # 3)

-El título o advocación de "Reina de misericordia" [...], celebra conjuntamente la bondad, la generosidad, la dignidad de la Virgen que, elevada al cielo, cumple con su misión de rogar incesantemente a su Hijo por la salvación de los hombres.


-Quien atribuyó por primera vez este título a la Virgen fue -según parece- san Odón, abad benedictino de Cluny y fundador del monasterio homónimo, fallecido el año 942. El título cuadraba con entera razón a Santa María, porque dio a luz para nosotros a Jesucristo, misericordia visible del invisible Dios misericordioso, y porque es Madre espiritual de los fieles, llena de gracia y misericordia.
http://www.mariologia.org/reflexionesmarianas460.htm

-¿Por qué Reina de misericordia? Porque, por muy ensalzada que la veamos en el Cielo, la adivinamos, en medio de su dignidad y grandeza, llena de benignidad, de generosidad, de bondad. La vemos intercediendo ante el Rey, Jesucristo, como la Ester de la Biblia pidiendo piedad para su pueblo al rey Asuero.
http://www.ministeriopmo.org/2011/06/la-reina-y-madre/

El título de "Reina de Misericordia" tiene como fundamento ser intercesora como los demás Santos, pero se realza al ser la Madre del Redentor, que es el Rey por derecho. Y como madre nuestra, es llamada propiamente "Madre de Misericordia", pues si nos acercamos a ella, se puede obtener la Misericordia de Dios. Como lo expresó el Santo Padre Juan Pablo II en la Encíclica "Redemptoris Mater": "recuerdo que 'la mediación de María está íntimamente unida a su maternidad, y posee un carácter específicamente materno que la distingue del de las demás criaturas". De hecho, su papel como Reina está nítidamente definido en las palabras del Pontífice: "El lugar de María, es el que le corresponde a la Reina Madre, con su dignidad y majestad, con su influjo en el corazón del Rey y todo el cariño de sus vasallos, pero no tiene parte oficial en el gobierno, no reparte cargos, ni da leyes, hasta que el Rey tome posesión de su trono."(Catequesis de los miércoles, 3/1/96) Por eso, la necesidad moral de su mediación, corresponde a dignificar la Realeza de Cristo en María, pero no esto no es impositivo, más bien es el medio de mayor Eficacia.

Santiago del Rosario escribió:Él dice que si Cristo es la Cabeza y nosotros el Cuerpo Místico, María es el Cuello por el que TODA gracia nos llega. A este respecto dedica varios párrafos de su obra maestra "Las glorias de María". Se dice que esta necesidad no es absoluta porque Dios, por ser Dios, no la necesita... Pero es una necesidad cierta porque Él en Su Voluntad quiso depender de Ella y necesitarla.


Bueno, es una figura utilizada por San Alfonso en la teología que desarrolla y la siento más bien en la línea que "toda gracia nos puede llegar"; Según yo entiendo, la mediación de María no es, ni puede ser exclusiva, pues es absolutamente subordinada a la Mediación Única de Jesucristo ante el Padre, por ende, y como sabemos, las gracias primeramente pueden llegar por la Mediación directa, en segundo lugar por la Mediación de María y en tercer lugar por la Mediación de los Santos. (afirmar lo contrario equivale a decir que La Mediación de Jesucristo está supeditada a que sólo la Virgen interceda ante Él). De hecho, la mediación de María es de excelencia, pero sigue enmarcada dentro de la mediación de los santos:

El Santo Padre subraya con mucha insistencia la mediación de Jesucristo, pero esta unicidad no es exclusiva, sino inclusiva, es decir, posibilita formas de participación. Dicho de otro modo: la unicidad de Cristo no borra el «ser para los demás» y «con los demás de los hombres ante Dios»; en la comunión con Jesucristo, todos ellos pueden ser, de múltiples maneras, mediadores de Dios unos para otros.(La mediación de María, Cardenal Joseph Ratzinger)


Santiago del Rosario escribió:Y si la perfección radica en imitar a Cristo, no podemos (no tenemos otra salida) que depender de María. Porque te vuelvo a repetir, María es Reina de la Misericordia, y la reparte a quien Ella quiere, como auténtica Soberana. Siendo que Ella la posee, y siendo que todos necesitamos esa Misericordia, es lógico que necesitemos de María.


Te vuelvo repetir, es aconsejable, recomendable, buscar la intercesión de María, pero afirmo que no existe una dependencia de Cristo hacia María, sino que hay una relación de subordinación, la que sí se condice con el Señorío Absoluto de Jesucristo. El Señor es Soberano e Independiente, el cual concede las gracias con gran eficacia si se las pedimos a Él, las concede con gran eficacia si se las pedimos por medio de Nuestra Señora y también las concede si se las pedimos por el Santo de nuestra devoción que está en Visión Beatífica. Lo que yo realmente veo es que entre Jesús y María hay una relación de Amor, y él no le niega nada a su Madre, porque le place hacerlo así, pero no se supedita sólo a lo que Ella le pida como si no pudiese actuar en forma independiente. Ella es la Madre del Señor y como tal, Reina de los Cielos y la Tierra, pero como ha sido señalado por innumerables Pontífices y Concilios, sólo tiene sentido en Él:

La mediación de María se funda sobre la participación en la función mediadora de Cristo; comparada con ésta, es un servicio en subordinación (n°. 38). Estos conceptos están tomados del Concilio, lo mismo que la siguiente frase: esta tarea fluye «de la sobreabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, depende completamente de ella y de ella toma toda su eficacia» (n° 22; LG 60). La mediación de María se realiza, por consiguiente, en forma de intercesión (n° 21).(La mediación de María, Cardenal Joseph Ratzinger)

Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres. Sin embargo todos los que son miembros de su Cuerpo cooperan en algún grado de su mediación. Estos mediadores son eficaces al grado en que son dóciles a Cristo la cabeza. Es por eso que María es mediadora extraordinaria, pues es la creatura que en todo y siempre es dócil al Señor.
http://www.catolico.org/maria/mediadora.htm


Santiago del Rosario escribió:Dice San Luis María Grignion de Montfort que "Por medio de la Santísima Virgen vino Jesucristo al mundo, y POR MEDIO DE ELLA DEBE TAMBIÉN REINAR EN EL MUNDO". Cuando el Beato Juan Pablo II sentía ir muy lejos en su veneración a María, recuerría siempre a los escritos de este Santo, por lo que me atrevo a decir que es doctrina cierta.


La Veneración de María como Reina es absolutamente válida y está fuera de toda discusión, y esto es así porque es agradable a los ojos del Hijo lo que valida nuestra práctica como católicos, porque al honrarla a Ella es honrarlo a Él. Pero lo que disiento contigo es en la exclusividad de la intercesión de María ante Jesús, que es otra cosa.

Ahora respecto de lo que dices: "por lo que me atrevo a decir que es doctrina cierta.". Veamos el Manual de Teología Dogmática de Ludwig Ott:

María es llamada mediadora de todas las gracias en un doble sentido:

1.- María trajo al mundo al Redentor, fuente de todas las gracias, y por esta causa es mediadora de todas las gracias (sent. cierta).

Como ambos estamos de acuerdo en esta sentencia, no la voy a comentar.

2.- Desde su asunción a los cielos, no se concede ninguna gracia a los hombres sin su intercesión actual
(sent. piadosa y probable).

Según la opinión de teólogos antiguos y de muchos teólogos modernos, la cooperación intercesora de María tiene por objeto todas las gracias que se conceden al hombre, de suerte que no se le concede a éste gracia alguna sin que medie la intercesión de María. El sentido de esta doctrina no es que nosotros tengamos por fuerza que pedir todas las gracias por mediación de María, ni tampoco que la intercesión de María sea intrínsecamente necesaria para la aplicación de la gracia, sino que, por ordenación positiva de Dios, nadie recibe la gracia salvadora de Cristo sin la actual cooperación intercesora de María.

Aunque no estoy de acuerdo con esta sentencia,- que de acuerdo a este teólogo tiene el penúltimo grado de certeza-, en términos generales no aplica, en última instancia, al caso que originó este Tema planteado por amorypaz7, ella puede ir directamente a Jesús como su intercesor ante el Padre (ahora ése es un caso extremo, pues como he comentado in extenso, pedir el auxilio de Nuestra Señora, no sólo es saludable sino tiene una gran fuerza de intercesión ante el Verbo).
Incluso dentro de este Dogma me atrevo a proponer una variante en la parte 2)
Desde su asunción a los cielos, se puede conceder toda gracia solicitada por los hombres con su intercesión actual que bajo otras circunstancias/medios no alcanzarían.
( habría que investigar bien el grado de certeza que tendría esta sentencia pero “intuyo” por las citas que recuerdo que tiene buenas probabilidades de quedar también como cierta.
Ott, presenta varias pruebas de certeza de esta sentencia, pero también, a mi modo de ver, hay mucho argumento contrario Escritural principalmente pero me gustaría reforzarlo con la interpretación acorde a la luz de la Tradición como comprenderás no voy a hacer interpretación privada y eso sí que me va a tomar un buen tiempo.

Santiago del Rosario escribió:Hermano, por medio de Nuestra Señora toda gracia nos llega. "Dios ESCOGIÓ a María como tesorera, administradora y distribuidora de TODAS SUS GRACIAS. Él comunica SU VIDA Y SUS DONES a los hombres, CON LA COLABORACIÓN de María. Y SEGÚN EL PODER QUE HA RECIBIDO DE DIOS, ELLA REPARTE A QUIEN QUIERE, COMO quiere, CUANDO quiere y CUANTO quiere de las Gracias del Padre, por las Virtudes del Hijo y de los Dones del Espíritu Santo." (San Luis María Grignion de Montfort)


Insisto en que la relación de amor entre Jesús y María,-por su maternidad-, es diferente a las que hay con las demás criaturas y le dan la Realeza a María Santísima y nos permite optar por acercarnos confiadamente a pedir su intercesión que es enormemente efectiva. Eso es claro. Pero sigue siendo una relación de subordinación absoluta.El Poder viene de Dios como respuesta a sus ruegos y súplicas. Veamos extractos de la catequesis de Juan Pablo II ("María Mediadora de todas las Gracias", 1-X-97):

. Entre los títulos atribuidos a María en el culto de la Iglesia, el capítulo VIII de la Lumen gentium recuerda el de «Mediadora». Aunque algunos padres conciliares no compartían plenamente esa elección (cf. Acta Synodalia III, 8, 163-164), este apelativo fue incluido en la constitución dogmática sobre la Iglesia, confirmando el valor de la verdad que expresa. Ahora bien, se tuvo cuidado de no vincularlo a ninguna teología de la mediación, sino sólo de enumerarlo entre los demás títulos que se le reconocían a María

3. La mediación materna de María no hace sombra a la única y perfecta mediación de Cristo. En efecto, el Concilio, después de haberse referido a María «mediadora», precisa a renglón seguido: «Lo cual, sin embargo, se entiende de tal manera que no quite ni añada nada a la dignidad y a la eficacia de Cristo, único Mediador» (ib., 62). Y cita, a este respecto, el conocido texto de la primera carta a Timoteo: «Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos» (1 Tm 2,5-6). (Yo creo que los dos estamos de acuerdo en esto, pero si los Padres tuvieron que hacer estas precisiones, por algo será...)

Así pues, lejos de ser un obstáculo al ejercicio de la única mediación de Cristo, María pone de relieve su fecundidad y su eficacia. «En efecto, todo el influjo de la santísima Virgen en la salvación de los hombres no tiene su origen en ninguna necesidad objetiva, sino en que Dios lo quiso así. Brota de la sobreabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, depende totalmente de ella y de ella saca toda su eficacia» (ib.).
(Como comentario, sólo te hago notar que la mediación de María depende de la de Cristo, pero jamás la de Cristo es autónoma totalmente, intercede por nosotros directamente o bien indirectamente)

La intrínseca orientación hacia Cristo de la acción de la «Mediadora» impulsa al Concilio a recomendar a los fieles que acudan a María «para que, apoyados en su protección maternal, se unan más íntimamente al Mediador y Salvador» (ib., 62). ( Desde un Principio: Recomendable, Aconsejable...)

Al proclamar a Cristo único Mediador (cf. 1 Tm 2,5-6), el texto de la carta de san Pablo a Timoteo excluye cualquier otra mediación paralela, pero no una mediación subordinada. En efecto, antes de subrayar la única y exclusiva mediación de Cristo, el autor recomienda «que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres» (1 Tm 2,1). ¿No son, acaso, las oraciones una forma de mediación? Más aún, según san Pablo, la única mediación de Cristo está destinada a promover otras mediaciones dependientes y ministeriales. Proclamando la unicidad de la de Cristo, el Apóstol tiende a excluir sólo cualquier mediación autónoma o en competencia, pero no otras formas compatibles con el valor infinito de la obra del Salvador.
(No existe acá el principio de exclusividad, las gracias se pueden conseguir a través de "otras mediaciones dependientes y ministeriales", no que TODA la gracia venga de una mediación por excelente que esta sea.)
http://www.santorosario.info/MariaMediadora.htm


Respecto de esto, no podría expresar lo que pienso mejor que el Forista Luis Fernando, que realiza una excelente exposición:

Respecto a la doctrina de María como mediadora de todas las gracias, se puede entender en un sentido parecido. Si aceptamos que toda gracia nos viene por Cristo, y que Éste es el fruto del vientre de María, podemos aceptar que Dios quiso que una mujer fuera mediación necesaria para su derroche de gracia hacia la humanidad entera. Ahora bien, por lo que yo entiendo, los que proponen ese dogma [de Corredentora y Mediadora de todas las gracias] pretenden que también se acepte que en la actualidad María sigue ejerciendo en el cielo, vía intercesión, esa función de mediadora de todas las gracias. Yo eso no lo veo claro ni en la Escritura ni en la Tradición, fuentes ambas de la Revelación. Pero que yo no lo vea no quiere decir que no exista. Una cosa es cierta. Creemos en la comunión de todos los santos y en la función intercesora de éstos en el cielo. Que María ocupa un lugar destacado entre ellos es doctrina católica. De ahí al dogma de María mediatrix no hay un largo trecho, aunque insisto en que no lo acabo de ver. De hecho, siendo cardenal, el Papa Benedicto XVI usó ese argumento para no mostrarse favorable a la promulgación de dicho dogma.
http://infocatolica.com/blog/coradcor.p ... s-marianos


Santiago del Rosario escribió:Ya que hablamos del Depositum Fidei, me veo en la obligación por apremio de la Fe de corregirte, el depósito de la Tradición y por tanto de la Verdad Revelada no está en manos unicamente de le Ecclesia Docens, sino en manos de todo el Cuerpo Místico, en virtud del Único Bautismo, y del Único Espíritu que nos conduce.


Los católicos obedecemos al Magisterio porque es la auténtica interpretación de la Palabra de Dios encomendada por Jesucristo al Papa y a los obispos en comunión con él. Jesús dijo: "El que a vosotros oye, a Mí me oye" (Lc 10,16). Todas las enseñanzas del magisterio son importantes y dignas de ser recibidas con obediencia. Es siempre la verdad revelada, viva en la mente de la Iglesia o, si se prefiere, el pensamiento actual de la Iglesia en continuidad con su pensamiento tradicional, lo que constituye el criterio final según el cual el magisterio vivo adopta como verdadero o rechaza como falso las fórmulas frecuentemente obscuras y confusas que aparecen en los documentos del pasado.

Por lo tanto, la decisión final es la del Magisterio y la que debemos seguir confiada y obedientemente.

Santiago del Rosario escribió:Mi hermano: "Y quien se jacte de tener a Dios por Padre, pero no demuestre para con María la ternura y el cariño de un verdadero hijo, no será mas que un impostor cuyo padre es el Demonio." (San Luis María Grignion de Montfort).

Un hombre cuyo padre es el Demonio, ¿Podrá jamás salvarse? Lo dejo a tu criterio...


Yo creo que a estas alturas queda claro que el centro de la discusión es otra, nadie que diga amar a Jesús puede desconocer a María como Reina del Cielo y la tierra y no amarla como Madre nuestra; pero todo en su justa medida como bien expresas:

Los cristianos invocan a María como «Auxiliadora», reconociendo su amor materno, que ve las necesidades de sus hijos y está dispuesto a intervenir en su ayuda, sobre todo cuando está en juego la salvación eterna.(catequesis de los miércoles, 24-IX-97)(De hecho, con este título me enseñó a honrarla Don Bosco, pues yo soy Salesiano)

Así, el amor que los creyentes sienten hacia María difiere del que deben a Dios: mientras al Señor se le ha de amar sobre todas las cosas, con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente (cf. Mt 22, 37), el sentimiento que tienen los cristianos hacia la Virgen es, en un plano espiritual, el afecto que tienen los hijos hacia su madre. (catequesis de los miércoles, 22/10/1997)

Jesús mismo invita a sus contemporáneos a no dejarse guiar por el entusiasmo al considerar a su Madre, sino a reconocer sobre todo, que es bienaventurada porque oye la Palabra de Dios y la cumple. ( Lc 11,28)

El Concilio pide que se evite la falsa exageración (LG 67), la actitud maximalista, que pretende extender a María las prerrogativas de Cristo y todos los carismas de la Iglesia. Siempre es necesario mantener la infinita diferencia que existe entre la persona humana de María y la persona divina de Jesús.

También exhorta el Concilio a evitar la excesiva estrechez de espíritu (minimalismo) que en interpretaciones exegéticas y en actos de culto, pretenden reducir y hasta quitar importancia a María en la Historia de la Salvación, así como, a su virginidad perpetua y a su santidad.

El Concilio nos brinda un criterio que permite discernir la auténtica doctrina mariana: "En la Santa Iglesia (María) ocupa el lugar más alto después de Cristo y el más cercano a nosotros" (LG 54)


Santiago del Rosario escribió:Hermano, a demás, eso de :

"La intercesion de la Virgen y la de los Santos es muy util pero ninguna de ellas es obligatoria para un catolico, todos ellos interceden ante el Trono de Dios y su intercesion es util, es como decir si tenemos la intercesion de la Virgen para que necesitamos la de la Iglesia??."

a) Está formulado con dudoso decoro.

b) Es poco estricta porque se olvida de la diferencia entre la Mediación de Justicia y la de Gracia.

c) "es como decir si tenemos la intercesion de la Virgen para que necesitamos la de la Iglesia??" Me suena a expresiones modernistas típicas; poco claras y listas a confundir al Pueblo Santo. Dejemos algo en claro, la intercesión de los Santos no es otra que la intercesión de la Iglesia, ya que todos los justos de ayer, de hoy y de siempre pertenecen a este ÚNICO cuerpo fuera del cual no hay salvación, ya peregrinen en el Mundo, purgen el el Siglo Futuro o se regocigen en la Visión Beatífica. Por lo mismo María, como Mater Ecclesiae no puede estar ajena a la Communio Sanctorum.

d) Me permito, amparado en la doctrina de los Padres y de los Santos, decir que ese señor Frank está equivocado, porque según lo escrito ut supra en el mensaje anterior, se ve como la Colaboración de María no solo es buena sino necesaria. Y esto porque del mismo modo en que la Accion Redentora del Salvador es necesaria hoy y siempre para salvarnos, es también necesaria la Acción Corredentora de la Gran Diaconisa que colaboró desde el primer instante de Su Inmaculada Concepción con el Plan Divino de la Redención del hombre. Ella quedó para siempre y desde siempre unida al Plan Divino y pensar en una sola alma que se salve sin la Colaboración de María sería, por lo tanto herético y condenable.


Estimado Hermano, el hermano Dr. Frank tiene un trabajo muy hermoso como consultor en la EWTN (De la misma manera que lo hace Catholic.net en sus consultorios), en el cual aclara dudas de nuestra Fe, da consejos y guía a muchos Católicos que necesitan ayuda. El lenguaje puede parecer confuso porque está redactado en una forma sencilla, para una pregunta sencilla (valga la redundancia), pero lo que te quiero hacer ver es que al parafrasear la pregunta de ella, el Dr. Frank le está diciendo lo mismo, es decir que la intercesión de la Iglesia es también la de los Santos. Y su pregunta encierra una ironía, porque sabemos que la Iglesia está Unida a Cristo y la Iglesia nos llevará a Cristo, en particular el miembro de la Iglesia que tiene la Realeza en los Cielos, es decir, Nuestra Madre María Santísima.
Además el mensaje que entrega es claro respecto a la no obligatoriedad de la Intercesión, lo que no tiene nada que ver con la Colaboración de María pues todos nos salvaremos gracias a su Colaboración, ese Sí que un día dijo a Dios y nos trajo al Redentor y que la hizo Reina y Madre.

Una sentencia teológica, mientras no sea Magisterial, será siempre una teología.

Por ejemplo a mí me parece terriblemente herético y condenable la idea de limitar a Dios aunque sea 1 milímetro en sus decisiones y si quiere hacer hoy A y mañana B, no lo cuestionaré, pues para eso es Dios. (ahora entrar en la dialéctica de si Dios se autolimita en sus decisiones y ya no puede ir contra ellas, por tanto ya no puede hacer algo, por tanto no es Dios, sería ir demasiado lejos, ¿no crees?)

Bueno Hermano, Dios te Bendiga.

En Cristo.

PD: Desarrollemos los argumentos de a uno mejor (cada aserto da para mucho, y el tema me interesa sobremanera), mira que con estos Post me van a echar del Foro... :?
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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor Evangelista » Sab Jul 23, 2011 3:43 pm

Para todos los hermanos que deseen profundizar sobre la figura y el rol de la Santísima Virgen María tanto en la Iglesia como en la vida de cada hijo, les dejo las referencias de la constitución Dogmática Lumen Gentium:


CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA LUMEN GENTIUM

SOBRE LA IGLESIA
CAPÍTULO VIII: LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, MADRE DE DIOS, EN EL MISTERIO DE CRISTO Y DE LA IGLESIA
III. LA SANTÍSIMA VIRGEN Y LA IGLESIA

María, Mediadora
62. Y esta maternidad de María perdura sin cesar en la economía de la gracia, desde el momento en que prestó fiel asentimiento en la Anunciación, y lo mantuvo sin vacilación al pie de la Cruz, hasta la consumación perfecta de todos los elegidos. Pues una vez recibida en los cielos, no dejó su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su múltiple intercesión los dones de la eterna salvación [LG186]. Con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. Por eso, la Santísima Virgen en la Iglesia es invocada con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora [LG187]. Lo cual, sin embargo, se entiende de manera que nada quite ni agregue a la dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador [LG188].
Porque ninguna criatura puede compararse jamás con el Verbo Encarnado nuestro Redentor; pero así como el sacerdocio de Cristo es participado de varias maneras tanto por los ministros como por el pueblo fiel, y así como la única bondad de Dios se difunde realmente en formas distintas en las criaturas, así también la única mediación del Redentor no excluye, sino que suscita en sus criaturas una múltiple cooperación que participa de la fuente única. La Iglesia no duda en atribuir a María un tal oficio subordinado: lo experimenta continuamente y lo recomienda al corazón de los fieles para que, apoyados en esta protección maternal, se unan más íntimamente al Mediador y Salvador.


[LG187] Cf. León XIII, Litt. Encycl. Adiutricem populi, 5 sept. 1895: AAS 15 (1895-96), p. 303. S. Pío X, Litt. Encycl. Ad diem illum, 2 febr. 1904: Acta, I, p. 154; Denz., 1978 a (3370). Pío XI, Litt. Encycl. Miserentissimus, 8 mayo 1928: AAS 20 (1928), p. 178. Pío XII, Nuntius Radioph., 13 mayo 1946: AAS 38 (1964), p. 266.


León XIII, Litt. Encycl. Adiutricem populi, 5 sept. 1895: AAS 15 (1895-96), p. 303
V. María, medianera universal
Al ser elevada a la cumbre de su gloria, al lado de su divino Hijo, es casi imposible decir cuánto añadiera a la amplitud y eficacia de intercesión, lo cual convenía a la dignidad y claridad de sus méritos. Pues, desde allí, por disposición divina, Ella comenzó a velar por la Iglesia y a asistirnos a nosotros y a protegernos como madre; de tal modo que después de haber sido cooperadora en la administración del misterio de la redención humana, ha venido a ser igualmente la dispensadora de la gracia que por todos los tiempos fluye de aquel misterio, concediéndosele para ello un poder casi ilimitado. Por este motivo las almas cristianas, llevadas por cierto impulso natural, se sienten con razón arrastradas hacia María, para depositar en Ella confiadamente sus pensamientos y obras, sus angustias y alegrías y para encomendarle, como hijos, a su cuidado y bondad a sí mismos y todo lo suyo.
Por este motivo también se elevan con toda razón magníficas alabanzas en todas las naciones y en todos los ritos las que se acrecientan con el aplauso de los siglos: entre otras alabanzas, las de: Nuestra Señora misma, medianera nuestra5, la misma reparadora del mundo6, la misma medianera de los dones de Dios7.


VI. A Dios por María
Y por cuanto la fe es el fundamento y el principio de los dones divinos que elevan al hombre sobre el orden natural al celestial, para obtener esta fe y desenvolverla saludablemente, se celebra con razón cierta acción secreta de aquella que nos dio al Autor de la fe8 y que por su fe fue saludada bienaventurada9. Nadie hay, oh Virgen santísima, que se imbuya del conocimiento de Dios sino por Vos; nadie hay que se salve sino por Vos; nadie, que consiga misericordia sino por Vos10. Ni parece tener menos razón aquel que afirma que, principalmente por su dirección y su auxilio, la sabiduría y la doctrina del Evangelio han llegado, haciendo tan rápidos progresos, a todas las naciones, pese a las inmensas dificultades e impedimentos que se oponían, estableciendo por doquiera un nuevo orden de justicia y paz. Este mismo pensamiento inspiraba también el ánimo y la oración de San Cirilo de Alejandría cuando se dirigía de este modo a la Virgen: Por Vos predicaron los Apóstoles la salvación a las naciones,; por Vos se celebra y se adora la Cruz bendita en todo el orbe; por Vos se ahuyentan los demonios; por Vos el hombre mismo es llamado al cielo; por Vos toda creatura, envuelta en el error de la idolatría, llegó al conocimiento de la verdad; por Vos alcanzaron los fieles el santo bautismo, y se fundaron iglesias entre todos los pueblos11.



S. Pío X, Litt. Encycl. Ad diem illum, 2 febr. 1904: Acta, I, p. 154; Denz., 1978 a (3370).
"Y por esta comunión de voluntad y de dolores entre María y Cristo, ella mereció convertirse con toda dignidad en reparadora del orbe perdido (16), y por tanto en dispensadora de todos los bienes que Jesús nos ganó con su muerte y con su sangre.
Cierto que no queremos negar que la erogación de estos bienes corresponde por exclusivo y propio derecho a Cristo; puesto que se nos han originado a partir de su muerte y El por su propio poder es el mediador entre Dios y los hombres. Sin embargo, por esa comunión, de la que ya hemos hablado, de dolores y bienes de la Madre con el Hijo, se le ha concedido a la Virgen augusta ser poderosísima mediadora y conciliadora de todo el orbe de la tierra ante su Hijo Unigénito (17). Así pues, la fuente es Cristo y de su plenitud todos hemos recibido (18); por quien el cuerpo, trabado y unido por todos los ligamentos que lo nutren… va obrando su crecimiento en orden a su conformación en la caridad (19). A su vez María, como señala Bernardo, es el acueducto (20); o también el cuello, a través del cual el cuerpo se une con la cabeza y la cabeza envía al cuerpo la fuerza y las ideas. Pues ella es el cuello de nuestra Cabeza, a través del cual se transmiten a su cuerpo místico todos los dones espirituales (21). Así pues es evidente que lejos de nosotros está el atribuir a la Madre de Dios el poder de producir eficazmente la gracia sobrenatural, que es exclusivamente de Dios. Ella, sin embargo, al aventajar a todos en santidad y en unión con Cristo y al ser llamada por Cristo a la obra de la salvación de los hombres, nos merece de congruo, como se dice, lo que Cristo mereció de condigno y es Ella ministro principal en .la concesión de gracias. Cristo está sentado a la derecha de la majestad en los cielos (22); María a su vez está como reina a su derecha, refugio segurísimo de todos los que están en peligro y fidelísima auxiliadora, de modo que nada hay que temer y por nada desesperar con ella como guía, bajo su auspicio, con ella como propiciadora y protectora"


Pío XI, Litt. Encycl. Miserentissimus, 8 mayo 1928: AAS 20 (1928), p. 178.
La Virgen Reparadora
15. Plazcan, finalmente, a la benignísima Virgen Madre de Dios nuestros deseos y esfuerzos; que cuando nos dio al Redentor, cuando lo alimentaba, cuando al pie de la cruz lo ofreció como hostia, por su unión misteriosa con Cristo y singular privilegio de su gracia fue, como se la llama piadosamente, reparadora. Nos, confiados en su intercesión con Cristo, que siendo el «único Mediador entre Dios y los hombres»(52), quiso asociarse a su Madre como abogada de los pecadores, dispensadora de la gracia y mediadora, amantísimamente os damos como prenda de los dones celestiales de nuestra paternal benevolencia, a vosotros, venerables hermanos, y a toda la grey confiada a vuestro cuidado, la bendición apostólica

Pío XII, Nuntius Radioph., 13 mayo 1946: AAS 38 (1964), p. 266.
“Y el empíreo vio que era verdaderamente digna de recibir el honor, la gloria, el imperio, por estar infinitamente más llena de gracias, por ser más santa, más bella, más sublime, incomparablemente más que los mayores santos y que los más excelsos ángeles, solos o todos juntos, por estar misteriosamente emparentada, en virtud de la Maternidad Divina, con la Santísima Trinidad, con Aquel que es por esencia Majestad infinita, Rey de Reyes y Señor de Señores, como Hija primogénita del Padre, Madre ternísima del Verbo, Esposa predilecta del Espíritu Santo, por ser Madre del Rey Divino, de Aquel a quien el Señor Dios, desde el seno materno, dio el trono de David y la realeza eterna de la casa de Jacob, de Aquel que ofreció tener todo el poder en el cielo y en la tierra. El, el Hijo de Dios, refleja sobre su Madre celeste la gloria, la majestad, el imperio de su realeza, porque, como Madre y servidora del Rey de los mártires en la obra inefable de la Redención, le está asociada para siempre con un poder casi inmenso en la distribución de las gracias que de la Redención derivan..."
Jesús es el Rey de la eternidad, por naturaleza y por conquista, por
ÉI, con Él, en Él, María es Reina por la gracia, por parentesco divino, por conquista, por una elección única. Y su reino amplio como el Hijo es Dios, puesto que nada es para excluir a su dominio.
Es por eso que la Iglesia la saluda Señora y Reina de los Ángeles y de los santos, de los patriarcas y de los profetas, de los apóstoles y de los mártires, de los confesores y de las vírgenes; por eso la aclama Reina de los cielos y de la tierra, gloriosa, dignísima, Reina del Universo, Gloriosa Reina del Mundo, Dignísima Reina del Mundo y nos enseña a confiar en ella día y noche, entre los gemidos y las lágrimas en este fecundo exilio:
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura, esperanza nuestra.
Es que su reinado es esencialmente materno, beneficio único.

En Cristo.
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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor karinalizardui » Mar Ago 02, 2011 10:54 am

CREO QUE TIENES QUE ESTAR ATENTA CUANDO DICES EL ROSARIO, PORQUE DICES QUE NO SE NOMBRA A JESUS, "BENDITO EL FRUTO DE TU VIENTRE: JESUS" CADA MISTERIOS VA ACOMPAÑADO DE UN PASAJE DE LA VIDA DE JESUS CUANDO EMPIEZAS CADA MISTERIO ORAS EL PADRENUESTRO COMO VEZ NO ESTA FUERA JESUS, SI TUVIERAMOS QUE ADMITIR QUE SE HABLA MAS DE JESUS QUE DE MARIA, HABRIA QUE RECORDAR QUE EL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES MENCIONA MUY POCO A JESUS NO POR ESO NO ESTA AHI, A CADA PASO DE LOS APOSTOLES
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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor clauabru » Mar Ago 02, 2011 5:30 pm

Saludos Karina,

bienvenida a los foros de Catholic.net, te pido por favor de ahora en más no publiques tus mensajes sólo con mayúsculas, eso en la etiqueta de Internet es lo mismo que gritar.

Bendiciones,
Claudia
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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor VictorSL » Mar Ago 02, 2011 11:46 pm

Y, grita + fuerte cuando las pone remarcadas ¿verdad?
jejeje es solo una broma.

Saludos en Cristo.
"el sufrimiento engendra paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espiritu Santo que nos ha sido dado".(Rom 5:3b-5)
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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor karinalizardui » Vie Ago 05, 2011 10:42 am

"ME LLAMARAN DICHOSA TODAS LAS GENERACIONES" PORQUE ALGUNOS NO TIENEN PROBLEMAS EN ALABAR A PROFETAS ANTIGUOS Y SI LO TIENEN EN HABLAR DE MARIA? CREO QUE ESA SERIA MEJOR PREGUNTA, PUES SOLO A ELLA ES LA QUE SE LE DIO UNA GRACIA ESPECIAL ENTRE TODAS: ENGENDRAR AL HIJO DE DIOS, AL EMMANUEL.

RESPECTO A LO QUE DICES ME PARECE QUE ES LA ENVIDIA QUE LES CAUSA A ALGUNOS, EL CREER QUE NOSOTROS SIEMPRE ESTAMOS ORANDO A ELLA SOLAMENTE CUANDO NO ES CIERTO, YO A MI SENTIR Y EN MI COMUNIDAD LA AMAMOS Y SI DEDICAMOS ALGUNOS REZOZ PERO NO QUITA LA GLORIA, ADORACION, ORACION A DIOS NI A JESUS NI AL ESPIRITU SANTO.

QUE NADIE TE DIGA QUE LO QUE HACES ES OTRO TIPO DE HONRA PORQUE SABEMOS QUE ADORAMOS UNICAMENTE A DIOS, NO SOLO PORQUE TE LO DIGO, TAMBIEN PORQUE LO SIENTO, SABEN MAS ELLOS LO QUE SIENTES QUE TU?
SABEMOS LO QUE LOS IDOLOS HACIAN: APARTABAN DE DIOS, SE TOMABAN POR UNICOS, POR DIOSES, POR TODOPODEROSOS, SUPRIMIAN EL CULTO AL VERDADERO DIOS, TU SABES QUE EN TU IGLESIA ESO NO OCURRE, PORQUE EL CULTO SIEMPRE ESTA DIRIGIDO A DIOS, LA MISA, LOS OFICIOS, TODO ES PARA DIOS, SOLO HAY FESTIVIDADES ESPECIALES PARA SANTOS Y MARIA, PERO NO ME DIRAS QUE ESAS FIESTAS TE ALEJAN DE EL; MAS BIEN TE ACERCAN Y TE INVITAN A CONOCER LO QUE DIOS A HECHO ATRAVEZ DE ELLOS
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Re: El tipo de honra que se le da a Maria

Notapor karinalizardui » Vie Ago 05, 2011 10:49 am

oops perdon por de las mayusculas, acabo de ver el mensaje... bueno esque queria poner enfasis como estoy chiquita queria ser escuchada XD
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