Consagración a María.

[tralalá]

Oh, Señora mía!

Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía!
Yo me ofrezco del todo a Vos;
y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día
mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón;
en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo vuestro,
oh Madre de bondad,
guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén.

[tralalá]

Oraciones con las cuales consagrarnos a María hay muchas.
Podemos valernos de ellas o usar las palabras que nos brotan del corazó.
Lo importante es que cada día le renovemos nuestro deseo de ser por completo suyos.

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea
pues todo un DIOS se recrea
en tan graciosa belleza.
A Tí celestial princesa
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes Madre mía.