Obsequios para María

En este foro: Dogmas y enseñanzas de la Iglesia sobre la Virgen María, así como libros, escritos, frases, reflexiones sobre su vida, apariciones y mensajes aprobados, advocaciones, devociones, oraciones, arte mariano. «La toda santa, la abogada, auxiliadora, socorro y mediadora, quien ha realizado del modo más perfecto, durante toda su vida, la obediencia en la fe (“Hágase en mí según tu palabra”), contemplándola, ya glorificada en cuerpo y alma, vemos en ella lo que la Iglesia está llamada a ser sobre la tierra y aquello que será en la patria celestial. La Madre de la Iglesia 'engendra' continuamente hijos para el Cuerpo místico del Hijo. Lo hace mediante su intercesión, implorando para nosotros la efusión inagotable del Espíritu. Seamos dóciles a su acción maternal para configurarnos con Cristo, en especial a través del santo Rosario cotidiano, su escuela mística, compendio de todo el Evangelio»

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Obsequios para María

Notapor francoeguren » Mié Jun 11, 2014 2:52 pm

Estimados hermanos

Quisiera transcribir acá una hermosa parte del Áncora de Salvación. Aunque el título debería ser "Obequios para el mes de María", no veo razón para limitar las piadosas prácticas que voy a transcribir a un sólo mes.

1_Consagrarle el mes de mayo, o mes de María. Apenas hay ya en el mundo católico región alguna donde no se haga el mes de María; ¿Y la nuestra predilecta de la Virgen, poseería aún dilatadas comarcas que no uniesen sus alabanzas y obsequios a los obsequios y alabanzas que todo el universo tributa a nuestra Señora durante el hermoso mes de María?
2_Tener adornada una imagen de María en casa, y obsequiarla lo mejor que se pueda. Gusta tanto esta Señora del culto que tributamos a sus imágenes, que restituyó a San Juan Damasceno la mano que los herejes iconoclastas le habían cortado, en odio de los escritos en que defendía las sagradas imágenes.
3_Saludarla afectuosamente al pasar delante de una iglesia o una imagen de María. ¡Qué dicha la de San Bernardo! Saludábala según su costumbre, y un día esta tierna Madre le devolvió la salutación diciéndole: Dios te salve, Bernardo.
4_Pedirle la bendición al levantarse por la mañana, y al acostarse por la noche. Pues, ¿No lo hacen con sus padres los niños bien educados? Así lo hacía San Estanislao de Costka, y mereció en dos ocasiones comulgar de mano de los Ángeles, y que María Santísima pusiese al niño Jesús en sus brazos.
5_Al salir de casa pide a la Virgen que bendiga tus pasos y acciones. Habiéndolo practicado así el gran patriarca Santo Domingo, logró convertir a innumerables almas, y que María, asistiendo a su muerte, se lo llevase con su Hijo a la patria celestial.
6_Inspirar la devoción de María a otros, sobre todo a los hijos y dependientes. Predicando un día de las glorias de esta Madre uno de sus más fervientes hijos, San Alfonso Ligorio, fué visto de proto arrobado en éxtasis, y el semblante todo refulgente con la luz celestial que una imagen de la Virgen reflejaba en su rostro.
7_Decir con grande afecto, el Ave María cuando diere el reloj. Este es el mejor modo de saludarme, dijo Nuestra Señora a Santa Matilde; y decía el eximio doctor Francisco Suárez que hubiera dado toda su ciencia por el mérito de una sola Ave María rezada con devoción.
8_En los peligros y tentaciones acogerse al manto de la Virgen invocando su auxilio. Hízolo así el beato Sauli, al verse molestado de una tentación impura, y apareciéndosele la Reina de las vírgenes, le puso la mano en el pecho, y quedó al instante libre de la. tentación.
9_Decir mañana y tarde un Ave María con alguna oración a la Virgen. Por este medio se convirtieron jóvenes impuros y pecadores muy desalmados, y esto es lo que movió a Pío IX a conceder a esta práctica muchas indulgencias.
10_Decir con toda confianza el Memorare para alcanzar una buena muerte. Con esta oración obtuvo el apostólico varón P. Bernardo la conversión de muchos fascinerosos obstinados, y hasta la de uno que de un puntapié le había arrojado de la escalera del patíbulo.
11_No dejes pasar día alguno sin ofrecer tu familia y tus dependientes a la Virgen. Ofrecíale un día San José de Calasanz los niños de las Escuelad Pías, y apareciósele esta cariñosa Madre con el niño Jesús en los brazos, dando al Maestro y a los discípulos su preciosa bendición.
12_Hacer a María administradora de la casa y de sus intereses. Nombrando Santa Teresa a la Virgen, Superiora, y poniendo a sus pies las llaves de los conventos que fundaba, salió victoriosa de gravísimas e innumerables dificultades.
13_Llevar siempre algún Escapulario de la Virgen. Luis XIII llevó también esta santa librea del Carmen, desde que en el sitio de Montpellier vió a un soldado que, habiendo recibido un balazo, quedó ileso, aplastándose la bala en el santo Escapulario.
14_Oír o hacer celebrar Misa en honor de María Santísima. Cuán acepta sea esta devoción al Señor dícenlo bastante los Ángeles, que oraban mientras San Isidoro estaba oyendo Misa; y su esposa Santa María de la Cabeza, que, viniendo de una ermita de la Virgen pasó un caudaloso torrente a pie enjuto.
15_Visitar alguna iglesia o altar consagrado. La Presentación, desprendimiento de las del piadoso rey San Enrique al llegar a los pueblos, y María se lo recompensó, volviéndole la visita a la hora de la muerte.
16_Dar limosna a los pobres en obsequio de esta Señora, encargándoles que recen un Ave María. Siendo niña Santa Isabel reina de Hungría, daba a los pobres el dinero que recibía de sus padres para juguetes y diversiones; ¿Y qué favores no alcanzó por ello de esta amantísima Madre?
17_Visitar y consolar a algún enfermo por amor a María. Acompañaba el beato Alonso Rodríguez a un Padre de la Compañía en este acto de caridad; y al subir una cuesta muy agria con gran trabajo y fatiga en el rigor del verano, se le apareció María Santísima, y se dignó enjugarle el sudor que manaba de su rostro.
18_Socorrer a las ánimas del Purgatorio más devotas de María. A Santa Brígida, que tenía esta devoción, dijo la misma Virgen que este era uno de los obsequios que más la complacían.
19_Entrar en alguna Congregación de la Virgen y observar fielmente sus estatutos. Preguntando el P. Lesio a su penitente el inmortal Justo Lipsio, que estaba para morir, qué cosa le daba más consuelo en aquella hora, contestó: "El haber sido en vida fiel congregante de María".
20_Llevar alguna medalla de la Virgen, y, apretándola de cuando en cuando al corazón, decirle: Yo os lo entrego para siempre, oh Madre mía. El gran Padre San Ignacio de Loyola, que solía hacerlo a menudo, mereció más de treinta veces visitado por la Virgen, y que le dictase, según piadosamente se cree, el admirable libro de los Ejercicios.
21_Compadecerse de los dolores de la Virgen y rezar en su honor siete Ave Marías. Santa Margarita de Cortona alcanzó señalados favores del Cielo, por la compasión que tuvo a los dolores de esta afligida Madre.
22_Tener los sentidos, especialmente la vista, recogidos en honor de la Virgeb. El angélico joven San Luis Gonzaga, que no se atrevía a mirar a la reina, ni aún a su propia madre, mereció en Madrid que la Virgen del Buen Consejo le hablase y mandase entrar en la Compañía de Jesús.
23_Rezar el Angelus, aún en público al toque de las Ave Marías. San Carlos Borromeo hasta se apeaba del caballo, y se hincaba de rodillas en el lodo para tributar este obsequio a María.
24_Ejercitarse en algún acto por amor de María. Los placeres del mundo causan náuseas y el corazón se derrite de amor, cuando digo: Ave, María. El entorpecimiento desaparece y la sensualidad se agota, cuando digo: Ave, María. Se aleja la tristeza y nos empapa nueva alegría, cuando digo: Ave, María. Se aumenta la devoción y renace el fervor, cuando digo: Ave, María. Se alienta la esperanza y se derrama el consuelo, cuando digo: Ave, María(Bto. Alano).
25_Ofrecer de cuando en cuando las penas y trabajos a María. Amasando Santa Catalina de Siena pan para los pobres en obsequio de esta Señora, se le apareció y la ayudó, dando al pan un sabor exquisito.
26_Imitar las virtudes de la Virgen, y para esto preguntarse a menudo: ¿Qué haría esta Madre puesta en las circunstancias en que yo me hallo? Esta imitación fué precisamente la que mereció a los Santos favores tan señalados de la Madre, y tan alta recompensa del Hijo de Dios.
27_Ofrecer el corazón a la Virgen. Hacíalo así el P. Ruiz de Montoya, apóstol del Paraguay; y aceptándoselo un día esta buena Madre, le entregó el suyo...
28_Trabajar en la conversión de algún pecador. Excitando la Virgen al V.P. Bernardo Cornago, de la Compañía de Jesús, a hacer esto, le dijo: "Este es el obsequio que más me agrada".
29_Refrenar la lengua en honor de María. Observando este precioso silencio el gran devoto de la Virgen San Juan Silenciario, mereció que toda la posteridad extasiada hablase favorablemente de él.
30_El principal obsequio y el más agradable a María es perseverar en su devoción, cualquiera que sea. Habiendo omitido el V. Tomás de Kempis las devociones que solía rezar a la Virgen, vió en sueños cómo esta dulcísima Madre abrazaba a sus compañeros; más en llegando a él, le dijo con rostro severo: "¿Qué aguardas tú, que has dejado mi devoción?"
31_Los sábados y vigilias de las festividades de María ayunar o hacer alguna mortificación en honor suyo. No pudiendo Santa Juliana de Falconieri recibir el santo Viático, por los continuos vómitos que padecía, pidió que le llevasen a lo menos el Santísimo Sacramento. Hácenlo así: desaparece la Hostia consagrada entrándose en el corazón de la Santa; recompensando Dios con esta milagrosa refección los muchos ayunos que Juliana hacía en obsequio de María Santísima.
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