VictorSL escribió:Djerzinski escribió:La ambigüedad del texto es sorprendente, no es la postura que yo tenía entendido que tiene la Iglesia ni el común de los católicos. Especialmente llamativo que defienda el uso de sedantes en casos que lo requieran. Si bien aduce que lo que él acepta como condición para dejar marchar a una persona se distingue de la eutanasia, es bien claro que:
— En ciertos casos es aceptable (por ejemplo, el caso que exponía yo en el primer post creo que entraría en "ensañamiento terapéutico" y por tanto sería lícita la "eutanasia").
— El uso de sedantes también es aceptable en función de las circunstancias.
Esto deja en el aire quién, cómo, ect decide cuándo las circunstancias son las "requeridas", pero es más de lo que habría esperado.
Estimado"Djerzinski",
La Eutanasia NUNCA es licita, porque por definición de Juan Pablo II, especifica que
"Es una acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor".Yo no veo ninguna ambiguedad.
Saludos en Cristo.
No me explicado bien, debido a la sempiterna confusión de los significados de una palabra. Comúnmente el caso que especifíca Juan Pablo II en el primer párrafo del texto, a saber, repito y amplío la cita:
"De ella debe distinguirse la decisión de renunciar al llamado «ensañamiento terapéutico», (...)
En estas situaciones, cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia «renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares». Ciertamente
existe la obligación moral de curarse y hacerse curar, pero esta obligación se debe valorar según las situaciones concretas; es decir, hay que examinar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las perspectivas de mejoría.
La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante al muerte."
esto ("renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia"), en general, se suele considerar eutanasia (de hecho mi ejemplo es calcado al que propone en el primer párrafo), muerte digna o como se quiera denominarlo, lo que ocurre es que el autor del texto no considera que estos casos se puedan catalogar como "eutanasia", ese ha sido el único malentendido. Pero considero absurdo discutir acerca de si la palabra eutanasia incluye esos casos o no, lo importante es que en determinados casos sí acepta que no se alargue artificialmente la vida.
Efectivamente la eutanasia, tal como él la entiende, nunca es lítica, pero la ambigüedad viene a la hora de considerar qué lo es y qué no, cuándo un paciente se encuentra en el estado en que se le puede aplicar lo que Juan Pablo II acepta y cuándo no y cómo puede medirse y, sobre todo, quién debe hacerlo. En mi opinión no termina de "mojarse".
Todavía más evidente resulta cuando habla de los cuidados paliativos: "En efecto, si puede ser digno de elogio quien acepta voluntariamente sufrir renunciando a tratamientos contra el dolor para conservar la plena lucidez y participar, si es creyente, de manera consciente en la pasión del Señor, tal comportamiento «heroico» no debe considerarse obligatorio para todos. Ya Pío XII afirmó que
es lícito suprimir el dolor por medio de narcóticos, a pesar de tener como consecuencia limitar la conciencia y abreviar la vida, «si no hay otros medios y si, en tales circunstancias, ello no impide el cumplimiento de otros deberes religiosos y morales». En efecto, en este caso no se quiere ni se busca la muerte, aunque por motivos razonables se corra ese riesgo. Simplemente se pretende mitigar el dolor de manera eficaz, recurriendo a los analgésicos puestos a disposición por la medicina."
Debo decir que me parece muy coherente la postura de Juan Pablo II, estoy prácticamente de acuerdo en un cien por cien con sus palabras, pese a que no soy católico; incluso voy más allá, ya que para mí debe intentarse por todos los medios salvar a la persona pese a contar con nulas posibilidades de éxito o a que exista el riesgo de que la persona mantenga una vida con daños importantes.
Un saludo cordial.