La eutanasia.

Espacio para discutir y aclarar con los hermanos evangélicos o pertenecientes a cualquier grupo sectario, esotérico o pseudorreligioso, sus dudas y cuestionamientos acerca de la fe, la doctrina y la moral de la Iglesia católica, cuestiones que se han vuelto controvertidas por una mala información. A todo el que quiera acercarse acá, buscaremos darle razones de nuestra fe

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La eutanasia.

Notapor Djerzinski » Jue Nov 24, 2011 5:30 pm

Como —al menos la mayoría— de vosotros estoy en contra de la eutanasia, pero por motivos diferentes, que no me detendré en explicar porque carecen de interés. Sin embargo, hay un detalle del rechazo a la eutanasia desde el catolicismo que no me termina de cerrar; es este: supongamos que alguien se está muriendo, concretamente, necesita de unas máquinas para mantenerse con vida. ¿Por qué desde el catolicismo no se está contra ese tipo de vida antinatural y sin embargo sí se está en contra de que a dicha persona se le desconecte de la máquina que lo mantiene vivo desafiando a la naturaleza —y por tanto al deseo de Dios—? Ojo, tan sólo me refiero a este tipo de eutanasia, no a otras variantes como terminar con la vida de una persona que sufre, tiene daños en el cuerpo, ect sino sólo a los casos en que la persona necesita de un componente antinatural para seguir con vida; pueden ser máquinas (el caso más extremo) e incluso pastillas.

En resumen, entiendo el deseo de respetar la vida, pero no encuentro congruente (en los casos que refiero) que este deseo se justifique desde "lo natural o Dios".
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Re: La eutanasia.

Notapor Ictus » Jue Nov 24, 2011 6:02 pm

Djerzinski escribió:Como —al menos la mayoría— de vosotros estoy en contra de la eutanasia, pero por motivos diferentes, que no me detendré en explicar porque carecen de interés. Sin embargo, hay un detalle del rechazo a la eutanasia desde el catolicismo que no me termina de cerrar; es este: supongamos que alguien se está muriendo, concretamente, necesita de unas máquinas para mantenerse con vida. ¿Por qué desde el catolicismo no se está contra ese tipo de vida antinatural y sin embargo sí se está en contra de que a dicha persona se le desconecte de la máquina que lo mantiene vivo desafiando a la naturaleza —y por tanto al deseo de Dios—? Ojo, tan sólo me refiero a este tipo de eutanasia, no a otras variantes como terminar con la vida de una persona que sufre, tiene daños en el cuerpo, ect sino sólo a los casos en que la persona necesita de un componente antinatural para seguir con vida; pueden ser máquinas (el caso más extremo) e incluso pastillas.

En resumen, entiendo el deseo de respetar la vida, pero no encuentro congruente (en los casos que refiero) que este deseo se justifique desde "lo natural o Dios".


Lo natural es intentar preservar la vida, no intentar acabar con ella.
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Re: La eutanasia.

Notapor Djerzinski » Jue Nov 24, 2011 6:15 pm

Ictus escribió:
Lo natural es intentar preservar la vida, no intentar acabar con ella.


La primera parte de la frase: con matices (intrascendentes para este debate), de acuerdo. La segunda no cabe en esta discusión, ya he dicho que me refería en exclusiva a los casos en que se necesita de asistentes artificiales (que interrumpen la muerte natural) no a los casos en que se pretende acabar con la vida activamente por algún motivo.
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Re: La eutanasia.

Notapor yotaleno » Vie Nov 25, 2011 9:37 am

Estimados:

Transcribo aqui lo que dice el Beato Juan Pablo II sobre el tema en cuestión y que, me parece, responde a la pregunta hecha:


"Evangelium vitae
Juan Pablo II

65. Para un correcto juicio moral sobre la eutanasia, es necesario ante todo definirla con claridad. Por eutanasia en sentido verdadero y propio se debe entender una acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor. «La eutanasia se sitúa, pues, en el nivel de las intenciones o de los métodos usados».

De ella debe distinguirse la decisión de renunciar al llamado «ensañamiento terapéutico», o sea, ciertas intervenciones médicas ya no adecuadas a la situación real del enfermo, por ser desproporcionadas a los resultados que se podrían esperar o, bien, por ser demasiado gravosas para él o su familia. En estas situaciones, cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia «renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares». Ciertamente existe la obligación moral de curarse y hacerse curar, pero esta obligación se debe valorar según las situaciones concretas; es decir, hay que examinar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las perspectivas de mejoría. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante al muerte.

En la medicina moderna van teniendo auge los llamados «cuidados paliativos», destinados a hacer más soportable el sufrimiento en la fase final de la enfermedad y, al mismo tiempo, asegurar al paciente un acompañamiento humano adecuado. En este contexto aparece, entre otros, el problema de la licitud del recurso a los diversos tipos de analgésicos y sedantes para aliviar el dolor del enfermo, cuando esto comporta el riesgo de acortarle la vida. En efecto, si puede ser digno de elogio quien acepta voluntariamente sufrir renunciando a tratamientos contra el dolor para conservar la plena lucidez y participar, si es creyente, de manera consciente en la pasión del Señor, tal comportamiento «heroico» no debe considerarse obligatorio para todos. Ya Pío XII afirmó que es lícito suprimir el dolor por medio de narcóticos, a pesar de tener como consecuencia limitar la conciencia y abreviar la vida, «si no hay otros medios y si, en tales circunstancias, ello no impide el cumplimiento de otros deberes religiosos y morales». En efecto, en este caso no se quiere ni se busca la muerte, aunque por motivos razonables se corra ese riesgo. Simplemente se pretende mitigar el dolor de manera eficaz, recurriendo a los analgésicos puestos a disposición por la medicina. Sin embargo, «no es lícito privar al moribundo de la conciencia propia sin grave motivo»: acercándose a la muerte, los hombres deben estar en condiciones de poder cumplir sus obligaciones morales y familiares y, sobre todo, deben poderse preparar con plena conciencia al encuentro definitivo con Dios.

Hechas estas distinciones, de acuerdo con el Magisterio de mis Predecesores y en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal.

Semejante práctica conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio."

Que el Señor nos bendiga a todos
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Re: La eutanasia.

Notapor Djerzinski » Vie Nov 25, 2011 2:13 pm

yotaleno escribió:Estimados:

Transcribo aqui lo que dice el Beato Juan Pablo II sobre el tema en cuestión y que, me parece, responde a la pregunta hecha:


"Evangelium vitae
Juan Pablo II

65. Para un correcto juicio moral sobre la eutanasia, es necesario ante todo definirla con claridad. Por eutanasia en sentido verdadero y propio se debe entender una acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor. «La eutanasia se sitúa, pues, en el nivel de las intenciones o de los métodos usados».

De ella debe distinguirse la decisión de renunciar al llamado «ensañamiento terapéutico», o sea, ciertas intervenciones médicas ya no adecuadas a la situación real del enfermo, por ser desproporcionadas a los resultados que se podrían esperar o, bien, por ser demasiado gravosas para él o su familia. En estas situaciones, cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia «renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares». Ciertamente existe la obligación moral de curarse y hacerse curar, pero esta obligación se debe valorar según las situaciones concretas; es decir, hay que examinar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las perspectivas de mejoría. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante al muerte.

En la medicina moderna van teniendo auge los llamados «cuidados paliativos», destinados a hacer más soportable el sufrimiento en la fase final de la enfermedad y, al mismo tiempo, asegurar al paciente un acompañamiento humano adecuado. En este contexto aparece, entre otros, el problema de la licitud del recurso a los diversos tipos de analgésicos y sedantes para aliviar el dolor del enfermo, cuando esto comporta el riesgo de acortarle la vida. En efecto, si puede ser digno de elogio quien acepta voluntariamente sufrir renunciando a tratamientos contra el dolor para conservar la plena lucidez y participar, si es creyente, de manera consciente en la pasión del Señor, tal comportamiento «heroico» no debe considerarse obligatorio para todos. Ya Pío XII afirmó que es lícito suprimir el dolor por medio de narcóticos, a pesar de tener como consecuencia limitar la conciencia y abreviar la vida, «si no hay otros medios y si, en tales circunstancias, ello no impide el cumplimiento de otros deberes religiosos y morales». En efecto, en este caso no se quiere ni se busca la muerte, aunque por motivos razonables se corra ese riesgo. Simplemente se pretende mitigar el dolor de manera eficaz, recurriendo a los analgésicos puestos a disposición por la medicina. Sin embargo, «no es lícito privar al moribundo de la conciencia propia sin grave motivo»: acercándose a la muerte, los hombres deben estar en condiciones de poder cumplir sus obligaciones morales y familiares y, sobre todo, deben poderse preparar con plena conciencia al encuentro definitivo con Dios.

Hechas estas distinciones, de acuerdo con el Magisterio de mis Predecesores y en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal.

Semejante práctica conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio."

Que el Señor nos bendiga a todos


¡Gracias!

La ambigüedad del texto es sorprendente, no es la postura que yo tenía entendido que tiene la Iglesia ni el común de los católicos. Especialmente llamativo que defienda el uso de sedantes en casos que lo requieran. Si bien aduce que lo que él acepta como condición para dejar marchar a una persona se distingue de la eutanasia, es bien claro que:

— En ciertos casos es aceptable (por ejemplo, el caso que exponía yo en el primer post creo que entraría en "ensañamiento terapéutico" y por tanto sería lícita la "eutanasia").
— El uso de sedantes también es aceptable en función de las circunstancias.

Esto deja en el aire quién, cómo, ect decide cuándo las circunstancias son las "requeridas", pero es más de lo que habría esperado.
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Re: La eutanasia.

Notapor VictorSL » Vie Nov 25, 2011 2:25 pm

Djerzinski escribió:La ambigüedad del texto es sorprendente, no es la postura que yo tenía entendido que tiene la Iglesia ni el común de los católicos. Especialmente llamativo que defienda el uso de sedantes en casos que lo requieran. Si bien aduce que lo que él acepta como condición para dejar marchar a una persona se distingue de la eutanasia, es bien claro que:

— En ciertos casos es aceptable (por ejemplo, el caso que exponía yo en el primer post creo que entraría en "ensañamiento terapéutico" y por tanto sería lícita la "eutanasia").
— El uso de sedantes también es aceptable en función de las circunstancias.

Esto deja en el aire quién, cómo, ect decide cuándo las circunstancias son las "requeridas", pero es más de lo que habría esperado.


Estimado"Djerzinski",
La Eutanasia NUNCA es licita, porque por definición de Juan Pablo II, especifica que "Es una acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor".

Yo no veo ninguna ambiguedad.
Saludos en Cristo.
"el sufrimiento engendra paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espiritu Santo que nos ha sido dado".(Rom 5:3b-5)
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Re: La eutanasia.

Notapor Djerzinski » Vie Nov 25, 2011 4:20 pm

VictorSL escribió:
Djerzinski escribió:La ambigüedad del texto es sorprendente, no es la postura que yo tenía entendido que tiene la Iglesia ni el común de los católicos. Especialmente llamativo que defienda el uso de sedantes en casos que lo requieran. Si bien aduce que lo que él acepta como condición para dejar marchar a una persona se distingue de la eutanasia, es bien claro que:

— En ciertos casos es aceptable (por ejemplo, el caso que exponía yo en el primer post creo que entraría en "ensañamiento terapéutico" y por tanto sería lícita la "eutanasia").
— El uso de sedantes también es aceptable en función de las circunstancias.

Esto deja en el aire quién, cómo, ect decide cuándo las circunstancias son las "requeridas", pero es más de lo que habría esperado.


Estimado"Djerzinski",
La Eutanasia NUNCA es licita, porque por definición de Juan Pablo II, especifica que "Es una acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor".

Yo no veo ninguna ambiguedad.
Saludos en Cristo.


No me explicado bien, debido a la sempiterna confusión de los significados de una palabra. Comúnmente el caso que especifíca Juan Pablo II en el primer párrafo del texto, a saber, repito y amplío la cita:

"De ella debe distinguirse la decisión de renunciar al llamado «ensañamiento terapéutico», (...) En estas situaciones, cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia «renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares». Ciertamente existe la obligación moral de curarse y hacerse curar, pero esta obligación se debe valorar según las situaciones concretas; es decir, hay que examinar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las perspectivas de mejoría. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante al muerte."

esto ("renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia"), en general, se suele considerar eutanasia (de hecho mi ejemplo es calcado al que propone en el primer párrafo), muerte digna o como se quiera denominarlo, lo que ocurre es que el autor del texto no considera que estos casos se puedan catalogar como "eutanasia", ese ha sido el único malentendido. Pero considero absurdo discutir acerca de si la palabra eutanasia incluye esos casos o no, lo importante es que en determinados casos sí acepta que no se alargue artificialmente la vida.

Efectivamente la eutanasia, tal como él la entiende, nunca es lítica, pero la ambigüedad viene a la hora de considerar qué lo es y qué no, cuándo un paciente se encuentra en el estado en que se le puede aplicar lo que Juan Pablo II acepta y cuándo no y cómo puede medirse y, sobre todo, quién debe hacerlo. En mi opinión no termina de "mojarse".

Todavía más evidente resulta cuando habla de los cuidados paliativos: "En efecto, si puede ser digno de elogio quien acepta voluntariamente sufrir renunciando a tratamientos contra el dolor para conservar la plena lucidez y participar, si es creyente, de manera consciente en la pasión del Señor, tal comportamiento «heroico» no debe considerarse obligatorio para todos. Ya Pío XII afirmó que es lícito suprimir el dolor por medio de narcóticos, a pesar de tener como consecuencia limitar la conciencia y abreviar la vida, «si no hay otros medios y si, en tales circunstancias, ello no impide el cumplimiento de otros deberes religiosos y morales». En efecto, en este caso no se quiere ni se busca la muerte, aunque por motivos razonables se corra ese riesgo. Simplemente se pretende mitigar el dolor de manera eficaz, recurriendo a los analgésicos puestos a disposición por la medicina."

Debo decir que me parece muy coherente la postura de Juan Pablo II, estoy prácticamente de acuerdo en un cien por cien con sus palabras, pese a que no soy católico; incluso voy más allá, ya que para mí debe intentarse por todos los medios salvar a la persona pese a contar con nulas posibilidades de éxito o a que exista el riesgo de que la persona mantenga una vida con daños importantes.

Un saludo cordial.
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Re: La eutanasia.

Notapor yotaleno » Vie Nov 25, 2011 4:34 pm

EstimadoDjerzinski:

Dices que el documento del beato Juan Pablo II deja en el aire quién, cómo, ect decide cuándo las circunstancias son las "requeridas"

A mi me parece que este documento ilumina claramente; 1) al enfermo que se encuentra en las situaciones descritas y tiene la conciencia clara para ser él quien tome la decisión acerca de qué hacer; 2) si el enfermo ya no está conciente, a sus familiares los que, con el apoyo estrictamente médico (no moral) deberán tomar la decisión; y si además faltan los familiares, es de esperarse que los médicos a cargo del enfermo actúen de acuerdo a estos lineamientos.

Por esto, es importante que cada quien, estando absolutamente consciente, haga conocer a sus familiares y médicos cómo espera que actúen con él si llega el momento. Y, relacionado con esto, la Iglesia ha aprobado también lo que se llama el Testamento Vital que, nuevamente, es recomendable que cada quien lo conozca y, si está de acuerdo, lo entregue a sus familiares y médicos. El documento es como sigue:

"A mi familia, a mi médico, a mi sacerdote, a mi notario:

Si me llega el momento en que no pueda expresar mi voluntad acerca de los tratamientos médicos que se me vayan a aplicar, deseo y pido que esta declaración sea considerada como expresión formal de mi voluntad, asumida de forma consciente, responsable y libre, y que sea respetada como si se tratara de un testamento.

Considero que la vida en este mundo es un don y una bendición de Dios, pero no es el valor supremo y absoluto. Sé que la muerte es inevitable y pone fin a mi existencia terrena, pero creo que me abre el camino a la vida que no se acaba, junto a Dios.

Por ello, yo, el que suscribe, pido que si por mi enfermedad llegara a estar en situación crítica irrecuperable, no se me mantenga en vida por medio de tratamientos desproporcionados; que no se me aplique la eutanasia (ningún acto u omisión que por su naturaleza y en su intención me cause la muerte) y que se me administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos.

Pido igualmente ayuda para asumir cristiana y humanamente mi propia muerte. Deseo poder prepararme para este acontecimiento en paz, con la compañía de mis seres queridos y el consuelo de mi fe cristiana, también por medio de los sacramentos.

Suscribo esta declaración después de una madura reflexión. Y pido que los que tengáis que cuidarme respetéis mi voluntad. Designo para velar por el cumplimiento de esta voluntad, cuando yo mismo no pueda hacerlo, a..........................

Faculto a esta misma persona para que, en este supuesto, pueda tomar en mi nombre, las decisiones pertinentes. Para atenuaros cualquier posible sentimiento de culpa, he redactado y firmo esta declaración.



Nombre y apellidos:

Firma:

Lugar y fecha:"

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Re: La eutanasia.

Notapor Djerzinski » Vie Nov 25, 2011 5:35 pm

yotaleno escribió:EstimadoDjerzinski:

Dices que el documento del beato Juan Pablo II deja en el aire quién, cómo, ect decide cuándo las circunstancias son las "requeridas"

A mi me parece que este documento ilumina claramente; 1) al enfermo que se encuentra en las situaciones descritas y tiene la conciencia clara para ser él quien tome la decisión acerca de qué hacer; 2) si el enfermo ya no está conciente, a sus familiares los que, con el apoyo estrictamente médico (no moral) deberán tomar la decisión; y si además faltan los familiares, es de esperarse que los médicos a cargo del enfermo actúen de acuerdo a estos lineamientos.


Tienes razón en el primer punto (no había leído correctamente), aunque me vuelvo a quedar perplejo con que no considere "suicidio" esa práctica; ¿de verdad esta opinión está generalizada dentro de la Iglesia hoy en día? :shock: El segundo caso lo veo más complicado, pueden existir diferencias entre médico/familia difíciles de resolver. Todavía quedaría pendiente cuáles son los casos en que puede aplicarse la "eutanasia" (utilizo esta palabra por comodidad), aquí habría diversas opiniones seguramente.

yotaleno escribió:Por esto, es importante que cada quien, estando absolutamente consciente, haga conocer a sus familiares y médicos cómo espera que actúen con él si llega el momento. Y, relacionado con esto, la Iglesia ha aprobado también lo que se llama el Testamento Vital que, nuevamente, es recomendable que cada quien lo conozca y, si está de acuerdo, lo entregue a sus familiares y médicos. El documento es como sigue:

[...]

Por ello, yo, el que suscribe, pido que si por mi enfermedad llegara a estar en situación crítica irrecuperable, no se me mantenga en vida por medio de tratamientos desproporcionados; que no se me aplique la eutanasia (ningún acto u omisión que por su naturaleza y en su intención me cause la muerte) y que se me administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos.


No tenía ni idea de que la Iglesia hubiera aprobado tal documento.
De todos modos, aunque es una decisión en principio del paciente, dado que los que van a decidir qué tratamientos son "desproporcionados" son otros (médicos/familia), estamos en el mismo planteamiento que antes.

Mi rechazo frontal a la eutanasia se debe precisamente a que me parece imposible determinar cuándo debe llevarse a cabo y, sobre todo, a los intereses (económicas, sobre todo) que puede haber en deshacerse de determinadas personas (pensionistas, no-productivos, ect) lo que no me cabe la menor duda que irá en aumento con el progresivo envejecimiento de la población en muchos países de Europa, unido al endeudamiento, privatizaciones sanitarias ect.
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Re: La eutanasia.

Notapor Adonai_Elohim » Lun Ene 09, 2012 11:26 am

Yo creo que el tema de la eutanasia en ocasiones se lleva a posiciones extremas que al final acaban siendo un disparate y lo único que consiguen es alargar la agonía de la víctima, su familia y seres queridos.

Para mi eutanasia es privar a alguien voluntaria o involuntariamente de la posibilidad de salvar la vida y poder alargarla y seguir cumpliendo una misión en éste mundo entre los vivos.

Para mí no es eutanasia quitarle la máquina que mantiene la vida de alguien o darle un medicamento para que fallezca, si la persona enferma por poner un ejemplo tiene 85 años, cáncer de pulmón; el cual que está echando a trozos por la boca y que lo único que se va a conseguir con alargar la vida a esa persona, son dos días más de agonía insufrible.

Me parece absurdo y bastante más inmoral afirmar que es un asesinato ayudar a alguien a morir cuando no hay posibilidad de salvar la vida a esa persona y que es cuestión de minutos u horas que esa persona fallezca bajo innumerables dolores y sufrimientos.

Una persona con cáncer de pulmón que llega al extremo, a sus últimas horas de agonía extrema, quitarle la vida en ese estado ¿se puede considerar eutanasia? Para esas alturas la persona ya no sabe ni quien es, no es consciente de lo que le rodea por mucho que sus hijos o familia estén ahí al lado suyo; en esa fase que ya no hay retorno, ni consciencia (tan solo la del dolor) y cuando ya no hay vuelta atrás, me parece inmoral alargar el sufrimiento innecesariamente.

Eutanasia es cuando una persona considera lo que es digno o no para seguir viviendo sin la aprobación de Dios. Pero cuando no hay vuelta atrás y estás en la última agonía que no tiene vuelta, ahí la eutanasia deja de considerarse como tal, porque la eutanasia en ese caso ya no puede cambiar el resultado de ese paciente, porque su sentencia de muerte ya está clara antes de practicar cualquier tipo de eutanasia.
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Re: La eutanasia.

Notapor montealegredelariv » Lun Ene 09, 2012 7:27 pm

Adonai_Elohim escribió:Me parece absurdo y bastante más inmoral afirmar que es un asesinato ayudar a alguien a morir cuando no hay posibilidad de salvar la vida a esa persona y que es cuestión de minutos u horas que esa persona fallezca bajo innumerables dolores y sufrimientos.

¿Y si fueran días?¿Y si fueran meses?¿Y si...?
Adonai_Elohim escribió:Una persona con cáncer de pulmón que llega al extremo, a sus últimas horas de agonía extrema, quitarle la vida en ese estado ¿se puede considerar eutanasia?

Si.¿Es que no recuerdas el 5º mandamiento? Creo que no decía "no matarás ,salvo en casos de cáncer de pulmón".

Adonai_Elohim escribió:Pero cuando no hay vuelta atrás y estás en la última agonía que no tiene vuelta, ahí la eutanasia deja de considerarse como tal, porque la eutanasia en ese caso ya no puede cambiar el resultado de ese paciente, porque su sentencia de muerte ya está clara antes de practicar cualquier tipo de eutanasia.

¿Es que no moriremos todos?¿Acaso tú eres inmortal?
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Re: La eutanasia.

Notapor montealegredelariv » Lun Ene 09, 2012 8:09 pm

Djerzinski escribió: ¿de verdad esta opinión está generalizada dentro de la Iglesia hoy en día? :shock:


Del Catecismo:
La eutanasia

2276 Aquellos cuya vida se encuentra disminuida o debilitada tienen derecho a un respeto especial. Las personas enfermas o disminuidas deben ser atendidas para que lleven una vida tan normal como sea posible.

2277 Cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable.
Por tanto, una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador. El error de juicio en el que se puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida, que se ha de rechazar y excluir siempre (cf. Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Iura et bona).

2278 La interrupción de tratamientos médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados puede ser legítima. Interrumpir estos tratamientos es rechazar el “encarnizamiento terapéutico”. Con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla. Las decisiones deben ser tomadas por el paciente, si para ello tiene competencia y capacidad o si no por los que tienen los derechos legales, respetando siempre la voluntad razonable y los intereses legítimos del paciente.

2279 Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos. El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razón deben ser alentados.


Nota la diferencia entre los dos conceptos que he subrayado.
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Re: La eutanasia.

Notapor Riolu » Sab Jun 15, 2013 2:53 pm

Buenos días, necesito respuesta "urgente". Estoy debatiendo contra gente no creyente (bueno, en realidad, uno se declara católico pero está a favor del aborto en algunos casos y de la eutanasia) sobre la eutanasia y estoy un poco atascado, ¿me podrías sugerir como defenderme?
Última edición por tito el Lun Jun 17, 2013 10:19 am, editado 1 vez en total
Razón: Enlace editado.
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