Respuesta al hermano rsdessy

Espacio para discutir y aclarar con los hermanos evangélicos o pertenecientes a cualquier grupo sectario, esotérico o pseudorreligioso, sus dudas y cuestionamientos acerca de la fe, la doctrina y la moral de la Iglesia católica, cuestiones que se han vuelto controvertidas por una mala información. A todo el que quiera acercarse acá, buscaremos darle razones de nuestra fe

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Respuesta al hermano rsdessy

Notapor IvanEstoico » Jue Jul 31, 2014 1:26 am

Querido hermano en Cristo.

rsdessy escribió:Soy nuevo en este foro , he sido bautizado pero mi fe es débil [...] Porque Dios no estableció su alianza con todo el mundo [...]

Es lógico que con una tenue fe estas cosas turben tu corazón, pero tranquilo hay solución. Primero, tu exposición de la Iglesia no es por conocimiento sino de oídas pues nadie que haya profundizado en lo que es y su historia lanzaría tales argumentos. Su grandeza demerita y opaca cualquier desatino de sus miembros que en comparación de su prodigo fruto es nada, así, por ejemplo para emitir un juicio sobre las cruzadas es menester considerar el contexto histórico:
http://www.mercaba.org/IGLESIA/Historia ... uzadas.htm

Ahora sobre la Economía Salvifica debemos comentar primero:
    Genesis 3 [15] «Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón».
El hombre (la humanidad toda) había perdido los dones preternaturales y sobrenaturales por el pecado de nuestros primeros padres y Dios en una muestra de su Amor prometió la restauración del agravio. Por supuesto que la criatura ínfima en comparación al Creador no seria capaz de tal proeza sino que Dios mismo también nos redimiría pues la gravedad de la ofensa se mide en relación al Ofendido y no del ofensor. Comienza entonces el camino de nuestra salvación con tan augustisimas palabras. La humanidad tiritaba sin la amistad de su Creador. Aproximadamente hace unos cuatro mil años el Señor llamó a nuestro padre Abraham en pos de una Tierra, haciéndole otra promesa relacionada con la primera (Génesis 3,15):
    Genesis 22 [18] « y por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, ya que has obedecido mi voz».
Como ves el Texto Sagrado no se limita a un pueblo en concreto y lo ratifica san Pablo: «La Escritura no dice: «y a los descendientes», como si se tratara de muchos, sino en singular: y a su descendencia, es decir, a Cristo» (Galatas 3,16). Corrían los años y Abraham engendro a Isaac, Isaac engendro a Esau y a Jacob, Jacob a quien Dios diole el nombre de Israel tuvo doce hijos y de entre ellos emerge la figura de José, este ultimo al ser victima de la envidia de sus hermanos fue vendido como esclavo y llevado a Egipto y con la providencia de Dios llego a ser gobernador de esta tierra. Por la terrible sequía que acaeció en aquellos días; Israel y sus hijos llegaron a Egipto en calidad de huéspedes por José. Antes de morir Israel, Dios confirmo nuevamente lo que prometió:
    Génesis 49 [10] «El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia»
Cosa que se cumplió cuando Herodes recibió el pueblo judío de manos del Senado romano y del emperador Augusto. Pero volviendo a aquellos días, tiempo después de la muerte de Israel y de José, el pueblo judío había crecido mucho en tierras egipcias y al llegar un Rey que no había conocido a José este Pueblo fue atado con los grillos de la esclavitud. Aparece entonces Moisés, elegido por Dios para liberar a su Pueblo de tan terrible yugo, Moisés libero al rededor de seiscientos mil israelitas sin contar mujeres y niños y los llevo al Sinaí donde Dios le había hablado para:
    Exodo 24 [1-11] «El Señor dijo a Moisés: «Sube a encontrarte con el Señor en compañía de Aarón, Nadab y Abihú, y de setenta de los ancianos de Israel, y permanezcan postrados a distancia.Tú serás el único que te acercarás al Señor. Que los demás no se acerquen y que el pueblo no suba contigo». Moisés fue a comunicar al pueblo todas las palabras y prescripciones del Señor, y el pueblo respondió a una sola voz: «Estamos decididos a poner en práctica todas las palabras que ha dicho el Señor». Moisés consignó por escrito las palabras del Señor, y a la mañana siguiente, bien temprano, levantó un altar al pie de la montaña y erigió doce piedras en representación a las doce tribus de Israel. Después designó a un grupo de jóvenes israelitas, y ellos ofrecieron holocaustos e inmolaron terneros al Señor, en sacrificio de comunión. Moisés tomó la mitad de la sangre, la puso en unos recipientes, y derramó la otra mitad sobre el altar. Luego tomó el documento de la alianza y lo leyó delante del pueblo, el cual exclamó: «Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho». Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: «Esta es la sangre de la alianza que ahora el Señor hace con ustedes, según lo establecido en estas cláusulas». Luego Moisés subió en compañía de Aarón, Nadab, Abihú y de setenta de los ancianos, y ellos vieron al Dios de Israel. A sus pies había algo así como una plataforma de lapislázuli, resplandeciente como el mismo cielo. El Señor no extendió su mano contra esos privilegiados de Israel: ellos vieron a Dios, comieron y bebieron.
Mucho podemos decir de la Antigua Alianza pero dejemoslo para otra ocasión, lo que deseo compartirte es que todo esto era sombra de lo que había de venir (Hebreos 10,1). Preparar la venida del Señor Jesús para la plenitud de los tiempos (Galatas 4,4) y establecer la Alianza Nueva y Eterna (San Mateo 26,28. San Marcos 14,24. San Lucas 22,10. Jeremías 32,40). Continuando con la historia de la Salvación, Moisés llevo al pueblo de Israel después de cuarenta años en el desierto hasta umbral de la Tierra Prometida (Figura de lo que Dios ha preparado para quienes le aman) pero fue Josué quien con la bendición del Señor introdujo a Israel por fin a esta bendita Tierra. Fue distribuida por tribus, las Doce Tribus de Israel (Diez Hijos de Jacob y dos de José que Jacob tomo como suyos) Viene después un periodo de Jueces hasta que el Pueblo de Israel pide a Dios por medio del profeta Samuel un rey como los demás pueblos, siendo el primero Saul, sucediendole David y después Salomón y el primer Templo, continuamos con la división del reino: el reino del norte (Israel) y el del sur (Judá), las infidelidades de este Pueblo y los castigos de Dios (cautividad y destrucción del Templo), llegamos también a los profetas que a su vez amonestan a Israel y profetizan la venida del Mesías, del Ungido de Dios. Esta historia es apasionante, atestada de grandes hombres y sucesos, pero que he tratado de resumirla en estos someros párrafos para confirmar que es parte de un todo.

Así al llegar el tiempo escogido, con la Salutación Angélica a la Virgen Madre de Dios y su «Fiath» comienza esta obra Redentora que culmina con la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. El asumió nuestra naturaleza para que seamos participes de su Naturaleza Divina. Cristo Jesús nos ha devuelto lo que la envidia del pobrisimo diablo nos quito al embaucar a Adán y Eva. Recapitulando entonces, Dios ha creado por Amor y en un principio el hombre vivía en un estado de Gracia que por el prevaricador por antonomasia perdimos. En una muestra de Amor mas grande aun que la primera, promete restaurar el menoscabo del pecado: Génesis 3,15, y para cumplirlo primeramente formo un Pueblo, Israel, con quien estableció una Alianza como preparación de la ulterior Alianza Definitiva y Eterna sellada con su misma Sangre. ¿Significa esto que el Señor se olvido en el pretérito de los demás pueblos y ahora también lo hace con los quienes no han recibido la Buena Nueva? De ninguna manera, pues, antaño, el hombre justo aunque no fue israelita por los méritos del Señor Jesús también fue salvado y ahora los que sin culpa suya no han recibido el Evangelio y son fieles a su conciencia también alcanzan el cielo pues la inmolación del Señor fue por la humanidad de todos los tiempos. ¿Podríamos decir entonces que no es necesaria la Iglesia? No, no es posible, pues la Iglesia es dueña de la plenitud de los medios salvificos y sin estos es harto difícil alcanzar nuestro fin ultimo.

Que Dios te bendiga por intercesión de la Magnificencia de Dios.
El mismo Verbo Dios era,
que el principio se decía;
Él moraba en el principio,
y principio no tenía...
IvanEstoico
 
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