por eduarod » Vie Jul 24, 2015 12:06 am
Estimado en Cristo José Torres Castillo:
No, no se puede afirmar que las traducciones son inspiradas.
Lo Inspirado formalmente hablando SI fue ÚNICAMENTE el texto original.
El problema es que NO tenemos los textos originales de manera definitiva y confiable. Sino tenemos diferentes manuscritos muy antiguos que, aunque mayormente son consistentes, SI presentan diferencias de detalle en muchos pasajes.
Por consiguiente, propiamente hablando NO tenemos el texto formalmente inspirado que podamos usar de manera COMPLETAMENTE garantizada.
De ahí que el famoso "Sola Scriptura" de nuestros hermanos separados es toooooda una falacia.
Te preguntarás porqué Dios se Tomó la molestia de Inspirar la Escritura y al final NO Aseguró que nos quedáramos con una copia completamente fiel y segura del texto original Inspirado.
Bueno, el punto es precisamente que lo que Dios NO Quería es que cayéramos en una idolatría al libro al estilo de lo que hacen los protestantes, sino Quería que entendiéramos que Su Palabra es una Palabra Viva que nos es Entregada NO primariamente en el papel y la tinta de un libro antiguo; sino en el TESTIMONIO VIVO de la Iglesia, testimonio que INCLUYE las garantías que podamos tener sobre la Escritura.
Al respecto no es incidental que lo más cercano que tenemos a un texto confiable es la traducción de la Vulgata Latina, la cual es la versión "oficial" de la Iglesia Católica de las Sagradas Escrituras. Y es que NO es la antigüedad o fidelidad literaria del texto lo que garantiza esa confiabilidad, sino es la AUTORIDAD de la Iglesia, que nos transmite TODA la Revelación en su AUTÉNTICO sentido, la que REALMENTE nos da esa confiabilidad.
Así pues, la certeza que puede tener el creyente sobre la confiabilidad de su traducción, no es otra sino que el sentido de tal traducción concuerde con el sentido e interpretación que le da la Iglesia a cada pasaje de la Escritura. De esta modo, bien podría ocurrir que una traducción sea confiable en casi todo menos en unos cuántos pasajes. El punto entonces, es evidente, es JAMÁS intentar oponer lo que el texto de la traducción dice, o, peor aún, lo que UNO cree poder interpretar de ahí, CONTRA lo que la Iglesia manifiesta y expresamente interpreta de ese texto con la Autoridad que Recibió de Dios para ello.
Obviamente es difícil que cada fiel pueda corroborar la fidelidad de cada pasaje de su traducción. Para eso la Iglesia nos ayuda concediendo autorizaciones eclesiásticas a las distintas versiones. Sin embargo, esas autorizaciones son de alcance limitado en cuanto a que NO garantizan la fidelidad total del texto, sino simplemente indican que los censores autorizados por la Iglesia NO encontraron ninguna cosa que se opusiera a la Fe en tales traducciones. Como puedes ver, esto dista muchísimo de garantizar que el texto que leemos en nuestra traducción refleja realmente el sentido en el que fue Inspirada originalmente la Escritura. Pero, insisto, eso solo lo puede garantizar la Interpretación Autorizada de la Iglesia. Por eso, si nos interesa un tema o pasaje en particular, insisto también en que, en vez de empeñarnos en nuestra interpretación de lo que leemos en nuestra traducción, lo mejor es investigar en el Magisterio de la Iglesia que es lo que se ha dicho al respecto. Y con mucha frecuencia podremos encontrar documentos abundantes entre homilías, encíclicas, audiencias, discursos, Catecismo, etc. Todo lo cual nos ayudará a encontrar ese recto sentido que la Iglesia interpreta y que complementará la lectura simple que hagamos de nuestra traducción.
Que Dios te bendiga.