por eduarod » Mar Nov 04, 2014 3:49 am
Estimado en Cristo wolfried:
1. Si ya tres sacerdotes distintos opinaron en sentido negativo conociendote en persona y los detalles de tu historia... como que parece que va siendo hora de aplicar un poco de humildad y creerles, en vez de empeñarte en algo de lo que poco sabes y entiendes.
2. Y es que ten mucho cuidado, porque ciertamente podría haber un pecado muchísimo más grave en el cómo pareces estar tratando este asunto, que en el episodio mismo. De entrada ¿porqué empeñarse en algún tipo de posesión cuando ya te dijeron que no? ¿para tratar de auto-exculparte de lo que perfectamente sabes -y seguramente los sacerdotes te lo dijeron- NO FUE tu culpa? ¿o no será más bien para tratar de darle al asunto un aire de cosa extraordinaria e importante y de ahí sentirte tú mismo alguien tan "especial" al que ni los sacerdotes logran comprender? Puede haber ahí una forma importante de soberbia escondida detrás de esa actitud de víctima incomprendida...
Por cierto, desconfiar de los efectos del Sacramento de la Reconciliación es igualmente un pecado gravísimo.
3. Y también, si no lo querías decir, si nunca lo dirías, si no te gusta, si no lo aceptas ¿para qué lo mantienes en tu mente? Nuevamente entiendo que el pretexto que te das a ti mismo es que estás perturbado porque no sabes qué fue lo que te ocurrió. Pero la realidad es que mantener en la mente y darle vueltas continuamente a algo tan negativo puede ser también una manera de recrearse morbosamente en esos pensamientos. Y esto aunque no los hagas propiamente tuyos, sino simplemente los recuerdes para decirte ese "yo jamás diría eso"; puesel hecho es que, en tu mente, en esa curiosidad malsana, los estás repitiendo continuamente. No me refiereo a que tú los quieras mantener ahí a propósito para pensar en ellos. Pero si que les prestas mucha más atención de la que deberías, y en ello también puede haber una actitud incluso seriamente pecaminosa. La solución a esto NO sería "encontrar la explicación" ni "recibir un exorcismo" sino simplemente dejar de ponerle tanta atención a lo que, en todo caso, no es sino una desagradable porquería que nada tiene que ver contigo en tanto no le pongas atención... pero que comienza a ser tuya en la medida que te obsesionas tanto en darle esas vueltas y mantenerla en ti.
4. Sobre la posesión, tienen razón los sacerdotes en que es extremadamente improbable en un católico practicante. A veces se nos olvida que somos Templos del Espíritu Santo y que Él Habita en nosotros. El Demonio simplemente no puede tomar posesión así como así de un Templo en el que Dios Ha Hecho Su morada. No parece en verdad una explicación probable ni razonable.
5. Sobre el relato mismo hay cosas que no están muy claras: ¿estabas solo? ¿nadie te oyó? ¿cómo llegaste entonces al conocimiento de lo que dijiste que no pareces haber recordado durante días? ¿de pronto o poco a poco lo recordaste? ¿si estabas solo cómo es que te auxiliaron tu tío y tu madre? ¿o ellos lo escucharon y te lo platicaron? Eso de los recuerdos tras varios días bien podría apuntar a algo más cercano a una alucinación. Y eso no significca que tengas una enfermedad mental. Pudiste alucinar, por ejemplo, a causa de una fiebre, y quizá inccluso ni cuenta te diste que la tenías, o a causa de un golpe, o a causa de una pequeña obstrucción en tu cerebro que dejó a una porción del mismo parcialmente sin oxígeno por unos momentos (hipoxia, isquemia), también podría ocurrir una alucinanción a causa de una intoxicación (y no necesariamente con alcohol o fármacos, sino, por ejemplo, con alimentos).
Una causa somática (fiebre, intoxicación, hipoxia) puede ser consistente con el desvanecimiento posterior que pareces describir. Y es algo que perfectamente pudo ser un evento puntual que difícilmente se repetirá.
En fin, como puedes ver, abundan posibles explicaciones muchísimo más ordinarias de lo que pareces imaginar, de modo que, entendamos de una buena vez que lo que no aceptamos con la voluntad NO PUEDE generar culpa alguna en nosotros, menos aún permanecería cualquier posible culpa si has recurrido a la Reconciliación. De modo que es tiempo de ovlidarse de todo esto como la simple mala experiencia que fue, dejarle de dar importancia, y, sobre todo, evitar caer en esas tentaciones de desconfiar de la Misericordia de Dios en la Reconciliación (Dios cieertamente puede perdonar el pecado de alguien que diga algo mucho peor de lo que hayas podido decir con toda deliberación e intención ¿de dónde se te ocurre que no podría perdonarte a ti por algo que ni quisiste hacer?), o de envanecerte y llenarte de soberbia alrededor de esto.
Que Dios te bendiga.