El 28 de abril, con motivo del tema de la beatificación de Juan Pablo II: llegó a mi correo, como debió haber llegado al correo de muchos de ustedes: Una entrega de catholic.net acerca de lo que la prensa no difundió de la obra del pontificado del ahora beato Juan Pablo II. Hoy me di el tiempo para darle una "hojeada" y no pude dejar de notar la cantidad de observaciones, amonestaciones y en general: acciones en contra de lo que se llama: teología de la liberación.
Se nota algo de parcialidad contra dicha teología por parte de la autora del artículo (Lucrecia Rego de Planas) ya que entre punto y punto deja sembrado algún comentario acerca de lo que alguna acción de las ahí citadas dejó como resutado, sobre todo en contra del entonces Obispo Samiuel Ruiz.
Regresando al tema: Investigué un poco (muy poco) acerca de lo que en el internet se lee de lo que la teología de la liberación es, y no con información: pero ya tenía yo algún prejuicio sobre el asunto. Permitanme entonces compartir con ustedes mi duda:
Con todos los errores que se le puedan observar a la idea y a la gente que la ha promovido, y sobre todo a sus métodos: La realidad es que hay sacerdotes y misioneros tratando de enseñar y hacer entender la palabra de Dios a muchísima gente que sufre día con día las deficiencias económicas (y todo lo que ello conlleva) impuestas por circunstancias que parecen estar en manos de otros seres humanos cegados a los sufrimientos del prójimo. O quizás símplemente convencidos de que dicho prójimo no es "su prójimo"
Mi pregunta entonces es:
Si no es la teología de la liberación ¿entonces qué?
Está bién, la teología de la liberación está plagada de errores, pero, después de 2000 años el problema está ahí, y sinceramente no creo que al paso de otros cuantos siglos deje de haber gente pobre y explotada por un lado, y gente rica y poderosa por el otro.
Según mi burdo entender, la misión de la iglesia está en enseñar el evangellio. En promover el amor a Dios y al prójimo siguiendo el ejemplo de Cristo ¿Recuerdan el mandamiento nuevo?
En este sentido, no sé cual haya sido la peor época de la humanidad, pero (y sinceramente deseo que todo sea mi falta de visión u optimismo), hoy por hoy, no alcanzo a ver comunidades o grupos (mucho menos pensar en naciones) trabajando sobre este mandamiento nuevo que debería ser nuestro quehacer de todos los días (estoy pensando en la tercera parte de la población del mundo que nos hacemos llamar cristianos).
Les pido su opinion, y si sirve para mejorar mi optimismo: mil gracias.