Estimado en Cristo vdan91:
1. La teoría del Big-Bang NO postula que dos masas chocaran para generar una gran explosión; sino que existía un punto de energía pura, conocido como una singularidad, el cual era inestable o se desestabilizó y por eso generó una gran explosión. Entonces la pregunta NO sería ¿de dónde salieron las masas que chocaron? Sino sería ¿de dónde salió la energía de esa singularidad? Y, mejor aún: ¿porqué se tenía justamente la cantidad de energía necesaria para generar un Universo consistente como el que conocemos? (un poco más de energía o un poco menos y el Universo habría sido MUY distinto, NO con un poco más o un poco menos de materia o espacio, sino las leyes físicas habrían sido distintas a las que conocemos, al punto de que, muy probablemente, no se habrían podido formar átomos, moléculas ni todo lo demás que en nuestro Universo de ello depende).
2. La posición actual de la Iglesia respecto a la evolución se puede resumir en este texto del Beato Juan Pablo II:
4. Teniendo en cuenta el estado de las investigaciones científicas de esa época y también las exigencias propias de la teología, la encíclica Humani generis consideraba la doctrina del «evolucionismo» como una hipótesis seria, digna de una investigación y de una reflexión profundas, al igual que la hipótesis opuesta. Pío XII añadía dos condiciones de orden metodológico: que no se adoptara esta opinión como si se tratara de una doctrina cierta y demostrada, y como si se pudiera hacer totalmente abstracción de la Revelación a propósito de las cuestiones que esa doctrina plantea. Enunciaba igualmente la condición necesaria para que esa opinión fuera compatible con la fe cristiana; sobre este aspecto volveré más adelante.
Hoy, casi medio siglo después de la publicación de la encíclica, nuevos conocimientos llevan a pensar que la teoría de la evolución es más que una hipótesis. En efecto, es notable que esta teoría se haya impuesto paulatinamente al espíritu de los investigadores, a causa de una serie de descubrimientos hechos en diversas disciplinas del saber. La convergencia, de ningún modo buscada o provocada, de los resultados de trabajos realizados independientemente unos de otros, constituye de suyo un argumento significativo en favor de esta teoría.
MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS MIEMBROS DE LA ACADEMIA PONTIFICIA DE CIENCIAS
En realidad el debate sobre el llamado "eslabón perdido" es un debate mayormente superado. No porque "se haya encontrado" específicamente el "enlace" entre "el mono" y el hombre. Sino porque:
a) semejante expectativa es un despropósito, ya que niguna teoría evolutiva seria postula en la actualidad que "el hombre desciende del mono", sino se postula que el hombre desciende de un homínido común con otros homínidos, y este a su vez de un primate primitivo común con otras familias de primates como podrían ser los monos actuales. Entonces NO se dice que el hombre descienda del mono, sino, en todo caso, el hombre y el mono serían "primos lejanos" descendientes de antecesores comunes. Por consiguiente, el "eslabón perdido" sería más bien lo que ligara al hombre con otros homínidos primitivos.
b) pero también esperar UN "eslabón perdido" es otro despropósito, pues se supone que estos procesos serían graduales requiriendo MUCHOS "eslabones perdidos". Y, sin embargo, SI se han encontrado muchos restos (algunos auténticos, otros han sido engaños, pero al final SI HAY auténticos) que pueden ligarse al hombre y a otros homínidos como los Neanderthales. NO es posible reconstruir con estos una línea clara e ininterrumpida, pero es ilógico (o sea, otro despropósito) esperar tal cosa en la medida en que la fosilización de restos es un proceso relativamente raro respecto a la simple destrucción de los mismos. Entonces es probable encontrar "puntos aislados" de la línea, pero NO es probable encontrar TODOS los puntos de la línea. Y, comentarios como el que hemos citado del Beato Juan Pablo II, surgen precisamente porque, aunque siempre se podrá hablar de un "eslabón perdido" en la medida en que falte UN solo punto de la línea, la verdad es que, con lo que se ha encontrado, es suficiente para razonablemente concluir que la línea de verdad existe, no solo de otros homínidos hacia el hombre, sino de muchos otros antecesores respecto a especies modernas.
Por supuesto que el desarrollo de la ciencia depende de los descubrimientos que se van haciendo, y descubrimientos futuros muy probablemente harán ver las hipótesis actuales como "pensamiento descabellado producto de la ignorancia propia de este tiempo"; por tanto, casarse con las hipótesis actuales como si fuesen la verdad del Evangelio, es, cuando menos, muy aventurado.
Pero el punto es que toda la evidencia apunta a que, de un modo u otro, el desarrollo futuro de la ciencia en general favorecerá la noción de que Dios realizó la Creación de la vida en la Tierra por medio de un proceso evolutivo.
Por demás, no es incorrecto ni contrario a la Fé en modo alguno aceptar una hipótesis de esta naturaleza en la medida en que tal hipótesis respete y no contradiga los principios fundamentales de la Fé. Ya que sabemos que Dios NO depende de los descubrimientos de la ciencia, dado que Él no solo Sabe cómo es todo, sino que Él lo hizo todo. De modo que simplemente no puede suceder que un descubrimiento científico auténtico contradiga verdaderamente lo que Dios ha Dicho.
Y así, por ejemplo, uno de los puntos importantes a respetar es el origen común de TODO el género humano.
3. Respecto a los relatos del Génesis, es algo bastante más complejo que simplemente se encontraran explicaciones de acuerdo al conocimiento de la época para auto-explicarse los orígenes o necesidades del pueblo. Recordemos que la Escritura es Inspirada por Dios y, por consiguiente, pese a la co-autoría del escritor sagrado, Dios mismo es también Autor de la Escritura. Por tanto, las narraciones del Génesis son auténticas en sentido estricto. El problema para nosotros es la manera en que están, digamos, codificadas, que es una manera distinta a la que nosotros usamos para expresarnos comúnmente en la actualidad. De ahí que requerimos que la Iglesia, haciendo uso de la ayuda de especialistas en la medida en que ella misma determine que es pertinente hacerlo, nos "decodifique" y exponga los elementos de verdad REALMENTE contenidos en esas narrativas. Los que típicamente NO corresponden, ni a una lectura "literalista" del texto como si se tratara de una narración estrictamente descriptiva de sucesos cronológicos, ni a una lectura puramente "alegórica", como si se tratara de fábulas o cuentos fantásticos de los que tan solo es importante extraer una "moraleja" o enseñanza moral.
Por eso es que los dos relatos, pese a ciertas "incompatibilidades" aparentes, NO son contardictorios, sino complementarios.
Si se me permite una analogía, es como observar una pintura cubista, donde es frecuente que se pinten elementos pertenecientes a un mismo objeto o persona en forma visualmente inconsistente. Por ejemplo, una nariz de perfil y un ojo de frente. En realidad, si uno simplemente observa la pintura como si se tratara de una fotografía, pues la impresión con la que uno se quedará es que quién pintó eso no sabe dibujar, que no tiene sentido y que es contradictorio o inconsistente. Pero la realidad es que esa pintura está codificada de manera distinta a como solemos percibir las imágenes, de tal modo que, lo que parece un rostro inconsistente, en realidad es la EXPRESIÓN de dos aspectos DISTINTOS de la MISMA persona.
No es, por supuesto, que Dios quisiera distorsionar la realidad para hacérnosla difícil de comprender, sino al contrario, esta manera de presentarla hace más comprensible para nosotros una realidad que, por su complejidad intrínseca, nos supera enormemente.
Saludos y bendiciones en la alegría de la Resurrección del Señor.