por eduarod » Sab Mar 09, 2013 1:04 pm
Estimado en Cristo Campeador:
Algo que ha caracterizado la teología de Joseph Ratzinger es su profundidad, objetividad y honestidad.
Frecuentemente pertenencer a cierta "corriente" o "movimiento" lo que quiere decir es tomar una visión parcial de las cosas y juzgar todo lo demás a partir de ahí. Eso, en buena medida, suele causar que se tomen partidos y se pierda la objetividad. Pero la verdad no es así. La verdad es simplemente lo que existe en la realidad.
Desde luego que no podemos conocer la realidad de "un vistazo" como si pudieramos, como Dios mismo, conocer todo en un solo acto. Sino requerimos irnos aproximando a la realidad, entendiéndola y estudiándola. Eso, por fuerza, nos obliga a usar uno o varios métodos apropiados y aplicables a la realidad que queremos estudiar. Generalmente es por eso, y no por un irracional intento de parcializar la realidad intencionadamente, que las personas se agrupan en corrientes o movimientos artísticos, intelectuales, científicos, etc. Porque a las personas les parece mejor o peor este método o aquel y, a causa de ello, suelen elegir un método como el mejor; y lo suelen hacer con todo el paquete de ideas buenas y prejuicios que viene junto con el mismo. Es entonces cuando las personas se "afilian" (formal o informalmente) a una corriente o movimiento, participando de sus aciertos, pero también de sus defectos y de sus errores.
En la experiencia de un servidor, la teología de Joseph Ratzinger se ha caracterizado precisamente por no afiliarse de manera tan radical a ninguna corriente o movimiento, sino por permanecer en una fuerte fidelidad a la verdad objetiva, reconociendo los méritos de cualquier idea o aproximación a la verdad teológica vengan de donde vengan (de teólogos católicos muy ortodoxos, de teólogos católicos disidentes, de teólogos protestantes, etc.), pero igualmente señalando los defectos e imperfecciones de esas apreciaciones con la misma objetividad.
Esto hace que en ocasiones sus escritos puedan ser mal intepretados, pues, por ejemplo, si Ratzinger en sus escritos defendía los aspectos positivos y correctos de las ideas de cierto teólogo disidente (para, unos párrafos más adelante, señalar dónde se equivocó y porqué sus conclusiones finales no son aceptables pese a esos aciertos), bien puede ocurrir (y, de hecho, existen ejemplos reales de esto, incluso en ocasiones ocurrió aquí mismo en estos foros) que alguien, tal vez con no muy buenas intenciones, tal vez simplemente con no muy buena capacidad de comprensión, cite nada más los párrafos donde se hace la defensa de los aciertos intentando señalar que Ratzinger se afiliaba a la "corriente" o "movimiento" a la que pertenece el teólogo citado.
Pero la realidad, insisto, es que Joseph Ratzinger a lo largo de sus obras ha demostrado una sorprendente capacidad para extraer los aspectos de verdad de cualquier fuente a la vez que no pierde de vista los errores e imperfecciones; purificando entonces los aciertos de los errores que les contaminaron en sus autores originales, insertando esos aciertos en el lugar que auténticamente les corresponde dentro de la auténtica Tradición Católica, logrando asi iluminar con una luz de claridad poco frecuente problemas teológicos de la más diversa índole.
Por supuesto que la mayor parte de sus obras son obras de teología avanzada, no escritas para el gran público, sino para expertos en filosofía y teología. Requieren, por tanto, buenos conocimientos sobre los diversos conceptos, sobre la historia de la Iglesia, y cuestiones semejantes. Si a eso agregamos que el mundo moderno y sus ideologías nos han acostumbrado a autores con visiones parciales, que aceptan totalmente o critican totalmente las ideas de otros autores o corrientes de pensamiento; y donde muy rara vez podemos encontrar este estilo en el que ni se acepta ni se rechaza todo, sino se acepta lo bueno filtrándolo de lo malo; pues entonce es claro que ese estilo puede parecer confuso a quien no esté acostumbrado al mismo y/o a quien no tenga la profundidad de los conocimientos que la obra presupone.
Distintas son las obras que escribió ya siendo Papa, "Jesús de Nazaret" y "La infancia de Jesús", así como algunas obras previas tales como el "Informe sobre la Fé" que "escribió" a través de una entrevista con Vittorio Messori. Esas obras SI están dirigidas al gran público y, por consiguiente, son de lectura muchísimo más fácil que sus obras de teología especializada.
Que Dios te bendiga.