Riolu escribió:¿Cual debería ser la postura de un católico ante estas apariciones? ¿Descreencia, "agnosticismo"? Lo digo principalmente por las apariciones marianas en Egipto en iglesias coptas, de las que hay fotos, etc., lo que me plantea cierta "incomodidad".
Muchísimas gracias de antemano.
Saludos en Cristo Riolu:
Respecto a posibles apariciones marianas en iglesias coptas, no necesariamente debes incurrir en una actitud incrédula.
No es raro que estas cosas causen esa "incomodidad" debido a una errada comprensión de las cosas que nos hace creer que Dios tan solo manifestaría un don tan extraordinario como ese (el de una aparición de Nuestra Señora) dentro del seno de la Iglesia Católica.
Pensamos eso porque creemos que una manifestación de esta naturaleza viene a ser como una especie de "prueba" de que la Iglesia Católica es la Verdadera Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, de tal modo que creemos que, cualquier manifestación sobrenatural auténtica vendría a ser como una especie de "confirmación" de que la Iglesia en la que se produce es la verdadera, y, por consiguiente, tal cosa sería completamente imposible fuera del seno de la Iglesia Católica.
De manera semejante, a muchos sorprende, hasta el punto de que piensan que es una mentira o fraude, o hasta el punto de que cimbra los simientos de su propia Fé, el encendido milagroso de las velas del Santo Sepulcro que ocurre en la fecha de la Pascua Ortodoxa cuando el Patriarca Griego Ortodoxo entra en el Santo Sepulcro con dos velas apagadas y se supone que estas se encienden de manera espontánea, al igual que las lámparas de aceite apagadas del recinto.
Parece un milagro realmente especial, sobre todo por la forma tan consistente y regular en la que se produce. Y, sin embargo, es errada la noción que algunos tienen, especialmente entre las iglesias ortodoxas, de que este es el "milagro más grande de la cristiandad" y de que, por consecuencia, bien podría considerarse como "prueba" de que la llamada Iglesia Ortodoxa "es la verdadera" Iglesia de Cristo. De entrada, en caso de ser auténtico el milagro, dista muchísimo de ser "el milagro más grande de la cristiandad" ¿acaso existe siquiera punto de comparación entre el encendido espontáneo de un fuego, respecto a que un pedazo de pan se transforme en Dios mismo? Por supuesto que no, con todo lo impresionante y profundo que este milagro podría ser en caso de ser auténtico, palidece completamente frente al Milagro mucho mayor de la Eucaristía, el cual se verifica de manera mucho más constante y regular, no sólo en el mundo católico, sino en las propias comunidades ortodoxas, las que generalmente tienen verdadera sucesión apostólica y Eucaristía. Esto es algo que los propios ortodoxos debieran entender bien. Claro, el mundo se puede "apantallar" frente a un hecho manifiesto y "científicamente inexplicable", y puede permanecer poco impresionado y hasta inexpresivo frente a la Hostia Consagrada que, desde su punto de vista, sigue pareciendo y siendo entonces el mismo pedazo de pan que era antes. Pero si bien es comprensible y, en ese sentido, aceptable que un no-creyente piense así, un cristiano que conoce la Eucaristía jamás debería pensar que ese milagro del fuego santo pudiera compararse ni lejanamente con la Eucaristía.
Pero somos los propios católicos los que, al dudar de estas cosas, caemos en la misma trampa que ellos al pensar que eso pudiera ser "prueba" de "su punto" (es decir, que la verdadera iglesia es la suya) y que, por lo mismo "debe ser falso": no nos deja de parecer "incómodo", por ejemplo, que ese milagro del fuego santo se produzca en "SU" fecha de Pascua, y NO en la "NUESTRA". Pues, más allá de la importancia objetiva del milagro, su sola realización en esa fecha parecería "confirmar" que "ellos tienen razón" en la fecha, que es Dios mismo el que "sigue" respetando la fecha "de ellos" (que es la más antigua) y "no" la que correspondería a "nuestra modificación". Y eso abriría las puertas a preguntar: ¿y en qué otras cosas ellos "tienen razón" y "no nosotros"?
La verdad poca atención ha recibido realmente este milagro por parte de la Iglesia y poco, por lo mismo, puede decir un católico respecto a la autenticidad o no del mismo. Es razonable confiar, sin embargo, en que alguien de la importancia y seriedad del Patriarca Griego Ortodoxo no incurriría en una vulgar mentira respecto a una situación como esta. Por lo mismo, no es aventurado pensar que el milagro pudiera ser auténtico.
Y entonces eso lo pondría en el mismo "status" de las apariciones en la iglesia Copta que te causan esa "incomodidad" por las aparentes pruebas de veracidad (p.ej. las fotos) que parecen respaldarlas.
Pero debemos recordar, sin embargo, que la Iglesia Católica nos enseña que estas iglesias locales separadas de la plena comunión con Roma, así como incluso las comunidades eclesiales protestantes, generalmente CONSERVAN elementos de salvación auténticos, los que auténticamente pueden encontrarse en ellas, y que son parte de lo que constituye la comunión parcial de estas iglesias locales y comunidades con la Iglesia Católica.
Asi pues, el hecho de que Dios se manifieste en medio de su pueblo, es un Don que propiamente le pertenece a la Iglesia Católica, y la máxima expresión de esta Manifestación es precisamente la Eucaristía. Asi pues, si en las iglesias locales ortodoxas existe VERDADERA Eucaristía, signo inequívoco de que Cristo se Manifiesta a su pueblo en ellas, ¿con cuanta mayor razón no podrán producirse también otras manifestaciones que, aunque más "raras y espectaculares" no por ello son mayores en importancia o en significado a la propia Eucaristía?
No, Cristo no ha abandonado a estas ovejas parcialmente separadas del Cuerpo Principal de Su Rebaño, sobre todo porque la gran mayoría de ellas están separadas sin culpa alguna y legítimamente tratan de seguir al Señor según se les ha enseñado. Y si Cristo no les abandona, por supuesto que Nuestra Santísima Madre tampoco, sino están cerca de ellos para que, siguiendo por ese camino parcial, eventualmente, ya sea en este mundo, o ya sea en la Patria Eterna, logren reincorporarse a la Plena Unidad de la Verdadera y Única Iglesia de Cristo, que es la Católica.
Por eso no extraña que pudieran realmente existir este tipo de manifestaciones como el fuego del Santo Sepulcro o como estas apariciones, tal vez auténticas, de Nuestra Santísima Madre.
Es necesario aclarar que, en vista no tanto a una desconfianza sistemática en la autenticidad o posibilidad de manifestaciones sobrenaturales o cosa similar, sino más bien a evitar el peligro del indiferentismo, por el que una persona pudiera "aficionarse" mucho a cierta aparición, y en vez de seguir el recto camino de ir de lo parcial a lo pleno, siguiera el camino inverso de ir de lo pleno a lo parcial, la Iglesia en general NO recomienda este tipo de devociones a los fieles. Y me parece a mi que es más a causa de este peligro del indiferentismo, que a causa de limitaciones en la jurisdicción para realizar una adecuada investigación (lo cual también existe, pero creo que muchas comunidades estarían muy abiertas a una investigación seria y formal de la Iglesia Católica, aunque hay que señalar que esto podría acabar resultando dañino y contraproducente para la unidad en caso de que la investigación resultara negativa, por lo que este tipo de experiencias tampoco parecerían muy aconsejables) que no vemos que la Iglesia apruebe este tipo de manifestaciones sobrenaturales en esas comunidades.
Entonces, lo que es realmente un tanto equivocado en todo esto, es esa actitud, tanto entre nosotros, como entre los ortodoxos o en muchas otras confesiones, de que un milagro o hecho sorprendente en sí mismo es prueba irrefutable de autenticidad o de veracidad de TODO el contexto en el que se presenta.
Tal vez lo que se presta un poco a ese mal-entendido es cuando Cristo dice:
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo. Estas obras que yo realizo atestiguan que mi Padre me ha enviado.
San Juan 5, 36
Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre».
San Juan 10, 37-38
De estos texto podría parecer que, dado que Jesús, en efecto, convalida que las obras maravillosas que Él hace son la prueba de que es el Padre Quien le ha enviado, entonces un milagro podría producirse tan solo en ese contexto de autenticidad total; de tal suerte que fuese imposible un milagro o manifestación sorprendente fuera de esa autenticidad total. De modo que un católico se viera forzado ya fuese a negar la posibilidad el milagro o manifestación sobrenatural fuera de la Iglesia, o bien a aceptar que la Iglesia pudiera estar equivocada y esa otra comunidad en lo correcto.
Pero, en una lectura más atenta, nos daremos cuenta de varias cosas:
1. Jesús NO habla SOLO de sus Milagros, sino de sus OBRAS, y estas no se limitaban a los Milagros, sino incluían muchísimos actos de Amor y Caridad menos sobrenaturales y sorprendentes, pero tanto o más Salvíficos y Redentores que los propios Milagros. De hecho, su Sacrificio Supremo brilló precisamente por la ausencia de Milagros visibles a todos (habría que exceptuar detalles como la impresión de su Santa Faz en el paño de la Verónica, pero eso no fue manifiesto y visible a todos), al punto de que aquellos que pidieron su crucifixión se burlaban de Él diciendole que había salvado a otros y no podía salvarse a sí mismo, y le ofrecían que si hacía un Milagro y se salvava, creerían en Él. Sin embargo, este Acto Supremo de Amor excluyó completamente ese tipo de Manifestaciones; si bien, YA DESPUÉS, a su Muerte, Dios quiso manifestar de una manera tan evidente y sobrenatural Quién acababa de Entregar su Vida, que hasta los romanos lo acabaron reconociendo; y, por supuesto, más adelante aún, con Su Resurrección, se transformó en el Milagro más grande Él mismo. Luego, no es meramente el hecho sobrenatural y sorprendente de lo que Jesús habla, sino, sobre todo, del Amor del Padre manifiesto en las Obras que Él hacía.
2. Jesús NO "certifica" que incluso tales obras sean signo inequívoco de la autenticidad de quien las hace o de en dónde ocurren. Sino las reclama como Testimonio de la Acción del Padre. Al punto de que acepta que se pudiera creer primero en esas obras (y, por consiguiente, en el Amor del Padre) aunque no se creyera propiamente en Él, y por ese camino acabar descubriendo Quién era Él en realidad. Si nos fijamos en el significado de esto y lo llevamos al extremo, podemos ver, por ejemplo, la Obra Redentora de Cristo incluso en manos de un no-cristiano que pudiera llegar a Bautizar a alguien. Eso no quiere decir que el Salvador sea ese no-cristiano o que esto convalide sus creencias erroneas, sino simplemente que el Padre y su Amor quedan manifiestos en estos actos hechos en nombre de Cristo, incluso si son hechos por este no-cristiano. Claro, en Jesús la abundancia de esas Obras hacía imposible pensar que Él mismo no fuera un Enviado del Padre si todo el tiempo hacía esas Obras del Padre. Pero, lo subrayó una vez más, la Redención en si misma, fue realizada SIN Obras sobrenaturales, pero SI CON las Obras del Padre, pues Jesús se entregó por nosotros a causa del Amor del Padre.
En fin, el caso es que hagamos definitivamente a un lado esa inexacta visión, que a veces damos por sentada, de que las obras o hechos sobrenaturales son necesariamente confirmación de la autenticidad de TODO el contexto en el que se presentan. Pues aunque a veces SI se presentan hechos sobrenaturales puntuales como prueba de autenticidad; por ejemplo, como cuando San Juan Diego presenta su tilma con las flores como prueba al obispo de que era la Señora del Cielo la que lo enviaba en persona, para así descubrir la prueba aún mayor que Nuestra Señora imprimió en el ayate; incluso en casos como ese San Juan Diego NO presenta esa prueba como señal de "su propia autenticidad" (y ni siquiera se le canonizó propiamente por eso, sino por su virtuosa vida de seguimiento de Jesús), sino la presenta como Testimonio de la autenticidad del mensaje que se le encargó.
De manera semejante, si se llegase, por ejemplo, a comprobar la autenticidad y origen sobrenatural de alguna aparición en la Iglesia Copta, eso NO sería Testimonio de la autenticidad de la Iglesia Copta, sino sería Testimonio de la Autenticidad del mensaje que, por medio de esa Aparición, Dios quiere TRANSMITIR a la Iglesia Copta.
Por último, respecto a qué significado tendría el hecho de que el fuego del Santo Sepulcro se presente en la "Pascua Ortodoxa" y no en la "Pascua Católica". Pues de aquí tampoco se deduce ninguna autenticidad "de la Pascua Ortodoxa" aún cuando se comprobase la autenticidad del milagro, sino simplemente que el milagro seria concedido en el contexto en el que es solicitado; justo de la misma manera en que, en una Eucaristía de la Iglesia Ortodoxa, Jesucristo se hace realmente Presente en lo que antes era el pan que está en esa Misa y ese templo Ortodoxo, Y NO en "otro" pan que pudiera estar presente en un templo católico, ni tampoco se transforma ese pan cuando un sacerdote católico celebra la Santa Misa en otro lado, sino la Transubstanciación ocurre con ese pan, en ese templo y cuando el sacerdote Ortodoxo pronuncia las palabras de la Consagración. Jesucristo responde a la petición ahí donde esta se hace, y no en otro lado, o en otro tiempo. Esto, y no una pretendida "prueba de autenticidad" es lo único que se deduciría de que ese milagro se produzca en ese contexto y no en otro.
Espero con esto haber respondido a tus inquietudes.
Que Dios te bendiga.