Leyes contra la homosexualidad.

La Teología es la ciencia de Dios en cuanto Dios, conocida a partir de la revelación. La Teología es y debe seguir siendo la humilde sierva de la Palabra de Dios. Al ser un servicio, la Teología tiene que ejercer su tarea en comunión con el Magisterio. En las materias difíciles entre las que se mueve es compatible que haya cierta diversidad de opiniones, no graves, en el marco de la unidad de la fe y la fidelidad al Magisterio, ya que la historia demuestra que siempre ha habido lugar en la Iglesia para una gran diversidad de teólogos y de teologías. La fe es una, sí, pero ¡qué diferencia existe entre las teologías de Justino, Cipriano, Orígenes, San Agustín o Santo Tomás de Aquino! Esta diversidad también trae ventajas para la Iglesia y ha sido fuente de progreso teológico. Por ello este es un espacio de discusión sobre temas opinables de la teología, pero estrictamente dedicado a lo que se opina en las diversas escuelas para exponer y defender una u otra posición y dar de esta forma una visión de conjunto, recordando que no hay verdadera Teología sin Magisterio y sin fe

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Leyes contra la homosexualidad.

Notapor ferrari » Mié Oct 02, 2013 12:35 pm

hay una cosa que me gustaria comprender y creo que ustedes me podrian ayudar a saberlo.

se dice que debemos oponernos a la legalizacion de el aborto, la eutanasia y el matrimonio homosexual, y de los primeros 2 lo comprendo por que son vidas lo que esta en juego, pero de lo tercero me quedan una duda:

Creo que ellos solo buscan el matrimonio civil, si este es el caso me pone a pensar que si nosotros queremos quitarselos seria como imponer nuestra religion sobre personas que no creen en ella.

Se que una razon debe haber y me gustaria quitarme esta duda y saber el porque se hacen las cosas.
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Re: Leyes contra la homosexualidad.

Notapor Damian Arreola » Mié Oct 02, 2013 2:50 pm

Mi estimado Ferrari:

¿Que opinarías de una ley que permita que cualquier pareja pueda tener relaciones sexuales, en cualquier lugar público a la vista de todos?...

veamos el siguiente ejemplo;

El hecho que "se pueda hacer" no te obliga a ti a hacerlo... asi que, para aquellos que lo deseen hacer, tienen la libertad de hacerlo.. quienes lo hagan solo buscan el excibicionismo, y si tu te opones sería como imporner tu moral a los que no tienen moral... o que "tienen una moral distinta" a la que nosotros consideraríamos normal...

Me dirás que es algo extremo... y podría estar de acuerdo contigo, pero ¿Que dirías del siguiente ejemplo:

Un hombre "enamoradísimo" de su perra Pastor Alemán, desea que civilmente se le permita contraer matrimonio con ella... y "consumar su matrimonio"... solo está pidiendo que le reconozcan civilmente su "unión" con "el ser que ama"... al rato, debido a que "no tienen familia" buscará adoptar un pato, una cabra y un cerdo, y asi "formar una familia"... :shock:

Espero que nunca se llegue a esos extremos....

Saludos,
Paz y Bien,

Damián.
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Re: Leyes contra la homosexualidad.

Notapor Masm1978 » Mié Oct 02, 2013 10:39 pm

Hola, hermano Ferrari,

El tema es más sencillo de lo que parece. La Iglesia no impone; predica, defiende y corrige. Asimismo, la Iglesia no promueve leyes contra la homosexualidad, ni la discriminación contra los homosexuales (practicantes o no), ni niega que las leyes civiles les reconozcan sus derechos como personas. Lo que la Iglesia hace es predicar la santidad cristiana (que, según la doctrina, no es compatible con la práctica de la tendencia homosexual) y defiende al matrimonio tradicional como una institución sagrada, pues la instituyó Dios, es la célula social y es el espacio insuperable para la reproducción y preservación de la vida y los valores. De tal manera, la Iglesia se opone a que a las uniones civiles homosexuales se les equipare con el matrimonio (implicando adopciones, por ejemplo). Ésa es la razón por la que la Iglesia no admite el matrimonio homosexual, pero no niega que los homosexuales merezcan derechos, incluso en sus uniones de pareja, como personas con plena dignidad y que no deben ser sujetos de discriminación alguna, aunque su unión conlleve un pecado. Pero todos somos pecadores, también las parejas heterosexuales que sólo contraen matrimonio civil (para la Iglesia, eso es fornicación, condenada por uno de los diez mandamientos). De tal modo, una cosa es nuestra condición de pecadores y otra nuestros derechos como personas, que no se anulan por ser pecadores. Pero también una cosa es el matrimonio tradicional, núcleo de la familia, y otra cosa son otras formas de unión afectiva entre las personas.

Saludos y bendiciones.
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Re: Leyes contra la homosexualidad.

Notapor Carlos64 » Sab Oct 05, 2013 3:00 am

Estimado Ferrari, bendiciones en Cristo.

La Iglesia no se opone a que las uniones homosexuales o lésbicas aspiren a muchos de los derechos a los que pueden aspirar, y de hecho aspiran, las uniones de hecho o uniones libres. Así, el derecho a heredar, a los bienes comunes, a visitas en situaciones especiales, a préstamos mancomunados entre otros. A lo que sí se opone la Iglesia es a que estas uniones se equiparen al matrimonio tal como es concebido desde la doctrina cristiana, como sacramento de la unión entre un hombre y una mujer dada desde y en la fe, y como imagen de la unión de Cristo y la Iglesia. Así, la Iglesia no puede consentir que este tipo de uniones se igualen al sacramento del matrimonio ni que posean los mismos atributos que la doctrina cristiana le confiere a la unión sacramental entre dos personas de distinto sexo, unión llamada a la generación de la vida y a la crianza de los hijos en la fe. Una unión entre personas del mismo sexo puede hasta cierto punto equipararse a una unión de hecho, incluso a un matrimonio civil si los estatutos legales así llegaran a aceptarlo --aunque el matrimonio civil tampoco cuente con el beneplácito de la Iglesia por haberse constituido al margen del sacramento--, pero nunca podrá analogarse al matrimonio en tanto sacramento católico.

La dimensión sacramental del matrimonio tiene sus fundamentos bíblicos más antiguos en los pasajes del Génesis que tratan de la creación del hombre en tanto varón y mujer llamados a unirse en una sola carne, y posee una derivación cristológica en tanto imagen de la unión entre Cristo y la Iglesia. Dado que la unión homosexual o lésbica no tiene ni de lejos esta fundamentación bíblica, y por ende tampoco puede poseer la derivación cristológica antedicha, la Iglesia no puede consentir que este tipo de uniones puedan ratificarse sacramentalmente ni puedan considerarse acordes al designio divino para con la humanidad. Ahora bien, por mandato de caridad la Iglesia tampoco puede apoyar ni secundar cualquier práctica que implique discriminación civil contra los colectivos de orientación sexual diversa, si bien tampoco corresponde a la Iglesia el papel protagónico en lo que atañe a la promulgación y garante de sus derechos, materia que pertenece más bien a la esfera política.

Que el Señor le bendiga.
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Re: Leyes contra la homosexualidad.

Notapor cosmicom » Sab Oct 05, 2013 3:31 pm

El reconocimiento legal del matrimonio homosexual es perniciocísimo, no ya por las almas de los cónyuges (que se vayan al infierno, si quieren), sino porque se convierte en una Ley que hay que obedecer, sí o sí. Por ejemplo, en los colegios se les tiene que enseñan a los niños, en relación con el matrimonio, que da igual hombre-mujer que hombre-hombre, el maestro que se oponga a enseñar esta depravación, a la p... calle; además se entrega en manos de los homosexuales los niños para que los adoten, lo cual es una abominación.

Y el paso natural siguiente es, por ejemplo, que las entidades que discriminen, sean prohibidas; la Iglesia católica discrimina todas estas perversiones, y podría ser perseguida por estos temas en el futuro.
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Re: Leyes contra la homosexualidad.

Notapor Carlos64 » Lun Oct 07, 2013 4:42 pm

Cito:
cosmicom escribió:El reconocimiento legal del matrimonio homosexual es perniciocísimo, no ya por las almas de los cónyuges (que se vayan al infierno, si quieren), sino porque se convierte en una Ley que hay que obedecer, sí o sí. Por ejemplo, en los colegios se les tiene que enseñan a los niños, en relación con el matrimonio, que da igual hombre-mujer que hombre-hombre, el maestro que se oponga a enseñar esta depravación, a la p... calle; además se entrega en manos de los homosexuales los niños para que los adoten, lo cual es una abominación.

Y el paso natural siguiente es, por ejemplo, que las entidades que discriminen, sean prohibidas; la Iglesia católica discrimina todas estas perversiones, y podría ser perseguida por estos temas en el futuro.


Los puntos que usted trata, comiscom, son críticos. La doctrina moral y antropológica de la Iglesia establece que el contexto natural de la crianza y formación de los hijos es la familia fundamentada en la unión entre el varón y la mujer, por lo que la Iglesia nunca podrá dar su aval a que las parejas homosexuales y lésbicas adquieran derechos de patria potestad sobre los niños. Esta posibilidad no sólo significa una contradicción irresoluble con los fundamentos bíblicos y doctrinales del cristianismo, sino que también implicaría cambios drásticos en la organización de las sociedades occidentales y en su legislación, aspectos ambos de ascendencia cristiana desde un punto de vista histórico. A mi parecer, este es un punto en el que la Iglesia, sin perder de vista su llamado a la caridad y la misericordia, no pude ni debe ceder.

En cuanto a la persecución de la Iglesia por parte de grupos que defienden la diversidad sexual, es un hecho que ya se ha dado desde recientemente, si bien todavía como un fenómeno de minorías y no de forma sistemática. Basta poner atención en muchas de las proclamas y expresiones ideológicas de estos grupos para notar su marcado acento, incluso su virulencia, anti-eclesial y anti-cristiano en general. Y además han habido acciones concretas: todavía recuerdo el caso del arzobispo belga André-Joseph Léonard, quien fue atacado por activistas del Femen durante una conferencia en la Universidad Libre de Bruselas, siendo el Femen una organización que defiende, entre otras cosas, la diversidad sexual lésbica.

Bendiciones.
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Re: Leyes contra la homosexualidad.

Notapor eduarod » Sab Oct 12, 2013 3:08 am

ferrari escribió:hay una cosa que me gustaria comprender y creo que ustedes me podrian ayudar a saberlo.

se dice que debemos oponernos a la legalizacion de el aborto, la eutanasia y el matrimonio homosexual, y de los primeros 2 lo comprendo por que son vidas lo que esta en juego, pero de lo tercero me quedan una duda:

Creo que ellos solo buscan el matrimonio civil, si este es el caso me pone a pensar que si nosotros queremos quitarselos seria como imponer nuestra religion sobre personas que no creen en ella.

Se que una razon debe haber y me gustaria quitarme esta duda y saber el porque se hacen las cosas.

Estimado en Cristo ferrari:

NO ES tras el Bautismo de una persona que se define su identidad como hombre o como mujer.
NO ES, pues, la sexualidad algo que esté definido o intrínsecamente ligado a la religión. Y, en consecuencia, el recto orden de la sexualidad humana NO DEPENDE de la religión, sino de esa institución EN SÍ MISMA. La religión, iluminada por la Revelación, es un "camino fácil" para conocer cuál es ese recto orden. Pero ese recto orden puede igualmente ser entendido o conocido por cualquier persona que no se aproxime al problema con un pensamiento ideológico pre-juiciado, ni con la Luz pre-clara de la Revelación, sino con el simple entendimiento de la razón objetiva.
Durante siglos el hombre reconoció sin el menor problema la existencia de un orden en las cosas que él mismo no había puesto en ellas ni creado, sino que YA estaba ahí cuando el hombre mismo lo encontró. Hoy en día, después de haber olvidado esa parte también, y tras el dedicado esfuerzo de muchos, hemos llegado al punto de VOLVER a reconocer PARTE de ese orden, que es el orden de los ecosistemas. Claro, no faltan los insensatos que, por así convenir a sus intereses y egoísmo, no logran siquiera volver a reconocer esa parte del orden Creado. Pero, fuera de esos necios e insensatos, a los demás cada vez nos es más claro que ese orden de hecho EXISTE, que NO LO HICIMOS NOSOTROS, pero que SI lo podemos ALTERAR, y que, cuando lo alteramos, no lo hacemos SIN CONSECUENCIAS; sino que, por el contrario, TODA alteración incontrolada a ese orden acarrea CONSECUENCIAS, consecuencias con las que muchas veces no podemos y/o no sabemos lidiar; razón por la cual hemos preferido tomar la mucha más sensata actitud de APRENDER a RESPETAR ese orden, en vez de alterarlo y violentarlo indiscriminadamente según nuestros gustos y a nuestra aparente conveniencia y beneficio.
Sin embargo, así como hemos aprendido a reconocer ese orden de las cosas, o, como más formalmente se le llama en filosofía, ese Orden del Ser, en los ecosistemas; asi también SEGUIMOS SIN RECONOCERLO en MUCHOS otros aspectos de nuestra existencia y de la existencia del mundo que nos rodea. En particular seguimos sin reconocerlo en lo relativo a lo que directamente nos afecta al impedirnos dar rienda suelta a actitudes hedonistas respecto a nuestro propio cuerpo y en lo que respecta a la convivencia con los demás.
Seguimos (hablando en general como sociedad, no de todas las personas en lo particular) auto-convenciéndonos de que todas nuestras normas morales no son sino convencionalismos sociales que nosotros hemos definido y que, por lo mismo, podemos adaptar y cambiar según cambien los gustos, necesidades y preferencias de las personas. Ignorando entonces peregrinamente en ello todo lo relativo al Orden del Ser respecto a nuestras relaciones interpersonales.
Es precisamente por ello que, minetras reconociendo el orden ecológico metemos a la cárcel a gente tan solo por atreverse a dañar los huevos de las tortugas, al mismo tiempo no solo no castigamos, sino hasta protegemos y celebramos a quien se atreve a matar y destruir el cuerpo de un ser humano no-nacido; y más bien comenzamos a sancionar a quien se atreve a cuestionar ese "derecho".
Y es precisamente por ello también que, en vez de entender que ese recto orden de las cosas, ese Orden del Ser que NO DEPENDE para ser conocido de la Religión, es el que establece la relación interpersonal estable entre un hombre y una mujer como la base para procrear y fundar una familia, la que a su vez constituye la comunidad humana más fundamental que, no sin razón, cientas de las generaciones que nos precedieron consideraron también como la unidad básica ("célula") de la SOCIEDAD. Razón por la cual la sociedad misma con razón ha protegido y defendido por los siglos en las más diversas culturas y sociedades, incluso aquellas completamente ajenas a la religión cristiana.
Claro, no se puede negar que no todas las sociedades han reconocido o respetado el "modelo" de familia que nos propone la Iglesia. Pero igual tampoco se puede negar que no todas las sociedades han respetado o reconocido, por ejemplo, los derechos de todas las personas que las componen. Y, sin embargo, en muchísimas sociedades SI ha exisitido ese gérmen básico de reconocer los derechos de, al menos, algunos cuantos privilegiados. De esta manera, NO basta hablar de "diferentes modelos de familia" en diferentes culturas para "justificar" que pudiera no haber un "modelo universal", sino que, lo propio del orden de las cosas fuese el tener la familia como célula de la sociedad, y que más bien entonces el "modelo" específico de familia SI pudiera ser un convencionalismo social.
Pues precisamente así como reconocemos que no todas nuestras acciones tienen el mismo impacto sobre el ecosistema, sino algunas lo destruyen más que otras, y algunas lo restituyen más que otras; así también deberíamos reconocer que no todos los "modelos" de "respeto a los derechos humanos" son igual de buenos, sino existen algunos más universales y perfectos que otros; e igualmente deberíamos reconocer que no todos los "modelos de familia" son igual de buenos, sino existen realmente también algunos mucho mejores que otros y que, con justicia y razón, la sociedad misma (y NO la Iglesia en primer lugar) debería fomentar en sí misma y proteger.
Es más, con todo y esos distintos "modelos" es claro que NINGUNA sociedad tuvo como modelo básico la "familia homosexual", y la razón es simple: al no poder haber verdadera reproducción en ese "modelo", y al no haber antes los cuentos tecnológicos al respecto que ahora hay; pues entonces en un "modelo" tal habría sido IMPOSIBLE generar los lazos de filiación, paternidad y fraternidad propios de la familia que son los que la constituyen en la comunidad humana básica y le dan esa identidad de célula básica de la sociedad.
Desde luego que eso es imposible de refutar y muchos no tienen entonces problema (o, más bien, alternativa) en concederlo. Pero a partir de ahí es de donde se argumenta que ahora la tecnología nos ha "hecho el favor" de superar nuestras "barreras y limitaciones" naturales, de donode parecería que ahora SI PODEMOS fomentar otros "modelos" de familia distintos a los "tradicionales".
Semejante lenguaje, por supuesto, ya en su misma exposición revela lo peligrosamente cercano que es al del uso indiscriminado de la tecnología que se dió a raíz de la Revloución Industrial... uso abusivo e indiscriminado que nos ha llevado a la situación de desequilibrio ecológico que hemos creado.
En el caso de los "niños artificiales" el gran problema es que se les NIEGA el derecho que toda persona tiene de ser concebida en un acto de amor en un acto de mutua entrega que precisamente sea la base sobre la cual se constituya y fundamente sólidamente todo el resto de consecuencias en las relaciones interpersonales familiares que se siguen de ello. Sino un vulgar experimiento tecnológico es el que viene a reemplazar esa función tan crucial.
Claro, se dirá que ya hay muchos "niños de probeta" y que no se puede decir que estén "todos traumados" o cosa parecida... lo mismo que se puede decir que en su momento hubo muchos ríos a los que la industria lanzaba contínuamente sus afluentes de desecho sin que pareciera haber efecto significativo, cambio climático perceptible alguno, o siquiera cambio en la pureza y agua cristalina llevada por el rio. Y entonces esa aparente falta de consecuencias fue la que nos llevó a desarrollar de manera exponencial, irreflexiva y acrítica tooooodas las industrias que desarrollamos; y no fue sino hasta que el efecto acumulado de muchísimas de estas fábricas se comenzó a sentir como fuente de verdaderos cambios en sistemas que nosotros hasta entonces habíamos considerado para todos los fines prácticos inalterables y capaces de absorber indefinidamente todos los afluentes y desechos que quisieramos depósitar y "hacer desaparecer" en ellos.
De manera semejante, NO ES en cada caso individual en el que se puede notar significativamente el efecto de no respetar el recto orden de las cosas en lo referente a la manera correcta de establecer las relaciones familiares; sino es en el egoismo que de alguna manera viene implicado en todas esas actitudes que quieren imponer el gusto y el deseo personal por encima de ese orden, el que, en su efecto acumulativo, va generando una sociedad, o grupos sociales dentro de ella, completamente ajena(os) a las necesidades emocionales más elementales de sus miembros. Y es de ahí de donde surgen todos los problemas de inadaptación social, cirsis afectivas, etc. que tan tristes consecuencias tienen y que luego la gente no logra entender ni explicarse. Y claro, se sigue recurriendo a casos particulares aparentemente inocuos para tratar de "justificar" que el problema "no esta ahí". Pero eso es tan insensato, inútil y pueril como tratar de buscar una planta industrial con corrientes de desecho MUY limpias, comprobar que la influencia de esos afluentes es verdaderamente despreciable al medir los posibles cambios en la pureza del agua o en la concentración de contaminantes en el río, y de ahí pretender concluir entonces que los desechos industriales de ningún modo están afectando a los ecosistemas en ninguna forma o grado.
Claro, las "familias homosexuales" NO SON el único ejemplo de "modelo familiar" viciado por el egoismo humano cuyos deseos, aspiraciones e intereses particulares son puestos por encima del bien de otras personas, hay muchos otros vicios de la familia que contribuyen significativamente a ello. Pero que haya otros vicios no quiere decir que este vicio, o, para el caso, los otros vicios importantes, sean aceptables en modo alguno. Justo como el hecho de que pudieran existir industrias más contaminantes NO ES razón o pretexto para que una planta industrial en particular pueda ignorar la normativa en cuanto al procesamiento de sus desechos.
Por consiguiente, así como se trabaja en pro de que TODAS las industrias que estén emitiendo efluentes contaminantes dejen de hacerlo, así mismo se debe trabajar en pro de que TODOS los "modelos familiares" que no correspondan a la auténtica dignidad del ser humano dejen de dañar a las personas.

Por otro lado, y solo para tu conocimiento, en general el "lobby gay" trabaja de manera muy persona que finge sentir lo que no siente, presentando objetivos aparentemente "sencillos" y "aceptables" en cada etapa, pero con una agenda de largo plazo sumamente agresiva para lograr imponer sus ideas. En realidad en muchos países ya se ha visto como han logrado colocar fuera de la ley a todos aquellos que no aceptan o no piensan lo que ellos quieren. Por eso no debemos ser tan inocentes como para caer en su juego y pensar que es admisible ese "pequeño" paso que quieren dar creyendo que en realidad eso es todo lo que buscan. Además de que, en general, los pasos que dan parecen "pequeños" pero no lo son en realidad.
Podemos creer, por ejemplo, que "no hay nada de malo" en permitir el "matrimonio civil" a estas personas. Malo, quizá pensamos, que pidieran el matrimonio religioso (el cual, de hecho, SI han pedido y YA existe en diversos grupos religiosos). Pero, en ello, no demostramos sino un insensato menosprecio por el matrimonio civil, como si fuera una institución inútil e intrascendente. Quizá la facilidad con la que la propia sociedad ha venido facilitando el divorcio civil, precisamente dando lugar a esos "modelos de familia" egoistas en donde la persona antepone su comodidad y conveniencia sobre el bien del conjunto, es el motivo que hace que muchos católicos ERRONEAMENTE piensen en el matrimonio civil como una institución intrascendente. Pero a los que piensan así se les olvida que la Iglesia da tanta importancia a esa institución, que NO permite el Sacramento del Matrimonio desligado del matrimonio civil salvo situaciones especiales:
Código de Derecho Canónico escribió:1071 § 1. Excepto en caso de necesidad, nadie debe asistir sin licencia del Ordinario del lugar:
1 al matrimonio de los vagos;
2 al matrimonio que no puede ser reconocido o celebrado según la ley civil;
...

Y es que la Iglesia precisamente RECONOCE que la familia no sólo es la célula fundamental de Ella misma, sino que es también la célula fundamental de la sociedad según hemos descrito y que, por consiguiente, la sociedad también tiene MUCHO que decir respecto al reconocimiento, apoyo y protección que le debe dar a esta institución. Siendo precisamente el matrimonio civil el medio por el cual la sociedad otorga esos beneficios a la familia.
Vemos entonces que NO ES POCO ni intrascendente lo que estas personas piden cuando piden "solamente" el matrimonio civil, ni es poco lo que una sociedad pierde cuando cae en ese juego y concede eso mismo.
Por eso, no es que la Iglesia quiera imponer la religión católica a los demás cuando se opone a estas cosas, sino simplemente trata de evitar que las sociedades cometan "suicidio social" al prestarse a estas manipulaciones ideológicas.

Que Dios te bendiga.
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Re: Leyes contra la homosexualidad.

Notapor eduarod » Sab Oct 12, 2013 3:59 am

Estimados hermanos en Cristo:

Varios de los mensajes hablan de que la Iglesia "no se opone" a las "uniones civiles" entre homosexuales, sino meramente a la posibilidad de que esas uniones pudieran ser equiparadas al matrimonio con todos sus derechos.
Me parece que tal visión es completamente incorrecta.

Ciertamente, como ya también se dijo, la Iglesia está EN CONTRA de TODA FORMA DE DISCRIMINACIÓN hacia CUALQUIER PERSONA. Porque la dignidad intrínseca de la persona supera por mucho cualquier defecto, acción, actitud, etc. que la persona pudiera tener, y la discriminación, de suyo, es una ofensa NO contra los errores de la persona, sino CONTRA LA PERSONA MISMA y su dignidad. Es por ello que, igualmente, la Iglesia ciertamente esta EN CONTRA de TODA forma de discriminación en contra de las personas homosexuales a causa de esta tendencia, ya sea, en efecto, que dicha tendencia se viva incurriendo en actos errados y pecaminosos o se viva rectamente en la castidad que requiere (como en realidad en la castidad se debe vivir TODA vida cristiana, incluida la de los esposos legítimamente casados en Santo Matrimonio, pues aunque los actos conyugales rectamente realizados son honestos y dignos, eso no excluye la necesidad de realizarlos en castidad y vivir esa virtud en el resto de su vida en general).
Pero una cosa es estar en contra de la discriminación hacia la persona, y otra cosa es caer en esos tontos juegos que tratan de imponer aquellos que, de manera completamente fanática e intolerante, pretenden llamar "discriminación" a CUALQUIER postura que NO coincida con las ideas que ellos quieren imponer.
Y asi, NO ES discriminación, por las razones que ya se han expuesto, el oponerse a la celebración de "matrimonios homosexuales". Ni tampoco el oponerse a la discriminación debe entenderse como aceptar las pretensiones e ideas de estas personas. Asi, que la Iglesia rechace la discriminación contra el homosexual, NO debe entenderse como una señal o una posición que afirme que las "uniones civiles" dirigidas expresamente a los homosexuales como una forma legal de reconocer esa unión sean admisibles o aceptadas por la Iglesia.
La Iglesia de hecho ha sido explícita en esto, por ejemplo, rechazando una de las posiciones erradas de la hermana Margaret A. Farley que en su libro justamente sostenía que esas uniones civiles pódían ser buenas, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fé le responde:
Uniones homosexuales
Escribe Sor Farley: «Las legislaciones contra la discriminación de los homosexuales así como de las parejas de hecho, las uniones civiles y los matrimonios gay, pueden desarrollar un papel importante en la transformación del odio, de la marginación y de la estigmatización de gays y lesbianas, que todavía está siendo reforzada por enseñanzas sobre sexo "contra natura", deseo desordenado o amor peligroso. […] Una de las cuestiones actualmente más urgentes ante la opinión pública de los Estados Unidos es el matrimonio entre personas del mismo sexo, es decir, la concesión de un reconocimiento social y una validez jurídica a las uniones homosexuales, masculinas o femeninas, comparables a las uniones entre heterosexuales» (pág. 293).

Tal posición es contraria a la enseñanza del Magisterio: «La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad»4. «Para sostener la legalización de las uniones homosexuales no puede invocarse el principio del respeto y la no discriminación de las personas. Distinguir entre personas o negarle a alguien un reconocimiento legal o un servicio social es efectivamente inaceptable sólo si se opone a la justicia. No atribuir el estatus social y jurídico de matrimonio a formas de vida que no son ni pueden ser matrimoniales no se opone a la justicia, sino que, por el contrario, es requerido por ésta»5.

De modo que, estimados hermanos NADA de andar diciendo que la Iglesia acepta que las uniones homosexuales puedan equipararse a las "uniones libres" heterosexuales y, peor aún, al matrimonio civil.
Eso, como hemos visto, simplemente NO ES VERDAD.

En realidad entre las uniones de hecho y, con mayor razón, las establecidas por medio del matrimonio civil, y las uniones homosexuales, existe una diferencia esencial, que es la de que las uniones "de hecho" o "meramente civiles" heterosexuales se asemejan al Sagrado Matrimonio y pueden, por tanto, aspirar a regularizar la situación (salvo que no exista un impedimento, claro está) y llegar a constituir un VERDADERO Matrimonio, ya sea simplemente contrayéndolo en el caso de las uniones de hecho. E incluso, en el caso de los matrimonios puramente civiles, de manera RETROACTIVA (la Sanación en Raíz es una figura que existe en la Iglesia precisamente para corregir uniones mal constituidas y puede tener efectos retroactivos hasta por la duración completa de la unión, es decir, que cuando se hace la Sanación la Iglesia acaba reconociendo esa unión como Matrimonio legítimo incluso desde la fecha en que inició para todos los fines canónicos que le puedan afectar). Nada de esto podría lograrse con una unión homosexual, lo que nos demuestra que las uniones libres o "de hecho" si bien tienen sus propios males intrínsecos, con todo y ello difieren de manera fundamental de esas pretendidas uniones homosexuales y NO SON, por consiguiente, equiparables en modo alguno.
Por supuesto que nada de esto aplica a una unión adúltera que atenta contra un Matrimonio legítimo, las cuales son también situaciones particularmente viciadas que resultan siempre completamente inaceptables.

De hecho, reconocer que "algún tipo de unión es posible" pero "no el matrimonio", viene siendo como una manera de establecer un "matrimonio de segunda" y, si todo esto fuese verdad (que la unión es posible) entonces tal unión no-matrimonial SI se constituiría en una especie de discriminación.
En realidad, como vemos en la cita que hemos puesto, a las uniones homosexuales como tales no se les puede conceder NINGÚN estatus social ni jurídico, de tal suerte que, lejos de ser demandadas por la justicia, la misma justicia se opone a ellas.

Y si bien puede llegar a ser posible imaginar algún caso o circunstancia en que la cohabitación de hecho pudiera hacer realmente deseable o justo conceder algún tipo de privilegio. Entonces debería reconocerse NO este privilegio a la "pareja" por ese hecho de ser "pareja homosexual", sino debería ser un beneficio al que pudiera tener acceso CUALQUIER persona que se encontrase en una situación parecida. Por ejemplo, un par de amigos que no pretenden "ser pareja" sino simplemente comparten un departamento.
Pero, en todo caso, no se debe olvidar que la familia es por naturaleza beneficiaria de un cuidado y protección especiales de la sociedad precisamente por ser su célula fundamental; entonces NO ES cuestión de justicia tampoco hacer extensivos a otras personas en otras circunstancias esos beneficios que la familia recibe justamente como una forma de cuidado y protección, puesto que esas otras personas y uniones NO requieren ni merecen tal cuidado especial por parte de la sociedad.

Saludos y bendiciones
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Re: Leyes contra la homosexualidad.

Notapor Carlos64 » Sab Oct 12, 2013 10:42 pm

Eduarod, agradezco sinceramente su aclaración. Reconozco que mi posición ha estado errada. No debemos entonces confundirnos en el sentido de asumir que la caridad con que la Iglesia ha de responder a la cuestión homosexual implique algún tipo de reconocimiento legal, mucho menos sacramental, a una unión que por su misma naturaleza contradice de forma radical el imperativo de la naturaleza y la normativa social, no hablemos de lo que significa de cara al significado que la doctrina cristiana confiere a la unión matrimonial. Debemos aceptar y reivindicar al homosexual en tanto ser humano e hijo de Dios, pero no podemos aceptar la unión homosexual como práctica ni como institución dadas sus implicaciones sociales y religiosas.

Reconozco mi equivocación, le reitero, y que el Señor le bendiga.
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