El tema filioque...

La Teología es la ciencia de Dios en cuanto Dios, conocida a partir de la revelación. La Teología es y debe seguir siendo la humilde sierva de la Palabra de Dios. Al ser un servicio, la Teología tiene que ejercer su tarea en comunión con el Magisterio. En las materias difíciles entre las que se mueve es compatible que haya cierta diversidad de opiniones, no graves, en el marco de la unidad de la fe y la fidelidad al Magisterio, ya que la historia demuestra que siempre ha habido lugar en la Iglesia para una gran diversidad de teólogos y de teologías. La fe es una, sí, pero ¡qué diferencia existe entre las teologías de Justino, Cipriano, Orígenes, San Agustín o Santo Tomás de Aquino! Esta diversidad también trae ventajas para la Iglesia y ha sido fuente de progreso teológico. Por ello este es un espacio de discusión sobre temas opinables de la teología, pero estrictamente dedicado a lo que se opina en las diversas escuelas para exponer y defender una u otra posición y dar de esta forma una visión de conjunto, recordando que no hay verdadera Teología sin Magisterio y sin fe

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El tema filioque...

Notapor AXO » Lun Ago 18, 2014 8:00 am

Hola. Que la gracia y la paz de parte de Nuestro Señor Jesucristo y de Dios nuestro Padre descienda sobre todos vosotros.

Quiero preguntar unas cuestiones a mis hermanos en Cristo Nuestro Señor. Mi alma y convencimiento se ven perturbados ante este tema. Los católicos confesamos que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Cuando leo el Evangelio quedo confuso: Jesús dice que procede del Padre, y cuando dice que lo envía, mi mente lo interpreta como un simple transmisor o mensajero del Padre. Una de mis preguntas es: ¿procede de la misma forma del Hijo que del Padre, de acuerdo a lo dispuesto en el NT? ¿Podríais aclararme las cosas sobre este tema? Muchas gracias.

Que San Isidoro de Sevilla, patrón de Internet, interceda por nosotros ante el Salvador para que ofrezcáis una buena respuesta. Saludos.
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Re: El tema filioque...

Notapor IvanEstoico » Lun Ago 18, 2014 9:33 am

Querido hermano en Cristo.

Permiteme compartirte lo siguiente:
El Padre y el Hijo revelados por el Espíritu

243 Antes de su Pascua, Jesús anuncia el envío de "otro Paráclito" (Defensor), el Espíritu Santo. Este, que actuó ya en la Creación (cf. Gn 1,2) y "por los profetas" (Símbolo Niceno-Constantinopolitano: DS 150), estará ahora junto a los discípulos y en ellos (cf. Jn 14,17), para enseñarles (cf. Jn 14,16) y conducirlos "hasta la verdad completa" (Jn 16,13). El Espíritu Santo es revelado así como otra persona divina con relación a Jesús y al Padre.

244 El origen eterno del Espíritu se revela en su misión temporal. El Espíritu Santo es enviado a los Apóstoles y a la Iglesia tanto por el Padre en nombre del Hijo, como por el Hijo en persona, una vez que vuelve junto al Padre (cf. Jn 14,26; 15,26; 16,14). El envío de la persona del Espíritu tras la glorificación de Jesús (cf. Jn 7,39), revela en plenitud el misterio de la Santa Trinidad.

245 La fe apostólica relativa al Espíritu fue proclamada por el segundo Concilio Ecuménico en el año 381 en Constantinopla: "Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre" (DS 150). La Iglesia reconoce así al Padre como "la fuente y el origen de toda la divinidad" (Concilio de Toledo VI, año 638: DS 490). Sin embargo, el origen eterno del Espíritu Santo está en conexión con el del Hijo: "El Espíritu Santo, que es la tercera persona de la Trinidad, es Dios, uno e igual al Padre y al Hijo, de la misma sustancia y también de la misma naturaleza [...] por eso, no se dice que es sólo el Espíritu del Padre, sino a la vez el espíritu del Padre y del Hijo" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 527). El Credo del Concilio de Constantinopla (año 381) confiesa: "Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria" (DS 150).

246 La tradición latina del Credo confiesa que el Espíritu "procede del Padre y del Hijo (Filioque)". El Concilio de Florencia, en el año 1438, explicita: "El Espíritu Santo [...] tiene su esencia y su ser a la vez del Padre y del Hijo y procede eternamente tanto del Uno como del Otro como de un solo Principio y por una sola espiración [...]. Y porque todo lo que pertenece al Padre, el Padre lo dio a su Hijo único al engendrarlo a excepción de su ser de Padre, esta procesión misma del Espíritu Santo a partir del Hijo, éste la tiene eternamente de su Padre que lo engendró eternamente" (DS 1300-1301).

247 La afirmación del Filioque no figuraba en el símbolo confesado el año 381 en Constantinopla. Pero sobre la base de una antigua tradición latina y alejandrina, el Papa san León la había ya confesado dogmáticamente el año 447 (cf. Quam laudabilitier: DS 284) antes incluso que Roma conociese y recibiese el año 451, en el concilio de Calcedonia, el símbolo del 381. El uso de esta fórmula en el Credo fue poco a poco admitido en la liturgia latina (entre los siglos VIII y XI). La introducción del Filioque en el Símbolo Niceno-Constantinopolitano por la liturgia latina constituye, todavía hoy, un motivo de no convergencia con las Iglesias ortodoxas.

248 La tradición oriental expresa en primer lugar el carácter de origen primero del Padre por relación al Espíritu Santo. Al confesar al Espíritu como "salido del Padre" (Jn 15,26), esa tradición afirma que éste procede del Padre por el Hijo (cf. AG 2). La tradición occidental expresa en primer lugar la comunión consubstancial entre el Padre y el Hijo diciendo que el Espíritu procede del Padre y del Hijo (Filioque). Lo dice "de manera legítima y razonable" (Concilio de Florencia, 1439: DS 1302), porque el orden eterno de las personas divinas en su comunión consubstancial implica que el Padre sea el origen primero del Espíritu en tanto que "principio sin principio" (Concilio de Florencia 1442: DS 1331), pero también que, en cuanto Padre del Hijo Único, sea con él "el único principio de que procede el Espíritu Santo" (Concilio de Lyon II, año 1274: DS 850). Esta legítima complementariedad, si no se desorbita, no afecta a la identidad de la fe en la realidad del mismo misterio confesado.


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Re: El tema filioque...

Notapor IvanEstoico » Lun Ago 18, 2014 9:39 am

Perdón, se me olvido citar que el texto corresponde a nuestro Catecismo.
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Re: El tema filioque...

Notapor Razaali1 » Mié Sep 17, 2014 7:26 am

En mi opinión, luego de la muerte física. Cuando hayamos purgado completamente nuestros pecados y seamos dignos de presenciar eternamente a Dios. Ese es el verdadero triunfo sobre el Maligno, arrancar las almas del padecimiento eterno en el infierno.
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Re: El tema filioque...

Notapor eduarod » Mié Sep 17, 2014 9:19 am

Razaali1 escribió:En mi opinión, luego de la muerte física. Cuando hayamos purgado completamente nuestros pecados y seamos dignos de presenciar eternamente a Dios. Ese es el verdadero triunfo sobre el Maligno, arrancar las almas del padecimiento eterno en el infierno.

Estimado en Cristo Razaali1:

1. ¿A qué viene al caso esta respuesta en este tema?

2. Lo que dices NO es cuestión de "opinión". La Iglesia Enseña que, en efecto, quien pueda ser Redimido de hecho lo será purificándose en el Purgatorio; pero quien haya elegido para si la obstinación eterna en su propio egoísmo, pues JAMÁS podrá ser admitido en el Cielo precisamente porque jamás será digno de ello. No subestimes el alcance que puede llegar a tener nuestro egoismo y nuestra obstinación.

Que Dios te bendiga.
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Re: El tema filioque...

Notapor la roca fuerte » Vie Sep 26, 2014 2:24 am

Mi estimado axo,

con respecto a tu pregunta de que porque se dice que el Espiritu Santo procede del Padre y del Hijo ..... pues te digo que simplemente porque asi lo dice la Santa Palabra de Dios . te doy las citas biblicas .

1- Jn 14,26 : ( Biblia Latinoamericana ) < En adelante el Espiritu Santo, el interprete que EL PADRE LES VA A ENVIAR en mi nombre....... aqui proviene del Padre porque es el Padre quien lo esta enviando.

2- Jn 15,26 ; Cuando venga el protector que les enviare desde el Padre, por ser el el Espiritu de verdad que proviene del Padre, dara testimonio de mi. : Aqui procede del Hijo poque es el Hijo quien lo esta enviando .

3- Tambien dice en Jn 16,7 : pero es verdad lo que les digo, les conviene que yo me vaya , porque mientras yo no me vaya , el protector no vendra a ustedes. Yo me voy , y es para enviarselo. Tambien aqui procede del Hijo porque es el Hijo quien lo esta enviando....

Por eso la Santa Iglesia Catolica dice : < creo en el Espiritu Santo que procede del Padre y del Hijo.

Que Dios te bendiga .
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Re: El tema filioque...

Notapor IvanEstoico » Vie Sep 26, 2014 8:26 am

Querido hermano en Cristo.

la roca fuerte escribió:Mi estimado axo,

con respecto a tu pregunta de que porque se dice que el Espiritu Santo procede del Padre y del Hijo ..... pues te digo que simplemente porque asi lo dice la Santa Palabra de Dios . te doy las citas biblicas .

1- Jn 14,26 : ( Biblia Latinoamericana ) < En adelante el Espiritu Santo, el interprete que EL PADRE LES VA A ENVIAR en mi nombre....... aqui proviene del Padre porque es el Padre quien lo esta enviando.

2- Jn 15,26 ; Cuando venga el protector que les enviare desde el Padre, por ser el el Espiritu de verdad que proviene del Padre, dara testimonio de mi. : Aqui procede del Hijo poque es el Hijo quien lo esta enviando .

3- Tambien dice en Jn 16,7 : pero es verdad lo que les digo, les conviene que yo me vaya , porque mientras yo no me vaya , el protector no vendra a ustedes. Yo me voy , y es para enviarselo. Tambien aqui procede del Hijo porque es el Hijo quien lo esta enviando....

Por eso la Santa Iglesia Catolica dice : < creo en el Espiritu Santo que procede del Padre y del Hijo.

Que Dios te bendiga .

Las citas que nos haces favor de compartir se refieren al envío del Espíritu Santo al mundo y no de su origen eterno del que trata el Filioque. Como explica el Catecismo estas citas revelan el origen eterno del Espíritu en su misión temporal.

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Re: El tema filioque...

Notapor Carlos F J » Lun Nov 17, 2014 11:37 pm

Tomado de la Enciclopedia Católica: extracto del artículo "Espíritu Santo" http://ec.aciprensa.com/wiki/Esp%C3%ADritu_Santo

Procesión del Espíritu Santo

No nos detendremos mucho en el significado preciso de la Procesión en Dios. (Ver Santísima Trinidad). Baste aquí señalar qué con esta palabra nos referimos a la relación de origen que existe entre una Persona Divina y la otra, o entre una y las otras dos como su principio de origen. El Hijo procede del Padre; el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Aquí se tratará especialmente esta última verdad.

A

Todos los cristianos han admitido siempre que el Espíritu Santo procede del Padre; esta verdad está expresamente establecida en Juan 15,26. Pero los griegos, al igual que Focio, negaban que Él proceda del Hijo. Y, sin embargo, esa es manifiestamente la enseñanza de las Sagradas Escrituras y de los Padres.

En el Nuevo Testamento

(a) El Espíritu Santo es llamado el Espíritu de Cristo (Rom. 8,9), el Espíritu del Hijo (Gál. 4,6), el Espíritu de Jesús (Hch. 16,7). Estos términos implican una relación del Espíritu con el Hijo, la cual sólo puede ser una relación de origen. Esta conclusión es tanto más indiscutible, dado que todos admiten el argumento similar para explicar por qué el Espíritu Santo es llamado el Espíritu del Padre. Es así como San Agustín argumenta (En Joan., Tr. XCIX, 6, 7 en PL, XXXV, 1888): “Escuchas al mismo Señor declarar: ‘no eres tú quien habla, sino el Espíritu de tu Padre que habla en ti'. Asimismo, oyes al Apóstol declarar: ‘Dios ha enviado el Espíritu de Su Hijo a vuestros corazones. ¿Puede entonces haber dos espíritus, uno, el espíritu del Padre y otro el espíritu del Hijo? Ciertamente no. Así como hay un solo Padre, así como hay un solo Señor o un Hijo, así también hay un solo Espíritu, quien es, consecuentemente, el Espíritu de ambos... ¿Por qué entonces te negarías a creer que Él procede también del Hijo, siendo que Él es también el Espíritu del Hijo? Si no procediese de Jesús, cuando Él se apareció a sus discípulos luego de la Resurrección, no habría soplado sobre ellos diciéndoles: 'Reciban ustedes el Espíritu Santo'. ¿Qué, ciertamente, significa este aliento sino que el Espíritu procede también de El?". San Atanasio había argumentando exactamente del mismo modo (De Trin. et Spir. S., n. 19, en P.G., XXIV, 1212) y concluye: «Decimos que el Hijo de Dios también es la fuente del Espíritu."

(b) Según Jn. 16,13-15, el Espíritu Santo recibe del Hijo. "Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros.” Ahora bien, una Persona Divina puede recibir de la otra sólo por Procesión, relacionándose con el otro como a un principio. Lo que el Paráclito recibirá del Hijo es conocimiento inmanente, el cual El manifestará luego exteriormente. Pero este conocimiento inmanente es la misma esencia del Espíritu Santo. Por lo tanto, éste tiene su origen en el Hijo, el Espíritu Santo procede del Hijo. "No hablará por su cuenta" dice San Agustín (En Joan., tr. XCIX, 4 en PL., XXXV, 1887) "porque El no proviene de sí mismo, sino que Él les hablará todo lo que ha escuchado. Él escuchará de aquél de quien procede. En su caso, escuchar es conocer y conocer es ser. Deriva su conocimiento de aquel de quien deriva su esencia". San Cirilo de Alejandría señala que las palabras: "recibirá de lo mío" significan "la naturaleza" la cual el Espíritu Santo tiene del Hijo, así como el Hijo la tiene del Padre (De Trin., dialog. VI en PG., LXXV, 1011). Por otro lado, Jesús da la siguiente razón a su afirmación : "tomará de lo mío": "Todo lo que tiene el Padre es mío". Ahora bien, puesto que el Padre tiene respecto al Espíritu Santo la relación que llamamos Espiración Activa, el Hijo también la tiene; y en el Espíritu Santo ella existe, consecuentemente, en relación a ambos, una Espiración Pasiva o Procesión.

Los Padres han afirmado constantemente la misma verdad

Este hecho es indiscutible en lo que a los Padres Occidentales se refiere; pero en cuanto a los orientales, los griegos lo negaron. Citaremos, por lo tanto, algunos testigos entre éstos últimos. El testimonio de San Atanasio ha sido citado mas arriba, al efecto de que "El Hijo es la fuente del Espíritu", y la declaración de San Cirilo de Alejandría que el Espíritu Santo tiene su "naturaleza" del Hijo. Este último santo después afirma (Thesaur., afirm. XXXIV en PG., LXXV, 585); "Cuando el Espíritu Santo llega a nuestros corazones, nos hace semejantes a Dios, porque Él procede del Padre y del Hijo"; y nuevamente (Epist., XVII, Ad Nestorium, De excommunicatione en PG., LXXVII, 117): "El Espíritu Santo Santo no es ajeno al Hijo, pues Él es llamado el Espíritu de Verdad, y Cristo es la Verdad; así Él procede de Cristo así como también de Dios Padre". San Basilio (De Spirit.S., 18 en P.G., XXXII, 147) no desea que nos apartemos del orden tradicional al mencionar las Tres Personas Divinas porque "como el Hijo es al Padre, así el Espíritu es al Hijo, de acuerdo con el antiguo orden de los nombres en la fórmula del bautismo". San Epifanio escribe (Ancor., VIII, en PG., XLIII, 29, 30) que no puede considerarse al Paráclito como desconectado del Padre y del Hijo, puesto que es uno con Ellos en substancia y divinidad" y declara que "El procede del Padre y del Hijo"; un poco más adelante agrega (op.cit. XI, en P.G., XLIII, 35): "Nadie conoce al Espíritu, además del Padre, excepto el Hijo, del cual procede y de quien recibe". Finalmente, un concilio efectuado en Seléucida en el año 410 proclamó su fe "en el Espíritu Santo Viviente, el Santo Paráclito Viviente, quien procede del Padre y del Hijo" (Lamy, "Concilium Seleuciae", Lovaina, 1868).

Sin embargo, al comparar los escritores latinos como un cuerpo, con los escritores orientales, notamos una diferencia en lenguaje: mientras que los primeros casi unánimemente afirman que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, los últimos generalmente dicen que procede del Padre a través del Hijo. En realidad, el pensamiento expresado tanto por griegos como por latinos es uno y el mismo, sólo hay una pequeña diferencia en la manera de expresarlos: la fórmula griega ek tou patros dia tou ouiou expresa directamente el orden según el cual el Padre y el Hijo son el principio del Espíritu Santo, e implica su igualdad como principio; la fórmula latina expresa directamente esa igualdad e implica el orden. Así como el Hijo mismo procede del Padre, es del Padre que Él recibe, junto con todo lo demás, la virtud que lo hace el principio del Espíritu Santo. De este modo, el Padre sólo es principium absque principio, aitia anarchos prokatarktike, y, comparativamente, el Hijo es un principio intermedio. El uso preciso de las dos preposiciones, ek (de) y dia (a través) no implica nada más.

En los siglos XIII y XIV, los teólogos griegos Blemmida, Beccus, Calecas y Besarión llamaron la atención a esto, explicando que las dos partículas tienen el mismo significado, pero el de se ajusta mejor a la Primera Persona, quien es la fuente de las otras, y a través, a la Segunda Persona, quien viene del Padre. Mucho antes de su tiempo, San Basilio había escrito (De Spir. S., VIII, 21 en P.G., LIX, 56): "la expresión di ou expresa reconocimiento del principio primordial [tes prokatarktikes aitias]"; y San Juan Crisóstomo (Hom. V sobre Juan., n. 2 en P.G., LIX, 56): "Si se ha dicho a través de Él, se ha dicho sólo para que nadie pueda imaginar que el Hijo no es generado". Se puede añadir que la terminología usada por los escritores orientales y occidentales, respectivamente, para expresar la idea está lejos de ser invariable. Así como Cirilo, Epifanio y otros griegos afirman la Procesión ex utroque, así también varios escritores latinos no consideraban que se estaban alejando de la enseñanza de su Iglesia al expresarse como los griegos. Es así como Tertuliano (Contra Prax., IV, en P.L., II, 182): "Spiritum non aliunde homosexual quam a Patre per Filium"; y San Hilario (De Trinit., lib., XII.57, en P.L., X, 472), dirigiéndose al Padre, confiesa que desea adorar con Él y el Hijo "a Su Espíritu Santo, quien viene de El a través de Su único Hijo".Y, sin embargo, el mismo escritor había dicho en tono más alto (op. Cot., lib. II, 29, en P.L., X, 69), "que debemos confesar que el Espíritu Santo viene del Padre y del Hijo", prueba clara de que las dos fórmulas eran consideradas como sustancialmente equivalentes.
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Re: El tema filioque...

Notapor AXO » Lun Dic 01, 2014 11:28 am

Queridos hermanos;

El problema es que hay ciertos argumentos ortodoxos que se me atragantan. Se suele decir que la Iglesia confunde lo inherente al Hijo con lo del Padre o que se destruye la monarquía del Padre. Os dejo con los siguientes textos, a ver si podéis ayudarme:
¿Hay en la Sagrada Escritura algún pasaje claro y directo que muestre que el Espíritu Santo proceda igualmente del Hijo? Ninguno. Es solamente por medio de razonamientos y de interpretaciones que se ha pretendido deducir esa doctrina de diferentes pasajes de la Escritura.
Se dice primero que estas palabras: que procede del Padre, lejos de excluir por si mismas la idea que el Espíritu Santo proceda igualmente del Hijo, la encierran al contrario, el Padre y el Hijo siendo uno por esencia, y el Hijo posee todo lo que posee el Padre. ¿Es admisible tal razonamiento? ¡Decididamente que no! El Padre y el Hijo, así como el Espíritu Santo, son efectivamente uno por esencia, pero ellos difieren entre si en que son personas; y todo lo que posee el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo lo poseen igualmente, salvo, sin embargo, los atributos personales, que no les son comunes, de otro modo se cae en el sabelianismo confundiendo las hipóstasis divinas. Y cuando se dice que el Padre engendra al Hijo y hace proceder al Espíritu Santo, se habla propiamente del Padre como de una persona teniendo su atributo personal que le distingue del Hijo y del Espíritu Santo. Por consiguiente, también, cuando se dice que el Espíritu Santo procede del Padre, no se puede comprender bajo el nombre del Padre al mismo tiempo al Hijo, el cual es uno con el Padre por esencia, y no en personalidad (Gregorio el Teólogo, oración 25).
Además, si se admite que la expresión “que procede del Padre” supone, lejos de excluir, la idea de que el Espíritu Santo procede igualmente del Hijo, el Hijo, siendo uno por esencia con el Padre, se deberá paralelamente admitir que las palabras “engendrado del Padre” no excluyen, sino que suponen, al contrario, la idea de que el Hijo sea también engendrado del Espíritu Santo, el Espíritu siendo sólo uno con el Padre. Y aun más, uno sería obligado a admitir que el Hijo, engendrado del Padre, es también engendrado de si mismo, y que el Espíritu Santo, procediendo del Padre, procede también de si mismo, y eso a causa de la unidad de esencia de ellos con el Padre y de la coeternidad de todos. En fin, si examinamos atentamente el conjunto mismo del discurso donde se encuentran las palabras citadas, seremos convencidos de lo absurdo del razonamiento que nos ocupa. Al consolar a sus discípulos antes de ascender al cielo, el Salvador les promete enviar en su lugar al Espíritu Santo, y este envío El lo atribuye o al Padre o a si mismo, diciéndoles: “Y yo os enviaré” (Juan 15:26; compárese 14:26).

Esta doctrina está equivocada, porque contradice al texto bíblico: (Juan 15:26) y porque distorciona la decisión del primer y segundo Concilio Ecuménico, los cuales fueron todas las decisiones de los Concilios Ecuménicos. También esta equivocada porque distorciona la función de la persona de la Santísima Trinidad, porque crea dos fuentes de procedencia del Espíritu Santo, es una Doctrina que enseña lo absurdo porque el Hijo recibe la misma función que el Padre, es decir la procedencia del Espíritu Santo, y de esta manera el Hijo se convierte en Padre, por lo que puede dar vida a otro Hijo, es decir dar vida a otro Espíritu Santo, lo cual es completamente absurdo, ya que nos lleva a la no -existencia de Dios.
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Re: El tema filioque...

Notapor IvanEstoico » Lun Dic 01, 2014 1:36 pm

Querido hermano en Cristo.

AXO escribió:Además, si se admite que la expresión “que procede del Padre” supone, lejos de excluir, la idea de que el Espíritu Santo procede igualmente del Hijo, el Hijo, siendo uno por esencia con el Padre, se deberá paralelamente admitir que las palabras “engendrado del Padre” no excluyen, sino que suponen, al contrario, la idea de que el Hijo sea también engendrado del Espíritu Santo, el Espíritu siendo sólo uno con el Padre. Y aun más, uno sería obligado a admitir que el Hijo, engendrado del Padre, es también engendrado de si mismo, y que el Espíritu Santo, procediendo del Padre, procede también de si mismo, y eso a causa de la unidad de esencia de ellos con el Padre y de la coeternidad de todos. En fin, si examinamos atentamente el conjunto mismo del discurso donde se encuentran las palabras citadas, seremos convencidos de lo absurdo del razonamiento que nos ocupa. Al consolar a sus discípulos antes de ascender al cielo, el Salvador les promete enviar en su lugar al Espíritu Santo, y este envío El lo atribuye o al Padre o a si mismo, diciéndoles: “Y yo os enviaré” (Juan 15:26; compárese 14:26).
Esta doctrina está equivocada, porque contradice al texto bíblico: (Juan 15:26) y porque distorciona la decisión del primer y segundo Concilio Ecuménico, los cuales fueron todas las decisiones de los Concilios Ecuménicos. También esta equivocada porque distorciona la función de la persona de la Santísima Trinidad, porque crea dos fuentes de procedencia del Espíritu Santo, es una Doctrina que enseña lo absurdo porque el Hijo recibe la misma función que el Padre, es decir la procedencia del Espíritu Santo, y de esta manera el Hijo se convierte en Padre, por lo que puede dar vida a otro Hijo, es decir dar vida a otro Espíritu Santo, lo cual es completamente absurdo, ya que nos lleva a la no -existencia de Dios.

A esto se refiere nuestro Catecismo cuando dice:

    248 La tradición oriental expresa en primer lugar el carácter de origen primero del Padre por relación al Espíritu Santo. Al confesar al Espíritu como "salido del Padre" (Jn 15,26), esa tradición afirma que éste procede del Padre por el Hijo (cf. AG 2). La tradición occidental expresa en primer lugar la comunión consubstancial entre el Padre y el Hijo diciendo que el Espíritu procede del Padre y del Hijo (Filioque). Lo dice "de manera legítima y razonable" (Concilio de Florencia, 1439: DS 1302), porque el orden eterno de las personas divinas en su comunión consubstancial implica que el Padre sea el origen primero del Espíritu en tanto que "principio sin principio" (Concilio de Florencia 1442: DS 1331), pero también que, en cuanto Padre del Hijo Único, sea con él "el único principio de que procede el Espíritu Santo" (Concilio de Lyon II, año 1274: DS 850). Esta legítima complementariedad, si no se desorbita, no afecta a la identidad de la fe en la realidad del mismo misterio confesado.
    CATECISMO DE LA IGLESIA.
Ademas, un dogma, es decir, una verdad que Dios se ha dignado revelar a través de su Iglesia es cosa que supera el raciocinio humano.

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Re: El tema filioque...

Notapor Carlos F J » Mar Dic 02, 2014 10:43 pm

AXO escribió:Queridos hermanos;

El problema es que hay ciertos argumentos ortodoxos que se me atragantan.


Lamentablemente desde hace tiempo que los ortodoxos insisten en ir en contra de lo que enseña la Iglesia. Si estudias la historia del cisma de oriente, verás que los ortodoxos propiamente no negaban la postura católica, sino el hecho de que hubiera sido introducida en el credo, y luego usaron eso (junto con otros argumentos irrisorios, como por ejemplo, que occidente usaba pan sin levadura) para atacar al romano pontífice y romper la unidad. El asunto es complejo, te recomiendo leer el artículo Cisma de Occidente en la misma enciclopedia católica para tener un panorama general. En resumen: la Iglesia católica enseña que la relación entre las personas se puede expresar de dos formas: el E. S. procede del Padre Y del Hijo, o bien, del Padre a través del Hijo. La primera es la postura de los padres occidentales, y la segunda la de los orientales. Los ortodoxos se quedan solo con la segunda pero niegan la primera.

AXO escribió:Se suele decir que la Iglesia confunde lo inherente al Hijo con lo del Padre o que se destruye la monarquía del Padre. Os dejo con los siguientes textos, a ver si podéis ayudarme:

¿Hay en la Sagrada Escritura algún pasaje claro y directo que muestre que el Espíritu Santo proceda igualmente del Hijo? Ninguno.


Hay pasajes que dicen explícitamente que el Espíritu es del Hijo: Rm 8,9; Gal 4, 6; etc. es cierto que no dicen "procede" pero dicen "del", que viene a decir lo mismo con otras palabras.

Es solamente por medio de razonamientos y de interpretaciones que se ha pretendido deducir esa doctrina de diferentes pasajes de la Escritura.


Esto me recuerda al famoso "solo la Biblia...". Sin embargo ya estamos vacunados contra eso.

Se dice primero que estas palabras: que procede del Padre, lejos de excluir por si mismas la idea que el Espíritu Santo proceda igualmente del Hijo, la encierran al contrario, el Padre y el Hijo siendo uno por esencia, y el Hijo posee todo lo que posee el Padre. ¿Es admisible tal razonamiento? ¡Decididamente que no! El Padre y el Hijo, así como el Espíritu Santo, son efectivamente uno por esencia, pero ellos difieren entre si en que son personas; y todo lo que posee el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo lo poseen igualmente, salvo, sin embargo, los atributos personales, que no les son comunes, de otro modo se cae en el sabelianismo confundiendo las hipóstasis divinas. Y cuando se dice que el Padre engendra al Hijo y hace proceder al Espíritu Santo, se habla propiamente del Padre como de una persona teniendo su atributo personal que le distingue del Hijo y del Espíritu Santo. Por consiguiente, también, cuando se dice que el Espíritu Santo procede del Padre, no se puede comprender bajo el nombre del Padre al mismo tiempo al Hijo, el cual es uno con el Padre por esencia, y no en personalidad (Gregorio el Teólogo, oración 25).


El escritor está confundiendo las cosas. No se dice que el Espíritu proceda del Hijo porque el Padre y el Hijo sean lo mismo, sino porque, el Padre engendra al Hijo, y luego hace proceder el E. S. a través del Hijo, de guisa que el E. S. también procede del Hijo pero "a través" de Él, y no como principio, por eso se dice que es espiración pasiva, para diferenciarlo de la espiración activa. Así que no hay confusión en las personas. Dicho de otra forma, procede del Padre y del Hijo, pero no de la misma forma; del primero procede como principio y del segundo como a través de Él.


Además, si se admite que la expresión “que procede del Padre” supone, lejos de excluir, la idea de que el Espíritu Santo procede igualmente del Hijo, el Hijo, siendo uno por esencia con el Padre, se deberá paralelamente admitir que las palabras “engendrado del Padre” no excluyen, sino que suponen, al contrario, la idea de que el Hijo sea también engendrado del Espíritu Santo, el Espíritu siendo sólo uno con el Padre. Y aun más, uno sería obligado a admitir que el Hijo, engendrado del Padre, es también engendrado de si mismo, y que el Espíritu Santo, procediendo del Padre, procede también de si mismo, y eso a causa de la unidad de esencia de ellos con el Padre y de la coeternidad de todos. En fin, si examinamos atentamente el conjunto mismo del discurso donde se encuentran las palabras citadas, seremos convencidos de lo absurdo del razonamiento que nos ocupa. Al consolar a sus discípulos antes de ascender al cielo, el Salvador les promete enviar en su lugar al Espíritu Santo, y este envío El lo atribuye o al Padre o a si mismo, diciéndoles: “Y yo os enviaré” (Juan 15:26; compárese 14:26).


Aquí vale lo mismo que lo dicho arriba: la tradición occidental no confunde las personas.

Esta doctrina está equivocada, porque contradice al texto bíblico: (Juan 15:26)...


De ninguna manera lo contradice. Jn 15:26 dice que procede del Padre, pero no dice que "SOLO procede del Padre". Si siguiéramos el razonamiento del autor, también podría decirse que la afirmación "el Espíritu procede del Padre" contradice Gal 4,6 que de hecho dice que es Dios(Padre) quien envía el Espíritu del Hijo !!!!!. Pero sabemos que las afirmaciones de la Escritura deben considerarse como un todo, y no mutilar los textos. Lo que no se afirma en algunas partes de ningún modo implica negación, de hecho, lo que no se dice en ciertas partes puede expresarse en otras.

...y porque distorciona la decisión del primer y segundo Concilio Ecuménico, los cuales fueron todas las decisiones de los Concilios Ecuménicos.


¡Este es el meollo del asunto! Los ortodoxos actuales alegan todo este tema del Filioque para tener algo de que acusar a la Iglesia católica: que hizo un añadido al credo pasando sobre anteriores concilios. Lo curioso es que el credo ya se había modificado antes haciéndole agregaciones, y ahí ningún oriental reclamó. De hecho el credo que tienen los orientales (y también nosotros los occidentales) es el credo "retocado" y no "a la letra" por la Iglesia en Constantinopla, y no el primeramente expresado en Nicea! De aquí se deduce (lo que es obvio): que la Iglesia puede reformular el credo para más claridad, y no por hacer eso está yendo CONTRA los concilios anteriores. O sea, los orientales se quejan de que el filioque se agregó, siendo que aceptan otras agregaciones.

A mayor abundancia, los padres orientales antiguos, también enseñaban la doble procesión, si bien el lenguaje en su caso tiende más al "a través del hijo" que al "procede del Hijo".

También esta equivocada porque distorciona la función de la persona de la Santísima Trinidad, porque crea dos fuentes de procedencia del Espíritu Santo, es una Doctrina que enseña lo absurdo porque el Hijo recibe la misma función que el Padre, es decir la procedencia del Espíritu Santo, y de esta manera el Hijo se convierte en Padre, por lo que puede dar vida a otro Hijo, es decir dar vida a otro Espíritu Santo, lo cual es completamente absurdo, ya que nos lleva a la no -existencia de Dios.


Volvemos a repetir lo mismo: la tradición occidental no confunde las personas.

Sumado a todo lo dicho, conviene tener presente lo siguiente:

1.- Si el Filioque es "una herejía importante" ¿por qué cuando la Iglesia occidental la enseñó ningún oriental la negó?

2.- En el mismo sentido ¿Por qué aparece tan repetidas veces en documentos oficiales de la historia de la Iglesia? A saber:
- la carta dogmática de León I a Toribio, obispo de Astorga Ep. XV, c. I (447);
- el llamado Credo de Atanasio;
- varios concilios efectuados en Toledo en los años 447, 589 (III), 675 (XI), 693 (XVI);
- la carta del Papa San Hormisdas al emperador Justio, Ep. LXXIX (521);
- las declaraciones sinodales del Papa San Martín I contra los monotelitas, 649-655;
- la contestación del Papa Adrián I a los Libros Carolinos, 772-795;
- los sínodos de Mérida (666), Braga (675) y Hatfield (680);
- el escrito del Papa San León III (m. 816) a los monjes de Jerusalén;
- la carta del Papa Esteban V (VI) (m. 891) al rey de Moravia Suentopolcus (Suatopluk), Ep. XIII;
- el símbolo del Papa León IX (m.1054) ,
etc.

3 - ¿Cómo explican que los padres occidentales hayan usado durante tanto tiempo la expresión "procede del Hijo" y los orientales "a través del Hijo" y ninguno haya entendido que se contradecían, sino que eran explicaciones complementarias?

4.- Otra nota curiosa: los orientales aceptaron que era legítima la expresión Filioque en el Concilio de Florencia (aunque después lo rechazaron), en la medida que no los obligaran a introducirlo en su credo.



Como ves, se trata de un asunto complejo en la que lamentablemente los orientales no nos comprenden lo que queremos decir en realidad.
Carlos F J
 
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