los débiles se salvan?

La Teología es la ciencia de Dios en cuanto Dios, conocida a partir de la revelación. La Teología es y debe seguir siendo la humilde sierva de la Palabra de Dios. Al ser un servicio, la Teología tiene que ejercer su tarea en comunión con el Magisterio. En las materias difíciles entre las que se mueve es compatible que haya cierta diversidad de opiniones, no graves, en el marco de la unidad de la fe y la fidelidad al Magisterio, ya que la historia demuestra que siempre ha habido lugar en la Iglesia para una gran diversidad de teólogos y de teologías. La fe es una, sí, pero ¡qué diferencia existe entre las teologías de Justino, Cipriano, Orígenes, San Agustín o Santo Tomás de Aquino! Esta diversidad también trae ventajas para la Iglesia y ha sido fuente de progreso teológico. Por ello este es un espacio de discusión sobre temas opinables de la teología, pero estrictamente dedicado a lo que se opina en las diversas escuelas para exponer y defender una u otra posición y dar de esta forma una visión de conjunto, recordando que no hay verdadera Teología sin Magisterio y sin fe

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los débiles se salvan?

Notapor enriman » Mar Abr 12, 2016 10:27 am

Buenas tardes:

Desde la reflexión del Evangelio, lecturas de textos católicos sobre la Verdad de Dios, y la Misericordia de Dios, me llego a preguntar, si por distintas circunstancias legítimas, ( heridas no sanadas, traumas o debilidad psicológica, entorno negativo fuerte, etc, etc,) si una persona frágil y débil no llega a responder a la exigencia de la Verdad de Dios, se salva. No por ignorancia, sino porque "no llega".

Qué dice la Iglesia Católica sobre este particular?

Gracias y un abrazo en Nuestro Señor.
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Re: los débiles se salvan?

Notapor IvanEstoico » Mar Abr 12, 2016 10:29 pm

Querido hermano en Cristo.

Emerge cierto pelagianismo en la forma que presentas este asunto, porque debes advertir que si nosotros podemos obrar conforme a la Voluntad del Señor, no depende en primer termino de nuestras capacidades sino que por el contrario, esto se logra únicamente con la Gracia de Dios. De esta manera podemos comprender porque san Pablo asevera que «cuando soy débil, entonces soy fuerte» (II Corintios 12, 10), porque «el mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad» (Romanos 8, 26). Así, lo correcto seria mas bien el no saber aprovechar la Gracia Santificante que Dios nos regala y por supuesto que podemos naufragar ya que como el Apóstol afirma «no sea que, después de haber predicado a los demás, yo mismo quede descalificado» (I Corintios 9, 27).

Que Dios te bendiga por intercesión de su Magnificencia.
El mismo Verbo Dios era,
que el principio se decía;
Él moraba en el principio,
y principio no tenía...
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Re: los débiles se salvan?

Notapor eduarod » Jue Abr 14, 2016 5:39 pm

Estimados hermanos en Cristo:

Este asunto en realidad es bastante más complejo de lo que usualmente se percibe.
La Iglesia siempre ha sido cuidadosa en dar normas morales claras y firmes con el fin de ayudar a todos a saber hacia dónde deben ir.
Pero, a la vez, la misma Iglesia ha desarrollado una gran experiencia y sabiduría pastoral para ayudar a las personas a conseguir esos altos objetivos a partir de su realidad presente. Pues sabemos que, aunque es una Verdad Dogmática que ante TODA tentación del mal tenemos TODA la Gracia que necesitamos para vencer, de donde se sigue que necesariamente TODO pecado que cometamos lleva una RESPONSABILIDAD de nuestra parte; por otra parte, la experiencia nos confirma que somos "re-que-te-buenos" en esto de desaprovechar la Gracia que nos es Dada, y que esa costumbre no se nos quita fácilmente. Es decir, que a pesar de los mejores propósitos de enmienda que son requeridos y que pueden realmente hacerse en el Sacramento de la Reconciliación, el camino de una vida de pecado a una vida de santidad no se suele realizar de la noche a la mañana, sino es más bien un proceso o un camino en el que la persona de manera más bien gradual se va despojando de su auto-suficiencia y egoísmo, y va abriendo su corazón a recibir, reflejar y vivir el Amor de Dios.

Desafortunadamente diversos factores que sería demasiado extenso analizar ahora, en la historia reciente ocurrió que muchas personas, de diferentes maneras, llegaron a confundir lo primero con lo segundo.
Es decir, o que se olvidaron completamente de los aspectos pastorales con los que la Iglesia puede ayudar a los fieles a proceder de esa manera gradual para alcanzar la perfección a la que Cristo nos ha llamado a todos; insistiendo de manera más bien "brutal" en un todo o nada respecto al cumplimiento de la norma más exigente (y en ello comportándose más bien como aquellos fariseos de los que Jesús Hablaba diciendo que cargan fardos muy pesados que ellos no se atreven ni a tocar). O bien se olvidaron completamente de la norma y de su importancia y cayeron en confundir la ley de la gradualidad pastoral con una incorrecta y malsana gradualidad de la ley, como si la verdad fuese relativa y ajustable a las necesidades de cada quien. Es importante subrayar que ninguna de estas tendencias o actitudes equivocadas fue la posición real de la Iglesia en ningún momento, sino simplemente grupos importantes de sacerdotes y fieles cayeron en alguno de estos errores, induciendo confusión en muchos otros.
Ahora bien, en los tiempos recientes, históricamente ocurrió primero eso que podríamos denominar como "rigidez pseudo-normativa" en donde se olvidaba por completo el aspecto y la metodología pastoral. Por eso es que la Iglesia, en el Concilio Vaticano II reaccionó muy fuerte en contra de ello y estableció una serie de lineamientos pastorales que rompieron de frente contra esa indebida rigidez pseudo-normativa, no sin sorpresa y fuertes rebeliones por parte de aquellos que habían caido en ese error.
Podría afirmarse entonces que, si esa rigidez indebida ocurrió primero, lo que siguió después, que es lo que podríamos denominar una "irresponsabilidad pseudo-pastoral" que es esa otra errada actitud donde lo que se olvida es la esencia y bondad de los Principios morales, se dio más bien como una inadecuada reacción a la exagerada rigidez que le antecedió.
De hecho, esa reacción comenzó a presentarse muchísimo antes del Concilio Vaticano II y ya se veía delineada en algunas corrientes teológicas pre-conciliares; aunque hay que subrayar que igualmente y en paralelo se oían voces mucho más alineadas en la verdad que hablaban en contra de la indebida rigidez, pero sin caer en la igualmente equivocada irresponsabilidad. Algunas prácticas y estructuras pre-conciliares servían de pretexto a los adeptos a la rigidez para presionar en favor de su postura. Y fue por eso que, cuando la Iglesia cambió algunas cosas en el Concilio Vaticano II con el fin de facilitar la legítima vida pastoral de la Iglesia, aquellos que habían olvidado la pastoral lo sintieron equivocadamente como una traición a los principios más fundamentales e incluso incurrieron a raíz de ello en actitudes cismáticas; mientras que, por otro lado, muchos de los adeptos a la irresponsabilidad pseudo-pastoral de manera igualmente equivocada creyeron ver en las nuevas disposiciones una reivindicación a su errada actitud y entonces se dedicaron a vivir y diseminar sus errores de manera indiscriminada.
En estos últimos 50 años la Iglesia ha trabajado muy duro para corregir ambas posturas equivocadas y tratar de orientar pacientemente y conducir a los adeptos de ambas hacia la verdad, y mucho se ha logrado, pero mucho falta aún por hacer.

En todo esto hay dos puntos importantes respecto a tu pregunta:
1. Que toda la gente que incurría en cualquiera de los dos errores que hemos descrito, ha contribuido a generar un clima de confusión en el que, por una parte, mucha gente, influida o usando el pretexto de la rigidez pseudo-normativa siente que "los ideales morales" de la Iglesia son casi como utopías inalcanzables a las que si acaso tan solo los más grandes santos pueden siquiera aproximarse, por lo que creen que ellos, humildes mortales, son incapaces de aspirar a nada que se aproxime a esos "ideales" del Evangelio; mientras que, por la otra parte, influidos o usando el pretexto de la irresponsabilidad pseudo-pastoral, están convencidos de que al final no importa mucho, porque la Misericordia de Dios DEBE encontrar la manaera de acabar salvándonos a todos independientemente de cualquier consideración. Y ambas tendencias, a lo único que contribuyen, es a que la gente se olvide de tratar de ser mejores personas, olvidándose entonces de la necesidad APROVECHAR la Gracia cuando esto se opone a la comodidad en la que uno se ha establecido. Impidiendo entonces de manera efectiva a que la gente contribuya en lo que le toca para aspirar a obtener esa Salvación (que en realidad es tan solo ACEPTAR la Graica y hacer con ella las obras que la propia Gracia nos inspira a hacer).

2. Pero eso mismo ha generado una situación de mayor dificultad desde la cual es más difícil que las mismas personas se den cuenta del error en el que están, es decir, se ha INCREMENTADO la necesidad de un adecuado acompañamiento pastoral que le ayude a la persona a entender su situación actual respecto a lo que el Evangelio le exige en su propio beneficio, y a vislumbrar un camino real por el que la persona pueda pasar de esa situación actual a lo que el Evangelio pide.

Es por todo lo anterior que la Iglesia, de manera cada vez más frecuente, ha emitido documentos formales en los que NO SOLO se expresan los inmutables principios morales que se derivan del Evangelio, sino se expresa también la posibilidad y necesidad de ese acompañamiento pastoral que mucha gente en verdad requiere.
El ejemplo más reciente de ello es la Exhortación Apostólica post-sinodal Amoris Laetitia de S.S. el Papa Franciso, donde el Santo Padre nos dice (respecto a los matrimonios que se encuentran en situaciones irregulares):
301. Para entender de manera adecuada por qué es posible y necesario un discernimiento especial en algunas situaciones llamadas «irregulares», hay una cuestión que debe ser tenida en cuenta siempre, de manera que nunca se piense que se pretenden disminuir las exigencias del Evangelio. La Iglesia posee una sólida reflexión acerca de los condicionamientos y circunstancias atenuantes. Por eso, ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada «irregular» viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante. Los límites no tienen que ver solamente con un eventual desconocimiento de la norma. Un sujeto, aun conociendo bien la norma, puede tener una gran dificultad para comprender «los valores inherentes a la norma»[339] o puede estar en condiciones concretas que no le permiten obrar de manera diferente y tomar otras decisiones sin una nueva culpa. Como bien expresaron los Padres sinodales, «puede haber factores que limitan la capacidad de decisión»[340]. Ya santo Tomás de Aquino reconocía que alguien puede tener la gracia y la caridad, pero no poder ejercitar bien alguna de las virtudes[341], de manera que aunque posea todas las virtudes morales infusas, no manifiesta con claridad la existencia de alguna de ellas, porque el obrar exterior de esa virtud está dificultado: «Se dice que algunos santos no tienen algunas virtudes, en cuanto experimentan dificultad en sus actos, aunque tengan los hábitos de todas las virtudes»[342].

302. Con respecto a estos condicionamientos, el Catecismo de la Iglesia Católica se expresa de una manera contundente: «La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales»[343]. En otro párrafo se refiere nuevamente a circunstancias que atenúan la responsabilidad moral, y menciona, con gran amplitud, «la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos contraídos, el estado de angustia u otros factores psíquicos o sociales»[344]. Por esta razón, un juicio negativo sobre una situación objetiva no implica un juicio sobre la imputabilidad o la culpabilidad de la persona involucrada[345]. En el contexto de estas convicciones, considero muy adecuado lo que quisieron sostener muchos Padres sinodales: «En determinadas circunstancias, las personas encuentran grandes dificultades para actuar en modo diverso [...] El discernimiento pastoral, aun teniendo en cuenta la conciencia rectamente formada de las personas, debe hacerse cargo de estas situaciones. Tampoco las consecuencias de los actos realizados son necesariamente las mismas en todos los casos»[346].
...
La lógica de la misericordia pastoral

307. Para evitar cualquier interpretación desviada, recuerdo que de ninguna manera la Iglesia debe renunciar a proponer el ideal pleno del matrimonio, el proyecto de Dios en toda su grandeza: «Es preciso alentar a los jóvenes bautizados a no dudar ante la riqueza que el sacramento del matrimonio procura a sus proyectos de amor, con la fuerza del sostén que reciben de la gracia de Cristo y de la posibilidad de participar plenamente en la vida de la Iglesia»[354]. La tibieza, cualquier forma de relativismo, o un excesivo respeto a la hora de proponerlo, serían una falta de fidelidad al Evangelio y también una falta de amor de la Iglesia hacia los mismos jóvenes. Comprender las situaciones excepcionales nunca implica ocultar la luz del ideal más pleno ni proponer menos que lo que Jesús ofrece al ser humano. Hoy, más importante que una pastoral de los fracasos es el esfuerzo pastoral para consolidar los matrimonios y así prevenir las rupturas.

308. Pero de nuestra conciencia del peso de las circunstancias atenuantes —psicológicas, históricas e incluso biológicas— se sigue que, «sin disminuir el valor del ideal evangélico, hay que acompañar con misericordia y paciencia las etapas posibles de crecimiento de las personas que se van construyendo día a día», dando lugar a «la misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien posible»[355]. Comprendo a quienes prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna. Pero creo sinceramente que Jesucristo quiere una Iglesia atenta al bien que el Espíritu derrama en medio de la fragilidad: una Madre que, al mismo tiempo que expresa claramente su enseñanza objetiva, «no renuncia al bien posible, aunque corra el riesgo de mancharse con el barro del camino»[356]. Los pastores, que proponen a los fieles el ideal pleno del Evangelio y la doctrina de la Iglesia, deben ayudarles también a asumir la lógica de la compasión con los frágiles y a evitar persecuciones o juicios demasiado duros o impacientes. El mismo Evangelio nos reclama que no juzguemos ni condenemos (cf. Mt 7,1; Lc 6,37). Jesús «espera que renunciemos a buscar esos cobertizos personales o comunitarios que nos permiten mantenernos a distancia del nudo de la tormenta humana, para que aceptemos de verdad entrar en contacto con la existencia concreta de los otros y conozcamos la fuerza de la ternura. Cuando lo hacemos, la vida siempre se nos complica maravillosamente»[357].


Como podemos ver, a un mismo tiempo el Santo Padre afirma el Bien intrínseco y la enorme importancia de mantener en toda su firmeza los Principios morales y doctrinales, así como la necesidad de comprender y considerar los factores atenuantes que pueden modificar y disminuir la responsabilidad moral de quien se encuentra en una situación que objetivamente se puede apreciar como contraria a tales Principios morales y doctrinales.
En cualquier caso, un aspecto FUNDAMENTAL de esa gradualidad en la aproximación pastoral a la situación concreta de una persona, y que se deriva a su vez del reconocimiento que igualmente se hace de que su situación OBJETIVAMENTE es incorrecta o inadecuada, es el de que la persona NO se quede como "estancada" en su situación actual, sino pueda progresar hacia el bien objetivo que actualmente NO vive. Es por eso que se habla de GRADUALIDAD pastoral y NO de "JUSTIFICACIÓN pastoral", NI de "EXCEPCIÓN pastoral" o "CONFORMISMO pastoral". Porque lo que se debe buscar es que la persona CREZCA en su respuesta a la Gracia, y, en función de ello, termine por SUPERAR esa situación objetivamente desordenada.

Que Dios te bendiga en la alegría de la Resurrección del Señor.
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Re: los débiles se salvan?

Notapor enriman » Sab Abr 16, 2016 10:17 am

Gracias por la respuesta:

Me he llevado una alegría de confirmar esos dos estilos del que os pregunté en una ocasión. El problema que tengo es que o me encuentro un sacerdote o catequista de uno u otro estilo, y ya si hablamos de graves problemas en el matrimonio, donde yo vivo no hay nadie preparado o dispuesto a recibirme, ya que yo soy un fiel de a pie que "no es conocido". Qué me sugieres? Gracias, como siempre y rezad por mí, pues observo bien lo que me rodea, pero no tengo discernimiento para mí ni para mi situación personal, familiar, etc. Un abrazo en Nuestro Señor.
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Re: los débiles se salvan?

Notapor eduarod » Lun Abr 18, 2016 1:03 am

Estimado en Cristo enriman:

Pues respecto a poder hablar personalmente con alguien bien preparado y dispuesto a escucharte aunque seas "tan solo" un "fiel de a pie", pues solo te puedo recomendar lo que dice la Escritura: "el que busca, encuentra, al que toca, se le abre". Es decir, poner empeño en la búsqueda confiando en Dios, y Él Se Encargará de poner en tu camino al consejero que pudieras necesitar.
En adición a ello y si en algo te podemos servir, con gusto puedes preguntar situaciones personales, aquí en el foro si no te importa exponerlas literalmente ante todo el mundo, o por mensaje privado si quisieras un poco más de privacidad, he, he.

Que Dios te bendgia en la alegría de la Resurrección del Señor.
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Re: los débiles se salvan?

Notapor enriman » Lun Abr 18, 2016 9:32 am

Estimado eduarod:

preferiría exponerlo en mensaje privado.

Cómo lo hago?

Después si puede servir a los demás, según lo que me respondáis, se puede resumir en el foro para bien de los demás hermanos.

Gracias, y un abrazo en Nuestro Señor.
enriman
 
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Re: los débiles se salvan?

Notapor eduarod » Lun Abr 18, 2016 11:19 am

Estimado en Cristo enriman:

Pues en cualquier mensaje (por ejemplo, este mismo), a la derecha, debajo del nick del usuario que mandó el mensaje, aparece un icono que dice "MP", presiona ese y te enviará a la pantalla donde puedes escribir un mensaje privado.

Que Dios te bendiga en la alegría de la Resurrección del Señor
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Re: los débiles se salvan?

Notapor eduarod » Lun Abr 18, 2016 11:20 am

P.D. Tienes que tener la sesión activa (estar "loggeado") para que te aparezca ese icono.

Saludos y bendiciones
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