Buenos días a todos. Escribo este post porque me han surgido estas dudas varias veces; y esta es la ocasión para reunirlas todas y resolverlas juntas.
Antes que nada, quiero dejar dicho un par de cosas: tengo Síndrome de Asperger, y en los últimos años he desarrollado un TOC (trastorno obsesivo-compulsivo). Lo digo para que comprendan que soy una persona básicamente cerebral: casi todo lo que hago ocurre en mis pensamientos antes de pasar a mis manos. Muchas de las cosas que cuento aquí me ha sucedido mientras daba vueltas en la cama o mientras paseaba por el campo tranquilamente y no han tenido ninguna repercusión física, pero me han llegado a quitar el sueño de verdad.
Cierta persona me dijo alguna vez que la manera de distinguir entre la voz de Dios o de Satanás y nuestras propias ideas es concentrarse en lo que pasa por nuestra cabeza. En algunos momentos tendremos pensamientos que no han sido generados por nosotros, como si se nos ocurrieran de pronto; y esos son la voz de Satanás o la de Dios. La misma persona me dijo que Satanás sólo puede atacar nuestra mente si le ponemos facilidades para ello. Digo todo esto porque tiene bastante que ver con mi TOC.
A lo que iba: hay algo en mí me me dice, con cierta frecuencia, que las cosas no son tan fáciles como las pintan. La frase esa que dice la canción de Estopa "Traza un plan que nunca falle, yo lo puedo hacer fallar". Por eso, cada vez que me pongo a hacer algo, viene ese "pensamiento" que me dice "No te va a salir". Y se me ocurre cualquier cosa para que no me salga. Entonces me obsesiono con ese algo, y se convierte en un pensamiento intrusivo. Cada vez que intento deshacerme de él (porque otro de los "pensamientos" que me vienen es "no pienses en eso, no te preocupes, no pasa nada, no le hagas caso"), mi mente parece emperrarse en el otro pensamiento, en dejarse arrastrar, en créerselo; y cuanto más insisto yo en relajarme y centrarme en lo mío, más insiste el otro lado de mi mente en dejarse arrastrar. Al final, el cerebro se me hace un pan y acabo con una angustia insoportable, incapaz de deshacerme de la cadena que me lastra. El TOC está en esa tendencia a buscarle los cinco pies al gato, en recurrir rápidamente a una razón por la cual no voy a poder hacer lo que deseo hacer, a buscar ese factor que va a hacer que todo me salga mal. Y puede ser cualquier cosa: desde pensar que el ordenador con el que estoy trabajando va a estallar hasta pensar que esa persona que dice que va a ayudarme en realidad planea agredirme sexualmente. Ha llegado a ocurrírseme vender el alma al Diablo para sabotear mi propio plan, con el consiguiente temor, generado por el empeño de mi mente de enredarse en los pensamientos intrusivos, a haberlo hecho; porque he acabado por pensar "Le entrego mi alma a Satanás" repetidas veces. Da igual que mi yo racional diga que la única manera de hacer eso es llevar una vida lejos de Dios sin arrepentimiento de los pecados: ahora soy incapaz de tranquilizarme, porque temo haber hecho algo irreparable.
El otro pensamiento que me viene es ese de "tú tranquila, no te preocupes por nada, no le hagas caso a esas ideas, lleva una vida lo más cristiana que puedas y deja de comerte el tarro". Pero, aunque normalmente consigue tranquilizarme, estoy empezando a dudar de que eso me vaya a servir con cosas tan gordas. Parece demasiado fácil ¿Amar a Dios y al prójimo? Es algo para lo que ya vengo dispuesta, un deber grato; aunque a ratos falle voy a acabar volviendo a ello siempre. Hasta los enfados me suelen durar poco. ¡Simplemente, no puede ser tan sencillo! Debe haber algo que se me escapa, algo que he pasado por alto. Ir al Cielo es algo demasiado grande para ser tan simple, y yo soy una persona demasiado corriente. La vida que llevo es bastante ordenada; pero ¿Seguro que eso basta para sacarme al demonio de la cabeza? ¿He vendido realmente mi alma al Diablo con ese pensamiento claro y repetitivo que parezco no poder dejar de pensar? ¿Estaré irremediablemente condenada por el primer pecado que cometa, sin que la Penitencia pueda servirme para nada? Y aunque no cometa pecados, sólo ese pensamiento ¿Bastará para que acabe en el Infierno?
Disculpen tanto desvarío junto y disculpen que parezca tan caótica; pero es la única manera que se me ocurre de hacerles comprender lo que pasa por mi cabeza. La cuestión es, pues ¿A quién le hago caso? ¿A ese pensamiento que me dice "tranquilízate" o a ese otro que me dice "haces bien en asustarte"?
Muchas gracias por escucharme. Queden con Dios.