Estimado en Cristo Tavogus:
¿A qué tipo de pruebas te refieres?
Ciertamente, por ejemplo, desde varios puntos de vista la Sábana Santa de Turín podría considerarse una prueba, pero, a la vez, en otros sentidos distintos no lo es. Y no me refiero meramente a que no lo sea por los estudios de carbono 14 que en algún momento la dataron en alguna parte de la Edad Media, estudios que a su vez han sido cuestionados como poco concluyentes por distintas razones. Sino me refiero a que, en realidad, no hay ninguna prueba o elemento concreto que nos permita relacionar directamente esa Sábana a Jesús de manera contundente e irrefutable. Así, incluso si se pudiera determinar con precisión que la Sábana Santa es de la época de Jesús, de todas formas no se podría relacionar directamente a Él. Así mismo, y aunque de la Imagen misma se puede decir que en varios sentidos es inexplicable, tampoco podemos afirmar con contundencia y ofrecer pruebas concretas, objetivas y verificables de que ese es el resultado que se produce cuando el Hijo de Dios Vivo y Verdadero Resucita estando envuelto en una tela, de modo que el tener esa Impresión en la tela debería ser aceptado por todos como prueba incontestable de la Resurrección. ¿Me explico?
Si, ciertamente si pudieramos localizar a la Sábana Santa con su inexplicable Impresión en los tiempos y en la zona en la que Vivió Jesús, sería un supuesto muy razonable pensar que en verdad perteneció a Jesús y de algún modo es prueba de Su Resurrección. Pero que sea un supuesto muy razonable NO ES igual a que sea una prueba incontestable.
Vamos, de entrada la Sábana no parece mostrar la Imágen de una persona viva, sino muerta, los católicos tendemos a creer que, de ser auténtica, nos muestra el instánte exacto de la Resurrección donde precisamente el Cuerpo inanimado del Señor Comienza a Recobrar la Vida y que por eso muestra aún los signos de un cuerpo muerto, lo que tal vez por cuestión de milisegundos no era ya exactamente así. Pero la realidad es que, aún aceptando que sea la Verdadera Impresión del Cuerpo del Señor en el sepulcro, NO tenemos elementos objetivos que nos permitan afirmar que corresponde exactamente a ese instánte de la Resurrección ¿acaso no podría ser "simplemente" una Impresión milagrosa del Cuerpo inanimado del Señor que, más que prueba de Su Resurrección, fuese una especie de prueba de que en verdad el Señor Murió en la Cruz.
En fin, no le demos más vueltas, el punto es que no tenemos una prueba "independiente" clara, contundente e incontestable de que el Señor Resucitó.
Sin embargo, antes de que comiences a sacar conclusiones al respecto, quisiera invitarte a reflexionar sobre lo que parece ser la razón clara e INTENCIONAL de que no tengamos esa prueba.
La misma Escritura Testifica que:
Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura.
Se apareció a Pedro y después a los Doce.
Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto.
Además, se apareció a Santiago y de nuevo a todos los Apóstoles.
Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto.
I Corintios 15, 4-8
Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él, después de su resurrección.
Hechos de los Apóstoles 10, 40-41
Queda claro que, desde un inicio, Dios NO QUISO que la Resurrección de Jesús fuese un hecho público del que TODO el pueblo hubiese tenido una experiencia directa de tal modo que pudiese dar un testimonio al respecto.
Pero, si nos fijamos, es la misma Escritura la que a su vez Testifica que esa situación no fue un mero hecho casual, afortunado, desafortunado, indistinto o irrelevante, sino fue una ELECCIÓN EXPRESA ni más ni menos que de parte de Dios. Él QUISO que así fuera. Y si lo QUISO así, obviamente, fue por una razón importante.
Y esa razón importante no es otra sino la de que, desde el principio, los que tuvieran Fe en la Resurrección de Su Hijo lo pudieran hacer únicamenta A TRAVÉS del Testimonio de SU Iglesia. Es decir, que la Resurrección de Cristo no fuera para los que creyeran un mero hecho aislado y sorprendente, como, por ejemplo, para muchos fue así la resurrección de Lázaro. Sino que la Fe en la Resurrección estuviera NECESARIAMENTE ligada a la UNIÓN con Cristo Resucitado en el seno de la Iglesia. Desde luego que, si también pensamos esto por un momento, tiene muchísima lógica: ¿de qué nos serviría saber como un dato histórico aislado del Evangelio que se decía que un hombre en Galilea había resucitado? ¿alguien podría ser salvado por ese dato de libro? ¿alguien podría ser salvado por las pruebas del conocimiento y la sabiduría humana? ¿para qué habría sido necesario entonces que Viniera Cristo a Salvarnos? En cambio, quien cree y entiende el Evangelio, cree en el Testimonio Fidedigno del Evangelio que es el que nos da el contexto correcto de la Resurrección y que es el que REALMENTE nos acerca a Cristo que es el ÚNICO que nos Puede Salvar.
Por supuesto que podemos pensar que eso debilita nuestra posibilidad de demostrarle fácilmente al mundo, con hechos y pruebas contundentes, que no somos unos locos que creen en fantasías.
Pero en realidad, si otra vez lo pensamos un poco, contra las apariencias, eso NO convierte nuestra Fe en una especie de tautología auto-referenciada que es incapaz de ofrecer cualquier tipo de prueba convincente. Sino lo que hace es requerir que esas pruebas sean de una naturaleza MUY distinta a la de una fácil demostración humana incapaz de producir mucho fruto. No, lo que se necesita entonces es DEMOSTRAR con NUESTRA VIDA, con NUESTRO AMOR, que Cristo Está Vivo EN NOSOTROS. Puede parecer una salida fácil o una frase piadosa y, si en verdad el Amor del Señor NO vive en nosotros ni se manifiesta en nuestro comportamiento; pues si se convierte en una mera frase piadosa y en una salida fácil.
Pero, por contraparte, tenemos, ahí si, el testimonio de nuestra historia de la BUENOS que fueron los Discípulos del Señor, una vez que recibieron al Espíritu Santo, para dar ese Testimonio CONVINCENTE de que el Amor de Cristo habitaba en ellos, lo que se convertía para muchos de los que les escuchaban en PRUEBA REAL Y VIVA de que el Evangelio y la Resurrección del Señor eran VERDADEROS. Tanto así, que con ese Testimonio fueron capaces de convertir multitudes y, en última instancia, a civilizaciones enteritas a la Fe del Señor.
¿Queremos ofrecer pruebas entonces? Bueno, pues ahí está el mundo.... y aquí estamos NOSOTROS.
¿Qué tan buena será la prueba? ¿Será nuestro amor, reflejo del Amor de Cristo VIVO en nosotros una prueba contundente, segura y convincente? ¿o será una caricatura del amor incapaz de convencer a nadie?
Que Dios te bendiga y te llene de Su Amor en la Solemnidad de la Santísima Trinidad