por eduarod » Mié May 11, 2011 9:56 pm
Estimado en Cristo Andres Felipe:
Una buena analogía que me gusta utilizar para tratar de dar una idea de cómo se relaciona el mal que eligen libremente las creaturas con la Providencia Divina, la que indudablemente guía el destino del Universo y de la Historia para que lleguen a donde Dios quiere que lleguen, es la de un piloto que quiere aterrizar un avión en una pista de un aeropuerto durante un día con fuertes vientos cruzados.
El piloto sabe cómo compensar el efecto de los vientos que quieren empujar al avión en un sentido o en el otro, y, si tiene mucha experiencia, ni siquiera tiene que esperar a que el viento desvie de su curso el avión para entonces corregir el rumbo. Sino puede llegar hasta a adelantarse a los efectos que sabe que se presentarán de modo que tal vez de inicio ni siquiera fije el rumbo directo hacia la pista, sino hacia un lado, sabiendo que ese rumbo, afectado por la manera en que los vientos empujarán al avión acabará llevando al avión directo hacia la pista.
En ese contexto, no es posible decir que los vientos que desvian el avión son los que de algún modo estén conduciendole a la pista. No, los vientos no dirigen al avión en una trayectoria segura, sino le desvían en una trayectoria caótica. Es el piloto con su pericia, y no los vientos, el que determina el curso, y anula esos efectos y desviaciones para lograr el objetivo de llevar el avión a tierra de manera segura. Pero igual lo haría si no hubiera vientos que desviaran al avión, de modo que, aunque si están presentes los vientos si tienen que ser tomados en cuenta para determinar la estrategia de llevar el avión hacia la pista, de todos modos no se puede decir que por ello contribuyeron a lograr ese objetivo, sino, insisto, en realidad SE OPUSIERON todo el tiempo a que eso fuera posible. El hecho de que el piloto gracias a su habilidad y en contra de esa constante oposición de los vientos haya logrado aterrizar bien, no cambia la natrualeza de la acción misma de los vientos, la que todo el tiempo fue en realidad de oposición y no de contribución al objetivo real.
Eso mismo puede decirse del pecado que Dios toma en cuenta para lograr que el Universo y la Historia lleguen al punto hacia donde Él quiere que lleguen. No es que ese pecado por haber sido tomado en cuenta y haber sido anulados sus efectos nocivos se convierta entonces de alguna manera en algo bueno que haya contribuido a lograr el Designio Divino. Sino el Designio Divino se realiza correctamente A PESAR DE LA OPOSICIÓN DEL PECADO.
Por eso no nos podemos irresponsablemente cruzar de brazos pensando que Dios de todas formas llevará las cosas hacia donde Él quiere. Porque, en efecto, no es lo mismo que Dios lo haga con nuestra contribución (la que NUNCA podrá realizarse por medio del pecado y la irresponsabilidad, sino al contrario, puede realizarse tan solo mediante nuestra docilidad a la Gracia de Dios, la que nos lleva a la perfección y a la santidad), a que lo haga pese a nuestra oposición. La Historia y el Universo de todas formas llegarán a donde tienen que llegar, en efecto, pero para nosotros el haber contribuido mediante el amor significará nuestra salvación eterna, mientras que el haber constituido una oposición constante e irresponsable que Dios tuvo que compensar todo el tiempo, no significará sino el eterno encierro en nuestro propio egoismo, es decir, nuestra propia condenación.
Que Dios te bendiga.