Abiogénesis: ¿origen de la vida?

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Abiogénesis: ¿origen de la vida?

Notapor Martel » Dom Oct 12, 2014 7:01 pm

Estimado foro buenas tardes y que la paz de Cristo este con ustedes.

En esta ocasión quisiera poner en su opinión y critica la teoría sobre el origen de la vida conocida como "abiogénesis" algo así como la he logrado entender "la sopa primordial de la vida", en lo que he investigado encuentro este termino tanto como teoría como campo de estudio. ¿Cuál es la postura de la Iglesia hacia estas teorías materialistas? ¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de esta teoría? ¿Qué científicos creyentes han postulado argumentos diferentes a los propuestos en estas teorías? ¿Es realmente posible que de la materia inerte surja vida?

Agradeceré profundamente puedan aclarar mis dudas y que Dios los bendiga.
Martel
 
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Re: Abiogénesis: ¿origen de la vida?

Notapor eduarod » Mar Oct 14, 2014 2:22 am

Estimado en Cristo Martel:

Existe un bien conocido principio filosófico (entre los filósofos de verdad, no necesariamente entre los científicos ateos, o entre el gran público) que postula que el todo es superior a las partes.
Lo que esto significa es que no es suficiente juntar las partes para formar un todo cualquiera, sino que ese todo es igual a la suma de las partes más un acomodo específico de ellas. Un ejemplo sencillo para entenderlo es imaginar la diferencia entre tener las piezas desarmadas del motor de un auto Fórmula 1 y tener el motor funcionando montado en el auto. ¿Acaso pueden las piezas desarmadas en el piso impulsar al auto por la pista? ¡Por supuesto que no!
Es más, no basta siquiera colocar las partes unas junto a otras en una posición, digamos, genérica, sino que el motor, para funcionar correctamente, requiere de numerosos ajustes que realizan tanto técnicos especializados, como, en la actualidad, computadoras con programas complejos diseñados para establecer de manera dinámica el ajuste preciso que la pieza necesita en cada momento. Pero esas computadoras, a su vez, cuentan con parámetros que permiten especificar las características del ajuste que van a realizar según los objetivos que los técnicos especializados desean lograr para un determinado desempeño de la máquina. Y simplemente, ya no digamos el ensamblar genéricamente el motor, sino el poder especificar y realizar correctamente esos ajustes, tanto los ajustes mecánicos como tales (separación entre piezas críticas, fuerza con la que se aprietan tuercas, etc.), como los parámetros que se alimentan a la computadora, es toda una especialidad que muy poca gente es capaz de llevar a cabo. Y entonces, ese ensamblar y ajustar correctamente no es una mera trivialidad que puede estar o no una vez que se tienen las partes, sino es una diferencia fundamental que distingue de manera radical y fundamental el conjunto de piezas desarmadas respecto al conjunto de piezas correctamente ensamblado y ajustado, diferencia que implica que se tiene el todo de un motor capaz de hacer que el auto sea desplazado sobre la pista a gran velocidad, o simplemente un montón de plásticos y metales inútiles que no son capaces de hacer nada. He aquí entonces un claro ejemplo de porqué el todo NO ES igual a la simple suma de las partes, sino el todo implica esa organización y/o interacción particular entre las distintas partes que les lleva a conformar ese todo particular y no el que se formaría a través de otra organización o interacción.

Ahora bien, eso no agota el tema, pues es un hecho de que las piezas del motor de un automóvil NO fueron diseñadas para ensamblarse solas, ni en la forma correcta ni en una forma alterna. O uno las ensambla o simplemente no se ensamblan. Es precisamente por eso que el famoso argumento del reloj y el relojero (ver nota) no tiene en realidad la fuerza argumentativa o la capacidad de convencimiento que los creyentes suelen ver en el y que esperarían que los no creyentes fueran capaces de reconocer. Porque igualmente las piezas del reloj no tienen ninguna capacidad de formarse o ensamblarse de manera natural y espontánea. En cambio, cualquiera que sepa un poco de química sabe que los átomos y las moléculas SI tienen esa capacidad de combinarse y formar entidades más grandes y complejas cuando se encuentran unos con otros. Ciertamente las entidades químicas pueden hacer esto de manera completamente diseñada y controlada, como claramente es el caso de la reacción que ocurre en los tanques de una planta petroquímica, o la combustión controlada de la gasolina que ocurre en los cilindros de nuestro motor; pero las entidades químicas (los átomos y las moléculas) no siempre necesitan de ese contexto específicamente diseñado y controlado para poder reaccionar unas con otras, sino a veces reaccionan ante un estímulo inespecífico (una fuente genérica de energía que simplemente incida sobre la mezcla de substancias químicas como puede ser el calor o un rayo), e incluso también a veces lo hacen de manera completamente espontánea, tan solo por el simple y solo hecho de chocar incidentalmente en el espacio.
Y es justamente en esa propiedad de las entidades químicas, en esa capacidad de combinarse y formar entidades más grandes y complejas; propiedad que, insisto, ni el reloj de nuestro relojero tiene, ni tampoco las piezas de nuestro motor; donde el ateo cree poder encontrar esa diferencia sustantiva y radical entre esos ejemplos y el caso del desarrollo de la vida, y de donde falsamente cree entonces poder concluir la falta de necesidad de un Creador o de una Inteligencia Ordenadora para esos sistemas químicos complejos como son las entidades y mecanismos bio-químicos propios de la vida.
Ahora bien, cuando digo que el ateo materialista falsamente cree encontrar un argumento en esto, NO me refiero a que para entonces haya tirado por la borda toda lógica para aferrarse irracionalmente a su posición ideológica. No, por el contrario, su proceder no deja de tener algo de razón, pues, en efecto, nuestra analogía (la del reloj o la del motor) ha fallado en uno de los aspectos más fundamentales de la cuestión; y, por consiguiente, es real que nuestra analogía es insuficiente y, en consecuencia, nuestro argumento es débil y poco concluyente. En esa falla es en la que, con justicia, el ateo ha puesto su atención para desbancar nuestro argumento como insuficiente. Pero en su empeño por desbancar el argumento no se ha fijado que su posición en realidad, lejos de resolver el problema a su favor, hace su posición más comprometedora.
Y para entenderlo bien sin abundar mucho en ello, simplemente consideremos la posibilidad de tener un motor de un auto de Fórmula 1 no solo capaz de auto-ensamblarse y auto-ajustarse por sí mismo, sino hecho de un material capaz de conformar por si mismo las piezas que componen el motor. ¿Qué nos parece que requeriría más inteligencia, sabiduría y capacidad? ¿inventar el motor convencional existente que hay que moldear, ensamblar y ajustar? ¿o crear este material que es capaz de formar de manera autónoma una serie de piezas de motor que, a su vez, tienen la capacidad de auto-ensamblarse y auto-ajustarse? Semejante material y semejante capacidad en un conjunto de piezas mecánicas rebasa la imaginación de hasta el ingeniero más soñador, Pero si se llegara a inventar semejante material, es obvio que nadie alabaría las propiedades de los átomos que lo conforman como mágicamente capaces de hacer semejante cosa, sino se alabaría la inteligencia de quien hubiese logrado crearlo a un nivel mucho mayor que se reconoce la inteligencia y capacidad del relojero.

Aterrizando entonces las cosas, la Iglesia NO se pronuncia sobre hipótesis o teorías científicas sino en contra de aquellos elementos de ideología que explícitamente se pretenden inducir dentro del contexto de los legítimos descubrimientos de las ciencias con el falso, retorcido y compeltamente contrario a los verdaderos medios y propósitos de las ciencias fin de pretender con ello deacreditar o descalificar las Verdades de Fe.
Asi, si la ciencia algún día legítimamente descubre con certeza mecanismos por los que las leyes naturales en conjunto con la materia pudieron "espontáneamente" combinarse para dar origen a la vida; la Iglesia ciertamente reconocerá eso como los mecanismos de los cuales se sirvió Dios para hacer partícipe a la materia de la Vida que en realidad SIEMPRE y en todo lugar puede provenir tan solo de Él Mismo.
Pero lo que nunca podrá la Iglesia aceptar es que indebida -e irracionalmente, según hemos visto- las ideologías materialistas pretendan falsamente justificarse en este tipo de mecanismos para erradametne concluir lo que en realidad NO PUEDE concluirse de ellos: que tales mecanismos pudiesen constituir "pruebas" de la falta de necesidad o inexistencia de un Creador, cuando en realidad, según hemos visto, dichos mecanismos lo único que harían es poner en mucho mayor relevancia la tremenda Inteligencia de Quien los puso diseñó y puso en marcha.

Habiendo hecho esa serie de consideraciones que son de suma importancia respecto al tema que nos ocupa, respecto al tema mismo es verdad que se han hecho experimentos de diversa naturaleza (algunos de ellos incluso se pueden llevar a cabo en un laboratorio sencillo de escuela de nivel medio o secundaria) mediante los cuales es posible lograr que la materia inerte forme diversas estructuras que forman parte de las muchísimas que se necesitan para mantener la vida. Tales experimentos y sus resultados, sin embargo, son demasiado elementales para considerar seriamente que constituyen un avance significativo en la explicación del surgimiento de la vida en la Tierra. Si acaso algún día se llegan a establecer verdaderos mecanismos capaces de explicar algo tan complejo como el surgimiento de la vida, los experimentos, resultados, hipótesis y teorías de hoy serán respecto a tales mecanismos reales, algo así como hoy podríamos ver los primeros intentos que alguien pudo hacer en alguna época remota de buscar emprender el vuelo lanzándose de un peñasco con una manta de tela extendida entre los brazos, una manta cubierta de plumas quizá, respecto a lo que es el diseño y operación de un Jumbo Jet intercontinental. Es decir: nada que ver más allá de la intuición básica tomada de la observación del vuelo de las aves de que algo podrían tener que ver con la navegación aérea las superficies extendidas. De la misma manera, más allá de la intuición básica de que ciertas condiciones combinadas con ciertos elementos podrían dar lugar a ciertos resultados químicos; es seguro que los experimentos de abiogénesis de hoy estarán tanto o más lejos de los verdaderos mecanismos que eventualmente pudieran encontrarse como el vuelo de la manta con plumas respecto al vuelo del Jumbo Jet.

Por último y respondiendo concretamente a tu pregunta: NO es posible que la materia interte por si misma de origen a la vida; pero SI es posible que Dios haya "programado" a la materia para poder generar y aprovechar condiciones tremendamente específicas (no solo las condiciones ambientales, sino muchísimos otros factores que van desde las proporciones de materiales disponibles, hasta las mismas leyes por las que se rige la materia, entre muchas otras cosas) que le llevasen a realizar esa función

Que Dios te bendiga.


Nota: El argumento o historia del reloj y el relojero se cuenta de diferentes maneras, pero una de ellas es que un hombre sabio de hace unos pocos siglos tenía un reloj de bolsillo cuando estos eran una novedad, y entonces un ateo, que nunca había visto un reloj de esos, le preguntó que de dónde lo había obtenido, a lo que el hombre sabio respondió que simplemente lo había encontrado en el piso, que al parecer se había formado ahí por mero azar. El ateo respondió que eso no era posible, que ese mecanismo tan complejo y delicado necesariamente debía haberlo diseñado y construido alguien. A lo que el hombre sabio respondió diciendo: "aprecia usted correctamente que se necesita un relojero para diseñar y construir el delicado mecanismo de este reloj ¿cómo entonces no puede apreciar que igualmente el Universo y la vida, que son muchísimo más complejos que este reloj de bolsillo tuvieron por fuerza que necesitar también de un Creador?"
eduarod
 
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Re: Abiogénesis: ¿origen de la vida?

Notapor Martel » Mar Oct 14, 2014 5:45 pm

Buenas tardes y que Dios te bendiga eduarod.

Me parece sumamente ilustrativo la comparación que haces sobre los primeros intentos de vuelo del ser humano y la actual industria aeronáutica con los resultados actuales de la observación de la abiogénesis en la formación de sustancias simples que pueden sustentar la vida y la futura construcción de una teoría mas solida o ley sobre mecanismos de adquisición de vida en la materia inerte (si es que puede llamarse así).

En cuanto a la tan afamada historia del relojero, hasta ahora no había imaginado las implicaciones argumentales y de lógica que expusiste, sin duda alguna la analogía en un pequeño vuelco puede ser poco concluyente para convencer de su suficiencia pero en un movimiento o enfoque posterior puede devenir en un perfecto contra argumento a la ideología atea materialista. Si no es mucha molestia y para su mejor comprensión a futuros visitantes ¿podrías por favor enumerar de manera simple la argumentación? solo para que quede en una exposición simple de afirmación y contra (espero haberme explicado).
Martel
 
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Re: Abiogénesis: ¿origen de la vida?

Notapor eduarod » Dom Oct 19, 2014 1:00 pm

Estimado en Cristo Martel:

El diálogo/argumento podría ser algo así:

1. Creyente dirigiendose al ateo:
"Amigo, permítame platicarle la historia de un hombre sabio que hace ya muchos años le mostró a otro un reloj con un exquisito y complejo mecanismo de alta precisión.
Al ver la compleja e ingeniosa maquinaria que hacía progresar las manecillas con inexorable y regular movimiento, el no creyente exclamó -pues no había tenido oportunidad de ver un reloj semejante con aterioridad, ya que en ese tiempo no eran comunes, sino de reciente creación-:
- '¡Que maravilloso mecanismo! y dígame ¿quién lo construyó? ¿en donde compró o consiguió usted esta marvilla del ingenio humano?'
A lo que el sabio replicó:
- '¡No buen hombre, no! esto no es un producto del ingenio humano, yo simplemente encontré este objeto en el suelo de una cueva del que me parece que este objeto simplemente brotó por casualidad'.
Frente a lo cual, el no creyente replicó:
- 'O es usted simplemente ingenuo y no se da cuenta de que a algún explorador se le cayó este objeto mientras investigaba la cueva donde usted lo encontró, o me está usted queriendo tomar el pelo para ocultar al fabricante de estas maravillas. ¿cómo cree que voy yo a creerme que este portento de ingenio pudo brotar simplemente del suelo de una cueva sin mayor explicación? es evidente que este mecanismo lo diseñó y fabricó ouna persona muy inteligente y hábil, y yo la quiero conocer'
Y entonces el sabio le dijo:
- 'Pero ¿qué acaso usted no me había dicho que no cree en Dios? ¿cómo puede creer entonces que el Universo, que es muchísimo más grande, complejo y funciona de manera más maravillosa y armónica que este reloj pudo surgir como un porducto del simple azar, y a la vez no puede creer que este comparativamente sencillo mecanismo simplemente brotó por azar del suelo de una cueva?'."

2. Ateo respondiendo al creyente:
"Muy bonita e intersante su historia, pero se le olvida algo, querido amigo: que la ciencia y la evolución no plantean que el Universo brotó del suelo de una cueva en un momento por simple azar en su estado actual, sino que la ciencia y la evolución plantean que todo ha sido el fruto de las leyes naturales actuando durante millones de años; por eso su historia no deja de ser un bello cuento de hadas como lo es todo lo tocante a su Dios y a su religión"

3. Creyente respondiendo al ateo:
"Entiendo entonces que lo que me está diciendo usted es que si yo, en vez del ingenioso dispositivo mecánico de la historia que le conté, le mostrara un dispositivo muchísimo más exquisito y complejo, diseñado para comenzar su existencia como una simple varita en el suelo, la que podría cumplir la función de un reloj de sol, y que luego tal varita estuviera programada y contuviese ya los mecanismos necesarios para transformarse en un reloj de arena, y luego sucesivamente en un complejo mecanismo como el reloj de la historia que le platiqué, para posteriormente seguirse auto-transformando en un reloj digital de cuarzo y finalmente en un reloj atómico; si yo le mostrase, pues, tal dispositivo, dada la aparente sencillez de la varita inicial, que se podría confundir con cualquier ramita en el piso, ¿entonces debido a ello no le parecería a usted que este nuevo dispositivo es el resultado del trabajo y de un ingenio mucho más avanzado que el del simple reloj mecánico, sino que en tal caso estaría usted más dispuesto a creer que ese dispositivo no habría necesitado de diseñador ni programador alguno, sino que si es más probable que algo así pudiera aparecer meramente por azar en el piso de la cueva y que los cambios experimentados entre sus sucesivas transformaciones habrían sido igualmente meros productos de un azar caótico y desordenado?"

4. El ateo, un tanto confundido:
"No bueno, lo que pasa es que estamos hablando de transformaciones de millones de años...!"

5. El creyente:
"¿O sea que el hecho de que el creador/programador de nuestra varita-reloj auto-transformable le pusiera un 'timer' que hiciera que las transformaciones no fuesen instantáneas, sino que se pudiese contemplar y usar cada forma del reloj durante un tiempo significativo, implicaría que él se volvería innecesario y dejaría de existir? ¡Caray! ¡Si llego a inventar algo así procuraré no ponerle 'timers' porque no quiero dejar de existir por culpa de eso!"

Que Dios te bendiga.
eduarod
 
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Re: Abiogénesis: ¿origen de la vida?

Notapor makachini » Mar Sep 08, 2015 9:47 pm

Dejo un enlace a un post sobre este tema

http://edwardfeser.blogspot.com/2010/04 ... -life.html
"Las personas que viven en gracia de Dios, nunca envejecen" Miguelangelo Buonarroti

[img]http://www.indexarte.com.ar/imgs/obras/la-piedad-1499.jpg[/img]
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Re: Abiogénesis: ¿origen de la vida?

Notapor MAXIMUS DECIMUS » Vie Sep 11, 2015 1:27 am

Estimados srs...
Si se refieren a la famosa "sopa orgánica" de Oparin y a los experimentos de Miller sobre la posibilidad de crear síntesis orgánicas de tipo prebiótico en una atmósfera reductiva (como la que se suponía que tenía la tierra hace unos 4500 millones de años) se trata de una hipótesis útil para los biólogos, pero nada más... Hay que reconocer que Oparin fue un teórico realmente genial pero incluso él se dio cuenta de que había un abismo entre los polímeros enriquecidos de que él hablaba y la célula más simple. Un abismo gigantesco. Miller no vio jamás en su afortunada o desdichada vida la formación de una simple proteína a partir de los interesantes experimentos que realizó.

Si además alguien le hubiera preguntado a Miller qué es la vida y qué distingue ésta de lo que es inerme o inorgánico le hubiera puesto sin duda en un aprieto.

Sobre si se debe entender su teoría de la sopa orgánica en un sentido materialista eso es agua de otro costal... Aranguren lo planteó de la siguiente manera. "Si por Creación entendemos las condiciones generales puestas por Dios en la materia en el momento de emerger la vida, entonces yo creo en esa Creación...".
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