De la Instrucción General del Misal Romano (IGMR):
299. Constrúyase el altar separado de la pared, de modo que se le pueda rodear fácilmente y la celebración se pueda realizar de cara al pueblo, lo cual conviene que sea posible en todas partes. El altar, sin embargo, ocupe el lugar que sea de verdad el centro hacia el que espontáneamente converja la atención de toda la asamblea de los fieles.[116] Según la costumbre, sea fijo y dedicado.
304. Por reverencia para con la celebración del memorial del Señor y para con el banquete en que se ofrece el Cuerpo y Sangre del Señor, póngase sobre el altar donde se celebra por lo menos un mantel de color blanco, que en lo referente a la forma, medida y ornato se acomode a la estructura del mismo altar.
307. Colóquense en forma apropiada los candeleros que se requieren para cada acción litúrgica, como manifestación de veneración o de celebración festiva (cfr. n. 117), o sobre el altar o cerca de él, teniendo en cuenta, tanto la estructura del altar, como la del presbiterio, de tal manera que todo el conjunto se ordene elegantemente y no se impida a los fieles mirar atentamente y con facilidad lo que se hace o se coloca sobre el altar.
Hay una especie de "principio tácito" en estos numerales y en toda la Instrucción y es precisamente que los fieles siempre "puedan mirar atentamente y con facilidad lo que ocurre sobre el altar". Y eso implica que el presbiterio (y el altar) esten purgados de elementos extraños que impidan que este "mirar atento" se dé adecuadamente.
Y no necesariamente nos referimos a objetos "extralitúrgicos" sino a todo objeto litúrgico que no esté ubicado adecuadamente. Por ejemplo, el Misal no debería estar sobre el altar sino hasta el inicio de la Liturgia Eucarística. Antes sobra, aunque sea objeto "de la liturgia".
Si he entendido bien, el belén no impide que los fieles vean lo que ocurre sobre el altar, así que en ese aspecto no hay problema. El asunto es más bien práctico. Si el sacerdote no puede rodear el altar para incensarlo (lo cual no es tan grave, siempre se puede incensar en la forma tradicional si no se puede rodear) es señal de que el belen resulta estorboso para el desplazamiento. También podría pensar que puede ser un real distractor para los fieles, lo que impide su "escucha atenta" que también es esencial.
En principio parece que no hay un problema serio. Más bien hay que ver el porqué no se pensó en un lugar más adecuado y menos estorboso para las celebraciones. Habrá que ver si resulta un verdadero distractor. Si es así entonces ya hablamos de un objeto (un graan objeto) extraño y ajeno a lo que se celebra.
Y ¿ por si sólo un belén o imágenes del Niño Jesús no son estorbosas delante del presbiterio o altar? Depende... depende de si impiden o no la visibilidad de los fieles.
He aquí un ejemplo (hermoso) de un uso lícito... un hermoso Niño Jesús delante del presbiterio y el libro de los Evangelios.
https://www.youtube.com/watch?v=fd2SKxUs2gM