VIERNES 21 DE FEBRERO
Viernes de la 6º semana del tiempo ordinario
-Feria o memoria libre de San Pedro Damián, Obispo y Doctor de la Iglesia-
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 30, 3-4)
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.
† 1072
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos la rectitud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya. Por nuestro Señor Jesucristo…
O bien de la memoria libre:
Concédenos, Dios todopoderoso, seguir las enseñanzas de san Pedro Damián, para que, prefiriendo en todo a Cristo y esforzándonos siempre por servir a tu Iglesia logremos alcanzar la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la carta del apóstol Santiago: 2, 14-24.26
Hermanos míos: ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no la demuestra con obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? Supongamos que algún hermano o hermana carece de ropa y del alimento necesario para el día, y que uno de ustedes le dice: "Que te vaya bien; abrígate y come", pero no le da lo necesario para el cuerpo, ¿de que le sirve que le digan eso? Así pasa con la fe; si no se traduce en obras, está completamente muerta. Quizás alguien podría decir: "Tú tienes fe y yo tengo obras. A ver cómo, sin obras, me demuestras tu fe; yo, en cambio, con mis obras te demostraré mi fe". Tú crees, por ejemplo, que hay un solo Dios, y haces bien; pero los demonios también creen eso y, sin embargo, tiemblan. ¿Quieres saber, hombre ignorante, por qué la fe sin obras es estéril? ¿Acaso nuestro padre Abraham no fue justificado por sus obras, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? Fíjate cómo su fe colaboraba con sus obras y por las obras se perfeccionaba su fe. Así se cumplió lo que dice aquel pasaje de la Escritura: Abraham tuvo fe en Dios y eso le valió la justificación, y por eso se le llamó "amigo de Dios". Ya ven cómo la persona es justificada por las obras, no por la fe sola. Pues así como un cuerpo que no respira es un cadáver, la fe sin obras está muerta. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 111 R/. Dichosos los que temen al Señor.
Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes. Dios bendice a los hijos de los buenos. R/.
Fortuna y bienestar habrá en su casa, siempre obrarán conforme a la justicia. Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla. R/.
Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente, jamás se desviarán; vivirá su recuerdo para siempre. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 15, 15) R/. Aleluya, aleluya.
A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 8, 34--9, 1
En aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos y les dijo: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a si mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. ¿De que le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta gente, idolatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles". Y añadió: "Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha llegado ya con todo su poder". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique, nos renueve y nos ayude a obtener la recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO COMÚN IX
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza: Santo, Santo, Santo…
PLEGARIA EUCARÍSTICA II
Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y † Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros». Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: «Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía». Éste es el sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús! Así pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa Francisco, con nuestro Obispo N., y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad. Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo San José, los apóstoles, San Pedro Damián y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 3, 16)
Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del cual nos comunicas tú la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Familia Benedictina:
Fri 21 San Pedro Damián, Obispo y Doctor de la Iglesia Memoria obligatoria **
Lect: Stgo 2, 14-24.26/Sal 111/Mc 8, 34—9, 1; Oraciones de la memoria, Prefacio de los Santos Pastores