Satanás ha entrado en mi parroquia

Seriamente preocupados por las infidelidades y desobediencias que vemos en nuestras iglesias locales, abrimos este espacio queriendo encontrar (dentro de la obediencia a lo que se nos pide en la Lumen Gentium) una manera correcta de expresar nuestras preocupaciones, alertar a nuestros hermanos y hacer lo posible para que las indicaciones que da el Santo Padre se pongan efectivamente en práctica en nuestras diócesis, sin caer en críticas, acusaciones ni ofensas a ningún miembro de la Iglesia

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Re: Satanás ha entrado en mi parroquia

Notapor angelicusST » Vie Nov 09, 2012 7:56 pm

smj escribió:
La mentalidad del relativismo es precisamente aquella que concibe la vivencia de la fe como "las cosas que me gustan, que siento bonitas... a la final lo que importa es el amor a Dios"

Al inal lo que importa es que Dios nos Ama; que ofreció a su hijo Jesús,nuestro Señor, por nuestra salvación. Lo crees.
Qué tienes que hacer por Él, si Dios hace todo por ti. Quieres ganarte la salvación, pues la tienes clara.La salvación viene por medio de la Fé. ¿Qué te hace bueno, lo que puedas hacer por tus propios méritos o que el Señor actúa en medio de ti?.
Esto es como reflexión.


¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso esa fe puede salvarlo?
¿De qué sirve si uno de ustedes, al ver a un hermano o una hermana desnudos o sin el alimento necesario,
les dice: «Vayan en paz, caliéntense y coman», y no les da lo que necesitan para su cuerpo?
Lo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta.
Sin embargo, alguien puede objetar: «Uno tiene la fe y otro, las obras». A ese habría que responderle: «Muéstrame, si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe»
¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. Los demonios también creen, y sin embargo, tiemblan.
¿Quieres convencerte, hombre insensato, de que la fe sin obras es estéril?
¿Acaso nuestro padre Abraham no fue justificado por las obras, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
¿Ves como la fe no estaba separada de las obras, y por las obras alcanzó su perfección?
Así se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó en Dios y esto le fue tenido en cuenta para su justificación, y fue llamado amigo de Dios.
Como ven, el hombre no es justificado sólo por la fe, sino también por las obras.
¿Acaso Rahab, la prostituta, no fue justificada por las obras, cuando recibió a los mensajeros y les hizo tomar otro camino?
De la misma manera que un cuerpo sin alma está muerto, así está muerta la fe sin las obras.
Santiago 2, 14-26


"No todo el que me dice <<Señor, señor>> entrará en el Reino de los cielos..."

Se afirma que lo único importante es querer a los demás o, como mucho, que basta con saber que Dios es nuestro Padre y que nos quiere. Lo demás, se dice, son “barroquismos”, “cosas de teólogos”, “antiguallas” que alejan el cristianismo de la gente y que no tienen ni ninguna importancia.
Estoy convencido de que la actitud de “lo que importa es ser buenos y querer a los demás” es, generalmente, una resurgencia del pelagianismo. Esta herejía pensaba que nosotros podíamos “ser buenos” y alcanzar el cielo por nuestras propias fuerzas. Para Pelagio la gracia de Dios no era necesaria, con el compromiso humano bastaba. Jesús sólo había venido a la tierra para ser un ejemplo para nosotros.
Es totalmente cierto que lo más importante es el amor que tengamos. Al atardecer de la vida, nos examinarán del amor, como decía San Juan de la Cruz. Pero es que ese amor no puede ser cualquier amor, tiene que ser el amor de Jesucristo, que es la caridad cristiana. La fe y la gracia son necesarias para vivir el amor de Jesucristo. Sin la fe vivimos, en el mejor de los casos, un amor superficial, sensiblero, birriosillo, meramente humano, propio del que ama solamente a los que le aman, como hacen también los paganos.
Cristo nos mandó: amaos unos a otros como yo os he amado. Es decir, con su mismo amor, aceptando a los demás como son, poniéndonos por debajo de ellos como el que sirve, amando a los enemigos, dando la vida entera por los demás. Eso está más allá de nuestras fuerzas. Somos totalmente incapaces de hacerlo. Sólo con la fe y la gracia de Dios se hace posible. Para poder amar así, tenemos que saber cómo nos ha amado Jesucristo, experimentar ese amor, conocerlo, saborearlo y contemplarlo. Sólo mediante la fe alcanzamos ese amor. Si no, seremos incapaces de amar a los demás de esa forma.
Lo que importa no es cómo nos gustaría que fuera Dios, sino cómo es realmente. La salvación no viene de nuestras ideas, sino del Dios verdadero y eterno. Consciente de nuestra debilidad, Jesucristo fundó la Iglesia y dejó en ella, como don suyo, el Espíritu Santo para que la guíe a la verdad. El Catecismo, utilizando una preciosa comparación, afirma: como una madre que enseña a sus hijos a hablar y con ello a comprender y a comunicar, la Iglesia, nuestra Madre, nos enseña el lenguaje de la fe para introducirnos en la inteligencia y la vida de la fe.

El credo es la expresión solemne de nuestra fe, de más precio que el oro, porque a través de ella recibimos el amor de Dios, que supera todo conocimiento. ¿Qué me importan los dogmas? Esa pregunta ya se responde en el bautismo de adultos, en el cual el sacerdote pregunta al catecúmeno: “¿Qué pides a la Iglesia de Dios?” Y la respuesta es: “La fe". El sacerdote pregunta de nuevo: “¿Y qué te da la fe?” La respuesta del catecúmeno es muy sencilla: “La vida eterna".
Bruno Moreno Ramos http://infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1210201047-que-me-importan-los-dogmas#more17971
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Re: Satanás ha entrado en mi parroquia

Notapor smj » Sab Nov 10, 2012 12:35 am

Buenos Dias nos de Dios, no quisiera repetir el mensaje. Les recomiendo la carta de San Pablo a los Filipenses, me ha servido de ayuda para ver cómo actúa la Fé; Permíteme que les ponga unas frases sueltas para intentar llamar la atención de esta lectura:
Porque Dios es el que produce en ustedes el querer y el hacer, conforme a su designio de amor.

Por él he sacrificado todas las cosas, a las que considero como desperdicio, con tal de ganar a Cristo

9 y estar unido a él, no con mi propia justicia –la que procede de la Ley– sino con aquella que nace de la fe en Cristo, la que viene de Dios y se funda en la fe.

Pero todo lo que hasta ahora consideraba una ganancia, lo tengo por pérdida, a causa de Cristo.

8 Más aún, todo me parece una desventaja comparado con el inapreciable conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él he sacrificado todas las cosas, a las que considero como desperdicio, con tal de ganar a Cristo

9 y estar unido a él, no con mi propia justicia –la que procede de la Ley– sino con aquella que nace de la fe en Cristo, la que viene de Dios y se funda en la fe.



Pdta. Perdonen por salirme del tema.
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