Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Seriamente preocupados por las infidelidades y desobediencias que vemos en nuestras iglesias locales, abrimos este espacio queriendo encontrar (dentro de la obediencia a lo que se nos pide en la Lumen Gentium) una manera correcta de expresar nuestras preocupaciones, alertar a nuestros hermanos y hacer lo posible para que las indicaciones que da el Santo Padre se pongan efectivamente en práctica en nuestras diócesis, sin caer en críticas, acusaciones ni ofensas a ningún miembro de la Iglesia

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Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor Crux Sancta » Mar Nov 01, 2011 8:55 pm

Mi consulta tiene que ver con la proliferación de comunidades pseudo- carismáticas o de la misma Renovación Carismática Católica y la forma como éstas (en su mayoría), según mi parecer, cometen abusos graves en las celebraciones litúrgicas de nuestra Santa Madre Iglesia.

Estudié en un seminario católico durante cuatro años, es decir, terminé mi ciclo filosófico y creo tener algunos criterios para poder hacer un juicio (según las directrices de la Iglesia) con respecto a este tema. Deseo que ustedes me digan si estoy equivocado.

Mi preocupación consiste en darme cuenta que muchos de estos grupos utilizan las celebraciones litúrgicas, especialmente la Sagrada Eucaristía, para realizar sus “sanaciones” y “liberaciones”. Lo peor de todo es que esto ocurre en un clima de sobre- excitación de los sentidos y emocionalismo: hacen llorar a la asamblea con canciones y oraciones, hacen gestos y ruidos extraños durante toda la celebración, incluso en el momento de la homilía, como si fuera una invocación al Espíritu Santo, con resoplidos y “don de lenguas”, que a momentos se me hacen (sin temor a hacer una exagerada comparación) a un rito de vudú. En el caso concreto del que le hablo, es un grupo numeroso de personas que se dispersan por todo el templo para hacer todas estas cosas.

Además, el sacerdote que los preside abusa gravemente de muchas de las rúbricas del Misal, metiendo cantos y oraciones en momentos en donde no es lícito. Después de la Eucaristía hacen “sanaciones” en grupo y hacen caer al suelo a quienes le imponen las manos, lo que ellos llaman “el descanso en el Espíritu”. Después, en un salón adjunto a la capilla, y cuando ya estaban a punto de partir (pues eran un grupo de otra parroquia de la Diócesis), una de las “ungidas” empezó a hacer aspavientos, como si se estuviera quemando o acalorando mucho; se tuvo que sentar y le dijo a nuestro párroco que el Señor le había revelado en ese momento que todos aquellos obstáculos que se habían presentado para la construcción de nuestro templo, habían sido tumbados por mediación de la Sma. Virgen (ya que actualmente celebramos en una pequeña capilla).

He hablado con mi párroco, le he mostrado lo que desde mi condición de cristiano veo en todo esto. Él, que por cierto también pertenece a un movimiento pseudo- carismático (y digo "pseudo" porque él tampoco se la lleva bien con los grupos de la Renovación Carismática) y es el que invitó a este grupo a nuestra parroquia, me ha dicho que no debo cerrarme a “la acción del Espíritu” sólo porque me haya llenado de conocimientos puramente racionales cuando estudié filosofía y liturgia.

Ya incluso lo denuncié ante mi Obispo, a quien considero un santo en vida, y ya lo dialogó con todo el Presbi9terio en Reuniones Generales de Clero, pero algunas de estas situaciones continúan en mi Parroquia.

NO QUIERO JUZGAR, PORQUE SÉ QUE YO SOY UN PECADOR COMO TODOS PERO EL CELO QUE SIENTO (que no sé si sea un recto celo) ME HACE ENOJAR MUCHO A CAUSA DE ESTAS PRÁCTICAS, CADA VEZ MÁS COMÚNES EN MI DIÓCESIS.

SOY MUY ESCÉPTICO ANTE ESTOS FENÓMENOS, INCLUSO ME LLENAN DE CORAJE PORQUE CREO AMAR A MI IGLESIA Y TODAS ESTAS COSAS LO ÚNICO QUE HACEN ES ESCANDALIZARME. INCLUSO FAMILIARES CERCANOS QUE ME EDUCARON EN LA FE DE LA IGLESIA TIENEN UNA “FE” ENORME EN ESTE TIPO DE FENÓMENOS.

DÍGANME POR FAVOR CÓMO DEBO ACTUAR, DÍGANME SI SOY YO EL CIEGO QUE VA EN CONTRA DE LA ACCIÓN DE DIOS AL CRITICAR ESTTAS SITUACIONES.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor angelicusST » Mié Nov 02, 2011 12:16 pm

Yo creo que has actuado rectamente, has cumplido tu deber con la correción fraterna y la caridad.
Recuerdo una homilía memorable dicha por mi párroco, de la que te escribiré alguno retazos:
"Decir, <<voy para una misa de sanación>>, es prácticamente una blasfemia ¡pues toda misa es sanadora!"
"Esos alborotos que excitan los sentidos, los "descansos en el Espíritu" que no son más que una payasada, NO SON COSA DE DIOS"
"Que nuestra fe no este cimentada por lo que sentimos, porque los sentidos nos pueden engañar."
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor Crux Sancta » Mié Nov 02, 2011 2:28 pm

Muchas gracias angelicusST. Y estoy de acuerdo contigo, pero temo estar equivocándome porque no sé cómo se pronuncia la Iglesia frente a estos fenómenos. Me refiero a la Iglesia Adulta, las Congregaciones para la Doctrina de la Fe o para el Culto Divino.

En qué Documento del Magisterio me puedo apoyar para decir que estas situaciones no son más que histeria colectiva :?:

Me duele mucho que esto suceda en la praxis de carismas aprobados por la Santa Madre Iglesia (aunque hasta donde sé a la Renovación Carimática no se le ha dado una aprobación total desde la Santa Sede) y mucho peor, que sea una práctica muy común casi como si fuera lo único o lo más importante para hacer en la Vida de Iglesia. Como si se hubieran quedado cortos los Sacramentos............. :cry: :|
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor _soul2soul_ » Vie Nov 04, 2011 12:02 am

Me reconozco ignorante de muchas cosas en cuanto a nuestra doctrina Católica se refiere pero sé de lo que hablas y a mi también me indignan este tipo de manifestaciones que sin tratar de ofender a persona alguna me atrevo a decir que no son otra cosa que un teatro montado, en youtube he visto varios videos de este movimiento llamado carismático, los sonidos y convulsiones así como algo llamado la risa santa no me parecen manifestaciones del Espíritu Santo, más bien al contrario, parecieran manifestaciones del maligno, creo que aveces no es necesario más que un poco de sentido común para darse cuenta de ello, en la biblia ciertamente hay antecedentes del don de Lenguas como una manifestación del Espíritu de Dios pero no hay antecedente de Risas Santas ni vómito Santo ni chiflidos o sonidos de animales o cosa parecida en la Santa Biblia, Como repito, el simple sentido común nos dice que esto no viene de Dios, ¿aún así quien nos asegura que ese supuesto don de lenguas no sea también una farsa? resulta incluso blasfemo el sólo pensar en Cristo o los Apóstoles convulsionandose o manifestando dichos comportamientos. Así también existen congregaciones donde dicen que Dios hace llover oro y diamantes del cielo.

A mi parecer estas iglesias han atraido a sus filas especialmente a aquellos que son más ignorantes, por eso es muy importante que uno como católico conozca su fé para no caer en engaños de sectas o charlatanes. Recuerden por favor que Dios nuestro Señor lo que quiere de nosotros es un verdadero y auténtico cambio de vida y no este tipo de situaciones, así mismo en 1 Corintios 14:40 Cristo nos invita a hacer todo decentemente y en orden y no de esta manera por demás grotesca.

Hasta pronto.
Dios nos bendiga.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor Crux Sancta » Vie Nov 04, 2011 2:03 pm

Muchisimas gracias por sus estupendos comentarios, pero aún me queda la duda acerca de lo que dicen los Documentos del magisterio acerca de esto.....

Si alguien sabe algo, por favor respóndame.....

Gracias.......
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor secretman » Vie Nov 04, 2011 4:28 pm

Algo importante que dice el post original es que ya el obispo está enterado del asunto y nada ha pasado. Lo que yo infiero es que los pasos se han agotado y ahora hay que probar escribiendo “más arriba”, aunque en lo personal tengo reservas sobre ello. En todo caso, si deseas intentarlo:

Cogregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos
Congregatio de Culto Divino et Disciplina Sacramentorum


Palazzo delle Congregazioni - Piazza Pio XII, 10 - 00193 Roma
Tel. (06) 69.88.43.16 - 69.88.43.18 - 69.88.43.26
Fax 69.88.34.99 -
Correo Electrónico: cultdiv@ccdds.va
Prefecto: Su Em. Rev.ma Cardinal Antonio Cañizares Llovera (Largo del Colonnato, 3 - 00193 Roma - tel. 69.88.55.13)
Secretario: Su Ecc. Rev.ma Mons. Joseph Augustine Di Noia, O.P. (00120 Città del Vaticano)


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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor luxose » Sab Nov 19, 2011 6:06 pm

Cuidado, el movimiento de Renovación Carismática Católica es un movimiento aprobado por la Santa Sede, existen documentos al respecto muy claros como los Estatutos del ICCRO emanado en Roma por decreto del Pontificio Consejo para Laicos el 14 de Septiembre de 1993. Otro documento es este: "INSTRUCCIÓN SOBRE LAS ORACIONES PARA OBTENER DE DIOS LA CURACIÓN"

http://www.vatican.va/roman_curia/congr ... ne_sp.html

Aquí no hay nada de histeria colectiva ni cosas parecidas en la forma de orar en la RC. La Iglesia reconoce la utilidad y verdad de los carismas que se manifiestan en la RC. Creo que hace falta aprender un poco más sobre los carismas en la Iglesia y su manifestación. Con respecto a lo que algunos hablan aquí de convulsiones, risas santas, etc forma parte del proceso de sanación de una persona, pueden deberse a muchas cosas como manifestaciones corporales de sufrimientos psicológicos o espirituales que se somatizan o posesión en el más extremo de los casos que necesitan una oración de liberación por parte de la comunidad o del sacerdote.

En cuanto a la risa santa, puede deberse a liberaciones de ataduras psicológicas muy arraigadas desde la infancia, por ejemplo una vez vi un caso de una mujer que comenzó con esta risa contagiosa que se sentía de alegría y no de burla como en el caso de las posesiones, y resultó que el Señor la estaba curando del sufrimiento de haber tenido un padre estricto y controlador. Ella contó luego que le costaba reir y no sabía por qué y en esa sanación se dio cuenta del origen de su problema.

Bien, espero haber aclarado algo, porque hay que tener cuidado en hablar de lo que no se sabe, sobre todo si se mira superficialmente y desde afuera de la experiencia.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor Crux Sancta » Mar Nov 22, 2011 3:35 pm

Querido hermano Luxose.
Extraigo palabras del mismo texto pontificio que posteaste: "Art. 2 – Las oraciones de curación son litúrgicas si aparecen en los libros litúrgicos aprobados por la autoridad competente de la Iglesia; de lo contrario no son litúrgicas.
Art. 3 - § 1. Las oraciones litúrgicas de curación deben ser celebradas de acuerdo con el rito prescrito y con las vestiduras sagradas indicadas en el Ordo benedictionis infirmorum del Rituale Romanum."
"Art. 5 - § 1. Las oraciones de curación no litúrgicas se realizan con modalidades distintas de las celebraciones litúrgicas, como encuentros de oración o lectura de la Palabra de Dios, sin menoscabo de la vigilancia del Ordinario del lugar, a tenor del can. 839 § 2.

§ 2. Evítese cuidadosamente cualquier tipo de confusión entre estas oraciones libres no litúrgicas y las celebraciones litúrgicas propiamente dichas.

§ 3. Es necesario, además, que durante su desarrollo no se llegue, sobre todo por parte de quienes los guían, a formas semejantes al histerismo, a la artificiosidad, a la teatralidad o al sensacionalismo."

El caso en cuestión no tenía estas particularidades, pues se dio dentro de a Celebración Eucarística y con oraciones espontáneas (no litúrgicas), lo cual implica un abuso de la Santa Liturgia Eucarística. A mí lo que me duele es el abuso litúrgico en cuestión. En cuanto a las curaciones no soy el indicado para aprobrarlas o reprobarlas, pero estoy en todo mi derecho de dudar y eso no es pecado, porque el demonio también hace sus "milagritos". En la época apostólica, Simón el mago también curaba y lo hacía con poderes malignos.

Le ofrezco obediencia pronta al documento de la ICCRO que citas, pero eso no me impide dudar de que los señores teólogos y expertos que lo redactaron no tengan mucha idea de lo que alli escribieron y un ejemplo claro de ello es lo que ocurrió con el Ritual de Exorcismos nuevo; pues, entrevistaron al P. Gabriele Amorth y mira lo que respondió:

http://idd009zz.eresmas.net/doc43.html

Por otro lado, hay cosas que aún no me quedan claras:

1. El movimiento carismático busca su justificación sobre todo en los capítulos 12 a 14 de la primera carta de San Pablo a los Corintios. Pero la semejanza entre el movimiento y lo que acaeció en Corinto es sólo superficial; los dos fenómenos concuer­dan únicamente en que ambos pretenden recibir del Espíritu Santo algunos carismas, como el don de lenguas, de curaciones y de profecía. Difieren en el resto:

a) A diferencia del movimiento carismático, en Corinto no hubo Bautismo del Espí­ritu, no hubo imposición de las manos, no hubo tentativas de organizar encuentros de oración o retiros con el fin de distribuir el Espíritu Santo.

b) De las cartas de San Pablo se deduce con evidencia que el fenómeno no estaba generalizado en la Iglesia apostólica, sino que estuvo limitado a Corinto, y que ensegui­da se comprobaron muchos abusos. Por otra parte, no hubo ningún intento por parte de San Pablo o de otro apóstol o discípulo de difundirlo en otros lugares, con el fin de acrecer o sostener la piedad de los fieles. Por fin, los improperios de San Pablo tuvieron el efecto de una ducha fría sobre el movimiento, que de repente desapareció y no se oyó hablar de él en la Iglesia hasta 1966.

c) En Corinto los católicos hablaban "lenguas extrañas" , al revés de lo sucedido en el caso que nos ocupa en el que emitían “ sonidos extraños”.

Eran verdaderas lenguas, si bien desconocidas a los presentes. Esto es evidente por la “unánime interpretación de los Padres de la Iglesia” e incluso por los repetidos reproches del mismo San Pablo: “Hay sin duda muchas y diversas lenguas en el mundo y ninguna carece de significado; pero si no entiendo el significado de la lengua seré extranjero para el que habla y el que habla será extranjero para mí” (1 Cor. 14,10).

Además, San Pablo, dice que él mismo posee el don y que lo posee con más plenitud que ellos (1 Cor. 14,19). Y así era justo que fuese, porque debía predicar el Evangelio a diversos pueblos. ¿Cómo habría podido aprender tantas lenguas tan rápidamente? Dios por lo tanto, obró en él el mismo milagro que había obrado en los otros Apóstoles el día de Pentecostés.

Por el contrario, los carismáticos que estaban ese día en mi parroquia emitíann sonidos ininteligibles, como balbuceos.

De hecho, San Pablo, si bien no prohibe a los Corintios profetizar y hablar en lenguas, repite insistentemente que el don de lenguas es el menos importante entre los carismas, y que no debe buscarse ansiosamente. Cuando se presente el caso auténtico de una persona que habla en lenguas, debe hacerlo con discreción y de manera decoro­sa, y en cuanto no haya nadie que comprenda o ningún intérprete presente, debe callarse.

2. Durante sus dos mil años de vida, la Iglesia Católica jamás ha conocido el “Bautismo del Espíritu”, tal como nos lo quieren enseñar los carismáticos; sino que ha enseñado, infaliblemente, desde el Concilio Ecuménico de Florencia (1439) que la Confirmación es el Pentecostés de todo cristiano; las palabras del Concilio son: “en la Confirmación el Espíritu Santo se da para fortificar al fiel lo mismo que fue dado a los Apóstoles el día de Pentecostés” (Denz. 697)

3. Los carismáticos católicos niegan que el Bautismo del Espíritu sea un sacramen­to, pero su negación la contradicen los hechos. Un sacramento, en realidad, es un signo externo que produce la gracia. Ahora bien, el llamado “Bautismo del Espíritu” tendría todos los elementos constitutivos de un sacramento: la imposición de las manos seria el signo externo; la invocación al Espíritu Santo sería la forma; la efusión del Espíritu sería el efecto. Pero hay más. Si el “Bautismo del Espíritu” fuese verdadero, no seria un simple sacramento, sino un "Super sacramento", muy superior a los otros siete reconocidos por la Iglesia, porque: a) no produciría simplemente la gracia, sino una efusión de ella semejante en plenitud a la producida el día de Pentecostés; b) además no produciría solamente la gracia en el alma, sino también una milagrosa efusión externa; c) por último, no produciría solamente la gracia interna y externa, sino que conferiría también dones milagrosos, como el don de curaciones, de profecía, de lenguas, etc.

4. De pasada se puede observar que los carismáticos no se muestran muy interesados en los siete dones del Espíritu Santo, que se dan a todos los cristianos en el Bautismo y en la Confirmación: los dones de Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Cien­cia, Piedad y Temor de Dios.

5. Si un laico, hombre o mujer, o una religiosa, al imponer las manos, pueden impartir el Espíritu Santo junto con algunos poderes milagrosos, ¿qué necesidad tenemos de los obispos o de los sacerdotes? ¡NINGUNA! Los pentecostales protestantes no tienen necesidad de ellos; ¿por qué habríamos de tenerla los católicos? Cualquiera podría objetar que esto es llevar las cosas demasiado lejos. Además, los carismáticos dicen: “¿Qué hay de malo en la imposición de las manos? ¿Es que cada cual no puede imponer las manos e invocar al Espíritu Santo?".

A la primera objeción se responde que esto no es llevar las cosas demasiado lejos, sino su lógica conclusión. Desgraciadamente los pentecostales siguen la “experiencia” y no la “lógica” , y esto les vuelve sordos a la voz de la razón. A la segunda objeción se responde que todos son libres para invocar al Espíritu Santo, pero no lo son para imponer las manos con el fin de introducir a los fieles en el camino al que quieren llevarles. Imponer las manos denota autoridad : Los Patriarcas del Antiguo Testamento impo­nían las manos a sus hijos para bendecirles. Cristo imponía las manos sobre los Após­toles para conferirles el Espíritu Santo. Los Apóstoles a su vez, y después de ellos los Obispos y los Sacerdotes, imponen las manos para consagrar y confirmar. Pero ¿qué autoridad tiene un laico para imponer las manos sobre otro laico, o lo que es peor, sobre un Sacerdote, o sobre un Obispo o un Cardenal? ¿Quién les ha dado esa autoridad?

NO CRISTO, que ha establecido el Sacramento de la Confirmación para conferir el Espíritu Santo; NI LA IGLESIA, que no sabe nada del Bautismo del Espíritu; NI EL MISMO ESPÍRITU SANTO , puesto que no hay pruebas en la Escritura o en la Tradición de que haya conferido tal autoridad.

Y no se objete que es un simple gesto que cualquiera puede hacer: no es un simple e inútil gesto. Es un intento de acción “sacramental” , porque se hace una petición fantástica (casi se podría decir sacrílega) para que, por medio de ese gesto, se produzca una efusión extraordinaria del Espíritu Santo, con experiencia mística y carismas muy superiores a los que pueden producir los Sacramentos del Bautismo, de la Confirmación, del Orden, y verdaderamente de cualquier otro Sacramento.

6. La humildad es el fundamento y la fuente de todas las virtudes; el orgullo es la fuente de todos los pecados; la humildad es la virtud de Cristo, de María Santísima y de los Santos; el orgullo es el vicio de Satanás y de sus secuaces. El orgulloso está lleno de seguridad en sí mismo y de autoconfianza, busca lo sensacional y lo ostenta como virtud; el humilde, en cambio, busca el último puesto, evita lo sensacional y extraordinario, tiene miedo de engañarse y se considera indigno de los dones extraordinarios. Si Dios le da estos dones, los acepta con temor y temblor, incluso pide al Señor que se los quite y le lleve por la vía ordinaria; los esconde lo más posible, y si a veces, constreñido por la obediencia, debe hablar, lo hace con extrema repugnancia y reserva.

Es exactamente lo opuesto de lo que les sucede a los carismáticos: desean dones extraordinarios, particularmente los que impresionan los sentidos, como el don de lenguas, el de su interpretación, y el de curación.

Mientras el humilde implora “¡No a mí, Señor, no a mí!”, el carismático se pone en primer lugar con atrevimiento y dice con los hechos, sino con las palabras: “Heme aquí, Señor; haz que yo tenga la experiencia mística de Tu presencia, que hable lenguas, que yo tenga el poder de conferir el Espíritu Santo en el momento y ocasión que considere oportuno, que yo profetice, que yo cure a las personas en cualquier parte".

7. La enseñanza y la práctica de los carismáticos contradice el ejemplo de los Santos, parti­cularmente de los grandes místicos, (a pesar de citarlos constantemente como inspiradores de las técnicas que ellos ponen en marcha). Los Santos constantemente temían ser engañados por el demonio, desdeñaban los fenómenos extraordinarios, y pedían al Señor con insistencia el mantenerlos en la vía ordinaria.

Para evitar autoengañarse, se confiaban ordinariamente a expertos directores espi­rituales, y frecuentemente recibían ayuda providencial del mismo Dios. Les declaraban hasta los más insignificantes sentimientos de su corazón y obedecían heroicamente a lo que les mandaban. ¿Se puede imaginar a Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Ávila, San Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola, recorriendo el mundo haciendo ostenta­ción de sí mismos, en su reconocido carácter de auténticos dispensadores del Espíritu Santo?

La enseñanza y la práctica carismática contradicen también la explícita enseñanza de los grandes maestros de la vida espiritual y de los Doctores de la lglesia, que constante y unánimemente enseñan que las verdaderas virtudes que hay que pretender son la humil­dad, la mortificación, el amor de la humillación, el aniquilamiento de sí mismo, la vida escondida, el evitar la singularidad y la ocasión, para que el orgullo no nazca en el corazón.

San Juan de la Cruz resume así esta doctrina: “POR TANTO DIGO QUE DE TODAS ESTAS APRENSIONES Y VISIONES IMAGINARIAS Y OTRAS CUALESQUIERA FORMAS O ESPECIES (...) AHORA SEAN FALSAS DE PARTE DEL DEMONIO, AHORA SE CONOZCAN SER VERDADERAS DE PARTE DE DIOS, EL ENTENDIMIENTO NO SE HA DE EMBARAZAR NI CEBAR EN ELLAS, NI LAS HA EL ALMA DE QUERER ADMITIR NI TENER PARA PODER ESTAR DESASIDA, DESNUDA, PURA Y SENCILLA” (Subida al Monte Carmelo. Lib II. Cap. 16).

Es exactamente lo opuesto de lo que hacen los carismáticos.

8. El movimiento se concentra en la celebración de la “alegría” del espíritu. No hay lugar en el movimiento para la agonía del Getsemaní, los tormentos de la Pasión, las noches del alma que resaltan en la vida de los Santos; como la noche tan profunda que arrancó de los mismos labios de Cristo el grito de indecible dolor: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Porqué me has abandonado?” (Mt. 27,46).

Los carismáticos deberían saber que la santidad no consiste en la alegría, sino más bien en el sufrimiento. Cristo ha llevado a sus Santos, particularmente a los grandes místicos, a las alturas de la santidad no precisamente por el camino de la alegría, sino por un inenarrable dolor, porque la esencia del amor no es la alegría, sino el sufrimiento: “quien quiera ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mt. 16,24)

La auténtica celebración de la alegría está reservada para el cielo.

Es indicio de mayor perfección decir “que se haga tu Voluntad” en la agonía de Getsemaní, que en la alegría de Pentecostés.

9. El Movimiento Carismático contradice el Concilio Vaticano II: en efecto, este enseña que los “dones extraordinarios no hay que pedirlos temerariamente, ni hay que esperar de ellos con presunción los frutos de los trabajos apostólicos” (Lumen Gentium, 12).

10. Creo que hay muchas personas buenas dentro de la Renovación Carismática o Movimiento Carismático. Muchas personas de “buena fe”, aunque ignorantes en muchos casos, que se dejan engañar por las malas artes de ALGUNOS (OJO, DIGO ALGUNOS) que actuan como falsos profetas.

San Beda me dió el empujón que me faltaba: “Si el escándalo viene por la verdad, es mejor que venga” (Catena Aurea).
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor secretman » Mar Nov 22, 2011 5:11 pm

Eso que hoy día se llama Renovación Carismática Católica comenzó, y así duró mucho tiempo, autodenominandose “pentecostales católicos”; después le cambiaron el nombre, pero sólo el nombre, porque las prácticas son las mismas que las de los pentecostales.

¿Alguien se dió cuenta que Benedicto XVI ha dicho que no hay que imitar a los evangélicos y pentecostales?

Gracias y Dios los bendiga.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor Petrus Paulo » Mar Nov 22, 2011 8:36 pm

El Espíritu Santo actúa verdaderamente y no está imposibilitado de manera alguna para manifestarse con quien y en la condición que Él quiera. Recordando que toda acción de una de las Personas de la Trinidad es la Acción de Dios todo entero en la cual también actúan las otras dos Personas Divinas. Las manifestaciones emotivas, cuando se siente y se vive la acción de Dios en una forma muy singular, no tienen porque limitarse en aparentar para otros lo que otros piensen sea correcto, pues no se busca la certificación de los hombres, y por supuesto, esto no justifica las faltas litúrgicas del cual, el mayor responsable es el sacerdote, pues teniendo conocimiento de la instrucción debe procurar este tipo de eventos en un espacio y tiempo adecuados.
Me alegra mi hermano que hayas recurrido al Obispo para denunciar los abusos, es una obligación de todos, me entristece la verdad, que no admitan la acción del Espíritu Santo, real y verdadera en la Iglesia y también en otros movimientos carismáticos. Más debieran recordar lo que san Pedro ante los que sin estar bautizados recibieron el Espíritu Santo.
Sujétate a Dios, y humilla tu juicio a la fe, y se te dará la luz de la ciencia, según te fuere útil y necesaria.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor luxose » Mié Nov 23, 2011 12:24 am

"Crux Sancta"]Querido hermano Luxose.
Extraigo palabras del mismo texto pontificio que posteaste: "Art. 2 – Las oraciones de curación son litúrgicas si aparecen en los libros litúrgicos aprobados por la autoridad competente de la Iglesia; de lo contrario no son litúrgicas.
Art. 3 - § 1. Las oraciones litúrgicas de curación deben ser celebradas de acuerdo con el rito prescrito y con las vestiduras sagradas indicadas en el Ordo benedictionis infirmorum del Rituale Romanum."
"Art. 5 - § 1. Las oraciones de curación no litúrgicas se realizan con modalidades distintas de las celebraciones litúrgicas, como encuentros de oración o lectura de la Palabra de Dios, sin menoscabo de la vigilancia del Ordinario del lugar, a tenor del can. 839 § 2.


Vamos por parte, a ver si puedo responder a cada una de tus dudas y comentarios sin tener que extenderme demasiado.

La cuestión es si en una celebración litúrgica pueden coincidir la forma de oración no litúrgica, pues la litúrgica se entiende que es la del sacramento de la Unción de los enfermos. Así como puedes orar con tus propias palabras al Señor en una misa pidiendo por tus necesidades, así también se puede orar con tus propias palabras para pedir la curación, no es incompatible. Lo que choca a los que no son de la RCC es el modo no el hecho que pidan por curación, de hecho en una Eucaristía es el mejor momento para pedir a Dios lo que necesitas, y no necesitas de una fórmula establecida para ello.

§ 2. Evítese cuidadosamente cualquier tipo de confusión entre estas oraciones libres no litúrgicas y las celebraciones litúrgicas propiamente dichas.

§ 3. Es necesario, además, que durante su desarrollo no se llegue, sobre todo por parte de quienes los guían, a formas semejantes al histerismo, a la artificiosidad, a la teatralidad o al sensacionalismo."

El caso en cuestión no tenía estas particularidades, pues se dio dentro de a Celebración Eucarística y con oraciones espontáneas (no litúrgicas), lo cual implica un abuso de la Santa Liturgia Eucarística. A mí lo que me duele es el abuso litúrgico en cuestión. En cuanto a las curaciones no soy el indicado para aprobrarlas o reprobarlas, pero estoy en todo mi derecho de dudar y eso no es pecado, porque el demonio también hace sus "milagritos". En la época apostólica, Simón el mago también curaba y lo hacía con poderes malignos.


El documento dice no confundir ambas, no que no puedan hacerse en la misa, ya te dije que la oración litúrgica de curación por excelencia es la Unción de los enfermos. Ya te he aclarado también que no hay abuso litúrgico cuando oras dentro de la misa con tus propias palabras, el abuso litúrgico es cuando alguien transgrede lo que está estipulado en las rúbricas, y en ellas no se prohíbe en ningún momento la oración espontánea ya sea en silencio o si es en comunidad en voz alta. De hecho en mi diócesis las misas donde se ora por los enfermos se hace en el momento después de haber comulgado, por supuesto respetando el tiempo de oración personal y de adoración correspondiente y concluye con la oración que el sacerdote hace post comunión. De hecho no existen en sí las llamadas misas de "sanación", es una expresión poco feliz ya que en cualquier misa puede ocurrir una sanación ya sea interior (psicológica o espiritual) o física.

Le ofrezco obediencia pronta al documento de la ICCRO que citas, pero eso no me impide dudar de que los señores teólogos y expertos que lo redactaron no tengan mucha idea de lo que alli escribieron y un ejemplo claro de ello es lo que ocurrió con el Ritual de Exorcismos nuevo; pues, entrevistaron al P. Gabriele Amorth y mira lo que respondió:

http://idd009zz.eresmas.net/doc43.html


No, no fueron los mismos que revisaron el Ritual de Exorcismos, te lo puedo asegurar, y los que lo escribieron estaban bastante seguros de qué es lo que escribieron. Es como dudar de si la reforma litúrgica del actual papa está bien orientada, hay que confiar en los dicasterios, y si algo va mal, siempre puede corregirse en algún momento.

Por otro lado, hay cosas que aún no me quedan claras:

1. El movimiento carismático busca su justificación sobre todo en los capítulos 12 a 14 de la primera carta de San Pablo a los Corintios. Pero la semejanza entre el movimiento y lo que acaeció en Corinto es sólo superficial; los dos fenómenos concuer­dan únicamente en que ambos pretenden recibir del Espíritu Santo algunos carismas, como el don de lenguas, de curaciones y de profecía. Difieren en el resto:


No es el único texto que se usa como base para la teología de los carismas, hay otros más.

a) A diferencia del movimiento carismático, en Corinto no hubo Bautismo del Espí­ritu, no hubo imposición de las manos, no hubo tentativas de organizar encuentros de oración o retiros con el fin de distribuir el Espíritu Santo.


No sabemos si la hubo, porque la carta no menciona nada de eso, pero lo de la Efusión del Espíritu santo, que hoy se prefiere ese nombre que es más apropiado, es algo que está ampliamente documentado en la historia de la teología mística, aunque a la experiencia misma se le de diversos nombres. Por ejemplo se inscribe dentro de las misiones del divinas según santo Tomás de Aquino:

"Que el Espíritu Santo sea enviado o venga de nuevo no quiere decir que se desplace, sino que surge en la criatura una relación nueva para con el Espíritu: o bien porque antes nunca estuvo allí, o bien porque empieza a estar de diferente manera a como estuvo antes" (Summa Theologiae, P.I, q. 43, a. 19)

En el fondo lo que se pide al orar por la efusión del Espíritu es un reavivar la llama que se encendió en el bautismo y en la confirmación no otra cosa.

b) De las cartas de San Pablo se deduce con evidencia que el fenómeno no estaba generalizado en la Iglesia apostólica, sino que estuvo limitado a Corinto, y que ensegui­da se comprobaron muchos abusos. Por otra parte, no hubo ningún intento por parte de San Pablo o de otro apóstol o discípulo de difundirlo en otros lugares, con el fin de acrecer o sostener la piedad de los fieles. Por fin, los improperios de San Pablo tuvieron el efecto de una ducha fría sobre el movimiento, que de repente desapareció y no se oyó hablar de él en la Iglesia hasta 1966.


San Pablo, por lo general en sus cartas aborda los problemas concretos de cada comunidad a la que se dirige, el problema de Corinto era el desorden, otras tenían otros problemas. Pablo mismo dice que habla en lenguas más que todos ellos, pero que prefiere que profeticen, no es un cállense, sino que quiere poner en su justo contexto y orden los carismas, les empieza diciendo que son para el bien de toda la Iglesia y no para lucimiento propio.

En la Iglesia los carismas no son un patrimonio exclusivo de Corinto, también san Pablo habla de los carismas a los Romanos (12,7) a los Efesios (4,2, y no sólo Pablo, sino que Pedro (1Pe 4,11). La Iglesia desde sus inicios ha sido carismática, pues está inundada de los dones del Espíritu Santo.

El que no halla habido comunidades carismáticas en la Iglesia no quiere decir no no hubieran habido carismáticos, muchos santos lo fueron y con grandes carismas, san Francisco, san Juan María Vianney, san Pio de Pietrelcina, santo Domingo de Guzmán, san Juan Bosco, la beata Ana Catalina Emmerich, los beatos Jacinta y Francisco, etc, es sólo cuestión de leer una biografía decente de ellos y no secularizada de sus vidas y verás milagros, curaciones, fe en grado sumo, y hasta lenguas (jé, santa Teresa de Avila la llamaba "algarabía, como hablar de moros" en las Moradas, y san Ignacio de Loyola la llamaba "locuela").

Por último el beato Juan Pablo II en Cristifideles laici 24 nos habla de los carismas:

Los carismas

24. El Espíritu Santo no sólo confía diversos ministerios a la Iglesia-Comunión, sino que también la enriquece con otros dones e impulsos particulares, llamados carismas. Estos pueden asumir las más diversas formas, sea en cuanto expresiones de la absoluta libertad del Espíritu que los dona, sea como respuesta a las múltiples exigencias de la historia de la Iglesia. La descripción y clasificación que los textos neotestamentarios hacen de estos dones, es una muestra de su gran variedad: «A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para la utilidad común. Porque a uno le es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia por medio del mismo Espíritu; a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carisma de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, el don de profecía; a otro, el don de discernir los espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, finalmente, el don de interpretarlas» (1 Co 12, 7-10; cf. 1 Co 12, 4-6.28-31; Rm 12, 6-8; 1 P 4, 10-11).

Sean extraordinarios, sean simples y sencillos, los carismas son siempre gracias del Espíritu Santo que tienen, directa o indirectamente, una utilidad eclesial, ya que están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo.

Incluso en nuestros días, no falta el florecimiento de diversos carismas entre los fieles laicos, hombres y mujeres. Los carismas se conceden a la persona concreta; pero pueden ser participados también por otros y, de este modo, se continúan en el tiempo como viva y preciosa herencia, que genera una particular afinidad espiritual entre las personas. Refiriéndose precisamente al apostolado de los laicos, el Concilio Vaticano II escribe: «Para el ejercicio de este apostolado el Espíritu Santo, que obra la santificación del Pueblo de Dios por medio del ministerio y de los sacramentos, otorga también a los fieles dones particulares (cf. 1 Co 12, 7), "distribuyendo a cada uno según quiere" (cf. 1 Co 12, 11), para que "poniendo cada uno la gracia recibida al servicio de los demás", contribuyan también ellos "como buenos dispensadores de la multiforme gracia recibida de Dios" (1 P 4, 10), a la edificación de todo el cuerpo en la caridad (cf. Ef 4,16)»[79].

Los dones del Espíritu Santo exigen —según la lógica de la originaria donación de la que proceden— que cuantos los han recibido, los ejerzan para el crecimiento de toda la Iglesia, como lo recuerda el Concilio[80].

Los carismas han de ser acogidos con gratitud, tanto por parte de quien los recibe, como por parte de todos en la Iglesia. Son, en efecto, una singular riqueza de gracia para la vitalidad apostólica y para la santidad del entero Cuerpo de Cristo, con tal que sean dones que verdaderamente provengan del Espíritu, y sean ejercidos en plena conformidad con los auténticos impulsos del Espíritu. En este sentido siempre es necesario el discernimiento de los carismas. En realidad, como han dicho los Padres sinodales, «la acción del Espíritu Santo, que sopla donde quiere, no siempre es fácil de reconocer y de acoger. Sabemos que Dios actúa en todos los fieles cristianos y somos conscientes de los beneficios que provienen de los carismas, tanto para los individuos como para toda la comunidad cristiana. Sin embargo, somos también conscientes de la potencia del pecado y de sus esfuerzos tendientes a turbar y confundir la vida de los fieles y de la comunidad»[81].

Por tanto, ningún carisma dispensa de la relación y sumisión a los Pastores de la Iglesia. El Concilio dice claramente: «El juicio sobre su autenticidad (de los carismas) y sobre su ordenado ejercicio pertenece a aquellos que presiden en la Iglesia, a quienes especialmente corresponde no extinguir el Espíritu, sino examinarlo todo y retener lo que es bueno (cf. 1 Ts 5, 12.19-21)»[82], con el fin de que todos los carismas cooperen, en su diversidad y complementariedad, al bien común[83].



c) En Corinto los católicos hablaban "lenguas extrañas" , al revés de lo sucedido en el caso que nos ocupa en el que emitían “ sonidos extraños”.

Eran verdaderas lenguas, si bien desconocidas a los presentes. Esto es evidente por la “unánime interpretación de los Padres de la Iglesia” e incluso por los repetidos reproches del mismo San Pablo: “Hay sin duda muchas y diversas lenguas en el mundo y ninguna carece de significado; pero si no entiendo el significado de la lengua seré extranjero para el que habla y el que habla será extranjero para mí” (1 Cor. 14,10).

Además, San Pablo, dice que él mismo posee el don y que lo posee con más plenitud que ellos (1 Cor. 14,19). Y así era justo que fuese, porque debía predicar el Evangelio a diversos pueblos. ¿Cómo habría podido aprender tantas lenguas tan rápidamente? Dios por lo tanto, obró en él el mismo milagro que había obrado en los otros Apóstoles el día de Pentecostés.

Por el contrario, los carismáticos que estaban ese día en mi parroquia emitíann sonidos ininteligibles, como balbuceos.


A ver, vamos a distinguir dos fenómenos, por así llamarlos, que son parecidos pero tienen distinta función: primero está el don de lenguas que se menciona en 1Cor 12 y 14, que es la glosolalia (término técnico usado en pneumatología) que es precisamente como balbuceo o lenguaje pre conceptual que obedece a la inspiración del Espíritu Santo, por eso es que no se expresa con palabras entendibles, es como el lenguaje de los bebés, por eso a santa Teresa le parecía como "hablar de moros", que no se entendía. Es un lenguaje más afectivo que reflexivo, atiende a manifestar más bien nuestros sentimientos de amor a Dios que a racionalizarlos, con esto no quiere decir que sólo se limite a una expresión de sentimientos, puesto que es verdadera oración del Espíritu que "ora en nosotros con gemidos inefables" (ver Rm 2,26) y es más nos dice san Pablo un poco más abajo: "El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios." (Rom 8:16), es el mismo Espíritu que ora en nosotros.

El otro fenómeno a que haces alusión es la "heteroglosia" (hablar otras lenguas), que fue el milagro de Pentecostés en que los apóstoles predicaron en lenguas que nunca habían aprendido. Este carisma es distinto de la glosolalia en su función y en su manifestación. En el primero se trata de oración y en el segundo de predicación.

Como dije, san Pablo lo único que les dijo en buenas cuentas a los corintios es que se ordenaran un poco, que no se fueran por el camino de los cultos paganos de los que habían salido, porque vio que no les era de provecho si todos andaban orando en lenguas todo el tiempo y nadie predicaba ni exhortaba ni profetizaba, que en buenas cuentas también eran carismas para provecho común mucho más importantes que el orar en lengua, con esto no quiso decir que orar en lenguas estaba mal, pues como dice ahí mismo "yo hablo mas que todos ustedes" (glosolalia).


De hecho, San Pablo, si bien no prohibe a los Corintios profetizar y hablar en lenguas, repite insistentemente que el don de lenguas es el menos importante entre los carismas, y que no debe buscarse ansiosamente. Cuando se presente el caso auténtico de una persona que habla en lenguas, debe hacerlo con discreción y de manera decoro­sa, y en cuanto no haya nadie que comprenda o ningún intérprete presente, debe callarse.


Aquí habla de un tercer carisma, que es la profecía en lenguas, que es distinto de los otros dos, pues su fin es exhortar, profetizar y amonestar y consolar a la asamblea. Para ello alguien da un mensaje en lenguas (glosolalia) inspirado por el Espíritu Santo y otro inspirado por el mismo Espíritu interpreta, si no hay quien interprete no se debe dar el mensaje. De hecho si en un grupo de oración carismático no se da este carisma si no se da tampoco el interpretar.

2. Durante sus dos mil años de vida, la Iglesia Católica jamás ha conocido el “Bautismo del Espíritu”, tal como nos lo quieren enseñar los carismáticos; sino que ha enseñado, infaliblemente, desde el Concilio Ecuménico de Florencia (1439) que la Confirmación es el Pentecostés de todo cristiano; las palabras del Concilio son: “en la Confirmación el Espíritu Santo se da para fortificar al fiel lo mismo que fue dado a los Apóstoles el día de Pentecostés” (Denz. 697)

3. Los carismáticos católicos niegan que el Bautismo del Espíritu sea un sacramen­to, pero su negación la contradicen los hechos. Un sacramento, en realidad, es un signo externo que produce la gracia. Ahora bien, el llamado “Bautismo del Espíritu” tendría todos los elementos constitutivos de un sacramento: la imposición de las manos seria el signo externo; la invocación al Espíritu Santo sería la forma; la efusión del Espíritu sería el efecto. Pero hay más. Si el “Bautismo del Espíritu” fuese verdadero, no seria un simple sacramento, sino un "Super sacramento", muy superior a los otros siete reconocidos por la Iglesia, porque: a) no produciría simplemente la gracia, sino una efusión de ella semejante en plenitud a la producida el día de Pentecostés; b) además no produciría solamente la gracia en el alma, sino también una milagrosa efusión externa; c) por último, no produciría solamente la gracia interna y externa, sino que conferiría también dones milagrosos, como el don de curaciones, de profecía, de lenguas, etc.


Bueno, en cuanto a la continuidad de los carismas en la Iglesia y qué es lo que es la "Efusión en el Espíritu Santo" ya te lo puse arriba en palabras de santo Tomás de Aquino y en las del papa Juan Pablo Ii. Efectivamente no es ningún sacramento, es más bien si se puede decir, que es como un sacramental, que nos recuerda y reaviva en nosotros la llama que encendió en nosotros los sacramentos del bautismo y la confirmación. En el caso de la efusión la imposición de las manos no produce la gracia, puesto que no es sacramento, sino más bien es un signo de bendición sobre la persona, bien se podría pedir la efusión sin hacerlo y el Espíritu se derramaría igual.

Una aclaración, cuando recibimos los sacramentos del bautismo y la confirmación ya recibimos el Espíritu en pleno, con todos sus dones y carismas incluidos, lo que hace la efusión es que al pedirla nos abrimos a su acción de una manera nueva, y si el Espíritu quiere darnos algún carisma eso es cosa de él como dice 1Cor 12 que "a cada cual le otorga según su voluntad", y si no quiere dalos no los otorga.

Código: Seleccionar todo
4. De pasada se puede observar que los carismáticos no se muestran muy interesados en los siete dones del Espíritu Santo, que se dan a todos los cristianos en el Bautismo y en la Confirmación: los dones de Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Cien­cia, Piedad y Temor de Dios.


Eso no es así, y su hubiera un carismático que no le interesara es que o es un ignorante en cuanto a los dones o no ha tenido la experiencia del Espíritu en realidad, porque los dones son más que los carismas que pueden estar o no estar presentes, en cambio los dones son imprescindibles para la vida cristiana. Los carismas pueden ser otorgados un día pero también pueden ser retirados sin que en esto tenga que ver el mérito, pero también pueden ser perdidos si no se ejercen.

Código: Seleccionar todo
5. Si un laico, hombre o mujer, o una religiosa, al imponer las manos, pueden impartir el Espíritu Santo junto con algunos poderes milagrosos, ¿qué necesidad tenemos de los obispos o de los sacerdotes? ¡NINGUNA! Los pentecostales protestantes no tienen necesidad de ellos; ¿por qué habríamos de tenerla los católicos? Cualquiera podría objetar que esto es llevar las cosas demasiado lejos. Además, los carismáticos dicen: “¿Qué hay de malo en la imposición de las manos? ¿Es que cada cual no puede imponer las manos e invocar al Espíritu Santo?".


como ya te aclaré no se trata de un sacramento, ni el que impone las manos confiere nada, sino que es un acto de bendición sobre el que pide, el que confiere los carismas y el avivamiento del Espíritu es el Señor. No podría haber efusión del Espíritu sin los sacramentos de iniciación, porque no se puede reavivar algo que no está.

A la primera objeción se responde que esto no es llevar las cosas demasiado lejos, sino su lógica conclusión. Desgraciadamente los pentecostales siguen la “experiencia” y no la “lógica” , y esto les vuelve sordos a la voz de la razón. A la segunda objeción se responde que todos son libres para invocar al Espíritu Santo, pero no lo son para imponer las manos con el fin de introducir a los fieles en el camino al que quieren llevarles. Imponer las manos denota autoridad : Los Patriarcas del Antiguo Testamento impo­nían las manos a sus hijos para bendecirles. Cristo imponía las manos sobre los Após­toles para conferirles el Espíritu Santo. Los Apóstoles a su vez, y después de ellos los Obispos y los Sacerdotes, imponen las manos para consagrar y confirmar. Pero ¿qué autoridad tiene un laico para imponer las manos sobre otro laico, o lo que es peor, sobre un Sacerdote, o sobre un Obispo o un Cardenal? ¿Quién les ha dado esa autoridad?


En realidad a los carismáticos ni nos va ni nos viene lo que hagan los pentecostales, nosotros tenemos nuestros legítimos pastores que son los sacerdotes y los obispos.

NO CRISTO, que ha establecido el Sacramento de la Confirmación para conferir el Espíritu Santo; NI LA IGLESIA, que no sabe nada del Bautismo del Espíritu; NI EL MISMO ESPÍRITU SANTO , puesto que no hay pruebas en la Escritura o en la Tradición de que haya conferido tal autoridad.


Como ya te dije, hay muchas pruebas en la Escritura y la Tradición de la Iglesia, otra cosa es que no las quieran ver los que no les gusta la renovación ya sea por ignorancia o por otras razones. La misma vida religiosa es un carisma en si misma y ha estado siempre presente en la Iglesia.

Y no se objete que es un simple gesto que cualquiera puede hacer: no es un simple e inútil gesto. Es un intento de acción “sacramental” , porque se hace una petición fantástica (casi se podría decir sacrílega) para que, por medio de ese gesto, se produzca una efusión extraordinaria del Espíritu Santo, con experiencia mística y carismas muy superiores a los que pueden producir los Sacramentos del Bautismo, de la Confirmación, del Orden, y verdaderamente de cualquier otro Sacramento.


Me vas a perdonar pero ahí sólo habla sólo tu ignorancia, vuelvo a insistirte, la imposición de manos en la efusión no confiere nada, es tan sólo un gesto de amor al hermano, además no se impone las manos en la cabeza como en la confirmación, por lo menos en mi país no se hace, sino que en el hombro, precisamente para no caer en confusiones que lleven a pensar que es un sacramento.

Las experiencias místicas y los carismas son un don, que los recibe el que esté abierto a recibirlos, si alguien no ha tenido tales experiencias en su vida es que no está abierto por desconocimiento de su fe o las rechaza. El Señor no obliga a nadie a tener visiones o a orar en lenguas o a tener un carisma de discernimiento (que es distinto del natural adquirido por la experiencia), si la persona se resiste a su acción él no la fuerza. Y decir que los carismáticos quieren imponer un super sacramento sacrílego es una CALUMNIA.

6. La humildad es el fundamento y la fuente de todas las virtudes; el orgullo es la fuente de todos los pecados; la humildad es la virtud de Cristo, de María Santísima y de los Santos; el orgullo es el vicio de Satanás y de sus secuaces. El orgulloso está lleno de seguridad en sí mismo y de autoconfianza, busca lo sensacional y lo ostenta como virtud; el humilde, en cambio, busca el último puesto, evita lo sensacional y extraordinario, tiene miedo de engañarse y se considera indigno de los dones extraordinarios. Si Dios le da estos dones, los acepta con temor y temblor, incluso pide al Señor que se los quite y le lleve por la vía ordinaria; los esconde lo más posible, y si a veces, constreñido por la obediencia, debe hablar, lo hace con extrema repugnancia y reserva.

Es exactamente lo opuesto de lo que les sucede a los carismáticos: desean dones extraordinarios, particularmente los que impresionan los sentidos, como el don de lenguas, el de su interpretación, y el de curación.

Mientras el humilde implora “¡No a mí, Señor, no a mí!”, el carismático se pone en primer lugar con atrevimiento y dice con los hechos, sino con las palabras: “Heme aquí, Señor; haz que yo tenga la experiencia mística de Tu presencia, que hable lenguas, que yo tenga el poder de conferir el Espíritu Santo en el momento y ocasión que considere oportuno, que yo profetice, que yo cure a las personas en cualquier parte".


Estoy de acuerdo en que los que reciben los dones deben actuar con humildad, pues no son mérito de nadie, pero decir que los carismáticos sólo buscan los carismas espectaculares para lucirse es otra CALUMNIA, si los hay por ahí algunos no han entendido que son para provecho común de la Iglesia y no para el propio. Distinto es el que se pidan, pues el Señor mismo dijo que pidamos, en pedir no hay engaño, si la persona que pide tal o cual carisma es sincera y recta en la intención, el Señor si es su voluntad se lo otorgará, pero si no lo es, mejor que se convierta, porque no se juega con el Espíritu Santo.

7. La enseñanza y la práctica de los carismáticos contradice el ejemplo de los Santos, parti­cularmente de los grandes místicos, (a pesar de citarlos constantemente como inspiradores de las técnicas que ellos ponen en marcha). Los Santos constantemente temían ser engañados por el demonio, desdeñaban los fenómenos extraordinarios, y pedían al Señor con insistencia el mantenerlos en la vía ordinaria.

Para evitar autoengañarse, se confiaban ordinariamente a expertos directores espi­rituales, y frecuentemente recibían ayuda providencial del mismo Dios. Les declaraban hasta los más insignificantes sentimientos de su corazón y obedecían heroicamente a lo que les mandaban. ¿Se puede imaginar a Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Ávila, San Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola, recorriendo el mundo haciendo ostenta­ción de sí mismos, en su reconocido carácter de auténticos dispensadores del Espíritu Santo?

La enseñanza y la práctica carismática contradicen también la explícita enseñanza de los grandes maestros de la vida espiritual y de los Doctores de la lglesia, que constante y unánimemente enseñan que las verdaderas virtudes que hay que pretender son la humil­dad, la mortificación, el amor de la humillación, el aniquilamiento de sí mismo, la vida escondida, el evitar la singularidad y la ocasión, para que el orgullo no nazca en el corazón.

San Juan de la Cruz resume así esta doctrina: “POR TANTO DIGO QUE DE TODAS ESTAS APRENSIONES Y VISIONES IMAGINARIAS Y OTRAS CUALESQUIERA FORMAS O ESPECIES (...) AHORA SEAN FALSAS DE PARTE DEL DEMONIO, AHORA SE CONOZCAN SER VERDADERAS DE PARTE DE DIOS, EL ENTENDIMIENTO NO SE HA DE EMBARAZAR NI CEBAR EN ELLAS, NI LAS HA EL ALMA DE QUERER ADMITIR NI TENER PARA PODER ESTAR DESASIDA, DESNUDA, PURA Y SENCILLA” (Subida al Monte Carmelo. Lib II. Cap. 16).

Es exactamente lo opuesto de lo que hacen los carismáticos.


En este punto tampoco coincido contigo, ya que como te dije, los grandes místicos eran carismáticos, aunque no se refirieran a si mismos con ese nombre. Y los carismas no son para ostentar de ellos sino para el bien común de la Iglesia, lee bien al papa Juan Pablo II por favor.

En cuanto a no confiar en si mismo, nadie crece en la vida espiritual sin alguien que lo guíe, en la renovación se procura la guía de los sacerdotes y los obispos, no somos acéfalos, es por eso que se organizan retiros espirituales, jornadas y otras mucha actividades de crecimiento espiritual; y el que crea que puede progresar en los caminos del Espíritu por sí solo es un tonto, ciego, guía de ciegos. Estoy consciente que entre los carismáticos también hay carismaniáticos, pero por esos pocos no vas a colgarle los errores a todos. Ahora si eres un filolefevrista asérrimo comprendo tu inquina hacia la RCC, aunque no la comparta ni diga que es correcta y cristiana esa actitud.

8. El movimiento se concentra en la celebración de la “alegría” del espíritu. No hay lugar en el movimiento para la agonía del Getsemaní, los tormentos de la Pasión, las noches del alma que resaltan en la vida de los Santos; como la noche tan profunda que arrancó de los mismos labios de Cristo el grito de indecible dolor: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Porqué me has abandonado?” (Mt. 27,46).

Los carismáticos deberían saber que la santidad no consiste en la alegría, sino más bien en el sufrimiento. Cristo ha llevado a sus Santos, particularmente a los grandes místicos, a las alturas de la santidad no precisamente por el camino de la alegría, sino por un inenarrable dolor, porque la esencia del amor no es la alegría, sino el sufrimiento: “quien quiera ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mt. 16,24)

La auténtica celebración de la alegría está reservada para el cielo.

Es indicio de mayor perfección decir “que se haga tu Voluntad” en la agonía de Getsemaní, que en la alegría de Pentecostés.


¿Así que debemos estar tristes porque Jesús resucitó? Pues no, pero como dices no hay que olvidar el camino de la cruz, pero hay muchos cristianos que su semana santa termina el viernes y no pasan al domingo y piensan que ser católico es tan sólo padecer el valle de lágrimas, sino que todo lo contrario, el Señor vino a sacarnos de este valle, el estar crucificado con Cristo no quiere decir que andemos doblados y angustiados por la vida, todo lo contrario, todo lo podemos en aquel que nos ama, y ya no hay tribulación ni llanto ni dolor que sea más fuerte que el amor del Señor (lee Rm 8). Y hay un tiempo para cada cosa, y el tiempo del luto terminó para Jerusalén y para el que es de Cristo.

Con esto no niego el valor de la meditación de la cruz y del sacrificio eucarístico, todo lo contrario. Pero así como los sanados por el Señor saltaban de gozo y bendecían a Dios , así es la experiencia del que ha encontrado y dejado entrar a Cristo en su vida.

Por otro lado mira lo que dice el Catecismo acerca del caracter de a liturgia en el número 1136: "La Liturgia es "acción" del "Cristo total" (Christus totus). Por tanto, quienes celebran esta "acción", independientemente de la existencia o no de signos sacramentales, participan ya de la Liturgia del cielo, allí donde la celebración es enteramente Comunión y Fiesta."

y el 1139 En esta Liturgia eterna el Espíritu y la Iglesia nos hacen participar cuando celebramos el Misterio de la salvación en los sacramentos.

Es decir, que si la liturgia celeste es comunión y fiesta, la liturgia y los sacramentos nos hacen participar de esa liturgia celeste, también son comunión y fiesta. Por lo tanto la alegría no sólo está reservada para el cielo, sino que desde ya en los sacramentos la comenzamos a vivenciar y a prepararnos para plena participación en la liturgia del cielo.

9. El Movimiento Carismático contradice el Concilio Vaticano II: en efecto, este enseña que los “dones extraordinarios no hay que pedirlos temerariamente, ni hay que esperar de ellos con presunción los frutos de los trabajos apostólicos” (Lumen Gentium, 12).


No creo que nadie pida en la RCC los carismas temerariamente, porque el que los pide sin saber lo que pide o por motivos torcidos comete un gran pecado. Y todo lo contrario el movimiento carismático es fruto del Concilio Vaticano II

10. Creo que hay muchas personas buenas dentro de la Renovación Carismática o Movimiento Carismático. Muchas personas de “buena fe”, aunque ignorantes en muchos casos, que se dejan engañar por las malas artes de ALGUNOS (OJO, DIGO ALGUNOS) que actuan como falsos profetas.

San Beda me dió el empujón que me faltaba: “Si el escándalo viene por la verdad, es mejor que venga” (Catena Aurea).

[/quote]

Es verdad que tenemos un gran número de gente que no conoce nada o poco acerca de la Escritura, de teología o dogmas o liturgia, pero no es su culpa, muchos llegan a la RCC de una vida apartada de la Iglesia, de ser católicos de nombre y eso a veces es mucho decir, pero también hay muchos, quizás demasiados también fuera de la RCC que están en la misma condición. Es por eso que se hacen retiros, talleres, cursos y jornadas, para paliar esas faltas. No todo es perfecto en la RCC, pero confiamos en la guía del Espíritu santo y la de los pastores de la Iglesia.

Y sí, tiene razón san Beda, cómo dijo san Pablo "la cruz de Cristo es escándalo para los judíos y locura para los griegos", para algunos los carismas son escandalosos, para otros locura, pero el hombre carnal no entiende al hombre espiritual porque simplemente están en esferas distintas, simplemente no le da para entender los misterios del Espíritu.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor montealegredelariv » Dom Mar 04, 2012 8:02 pm

luxose escribió:[...]pero el hombre carnal no entiende al hombre espiritual porque simplemente están en esferas distintas, simplemente no le da para entender los misterios del Espíritu.

Ummmm...eso me ha sonado un poco gnóstico...
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor MARCELAPAZ » Sab May 19, 2012 4:51 pm

En cuanto a la renovación carismática, creo que el santo padre no se referia a semejante culto mas allá de q este aprobada por la santa sede no es la verdadera iglesia católica tradicional, es mas bien la iglesia universal del reino de Dios que ya todos conocemos! cambiaron el gloria por los cantos q se les ocurre! es una falta de respeto! y ademas como si esto fuera poco, metieron dentro de la iglesia una gravisima falta como tomar la sagrada Hostia con las manos, meter ministros de la eucaristía! sanaciones donde la gente cae; bien de culto protestante! sabemos q esto se da en misas donde hay multitudes, y ellos lo hacen en todas las misas, una vergüenza, ya no hay misas en tranquilidad y recogimiento, sino guitarreadas de peñas folcloricas. Descanso en el espiritu santo? que es eso?
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor Damian Arreola » Mar May 22, 2012 5:35 pm

En mi humilde opinión el Movimiento Carismático Catolico no es más que un sincretismo entre el Católicismo y el Pentecostalismos surgido en los años 1735 y 1750.

El Pentecostalismo es un movimiento interreligioso, que ha buscado el sincretismo entre las distintas divisiones cristianas, como parte de los restauracionistas de los siglos XVIII y XIX. Es interesante la impermiabilidad que la Iglesia Católica había tenido a este movimiento, hasta que se incrustó en 1967; posterior al Concilio Vaticano II.

¿Que nos ha pasado?, ¿Sera que no sabemos cual es la diferencia entre Ecumenismo y Sincretismo?, Porque tomamos las enseñanzas de Pablo para justificar el Carismatismo, pero no hacemos caso a sus adverntencias?.

Saludos,
Paz y Bien,

Damián.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor smj » Sab Jun 02, 2012 10:01 am

Hola Damian; No se si sabras que el mismo Papa,hace nada, a la renovación en el espíritu, en el 40 aniversario, en Roma,nos alentó a que siguiesemos orando y alabando en este mundo tan necesitado de la oración y la alabanza al Señor.¿por qué somos motivo de tanta persecución por parte de algún sector de la iglesia?. No pertenecemos a ella?. Te dejo un post para que veáis que el Papa también nos acoge en su seno. Si me permites un consejo, no juzges y no serás juzgado. Desde mi humildad quiero alabar al Señor,lo quiero glorificar y le quiero dar gracias por todo lo que hace por nosotros.
Saludos y bendiciones.
http://www.youtube.com/watch?v=AYtTuGe6qPI
Como conclusión, el Pontífice exhortó a los presentes: “No os canséis de dirigiros hacia el Cielo: el mundo tiene necesidad de oración. Hacen falta hombres y mujeres que sientan la atracción del Cielo en su vida, que hagan de la alabanza al Señor un estilo de vida nueva. ¡Y sed cristianos alegres! Os confío a María Santísima, presente en el Cenáculo durante el evento de Pentecostés”.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor smj » Mar Jun 05, 2012 1:48 am

Saludos en Cristo, y que el Espíritu nos ilumine.Como veo que nadie se digna a contestarme y habiendolo puesto en manos del moderador no tengo más que decir.
Un saludo a todos y que Dios nos asista.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor Damian Arreola » Mié Jun 06, 2012 4:26 pm

smj escribió:Hola Damian; No se si sabras que el mismo Papa,hace nada, a la renovación en el espíritu, en el 40 aniversario, en Roma,nos alentó a que siguiesemos orando y alabando en este mundo tan necesitado de la oración y la alabanza al Señor.¿por qué somos motivo de tanta persecución por parte de algún sector de la iglesia?. No pertenecemos a ella?. Te dejo un post para que veáis que el Papa también nos acoge en su seno. Si me permites un consejo, no juzges y no serás juzgado. Desde mi humildad quiero alabar al Señor,lo quiero glorificar y le quiero dar gracias por todo lo que hace por nosotros.


Disculpa, pero no estoy juzgando, he puesto datos historicos, los cuales me estas confirmando, porque claro en el 2007 cumlieron 40 años del movimiento, mientras que el pentecostalismo tiene mucho más de existir, mientras que el ESPIRITU SANTO, ha estado en su IGLESIA POR 2000 AÑOS.

Y cuando hablo de las recomendaciones de San Pablo, me refeiro a esto:

En virtud de la gracia que me fue dada, le digo a cada uno de ustedes: no se estimen más de lo que conviene; pero tengan por ustedes una estima razonable, según la medida de la fe que Dios repartió a cada uno. Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros con diversas funciones, también todos nosotros formamos un solo Cuerpo en Cristo, y en lo que respecta a cada uno, somos miembros los unos de los otros. Conforme a la gracia que Dios nos ha dado, todos tenemos aptitudes diferentes. El que tiene el don de la profecía, que lo ejerza según la medida de la fe. El que tiene el don del ministerio, que sirva. El que tiene el don de enseñar, que enseñe. El que tiene el don de exhortación, que exhorte. El que comparte sus bienes, que dé con sencillez. El que preside la comunidad, que lo haga con solicitud. El que practica misericordia, que lo haga con alegría.

Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembros de ese Cuerpo. En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas. ¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros? ¿Todos tienen el don de curar? ¿Todos tienen el don de lenguas o el don de interpretarlas? Ustedes, por su parte, aspiren a los dones más perfectos. Y ahora voy a mostrarles un camino más perfecto todavía.

Procuren alcanzar ese amor, y aspiren también a los dones espirituales, sobre todo al de profecía. Porque aquel que habla un lenguaje incomprensible no se dirige a los hombres sino a Dios, y nadie le entiende: dice en éxtasis cosas misteriosas. En cambio, el que profetiza habla a los hombres para edificarlos, exhortarlos y reconfortarlos. El que habla un lenguaje incomprensible se edifica a sí mismo, pero el que profetiza edifica a la comunidad. Mi deseo es que todos ustedes tengan el don de lenguas, pero prefiero que profeticen, porque el que profetiza aventaja al que habla un lenguaje incomprensible. A no ser que este último también interprete ese lenguaje, para edificación de la comunidad.

Sin embargo, en las comunidades Carismáticas Católicas, asi como en las Pentecostales, se da más el "don de lenguas" que el de profesía. De acuerdo a Pablo ¿que tan edificante es este DON para la IGLESIA?.

Ahora bien, "...y nadie se entiende", es un caso descrito en el Génesis 11

Todo el mundo era de un mismo lenguaje e idénticas palabras. Al desplazarse la humanidad desde oriente, hallaron una vega en el país de Senaar y allí se establecieron. Entonces se dijeron el uno al otro: «Ea, vamos a fabricar ladrillos y a
cocerlos al fuego.» Así el ladrillo les servía de piedra y el betún de argamasa. Después dijeron: «Ea, vamos a edificarnos una ciudad y una torre con la cúspide en los cielos, y hagámonos famosos, por si nos desperdigamos por toda la haz de la tierra.» Bajó Yahveh a ver la ciudad y la torre que habían edificado los humanos, y dijo Yahveh: «He aquí que todos son un solo pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto se propongan les será imposible. Ea, pues, bajemos, y una vez allí confundamos su lenguaje, de modo que no entienda cada cual el de su prójimo.» Y desde aquel punto los desperdigó Yahveh por toda la haz de la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por eso se la llamó Babel; porque allí embrolló Yahveh el lenguaje de todo el mundo, y desde allí los desperdigó Yahveh por toda la haz de la tierra.

Por favor explicame...

Saludos,
Paz y Bien,

Damián.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor smj » Jue Jun 07, 2012 1:44 am

Buenos días Damián.
De las intenciones que tú tengas, solo las puedes saber tú; pero de lo que pueda percibir de tu mensaje lo tendré que analizar yo. Si tu no has querido juzgar a nadie, tu solo lo sabras, ahi no entro. Lo que si te puedo decir es lo que yo percibo y eso es lo que me has demostrado tanto en el primero como en el segundo mensaje.
Si para tí es una desviación de la doctrina de la iglesia, para mi la renovación es una bendición de Dios que se nos ha dado.
Mientras la iglesia nos acepte seguiremos con nuestra Alabanza y oración, entre otras cosas, porque no se si sabras que los carismas que tenemos, no son para uso personal, son para uso de toda la iglesia, y como iglesia que somos a ella nos acogemos.
Hablas del don de lenguas; pero el carísma que más se da en la renovación es el del Amor. El de el Amor a el Hermano y el servicio a la comunidad. Creo que te quedas en lo que ves con los ojos y no ves lo reálmente importante, ver con el corazón;una pena.
Para acabar, según las normas de el foro, no se permiten ataques contra miembros de la iglesia; bueno pues si en tu mensaje no ves ataque, ¿que me dices en el anterior de Marcelapaz?;¡y uno seguido de el tuyo!
Saludos y bendiciones.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor Damian Arreola » Jue Jun 07, 2012 8:59 am

Bueno, mi estimado smj:

Claro que las reglas del foro indican que no se puede atacar a la Iglesia Católica; sin embargo, mejor visualiza mis post a un ataque a los "pentecostales", es decir aquel movimiento denominado "El Gran Despertar" surgido en Inglaterra y los Estados Unidos entre 1735 y 1750. ¿Esto también te molestaría?.

Saludos,
Paz y Bien,

Damián.
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Re: Movimientos carismáticos y Abusos litúrgicos

Notapor smj » Jue Jun 07, 2012 1:20 pm

Buenas tardes Damian; si te digo que es el post que más me está costando escribir, te lo puedes creer?. No me molesta el último post, pues no se quién eran los pentecostales, no sabía qué era el sincretismo; Si se quien es mi Iglesia, en la cual me encuentro feliz; Por supuesto que sin dudarlo que es tu misma iglesia por eso mi celo es mayor en defenderme, y creo que el tuyo por defender nuestra Iglesia también. No se si me he explicado. El termino carismático es muy general, pero por lo menos el que se encuentra dentro de la Iglesia Católica es, según yo lo vivo, un regalo de Dios.
Pidamos al Señor que nos ilumine y en su infinita misericordia colme de vienes materiales y espirituales a su iglesia.

Pdta. Sabéis cual es la petición más escuchada en mi grupo de Oración ?. Se le pide al Señor por los sacerdotes, y para que el Señor mande más trabajadores a la viña.
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