¿Profanación del templo?

Seriamente preocupados por las infidelidades y desobediencias que vemos en nuestras iglesias locales, abrimos este espacio queriendo encontrar (dentro de la obediencia a lo que se nos pide en la Lumen Gentium) una manera correcta de expresar nuestras preocupaciones, alertar a nuestros hermanos y hacer lo posible para que las indicaciones que da el Santo Padre se pongan efectivamente en práctica en nuestras diócesis, sin caer en críticas, acusaciones ni ofensas a ningún miembro de la Iglesia

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¿Profanación del templo?

Notapor nuevocatolico » Dom Dic 29, 2013 10:22 am

Hola a todos.
Os leo desde hace algún tiempo, pero una serie de acontecimientos me ha llevado a registrarme para preguntaros vuestra opinión sobre este tema.
Hace muy poco desde que fui llamado a la conversión y me encuentro con algunos temas que no entiendo muy afines a la doctrina católica en si en la parroquia donde me intento integrar, pero claro tampoco conozco lo suficiente la doctrina católica para afirmar que el error no esté en mi .
Desde unas tendencias demasiado marcadas al ecumenismo hasta hechos como el que os planteo.
Recientemente se ha llevado a cabo una comida de "hermandad" para los beneficiarios de Caritas de la parroquia, el "problema" es que se ha hecho dentro del templo. :?

Ha suscitado división entre los que defienden lo que ha podido ser un anticipo del "banquete del reino" y los que ,como yo opino, ha sido una como mínimo banalización del templo y una desacralización.

El ver retirados los bancos y el templo lleno de mesas, manteles de papel, cocacolas...brindando con cava y vino delante del altar, comiendo delante del sagrario...

Por no hablar de los "comensales" que de católicos practicantes tienen lo que yo de Obispo.
Amén de haber provocado un malestar entre los parroquianos.
¿Qué opináis de esto?, no dudo de la buena intención de los organizadores pero me parece una absoluta falta de respeto a lo sagrado y a nosotros mismos.
Un saludo.
nuevocatolico
 
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Re: ¿Profanación del templo?

Notapor SPedro40 » Dom Dic 29, 2013 2:43 pm

Es un abuso tremendo. No un abuso, una titánica desacralización del templo que por lo que nos dices vete a saber si se encuenta Jesús en el sagrario.

Mi consejo, vete a otra parroquia donde al menos respeten el templo y no cometan abusos graves.

Un saludo.
SPedro40
 
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Re: ¿Profanación del templo?

Notapor nuevocatolico » Mié Ene 01, 2014 11:14 am

Gracias por tu opinión.
Parece que pasando los días amaína algo la tormenta y algunos ya reconocen el error.
Aunque la intención fuera buena hay cosas con las que no se pueden hacer experimentos.
No voy a cambiar de parroquia, al contrario, si hay hermanos que andan algo "despistados" es nuestro deber corregirles con Caridad.
EL Señor seguro sabrá entender los motivos .
Un saludo.
nuevocatolico
 
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Re: ¿Profanación del templo?

Notapor eduarod » Mié Ene 01, 2014 2:43 pm

Estimado en Cristo nuevocatolico:

Si lo que quieres es hacer una corrección fraterna constructiva, este canon del Código de Derecho Canónico (son las leyes de la Iglesia, por si no estás aún familiarizado con ello) te puede ser de mucha ayuda:

1210 En un lugar sagrado sólo puede admitirse aquello que favorece el ejercicio y el fomento del culto, de la piedad y de la religión, y se prohibe lo que no esté en consonancia con la santidad del lugar. Sin embargo, el Ordinario puede permitir, en casos concretos, otros usos, siempre que no sean contrarios a la santidad del lugar.


Es claro que aquello directamente relacionado con el culto y la piedad se puede hacer sin ningún problema ni permiso particular.
Que lo que contradice la santidad del lugar NUNCA se puede hacer.
Y que existen usos que no están directamente relacionados con el culto y la piedad, pero que no son contrarios a la santidad del lugar; pero estos no se pueden hacer así nada más, sino deben ser aprobados por el Ordinario.
"El Ordinario" es una referencia a la persona que tiene a su cargo la Iglesia local o una congregación religiosa, usualmente un obispo, pero se dice Ordinario porque en ciertas circunstancias un presbítero puede llegar a desempeñar esas funciones temporalmente en lo que se nombra a un obispo cuando la sede de la diócesis queda vacante; o, en el caso de las congregaciones, sociedades e institutos religiosos, puede ser una referencia a los superiores de la congregación, sociedad o instituto. Nos dice el Derecho:
134 § 1. Por el nombre de Ordinario se entienden en derecho, además del Romano Pontífice, los Obispos diocesanos y todos aquellos que, aun interinamente, han sido nombrados para regir una Iglesia particular o una comunidad a ella equiparada según el ⇒ c. 368, y también quienes en ellas tienen potestad ejecutiva ordinaria, es decir, los Vicarios generales y episcopales; así también, respecto a sus miembros, los Superiores mayores de institutos religiosos clericales de derecho pontificio y de sociedades clericales de vida apostólica de derecho pontificio, que tienen, al menos, potestad ejecutiva ordinaria.

Finalmente, para que te puedas formar una idea respecto a cuáles pueden ser esos usos concretos que no estén relacionados con el culto y la piedad, pero no sean opuestos a la santidad del lugar, es relativamente frecuente, por ejemplo, que las autoridades culturales de una ciudad soliciten, por ejemplo, el uso de un templo barroco para presentar un concierto de música de esa época, o tal vez para un conjunto de cuerdas o música sinfónica.
Si el concierto es de música religiosa (p.ej. en muchos templos que tienen un órgano de calidad es frecuente que se presenten conciertos de organo con múscia religiosa) en realidad SI está directamente relacionado con el culto y la piedad y no requeriría de ningún permiso especial.
Pero si se trata meramente de música de cámara, o de alguna obra sinfónica no religiosa (p.ej. un concierto de Mozart o una sinfonía de Beethoven) es claro que NO es algo que directamente fomente o esté relacionado al culto o la piedad, y, sin embargo, se reconoce generalmente que estas obras musicales enriquecen culturalmente a la persona y en su naturaleza propia logran también enaltecer de alguna manera el espíritu, razón por la cual un concierto de esta naturaleza puede considerarse perfectamente compatible con la santidad del lugar a pesar de no tener un significado propiamente religioso. Y, sin embargo, un concierto de esta naturaleza SI requiere ya de la aprobación de la que habla el derecho.

Lo que has descrito, por mucho que se usara la convivencia faternal como pretexto, e incluso, como me parece que ha sido el caso, llamar a los desposeidos para hacerles sentir que Cristo los recibe a diferencia del mundo que en buena medida les ha rechazado, y que ciertamente parece un objetivo loable y digno, objetivo que habría sido bueno llevar a cabo en otro lugar; por otra parte, en efecto, realizado en el templo me parece un uso NO conforme a la santidad del lugar y, por consiguiente, del todo inadecuado.
Para comprender bien el porqué y no dejarse llevar por lo loable y digno del objetivo general, es decir, para NO caer en el error de pensar que negar el templo a esas personas es tanto como rechazarlas al igual que las ha rechazado el mundo, consideremos primero un texto del Evangelio y después la manera en que ese texto se aplica en un hermoso signo en la Iglesia. El texto del Evangelio es el siguiente:
Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo:
«El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo.
Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir.
De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas".
Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad.
Luego dijo a sus servidores: "El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él.
Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren".
Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta.
"Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?". El otro permaneció en silencio.
Entonces el rey dijo a los guardias: "Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes".
Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos».
San Mateo 22, 1-14

Si, Jesús invita a todos al Banquete del Reino, y nos invita a pesar de si hemos sido buenos o malos.
Pero eso NO quiere decir que al Banquete del Reino pueda ir entonces cualquiera en cualquier situación o circunstancia a comportarse como se le ocurra o antoje.
Sino es preciso ir "con el traje de fiesta". Es decir, es preciso ir con una preparación y una actitud APROPIADAS y DIGNAS del Banquete del Reino.

Esto nos lleva a la manera en que esta necesidad se expresa en la Iglesia mediante un hermoso signo, que es la participación en la Eucaristía de los catecúmenos. Y es que, lo sabemos bien, la Sagrada Eucaristía es nuestra VERDADERA participación en el Banquete del Reino YA en este mundo. ¿Y acaso celebramos la Eucaristía de manera festiva y desordenada, al estilo de las ruidosas fiestas del mundo? ¿o acaso admitimos a cualquiera que se quiera acercar? ¿no más bien impedimos a nuestros propios hijos acercarse a Ella en tanto no estén debidamente preparados, es decir, en tanto no tengan su propio "traje de fiesta"?
Pues bien, en la preparación de los catecúmenos, es decir, aquellos que se están recién acercando a la Fe de Cristo y desean ser Bautizados en ella, la Iglesia simboliza esta falta de preparación y esta necesidad de revestirse de ese "vestido de fiesta" para participar DIGNAMENTE del Sagrado Banquete pidiendo a los catecúmenos que se retiren al terminar la Liturgia de la Palabra. Esto denota cómo ellos recién se están alimentando del Anuncio del Evangelio de Cristo para poder llegar a prepararse y alcanzar esa pelnitud de la Fe que es el "traje de fiesta" con el que deben revestirse para participar dignamente del Banquete del Reino. Pero que, a la vez, reconocen que AÚN NO cuentan con ese "vestido de fiesta" que todavía no está plenamente preparados para esa DIGNA participación en el Banquete del Reino, y por eso es que se retiran.

De la misma manera es necesario entender que Cristo está plenamente ABIERTO a recibirnos a todos, pero Cristo NO nos quiere en el estado de miseria y pecado en el que nos encontramos, sino Cristo nos invita a ir a Él para LIMPIARNOS de todos nuestros defectos y pecados:
Yo los tomaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los países y los llevaré a su propio suelo.
Los rociaré con agua pura, y ustedes quedarán purificados. Los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus ídolos.
Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne.
Infundiré mi espíritu en ustedes y haré que signa mis preceptos, y que observen y practiquen mis leyes.
Ustedes habitarán en la tierra que yo ha dado a sus padres. Ustedes serán mi Pueblo y yo seré su Dios.
Ezequiel 36, 24-28

La santidad del Templo, es, pues, verdadero anticipo de la Patria Celestial en la que hemos de habitar todos YA purificados de todas esas impurezas de las que Cristo nos quiere librar. Y es precisamente por eso que el templo NO ES un espacio abierto a CUALQUIER cosa que se nos pueda ocurrir, incluso con buenos objetivos o con buenas intenciones, como es el caso. Sino es un recinto en el que se deben hacer ÚNICAMENTE aquellas cosas compatibles con esa santidad y purificación. NO ES, pues, el espacio propio para que aquellos que han sido recién llamados por Cristo y no han tenido purificación alguna vengan a comportarse y expresarse como ellos quieran, como si en el Banquete del Reino se fuera a recibir a todos tal cual llegan y sin pedirles ese "traje de fiesta" que es el resultado de esa purificación que Cristo quiere realizar en todos nosotros para nuestro bien.
No, precisamente restringir las actividades que pueden y no pueden realizarse en el templo es el signo por el cual todos pueden entender que es precisa esa purificación para participar plenamente del Banquete del Reino; la actividad ORDINARIA de Caritas para con esas personas es el medio por el cual ellas pueden entender que Cristo SALE a su ENCUENTRO, y NO les abandona como les ha abandonado el mundo; pero si las personas quieren permanecer cerca de Cristo, si quieren unirse a Él que con esa Infinita Bondad les ha buscado y NO les ha abandonado, es preciso que entiendan que deben DEJARSE PURIFICAR POR ÉL. Y guardar la santidad del Templo es el medio más elemental por el que eso queda simbolizado de manera NO AGRESIVA, sino plenamente natural a los ojos de cualquiera.
Vulnerar entonces ese signo es un mal muy serio, porque precisamente NUBLA esa forma natural y no agresiva de entender la necesidad de esa purificación a los ojos de aquellos que son invitados: parecería entonces que Cristo, como tanto le gusta repetir al mundo moderno, nos admite completamente "tal cual somos", y es que es verdad que Cristo NOS AMA tal cual somos, pero, PORQUE NOS AMA, no nos admite "tal cual somos" en nuestra totalidad, sino PORQUE NOS AMA nos quiere ver LIBRES de esa inmundicia y pecado que NOS ESCLAVIZAN. Cristo nos Ama y NO nos quiere ver esclavos, sino personas VERDADERAMENTE libres y felices. Pero NO ES libre aquel que hace lo que se le antoja cuando en realidad está actuando como esclavo de sus pasiones que le subordinan a sus propios caprichos. Sino es verdaderamente libre únicamente aquel que ha aprendido a controlar sus pasiones y ejerce domino sobre ellas, de tal manera que puede dedicar los Dones que Dios le ha dado para entregarse en el Amor, a ejemplo del Padre y el Hijo que se Entregan mutuamente en el Amor en la Unidad del Espíritu Santo.
Y todo esto es lo que se simboliza y transmite a los fieles al salvaguardar la santidad del Templo, razón por la cual resulta tan importante mantenerla, y que queda completamente confundido y nublado cuando vulneramos esa santidad.

Espero que esto te sirva para ayudar a otros a entender el asunto.

Que Dios te bendiga en la alegría del Nacimiento del Redentor.
eduarod
 
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Re: ¿Profanación del templo?

Notapor eduarod » Mié Ene 01, 2014 2:55 pm

P.D. La idea de invitarlos a una comida, sobre todo en Navidad, no es mala, pero NO en el Templo, habría que invitarlos a otro lugar; y NO como anticipación del Banquete del Reino, sino como muestra o extensión de ese Don GRATUITO de Dios, que ha sido ENVIARNOS a su Hijo. Pero asi como el Niño de Belén no vino meramente a pasear, sino a invitarnos a seguirle, y que seguirle implica esa purificación de la que hemos hablado, que es en verdad la Cruz, así tampoco queda terminada la labor invitando a esas personas a una comida, sino es preciso invitarlas a seguir a Cristo en su totalidad, de lo contrario, todo queda en vulgar y estéril filantropía que no sirve de nada. Ya nos lo dice San Pablo:
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
I Corinitos 13, 3

Y el verdadero amor es el que nos debe mover, a ejemplo de Cristo, a querer ver a esas personas PURIFICADAS de sus esclavitudes, y no meramente contentas y bien alimentadas después de una rica cena. Y es POR ESO que la labor necesariamente debe buscar IR MÁS ALLÁ.
Por ejemplo, se puede hacer la cena, y, dentro de ella, explicando el sentido del signo como extensión del Don Gratuito de Dios que es ese Niño de Belén, invitar a las personas a un ceremonia litúrgica, o bien a una "plática de inducción" en la cual se les comience a explicar el sentido del don gratuito que por medio de esa cena se les ha dado y cómo Cristo nos invita a seguirle porque nos Ama. De modo que no todo se quede en la ayuda y en la cena, sino estas personas sean conscientes de que Cristo no vino meramente a rellenar sus cuerpos, sino a sanar sus corazones.

Saludos y bendiciones en la alegría del Niño de Belén.
eduarod
 
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Re: ¿Profanación del templo?

Notapor nuevocatolico » Jue Ene 02, 2014 9:00 am

Gracias "eduarod", voy a estudiar lo que me has puesto.

Por otro lado el Obispado ha hecho pública una nota informativa alabando la acción, supongo que para poner fin al tema.
Un saludo.
nuevocatolico
 
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Re: ¿Profanación del templo?

Notapor eduarod » Vie Ene 03, 2014 2:05 am

nuevocatolico escribió:Gracias "eduarod", voy a estudiar lo que me has puesto.

Por otro lado el Obispado ha hecho pública una nota informativa alabando la acción, supongo que para poner fin al tema.
Un saludo.

Como te decía, me parece que el hecho en si (no que se haya usado el templo, sino que la atención a los necesitados no se quede en un mero "darles limosna", sino se vaya más allá y se de un paso por invitarles y acogerles) es bastante loable; y, como te indico con mi aporte anterior, en realidad pienso que es algo que no se debería perder, sino, en todo caso, perfeccionar y ejecutar de mejor manera en la siguiente ocasión.
Y bueno, si las dos únicas opciones que existieran en el universo fueran volver a hacer esa acogida en el templo, o no hacerla en lo absoluto, quizá habría que pensar volver a hacerla en el templo, eso si, tal vez reservando al Santísimo en otro lugar antes de proceder para al menos de esa manera tan elemental salvaguardar el signo.
Pero lo bueno es que no son las dos únicas opciones que existen en el universo, sino pueden existir opciones que permiten hacer la acogida (haciéndola en un salón parroquial, por ejemplo, si no es en esa parroquia, porque no los tiene, pues en otra cercana), dándole incluso más sentido, y a la vez salvaguardar la santidad del recinto sagrado.
Por otro lado, a los obispados a veces llega nada más la noticia de la esencia del asunto, que, como concepto, insisto en que se oye muy bien; y no necesariamente llegan los detalles prácticos de exactamente cómo y dónde se hicieron las cosas y exactamente qué sucedió. Vamos, que tampoco es imposible imaginar una comida relativamente discreta, sencilla y ordenada que pudiera considerarse no tan opuesta a la santidad del lugar y quedar dentro de esos usos que pudieran no contradecir la santidad del lugar aunque tampoco promuevan el culto. Seguramente en la historia de la Iglesia más de un gurpo de monjes u otra clase de personas se ha visto forzado, por diferentes formas de necesidad, a compartir los sagrados alimentos respetuosamente en un recinto sagrado. Pero no parece ser este el tipo de comida que ocurrió según la descripción que haces.
Por eso es que creo que, sin seguir aramando división o alboroto, sino más bien de una manera propositiva y constructiva, se presente la opción de continuar estas comidas en el futuro, pero en un recinto más adecuado y con un plan de desarrollo de largo plazo para aquellos que no se quieran quedar como los que siguieron a Jesús nada más porque habían comido pan en la multiplicación de los panes, sino busquen algo más:
Jesús les respondió: «Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello».
San Juan 6, 26-27


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eduarod
 
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