Educar en la moral

Los diez mandamientos son resumen y proclaman la ley de Dios. Son un don de Dios a la humanidad, para que conozcamos su Santa Voluntad. La conciencia moral ordena a la persona, «en el momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal. Juzga también las opciones concretas aprobando las que son buenas y denunciando las que son malas, es decir, la posibilidad de ver nuestros propios actos en relación con los planes de Dios. Estos foros son un espacio para discutir, aclarar, consultar y aprender a vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, guiados por su gracia y para promover una buena formación de la conciencia

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Educar en la moral

Notapor enrique_ellena » Sab May 24, 2014 2:41 pm

Catequesis de adultos: educar en la moral
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La vida moral, es decir, la posibilidad de vivir según el Espíritu una existencia cristiana nueva y renovada se puede cultivar en la catequesis de adultos, en cierto modo, de manera indirecta. Pensemos que:
“La conversión a Jesucristo implica caminar en su seguimiento. La catequesis debe, por tanto, e inculcar en los discípulos las actitudes propias del Maestro. Los discípulos emprenden, así, un camino de transformación interior en el que, participando del misterio pascual del Señor, pasan del hombre viejo al hombre nuevo en Cristo. El sermón del Monte, en el que Jesús, asumiendo el decálogo, le imprime el espíritu de las bienaventuranzas, es una referencia indispensable en esta formación moral, hoy tan necesaria. La evangelización, que comporta el anuncio y la propuesta moral, difunde toda su fuerza interpeladora cuando, junto a la Palabra anunciada, sabe ofrecer también la palabra vivida. Este testimonio moral, al que prepara la catequesis, ha de saber mostrar las consecuencias sociales de las exigencias evangélicas” (DGC 85).

Junto a la provocación que los temas doctrinales desarrollaban en los catequizandos, requiriendo de ellos nuevos comportamientos de vida, de vez en cuando, jalonando el curso catequético, la formación específicamente moral se debe desarrollar:

1) Dedicando algunas catequesis específicas al año (cada año) al concepto de pecado, su maldad, sus consecuencias de ruptura con Dios, con los demás y con uno mismo; pensemos que hoy no hay conciencia de pecado, sino que se le mira como una mera transgresión de una norma, o una equivocación sin más.

2) Presentando la vida moral tal como la desarrolla el Catecismo de la Iglesia Católica en su 3ª parte; ahí tendremos los distintos pecados siguiendo el Decálogo y las Bienaventuranzas, así como explicar qué son los pecados capitales, uno a uno, paso a paso.

3) Presentando algunos exámenes de conciencia. Hay que recordar que, inspirándose en el catecumenado, el RICA plantea como objetivo “la conversión inicial y la voluntad de cambiar de vida” (RICA 15). Cada examen de conciencia inspirado en temas diferentes:

• un examen de conciencia clásico sobre los Diez Mandamientos,
• otro sobre el doble mandamiento del amor,
• otro sobre las bienaventuranzas,
• otro sobre las virtudes cardinales,
• otro sobre las 7 cartas del Espíritu a las Iglesias del Apocalipsis, etc...

Los exámenes de conciencia evidencian lo que es el pecado bajo diversos ángulos, sus raíces, sus ramificaciones, la maldad y la realidad del pecado, y sirven para confrontar la propia vida con Cristo, reconociendo los propios pecados tantas veces encubiertos o ignorados. Es lo que en el RICA se plantea para la etapa de escrutinios: “descubrir en los corazones de los elegidos lo que es débil, morboso o perverso para sanarlo; y lo que es bueno, positivo y santo para asegurarlo” (RICA 25). Estos exámenes de conciencia explicados -toda una sesión de catequesis- tendría su momento propio al inicio del Adviento y al principio de la Cuaresma.

Se educa de esta forma en la necesidad del sacramento de la Reconciliación con una periodicidad regular y además participando juntos en las celebraciones comunitarias de la Penitencia en la parroquia en Adviento y Cuaresma, ofreciendo además la posibilidad de un acompañamiento personal o dirección espiritual que ayude a personalizar e interiorizar lo que van descubriendo y viviendo en la catequesis de adultos. Este proceso de catequesis de adultos para muchos resultará la aparición de un mundo nuevo y desconocido, y llenos de entusiasmo, lo necesitarán discernir, afianzar y canalizar, en forma de compromiso de la fe, de apostolado, de santificación: “deben aprender también a cooperar activamente a la evangelización y a la edificación de la Iglesia con el testimonio de su vida y con la profesión de la fe” (RICA 19).

La dimensión moral es la vivencia del catolicismo en lo práctico, en la vida concreta, guiados por el Espíritu Santo en el corazón, de ahí que lo moral debe ser iluminado en la catequesis de adultos, con una formación recta.
ImagenAquí estoy Señor para hacer tu voluntad
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