Desobedecer para cumplir un Mandamiento

Los diez mandamientos son resumen y proclaman la ley de Dios. Son un don de Dios a la humanidad, para que conozcamos su Santa Voluntad. La conciencia moral ordena a la persona, «en el momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal. Juzga también las opciones concretas aprobando las que son buenas y denunciando las que son malas, es decir, la posibilidad de ver nuestros propios actos en relación con los planes de Dios. Estos foros son un espacio para discutir, aclarar, consultar y aprender a vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, guiados por su gracia y para promover una buena formación de la conciencia

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Desobedecer para cumplir un Mandamiento

Notapor VictorSL » Mar Jun 03, 2014 10:58 pm

Tengo una duda que Dios quiera me puedan ayudar a resolverla:
Resulta que mi hija NO puede ir a Misa los Domingos, porque su mamá no le da permiso.
Aclaro que ella y yo estamos separados desde hace mas de 17 años, y mi hija siempre ha
vivido con ella y ya es mayor de edad.
Su Mamá siempre ha estado alejada de la Iglesia Catolica (aunque nos casamos por la Iglesia) y
pone como pretexto para no dejarla ir, que nuestra hija se mira con su novio en esas idas a Misa,
lo cual no es cierto.
¿La Doctrina Catolica le permite a mi hija desobedecer a su madre para poder cumplir con
el precepto de asistir a Misa ó, debe obedecerla ?
¿algun documento o Doctrina de la Iglesia que establezca el correcto proceder?
No se si este tema va en este foro, por favor cambiarlo al correspondiente, si no es asi.
Muchas gracias por su ayuda.
Dios los bendiga
"el sufrimiento engendra paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espiritu Santo que nos ha sido dado".(Rom 5:3b-5)
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Re: Desobedecer para cumplir un Mandamiento

Notapor Devoto13 » Sab Jun 21, 2014 4:43 pm

¿Debe tu hija obedecer a un mandato de Dios o obedecer a una orden errónea de su madre? Como dijo Jesús a María cuando lo encontraron en el Templo: "la Voluntad de Dios está por encima de todas las cosas."
Su madre, con perdón, está ciega espiritualmente, no ve la real importancia de la Misa, por tanto, ¿crees que un ciego debe guiar? Juzga tú mismo.
Sagrado Corazón de Jesús ¡en Vos confío!
Dulce Corazón de María ¡sed la salvación mía!
Jesús, María os amo, ¡salvad las almas!
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Re: Desobedecer para cumplir un Mandamiento

Notapor enrique_ellena » Dom Jun 22, 2014 4:14 pm

Creo que en primer lugar abría que saber dual es la edad de tu hija, para saber si está obligada aun a su obediencia. Aquí se está ablando del cuarto mandamiento y de un precepto de la iglesia que no es lo mismo de lo dicho anteriormente, si bien ambos son obligación.
Pero creo absolutamente convencido de que aquí falta algo que es más importante en la vida, el amor de unos por los otros y la necesidad de un dialogo adulto, responsable, respetuoso y cargado de generosidad y tolerancia. En el encontraremos los caminos deseados sin violentar la conciencia de nadie.
Si la hija ya es mayor y la determinación no es alcanzada a través del dialogo es muy bueno dejar claro que se cumplirá con el precepto de cualquier manera, con la salvedad de que si su madre tiene una escusa de sus malas intenciones, relativas, y casi ridículas le queda la alternativa e acompañarla a Misa y de paso se acercara a Dios en alguna medida aunque vaya forzada por vigilar a la niña. Una conclusión que abre el camino a salir de los caprichos y de las escusas infundadas.
Yo supongo y quiero comprender que luego de dialogar dentro de los términos citados cualquier alma medianamente lógica terminara aceptando lo apropiado y evitando un mal mayor. Pero también quiero decir que esto está vinculado a la situación de familia anormal en que a la niña le ha tocado crecer algo que hace responsable a sus padres sin límites ni escusas. Dios unió un hombre y una mujer para toda la vida y la soberbia, el egoísmo y la falta de madures los separo dejando a la niña como la víctima inocente de esta situación. Debemos aprender a dialogar en primer lugar y luego practicar el mandamiento del amor que es el primero de todos y especialmente donde la humildad debe estar presente.
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Re: Desobedecer para cumplir un Mandamiento

Notapor VictorSL » Vie Jul 18, 2014 11:37 am

Estimado "Enrique ellena",
Como dije, ella ya es mayor de edad (18 Años); legalmente ya puede tomar desiciones personales, pero implica desobedecer a su mama, porque no puede convencerla de dejarla ir sola y a ella no le interesa vencer su pereza para acompañarla.

Bendiciones.
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Re: Desobedecer para cumplir un Mandamiento

Notapor eduarod » Dom Jul 20, 2014 4:12 pm

Estimado en Cristo VictorSL:

El Único que tiene Verdadera Autoridad por Derecho Propio es Dios.
A partir de ahí TODA otra autoridad legítima que pueda existir lo es tan solo porque recibe autoridad delegada de Dios. Cristo mismo lo dejó meridianamente claro cuando respondió a Poncio Pilato:
Jesús le respondió: «Tú no tendrías sobre mí ninguna autoridad, si no la hubieras recibido de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti ha cometido un pecado más grave».
San Juan 19, 11

Y no parece incidental incluso que el mismo Pilato, con toda la prepotencia autoritaria que como gobernador romano seguramente tenía, y que queda denotada en su comentario anterior "¿A mí no me hablas?", aún así percibiera la veracidad de las Palabras de Cristo y, que entonces, como continúa el Evangelio, a partir de ese momento comience a esforzarse en liberar a Jesús.
Asi pues, no perteneciéndole gratuita e irrestrictamente a nadie más la autoridad, es claro que la persona que la recibe NO ES libre de ejercerla de la manera en que mejor le guste; sino, si pretende ejecerla correctamente de manera que pueda dar buenas cuentas a Dios de ese Don que recibió, la persona DEBE ejercer tal autoridad en el sentido y por los motivos por los que Dios se la dio.
De ahí que, cuando la autoridad NO es ejercida en ese sentido, sino de manera contraria al mismo, pierde su razón de ser y cesa de exisitr la obligatoriedad de obedecerla.
Por supuesto que eso no quiere decir que la persona sujeta a la autoridad pueda desobedecer cualquier orden o disposición que no le parezca o que no le guste. Eso seria una anarquía y aniquilaría por completo la razón de ser de la autoridad.

La Iglesia considera que el Cuarto Mandamiento obliga tanto a la obediencia a los padres, como a la autoridad civil:
Catecismo de la Iglesia Católica escribió:2197 El cuarto mandamiento encabeza la segunda tabla. Indica el orden de la caridad. Dios quiso que, después de Él, honrásemos a nuestros padres, a los que debemos la vida y que nos han transmitido el conocimiento de Dios. Estamos obligados a honrar y respetar a todos los que Dios, para nuestro bien, ha investido de su autoridad.

2199 El cuarto mandamiento se dirige expresamente a los hijos en sus relaciones con sus padres, porque esta relación es la más universal. Se refiere también a las relaciones de parentesco con los miembros del grupo familiar. Exige que se dé honor, afecto y reconocimiento a los abuelos y antepasados. Finalmente se extiende a los deberes de los alumnos respecto a los maestros, de los empleados respecto a los patronos, de los subordinados respecto a sus jefes, de los ciudadanos respecto a su patria, a los que la administran o la gobiernan.

Este mandamiento implica y sobrentiende los deberes de los padres, tutores, maestros, jefes, magistrados, gobernantes, de todos los que ejercen una autoridad sobre otros o sobre una comunidad de personas.
...
2234 El cuarto mandamiento de Dios nos ordena también honrar a todos los que, para nuestro bien, han recibido de Dios una autoridad en la sociedad. Este mandamiento determina tanto los deberes de quienes ejercen la autoridad como los de quienes están sometidos a ella.

Queda claro entonces que las obligaciones del Cuarto Mandamiento exceden a las meras funciones de orientación y protección por las que, a causa de su inexperiencia y necesidad, los padres tienen derecho a ejercer sobre sus hijos y por las que estos últimos naturalmente tienen obligación de obedecerles:

Catecismo de la Iglesia Católica escribió:2228 Durante la infancia, el respeto y el afecto de los padres se traducen ante todo en el cuidado y la atención que consagran para educar a sus hijos, y para proveer a sus necesidades físicas y espirituales. En el transcurso del crecimiento, el mismo respeto y la misma dedicación llevan a los padres a enseñar a sus hijos a usar rectamente de su razón y de su libertad.
...
2216 El respeto filial se expresa en la docilidad y la obediencia verdaderas. “Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu madre [...] en tus pasos ellos serán tu guía; cuando te acuestes, velarán por ti; conversarán contigo al despertar” (Pr 6, 20-22). “El hijo sabio ama la instrucción, el arrogante no escucha la reprensión” (Pr 13, 1).

No, vemos en la Enseñanza de la Iglesia que el ámbito del cuarto mandamiento abarca también aquella obediencia que todos debemos a la autoridad legítima en la sociedad para el recto orden y funcionamiento de la misma.
Esto lo menciono porque con frecuencia NO es suficiente recurrir meramente a la edad de la persona para afirmar que esta "ya puede tomar sus propias decisiones" y que, por consecuencia "no esta ya obligada" a la obediencia a sus padres. Por el contrario, no sin una dosis significativa de razón, muchas veces los padres reclaman a sus hijos rebeldes, sobre todo en la adolescencia, con palabras tales como: "si, ya eres grande, pero mientras vivas bajo mi techo y te alimentes con lo que yo te doy, entonces seguirás mis reglas". Es verdad que a veces los padres quieren abusar de esta situación para tratar de continuar ejerciendo un cómodo dominio absoluto sobre los hijos; pero en muchas otras ocasiones el reclamo es auténtico y legítimo en la medida en la que la actitud del hijo rebelde que no quiere obedecer las reglas, en efecto, altera la armonía familiar. De ahí que la mera referencia a la edad, si bien si implica un cambio en la manera y motivos por los que se ejerce la autoridad, por otro lado no parece poder proporcionar un argumento definitivo y suficiente para resolver esta cuestión. Porque la obligación a la obediencia (aunque permanece la del honor y el respeto) NO cesa con la edad, sino con la empancipación de los hijos, es decir, cuando realmente se rompen los vínculos de una dependencia constante:
Catecismo de la Iglesia Católica escribió:2217 Mientras vive en el domicilio de sus padres, el hijo debe obedecer a todo lo que éstos dispongan para su bien o el de la familia. “Hijos, obedeced en todo a vuestros padres, porque esto es grato a Dios en el Señor” (Col 3, 20; cf Ef 6, 1).
...
Cuando se hacen mayores, los hijos deben seguir respetando a sus padres. Deben prevenir sus deseos, solicitar dócilmente sus consejos y aceptar sus amonestaciones justificadas. La obediencia a los padres cesa con la emancipación de los hijos, pero no el respeto que les es debido, el cual permanece para siempre. Este, en efecto, tiene su raíz en el temor de Dios, uno de los dones del Espíritu Santo.


Asi pues, es claro que los hijos DEBEN obediencia a sus padres en la medida en que exista una dependencia de ellos, y que esto TAMBIÉN es Voluntad de Dios.
Y aunque tú también eres su padre y puedes darle órdenes; por otro lado, claramente la dependencia que tiene respecto a ti es menor que la que tiene respecto a su madre y, después de todo, el hogar familiar en el que se desarrolla es en el de ella, de donde se sigue que, en orden de prioridades a órdenes conflictivas que no tuviesen mayor implicación, ella tendría una obligación superior de obedecer las de su madre que las tuyas.

PEEERO:
Hemos subrayado que los hijos DEBEN obedecer TODO lo que sus padres dispongan PARA SU BIEN O EL DE LA FAMILIA.
Es decir, regresamos a lo que decíamos al inicio respecto a que la autoridad Dios NO la ha delegado en las personas para ser ejercida de manera caprichosa e indiscriminada, sino para ser ejercida EN BENEFICIO REAL de las personas.
Decíamos que eso NO justifica desobedecer lo que no nos guste o, sobre todo en el caso de los hijos, lo que estos no entiendan todavía las razones por las que se pide (lo que es muy común en los niños y jóvenes).
Pero SI justifica NO OBEDECER aquello que, en condiciones que ahora analizaremos, claramente se vea como FRANCAMENTE CONTRARIO a la Justicia y a la Ley de Dios.
Es decir, NINGUNA AUTORIDAD puede reclamar una obediencia cuando se abusa de tal autoridad en favor del mal y la injusticia.
Respecto a la autoridad civil, cuya obediencia, ya lo hemos visto, se da como en una extensión de la obediencia a la autoridad paternal, la Iglesia es meridianamente clara al Enseñar que no solo a veces es posible desobedecer, sino que, inlcuso, puede llegar a ser una OBLIGACIÓN el DESOBEDECER:
Catecismo de la Iglesia Católica escribió:2242 El ciudadano tiene obligación en conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio. El rechazo de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política. “Dad [...] al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22, 21). “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5, 29):

«Cuando la autoridad pública, excediéndose en sus competencias, oprime a los ciudadanos, éstos no deben rechazar las exigencias objetivas del bien común; pero les es lícito defender sus derechos y los de sus conciudadanos contra el abuso de esta autoridad, guardando los límites que señala la ley natural y evangélica» (GS 74, 5).

Y, sin embargo, como lo indica el segundo párrafo que hace referencia a la Constitución Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, tal desobediencia TAMPOCO es como un derecho fundamental u obligación irrestricta. Sino se acota a su vez que se deben guardar los límites que señala la ley natural y evangélica, que son las condiciones de las que ya habíamos hablado y sobre las que volveremos al final.

Esta desobediencia NO SOLO es aplicable a la autoridad civil, sino las mismas condiciones aplican respecto a la autoridad paterna y sus delegados o representantes, como lo señala un numeral del Catecismo que ya habíamos citado parcialmente:
Catecismo de la Iglesia Católica escribió:2217 Mientras vive en el domicilio de sus padres, el hijo debe obedecer a todo lo que éstos dispongan para su bien o el de la familia. “Hijos, obedeced en todo a vuestros padres, porque esto es grato a Dios en el Señor” (Col 3, 20; cf Ef 6, 1). Los niños deben obedecer también las prescripciones razonables de sus educadores y de todos aquellos a quienes sus padres los han confiado. Pero si el niño está persuadido en conciencia de que es moralmente malo obedecer esa orden, no debe seguirla.

Es claro, pues, que lo que es CONTRARIO al bien del niño o de la familia por ser moralmente malo, NO DEBE ser obedecido por el niño (o joven).

Si, ciertamente la Iglesia Enseña como uno de sus propios Mandamientos, el Primero, guardar las fiestas de Precepto, pero eso NO ES un precepto o enseñanza caprichoso y gratuito, sino tiene un claro fundamento en el bien de la persona, fundamento que, por demás, tampoco es del todo ajeno al Cuarto Mandamiento, puesto que :
Catecismo de la Iglesia Católica escribió:2040 Así puede desarrollarse entre los cristianos un verdadero espíritu filial con respecto a la Iglesia. Es el desarrollo normal de la gracia bautismal, que nos engendró en el seno de la Iglesia y nos hizo miembros del Cuerpo de Cristo. En su solicitud materna, la Iglesia nos concede la misericordia de Dios que va más allá del simple perdón de nuestros pecados y actúa especialmente en el sacramento de la Reconciliación. Como madre previsora, nos prodiga también en su liturgia, día tras día, el alimento de la Palabra y de la Eucaristía del Señor.

Asi pues, los Mandamientos y preceptos de la Iglesia nos demandan TAMBIÉN esa obediencia a la VERDADERA Madre y Maestra que la Iglesia es para nosotros:

Catecismo de la Iglesia Católica escribió:II. Los mandamientos de la Iglesia
2041 Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en la línea de una vida moral referida a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter obligatorio de estas leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo.

2042El primer mandamiento («oír misa entera los domingos y demás fiestas de precepto y no realizar trabajos serviles») exige a los fieles que santifiquen el día en el cual se conmemora la Resurrección del Señor y las fiestas litúrgicas principales en honor de los misterios del Señor, de la Santísima Virgen María y de los santos, en primer lugar participando en la celebración eucarística en la que se congrega la comunidad cristiana y descansando de aquellos trabajos y ocupaciones que puedan impedir esa santificación de esos días (cf CIC can 1246-1248; CCEO can. 881, 1.2.4).


Pero la cosa no termina ahí, sino que el fundamento de este primer mandamiento de la Iglesia es más profundo aún, es realmente expresión de el Tercer Mandamiento de la Ley de Dios que nos demanda santificar el Día del Señor, la ley de la Iglesia funciona como una orientación que hace explícita la forma de cumplir ese mandato, pero la Autoridad que sustenta el Mandato es DIRECTAMENTE la Ley de Dios:

Asi pues, es claro que no solamente NO es del todo correcto oponer radicalmente en el caso que nos ocupa el primer mandamiento de la Iglesia al Cuarto Mandamiento de la Ley de Dios, puesto que este último NO MANDA obedecer instrucciones injustas y contrarias al bien moral; sino que, de hecho, el Precepto Dominical tiene su fundamento real en el Tercer Mandamiento de la Ley de Dios, que, en plan de oponer las cosas, tiene de hecho PRECEDENCIA sobre el Cuarto, ya que los tres primeros mandamientos se refieren al Amor a Dios, el que Cristo Enseña como el PRIMERO Y MÁS IMPORTANTE DE LOS MANDAMIENTOS; mientras que, los otros siete, son expresiones del amor al prójimo, que es lo que Jesús Enseña como el SEGUNDO de los Mandamientos de la Ley:
Catecismo de la Iglesia Católica escribió:La obligación del domingo
2180
El mandamiento de la Iglesia determina y precisa la ley del Señor: “El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la misa” (CIC can. 1247). “Cumple el precepto de participar en la misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde” (CIC can. 1248, §1).

Catecismo de la Iglesia Católica escribió:2196 En respuesta a la pregunta que le hacen sobre cuál es el primero de los mandamientos, Jesús responde: ‘El primero es: «Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas». El segundo es: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No existe otro mandamiento mayor que éstos’ (Mc 12, 29-31).

Y, volviendo a citar el párrafo inicial que trata sobre el Cuarto Mandamiento, la misma Iglesia Enseña que:
Catecismo de la Iglesia Católica escribió:2197 El cuarto mandamiento encabeza la segunda tabla. Indica el orden de la caridad. Dios quiso que, después de Él, honrásemos a nuestros padres, a los que debemos la vida y que nos han transmitido el conocimiento de Dios. Estamos obligados a honrar y respetar a todos los que Dios, para nuestro bien, ha investido de su autoridad.

En definitiva parece entonces que no existe fundamento alguno por el que se pueda argumentar la obediencia a los padres que demanda el Cuarto Mandamiento para justificar una pretendida OBLIGACIÓN de faltar al Precepto Dominical que demanda el Tercer Mandamiento; Tercer Mandamiento cuya importancia, como expresión del Amor a Dios que el hombre DEBE realizar con TODO el corazón, con TODA el alma, con TODA la mente y con TODAS las fuerzas, es claramente SUPERIOR a la obediencia a los padres que es una obligación del amor al prójimo y que, para ser legítima, DEBE estar entonces claramente subordinada y ordenada dentro de ese contexto del Amor a Dios. De lo contrario, cuando las instrucciones de los padres demandan desobedecer a Dios, se constituyen por eso mismo en injustas, y, por consiguiente y como lo hemos visto, es completamente legítimo al hijo DESOBEDECER esas instrucciones dentro de los límites que marca la recta moral.

Volvemos, pues, a este asunto de los límites dentro de los cuales es legítima tal desobediencia.
Estos límites se pueden especificar y observar con mucho mayor precisión en el contexto de la vida política y la desobediencia, sobre todo cuando esa desobediencia pueda llegar hasta una confrontación formal violenta, la que generalmente trendrá también alguna forma de organización y posibles consecuencias muy serias y profundas en la vida social, que en la dinámica natural de la vida familiar. Parece natural entonces que la Iglesia defina estos límites dentro del contexto de su Enseñanza respecto a la obediencia (o ausencia de ella) a la autoridad civil y la posibilidad radical de oponerse a ella hasta por la via de las armas.
Pero igualmente parece necesario aplicar criterios similares para el hijo que se siente obligado a desobedecer a sus padres en algún tema que previsiblemente ocasionará un conflicto serio en la vida familiar. Los criterios que marca la Iglesia para recurrir a la desobediencia armada son:
Catecismo de la Iglesia Católica escribió:2243 La resistencia a la opresión de quienes gobiernan no podrá recurrir legítimamente a las armas sino cuando se reúnan las condiciones siguientes: 1) en caso de violaciones ciertas, graves y prolongadas de los derechos fundamentales; 2) después de haber agotado todos los otros recursos; 3) sin provocar desórdenes peores; 4) que haya esperanza fundada de éxito; 5) si es imposible prever razonablemente soluciones mejores.

Es evidente que todas estas condiciones están ordenadas a que la desobediencia NO se de en un contexto de anarquía que en vez de resolver los problemas los haga más serios y que, entonces, en vez de preservarse el bien de la persona, se incurra en injusticias y males aún mayores que hagan que se pierdan más bienes de los que se pretendía proteger.
Y parece entonces que, sin tener necesariamente la misma formalidad que la evaluación de un asunto tan serio como el recurso de las armas en la sociedad puede requerir, es necesario observar estos principios generales también en la vida familiar.
Es en tal contexto donde a un servidor le parecen MUY APROPIADAS las recomendaciones que ha realizado el hermano Enrique, que precisamente parecen orientadas por esos mismos principios de buscar el encuentro y la reconciliación que puedan resultar en la salvaguarda del bien sin oposición o confrontación violenta.
Solamente si todo es no da resultado, entonces parecería oportuno pasar a la desobediencia franca y directa, pero, si tal es el caso, y por mucho que seguramente en el discurso seguirá diciendo otra cosa, si se le ofrecieron opciones razonables que ella misma rechazó (como es de que ella acompañe a la niña a la Santa Misa, o como podría ser que tú mismo seas el que vaya con ella, etc.), en el fondo de su corazón a la madre le será evidente que está siendo desobedecida a causa de su propia intransigencia y obstinación en una orden incorrecta e injusta.

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Re: Desobedecer para cumplir un Mandamiento

Notapor VictorSL » Dom Jul 20, 2014 11:11 pm

eduarod escribió:Solamente si todo es no da resultado, entonces parecería oportuno pasar a la desobediencia franca y directa, pero, si tal es el caso, y por mucho que seguramente en el discurso seguirá diciendo otra cosa, si se le ofrecieron opciones razonables que ella misma rechazó (como es de que ella acompañe a la niña a la Santa Misa, o como podría ser que tú mismo seas el que vaya con ella, etc.), en el fondo de su corazón a la madre le será evidente que está siendo desobedecida a causa de su propia intransigencia y obstinación en una orden incorrecta e injusta.

Que Dios te bendiga.


Estimado "Eduardo",
Agradezco tu extensa y util respuesta; te comento que yo no puedo acompañar a mi hija a Misa, porque vivo en otro Estado y, solo cuando voy de vacaciones y es posible, la llevo conmigo a Misa, ya que a su Mamá le importa poco menos que un comino cumplir con ese precepto (de hecho, muy esporadicamnete va a Misa).
Afortunadamente, en el proximo mes, ella va a continuar sus estudios en otra ciudad, donde ya no va a estar tan restringida y podrá, si realmente lo quiere, asistir a Misa, pues tendrá tiempo y libertad para hacerlo.

Bendiciones.
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Re: Desobedecer para cumplir un Mandamiento

Notapor VictorSL » Dom Jul 20, 2014 11:14 pm

Estimado "Eduardo",
Agradezco tu extensa y util respuesta; te comento que yo no puedo acompañar a mi hija a Misa, porque vivo en otro Estado y, solo cuando voy de vacaciones y es posible, la llevo conmigo a Misa, ya que a su Mamá le importa poco menos que un comino cumplir con ese precepto (de hecho, muy esporadicamnete va a Misa).
Afortunadamente, en el proximo mes, ella va a continuar sus estudios en otra ciudad, donde ya no va a estar tan restringida y podrá, si realmente lo quiere, asistir a Misa, pues tendrá tiempo y libertad para hacerlo.

Bendiciones.
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